lunes, 5 de septiembre de 2011

Mar del Plata, día 7

El domingo pasó despacio, sirvió para muchas cosas, entre otras recordar el noveno aniversario del triunfo de Argentina sobre el Dream Team de los Estados Unidos, en el Mundial de Indianápolis. Los norteamericanos habían acumulado 58 partidos sin conocer derrota, y aquel conjunto tenia nombres como Reggie Miller, Paul Pierce, Michael Finley, Shawn Marion, Jermaine O’Neal y Ben Wallace. De aquel conjunto albiceleste sobreviven Pepe Sánchez, Mani Ginóbili, Fabricio Oberto, Luis Scola y Andrés Nocioni, a última hora se bajó por problemas de todos conocidos Leonardo Gutiérrez.

Un total de 5,623 espectadores en las tribunas. Argentina salió a ganar ante Estados Unidos con una defensa agresiva, decisión en el ataque y juego en equipo. A los cinco minutos ganaba 17-9, a los 7 ya había sacado 10 (22-12) y al terminar el primer cuarto, el tablero electrónico del Conseco Fieldhouse marcaba un resultado increíble: 34-21 para Argentina.

En el segundo cuarto, el equipo siguió presionando, defendiendo como en el primer minuto y anotando con altísimos porcentajes. Luis Scola y Andrés Nocioni, desde el banco, le dieron una energía extra al equipo, que llegó a sacarle 20 a Estados Unidos: 52-32. Dicen que en ese momento del partido, Nocioni miró el tanteador y le dijo a uno de sus compañeros, “¿cuándo van a reaccionar estos?”.

Nocioni dejó justamente la imagen del partido, un donqueo espectacular que tapa a página completa en el diario deportivo Olé al día siguiente. Los norteamericanos se dieron cuenta de lo que les estaba pasando recién cuando se vieron debajo de 20 puntos y tras achicar algo la diferencia antes del descanso largo (53-37), ganaron el tercer parcial por 8 puntos, con Paul Pierce liderando la ofensiva local.

Argentina entró al último cuarto arriba por 8 (68-60) y allí volvió a dominar el juego con su extraordinaria defensa, la aparición de Fabricio Oberto y la tarea rebotera colectiva. Sacó 14 y ese colchón le permitió aguantar la última estampida de Estados Unidos, con dos bombas de larga distancia de Paul Pierce, que no alcanzaron para dar vuelta el resultado. La impotencia de los norteamericanos quedó plasmada en un pisotón de Jermaine O’Neal a Luis Scola tras un tapón del argentino.

El final fue 87-80 y el festejo, incontrolable. Argentina había cambiado el rumbo en el mundo del básquetbol y acabado con la leyenda del Dream Team.                     

En la Argentina, además de la tapa de Olé, el triunfo tuvo amplia difusión en el resto de los medios del país. “Una escalera al cielo”, dijo La Nación; y Clarín tituló: “El básquet, en su triunfo más glorioso”. The Chicago Tribune tituló: “¿Alguien sabe como decir, en español, ¿Crees en milagros?”

Los jugadores argentinos no tuvieron demasiado tiempo para festejar la victoria que sorprendió al planeta, porque al día siguiente se jugaban la vida ante Brasil por un lugar en las semifinales. Todos siguieron muy concentrados.

“Me quito el sombrero por la Argentina. Los felicito porque jugaron de forma excelente”, dijo George Karl, el entrenador del equipo perdedor. “Son un poco mejor de lo que pensábamos”, reconoció Baron Davis.

Recordaba mi hijo mayor que después de finalizadas las acciones vio correr una lagrima que salía de mis ojos. Emociones conjugadas, quizás profundas, que no sabemos con certeza donde nacieron pero más aún, jamás tendremos la certeza si alguna vez morirán.

Al Horford
Hoy continua la fiesta marplatense, cuatro nuevas fechas de cuatro encuentros cada una; las temidas confluencias, hora de las definiciones, tiempo de pasar balance y mostrar las cartas. Tratar de sortear las trampas que tenderán los hábiles enemigos. Las águilas, por ejemplo, tienen sólo dos enemigos que representan un verdadero problema para la subsistencia, las serpientes y el ser humano. Desde hoy pesará el trabajo físico y mental, y esa fue la idea por las que nos vendieron a John Calipari.

Los enemigos del equipo dominicano, como los de las águilas, son los mismos: el ser humano, encarnados por los rivales de turno, y las víboras, representadas por todos aquellos que solo han buscado su propio beneficio, olvidándose de un país necesitado de triunfos. Quien logre superar las adversidades en este tramo del camino, con disposición filosófica estará logrando el objetivo, pero hay que estar preparados para los laureles y las capitulaciones.

Pensar con mentalidad ganadora es diferente a tener mentalidad ganadora, el acompañamiento psicológico debe ser permanente y no a criterio del deportista; ahí deberá entrar el dilatado cuerpo de asistentes que tiene la selección dominicana, para oxigenar frente a las presiones contrarias, y hacer que el estado de ánimo mejore, cuando haya alguien siempre dispuesto a ayudar para mejorarlo; el trabajo duro y permanente permite equiparar cargas, las cualidades inherentes son importantes pero el triunfo se logra con disciplina; el exceso de confianza es catastrófico, ruinoso, sepulturero; hay que evitar las distracciones y concentrarse en el objetivo.

