jueves, 8 de septiembre de 2011

¡A tu’ e’y que roba!, palabras de Leonel Fernández Reyna


Me sorprende el día conociendo de la visita de Danilo Medina Sánchez, candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para las elecciones del año venidero a la residencia del Hatuey De Camps Jiménez, presidente de un grupo minoritario llamado Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), donde se conversó sobre una posible alianza.

El candidato oficialista quiere sumar adeptos y asistir fuertemente apuntalado por esa plaga de sociedades cuasi secretas llamadas “partidos emergentes”. La historia recoge la particular situación que ninguna de esas instituciones, que por cierto, le cuestan una fortuna al pueblo dominicano, ha dejado atrás la etiqueta de emergente. Únicamente sirven para agenciarse parte del botín proveniente de los fondos públicos, buscar posiciones para los pocos miembros de los mismos y jamás alguna de ellas ha alcanzado un 3 por ciento del sufragio.

Hatuey De Camps
En declaraciones al Listín Diario (Sep.02.2011), De Camps Jiménez se destapa con: “corresponde a la cúpula del partido determinar una posible alianza con otra organización política y que en ese sentido ha escuchado distintas propuestas”. No hay dudas que en el camino ha aprendido a balbucear, a cubrir las mentiras con frases fabricadas, a venderse diplomáticamente. Dista mucho de aquel líder estudiantil que proclamó la nunca olvidada frase: “he ahí, he ahí, compañeros, ese cadáver muerto”.

De Camps también ha sostenido encuentros con el ex-presidente y candidato presidencial del PRD, Hipólito Mejía Domínguez, pese a todos los improperios que le profirió en el año 2004 y que llevaron a una nueva sima dentro del partido del “jacho prendio”.

De Camps es la única figura visible de eso que se llama PRSD, su fuerza es el y nadie más. La cúpula es únicamente su persona. No tiene seguidores, no tiene organización, no tiene estructura. Suficiente es pasar por los locales de la organización y siempre encontrará el mismo panorama, desolador por demás: todas las puertas cerradas, nadie en la entrada que pueda dar una mínima orientación.

En el Brasil que hoy todo el mundo admira, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), solo como ejemplo de buen andar, se constituyó en apenas 10 años en uno de los principales agentes políticos de la nación. En el primer torneo electoral en que intervino se alzó con 8 alcaldías y 24 ediles, para 1990 habían logrado dominar un estado completo, desde gobernador hasta las cámaras legislativas. En el 1992 contaba con 274 prefecturas y 3,274 ediles, afirmándose como una fuerza en el área de la competencia política y adaptándose al cambiante ambiente político de ese país.

Lo que no se puede negar es que se ganó su espacio de la misma manera como lo han hecho nuestros políticos, no importa la bandería, ocupando una posición pública y traficando influencias. Después, lo agenciado basta para vivir placida y cómodamente por los años de los años.

De Camps llegó a ser presidente de la Federación Dominicana de Estudiantes (FED) desde donde trascendió. Miembro destacado del Partido Revolucionario Dominicano (PRD); tuvo su momento de gloria frente al país al momento de defender el mamotreto de Joaquín Balaguer después de las elecciones de 1978 de esquilmar cinco senadores a la institución que representaba, en debate televisado frente al abogado Marino Vinicio Castillo, quien aún anda dando coletazos, con más de 80 años. Después, diputado, director de Radio Televisión Dominicana, y Secretario de la Presidencia en el gobierno de Salvador Jorge Blanco (1982-86).

Siendo la mano derecha de Jorge Blanco, nombró a buena parte de su familia en el Consulado Dominicano en Hamburgo, con su padre como titular. El puerto alemán constituye aún el principal punto de trasiego para mercancías con destino a territorio dominicano provenientes de buena parte del mundo.

No se han borrado del todo los señalamientos de su viaje a Argentina, siendo ministro de Jorge Blanco, donde se dice hizo sus primeros grandes negocios y así nos llenamos de esos carritos marca Ford Falcón, “made in Argentina”, que allá usaban la Gendarmería y los escuadrones al servicio de la dictadura militar. Esa vez se hizo acompañar de Miguel Vargas Maldonado, hecho confirmado por el conversatorio sostenido por este último y la presentadora de televisión Milagros Germán, esposa del primero para esa fecha, cuando este era candidato presidencial para las elecciones del 2008.

¡Compadre!, ¡compadre!, se le escuchó repetir a “La Diva”.

Cuando el país conoció del asesinato del cambiador de divisas Héctor Méndez, todas las miradas giraron hacia la figura del señor De Camps, el 4 de enero de 1985, un hecho que se olvidó en el lento andar de los tribunales dominicanos. El abogado de la familia del occiso fue precisamente del doctor Castillo.

Este es el mismo De Camps, que cuando la figura de Jorge Blanco empezó a desvanecerse se hizo a un lado. Desde ese entonces es un cadáver político aunque el no quiera darse cuenta y se mantenga en la palestra a golpes de efectivo.

Donde De Camps demuestra ser un hipócrita a carta cabal es cuando dispara: “estoy complacido con la visita de mi viejo amigo Danilo Medina y siempre he mantenido la posición de que tiene un discurso coherente con buenas propuestas para el país”. ¡Dios nos coja confesados!

A pesar de la celebración de elecciones democráticas y la participación de los partidos políticos como actores centrales del sistema, el comportamiento de los dirigentes se observa como elementos de conflicto más que de consolidación democrática. En otros países, una visita de este tipo, conllevaría una verdadera crisis institucional y el florecimiento de conflictos internos. Es también una provocación a las demandas sociales y los cambios que espera toda la nación.

Danilo Medina
Es una falta de respeto, también, que Medina se haya hecho acompañar de su jefe de campaña, Francisco Javier García, titular del ministerio de turismo, quien debería estar trabajando dentro de las funciones bajo su responsabilidad otorgadas por el Poder Ejecutivo.

En cualquier momento se destapa en este país una devastadora y auténtica crítica al poder nacida de la vivencia y la evidencia del sufrimiento injusto.

Es tanto lo que nuestros políticos han aporreado al pueblo dominicano que necesariamente la compasión mutua obrará frente a ellos, será un encuentro entre nuestro sentimiento por el dolor de otros. El agravio es el perjuicio sobre el cual la víctima no puede rendir testimonio porque no es escuchada, entonces encontraremos quien canalice, de entrada, un acto de justicia, la reparación inicial de un agravio donde los afectados puedan hablar y obligar a que se les escuchara.

Lo será, porque el testimonio incursionará en la vida pública, en el imaginario, en las vivencias y concepciones de la política, y al hacerlo derrumbará las barreras que segregaban a las víctimas el derecho a comunicar a los otros las ofensas sufridas.

Como afirmaron Gilles Deleuze y Félix Guattari, es el déspota quien hace la escritura, es la formación imperial la que hace del grafismo una escritura propiamente hablando, se logrará decir ¡no! a ese vocabulario.

En época de confusión y perplejidad, en un momento de miedo y desconfianza, se tomará la palabra sin permiso y dirá algo distinto de lo que hasta ahora se había expresado sobre el país.

Medina no tiene alternativas y tiene que tratar de ganar las elecciones del 2012, por lo que su esfuerzo deberá ser titánico, pero necesita ganar credibilidad y la confianza de los dominicanos. Su fracaso pasaría por el desmonte de todas sus aspiraciones; la postración definitiva frente al caudillo PLDísta del momento, su compañero Leonel Fernández, quien aparece jugar en contra de su destino, busca su perpetuación y a quien le imputó su derrota en las primarias del 2007 con aquel definitivo: “yo dije desde el principio que esta era una competencia contra el Estado y el Estado se impuso”; y la vergüenza de perder en dos ocasiones frente al mismo opositor.

Fernández castiga al pueblo dominicano con una arrogancia sin parangón, su figura resulta odiada en amplios sectores de la población, lo que trata de remediar con un clientelismo desbordado, pero no es capaz de enfrentarse por si solo a los ciudadanos. Evade los actos donde la concurrencia puede serle hostil, se rodea de una seguridad nunca antes vista y cuando puede, envía a esos lugares a funcionarios de poca monta.

Medina ha repetido hasta la saciedad que continuará lo que está bien, mejorará lo que anda por el mal camino y hará lo que nunca se ha hecho. Muchos tenemos la percepción de que el país está al borde de la bancarrota y el Gobierno en que se afirma dibuja los números, el periodo 2012-16 será complicado, hay muchas trampas colocadas sobre el porvenir que necesariamente habrá que desmontar, pero no se aleja definitivamente de la gestión Fernández.

Todos los coordinadores de su proyecto están dentro del tren gubernativo, y de cara a la población no hay políticas definidas, nada nuevo en el horizonte. Mientras se saca provecho de la desorganización ciudadana y de la desconfianza en los lideres populares salidos de los estratos más carenciados; hasta que no haya la decisión firme de enfrentar la corrupción, la desobediencia institucional, la inseguridad ciudadanía y las necesidades básicas de la población no se producirá una verdadera revolución “libertadora”. Habrá que tirar dardos cada vez que los políticos niegan la realidad.

Los gobiernos sin excepción han concedido poder total a los miembros del sector financiero, que usan el favor político para hacerse cada vez más ricos.

Hay que poner a las personas por encima de los beneficios. Y nosotros, los ciudadanos de clase media, tenemos mucho más poder del que creemos, aunque nos hagan creer lo contario: ponemos y quitamos gobiernos; responsabilicémonos.
                         

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