A nivel físico, el Pre-Olímpico de Mar del Plata es cruel, brutal, desalmado, atroz y su definición, más aún. Aunque un equipo juegue ocho partidos perfectos, lo único que vale es estar bien el 10 de septiembre, sábado, día de las semifinales, donde los ganadores obtienen el pasaje a Londres.

Danilo Pinnock
De ahora en adelante, todos los equipos tienen oportunidad de encontrarse frente a sus rivales de ocasión y plantarles la cara, complicarlos y derrotarlos, no hay grandes favoritos aunque la balanza inicial suele inclinarse a los de mayor potencialidad.

En esta etapa, República Dominicana corre con la ventaja de que de un día para otro tendrá al menos 24 horas para recuperarse. Pero Horford (34), Martínez (32), García (30) y Báez (25) acumulan más de 100 minutos en cancha, convirtiéndose en imprescindibles dentro de la estructura de Calipari, pero en desmedro de su estado físico. Al mismo tiempo, cargan con el 67.1 por ciento de la responsabilidad ofensiva. De paso también han atrapado el 73.3 por ciento de todos los rebotes del conjunto nacional.

Por el contrario, hay tres jugadores que no acumulan 10 minutos en total, lo que demuestra que la rotación ha sido corta. Inclusive, Orlando Sánchez que abrió de titular en las primeras fechas no suma 30 minutos jugados.

Luis Flores
Los armadores suman 215 minutos, con Luis Flores como máximo ejecutante (90), cuando se suponía no estaría destinado a vestir esta plaza. Contrario a ocasiones anteriores, el graduado de Manhattan College se ha visto mejor sirviendo de relevo en la posición. Edgar Sosa acusa hasta el momento cierta dispersión frente a la realidad encontrada; es muy difícil entregar una titularidad de tanto compromiso sin pericia previa.

Me gustaría pensar que se pecó por inocencia y no por ignorancia: había que insertar más tamaño e importantizar el manejo de la pelota, pero nadie quiso escuchar.

República Dominicana libró la primera ronda arrastrando 5 puntos, solo uno menos que los argentinos, pero igual cantidad que puertorriqueños y brasileños. Supera por una unidad a venezolanos, uruguayos y canadienses y por dos a los panameños, rivales de la fecha. Salvo una estrepitosa caída, nada hace pensar que estará ausente de las eliminatorias del sábado venidero, pero hay que sumar, pausadamente y sin recreos.

Cuatro jugadores panameños aportan el 90.1 por ciento de toda su ofensiva, Danilo Pinnock (11.8); Gary Forbes (17.8), Jaime Lloreda (18.8) y Rubén Garcés (16.3), después es muy triste mirar hacia atrás y tener un escolta como Jamar Warren que apenas ha promediado 2 puntos por tanda. De la banca, es mejor pensar que es inexistente.

Con el equipo completo podrían dar otra clase de pelea. A esta selección las ausencias de Michael Hicks, Jair Peralta, Jamaal Levy y Daniel King le causa enorme daño. El técnico es el puertorriqueño David Rosario y tiene un arduo trabajo con la formación de la media cancha donde parece estar el talón de Aquiles de este equipo. En los amistosos en Puerto Rico la selección de Panamá evidenció todo tipo de problemas para salir de la presión todo el campo, toda vez que carecen de base natural asumiendo ese rol por más minutos Jamar Warren, fuera de posición.

Solo lograron un polémico triunfo ante débil equipo de Paraguay (86-83), aunque en la jornada de cierre le plantaron una buena primera mitad a los argentinos, antes de quedarse sin combustible.

Los últimos enfrentamientos entre dominicanos y panameños favorecen a los primeros, 3-2. Panamá no asistió al Centro-Basket 2003 efectuado en México, pero en el Centro-Basket 2004 bajo la dirección de Daniel Maffei sucumbieron ante los dominicanos con pizarra de 81-77. En el Pre-Mundial del 2005 vencieron a los dominicanos 88-78.

Jaime Lloreda
En el Centro-Basket del 2006, los del istmo salieron airosos 85-81 con un gran trabajo del delantero Michael Hicks quien se fue con 23 unidades, pero Jack Martínez fue el hombre de la noche con 23 tantos y 13 rebotes. En el Centro-Basket 2008 no se encontraron.

En el Pre-Mundial del 2009 en San Juan los dominicanos se alzaron con la victoria, 100-87 con 24 puntos de Francisco García, aunque del lado contrario hubo una sólida respuesta de Danilo Pinnock quien coronó 27 tantos. En el Centro-Basket 2010, Dominicana volvió a encontrarse con una eficaz respuesta de Pinnock, quien marcó 21, pero no fueron suficientes y el triunfo fue para los dominicanos, 63-56, con 18 unidades de Kelvin –El Pollito- Peña y 16 rebotes de Jack Martínez.

Habrá un torneo diferente a partir del salto al centro de la fecha, para esta ocasión República Dominicana debe salir gananciosa por lo menos de 10 unidades.

La jornada también permitirá ver los choques de Venezuela – Puerto Rico (1:00 de la tarde); Canadá – Argentina (5:00 de la tarde); y Brasil – Uruguay, clásico sudamericano (7:30 de la tarde).

¡Vueltas al globo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario