domingo, 1 de diciembre de 2013

Instrucciones para escribir una crónica

Un escritor crónico acaba siendo un grafómano y por ese camino termina practicando muchos géneros.
Por: Héctor Abad Faciolince
Por considerarlo de interés, reproduzco este articulo de Héctor Joaquín Abad Faciolince aparecido en el diario colombiano El Espectador en fecha 30 de noviembre del 2013. Espero lo disfruten.

Como el que mucho abarca poco aprieta, termina por no ser ni novelista ni cuentista ni cronista ni poeta, por haber querido ser todas esas cosas a la vez. El escritor compulsivo se levanta y se sienta, mira la hoja o la pantalla en blanco y espera alguna señal del más allá. El sismógrafo está quieto; nada parece estar vivo en su interior. Al fin una vocecita le dice: “empieza así: como quieres hablar de la crónica usa una palabra que tenga que ver con lo cronológico, con el tiempo, por ejemplo: un escritor crónico”. Y así, el escribidor empieza: Un escritor crónico… Y sigue. Lo que importa es empezar, después una frase lleva a otra y se termina el primer párrafo.

Cuando uno tiene por oficio escribir, se sienta y siente su estado de ánimo. El ánimo le dice que ese día está novelista (y empieza un capítulo), o está cuentista (e imagina una historia), o está poeta (y un primer verso nace de la nada), o está articulista (y el artículo sale, frase por frase). La novela, el cuento, la poesía, el artículo, son géneros literarios sentados. Nunca he sido poeta, pero a veces estoy poeta. Sin embargo nunca se puede estar cronista; para ser cronista hay que salir, pues uno no puede sentarse a escribir una crónica de la nada. La crónica exige pasar mucho tiempo de pie, o en el camino, en la calle, mirando, averiguando, apuntando. Para quienes practican los géneros literarios sentados el genio está en las nalgas: en la capacidad de aguantar ahí quietos, en el asiento, sin levantarse, y pulir, cambiar, mejorar, consultar diccionarios. Pero para practicar la crónica el genio está en los zapatos.

Quien quiera ser buen cronista tiene que andar a pie, y tener buenos ojos, buenas orejas, y desarrollar ese otro órgano que los buenos cronistas comparten con algunos insectos y con la televisión: las antenas. El cronista debe tener antenas para ver —como ve el bastón del ciego— lo que se nota sin verse, y antenas para detectar y sentir donde están las historias. El cronista tiene un lema que en español puede decirse con siete monosílabos: si no se va no se ve. El cronista tiene que ir a ver para empezar a apuntar. El cronista tiene que ir porque el cronista es testigo y lo que escribe consiste en dejar un testimonio. El cronista testifica que tal cosa ha sucedido, efectivamente, porque la vio con sus ojos, o porque estuvo hablando con quienes la vieron y recorrió los mismos sitios donde aquello ocurrió.

Solo después de haber ido a ver, a pie y con ojos y con orejas y con antenas, el cronista también necesita —como el poeta, el novelista— sentarse en el asiento y tener buenas nalgas. Comprimir en palabras el relato de lo sucedido, en un orden no necesariamente cronológico, pero sí que resulte ordenado en su cabeza y en la cabeza del lector. El cronista se sienta a traducir su experiencia mental, a las palabras bien escogidas de su lengua, en nuestro caso, del idioma español. Y en ese momento usa los recursos de los géneros sentados —novela, cuento, artículo, poema— de tal manera que lo que vio en la calle, lo que averiguó oyendo y preguntando, se transcriba en palabras con gracia, con recursos aprendidos de la lectura y del ejercicio insistente de la escritura.

El cronista, después de mucho caminar, de mucho ver y oír y preguntar, se sienta a escribir. Y ahí no debe oír una voz interior, como el novelista, ni atender a una música secreta, como el poeta, sino seguir los límites de la crónica, que no son otros que los de la verdad (jamás mentir) y los de la canallada (nunca contar lo que no puede ser contado, porque viola la intimidad o la dignidad de las personas). Y nada más; eso es todo; así de fácil. Así de difícil.


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Pinguilín


Pinguilín puede resultar un nombre muy distante, un apodo poco común, un pseudónimo para un seductor en una película de Alfonso Rodríguez, pero en el baloncesto dominicano todo el mundo sabe que por ese mote se conoce al jugador Luis David Montero, prospecto de 6’07 de estatura y que todo el mundo suponía en Estados Unidos jugando para Wilbraham & Monson Academy en la localidad de Wilbraham, estado de Massachusetts. Pero el muchacho está en el patio, tratando de pasar desapercibido, lejos de miradas que pueden resultar incomodas, por lo menos de momento, lejanamente a cualquier comentario adverso.

Pinguilín ha jugado los “superiores” de Jima Abajo y de Villa Altagracia, discretamente. Dos eventos que nunca han captado la atención de la prensa nacional, por sus pocas luces y según la clasificación de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) figuran en la parte más baja de la tabla. Ahí han enviado a jugar a Montero, llamado a estar en la selección nacional absoluta en el brevísimo plazo. De hecho, ya estuvo invitado en las prácticas camino al Pre-Mundial de Caracas en este 2013.

Por supuesto, nadie brindará una explicación, todo el mundo hará mutis y como siempre el futuro del jugador, con todas sus potencialidades, con su amplia capacidad atlética quedará pegado a la pared; con más posibilidades de perderse que de situarse en un lugar considerable dentro del firmamento del deporte de los aros y las canastas.

Montero era una bomba de tiempo en el sistema de escuelas secundarias de los Estados Unidos y no había dudas de que la NCAA (Asociación Nacional Atlética Colegial, por sus siglas en inglés) estaría tras sus pasos. El muchacho llegó a Estados Unidos en compañía de un ejecutivo de la FEDOMBAL, quien dejó escapar en su momento: “lo acompañé hasta el aeropuerto John F. Kennedy, porque si viajaba solo no iba a pasar migración, pese a tener sus papeles en regla”. El viaje del jugador, por la razón que sea, ingenuidad, ignorancia, falta de preparación académica, papeles en regla, negocios particulares, se sabía era muy resbaladizo.

Inclusive la prensa nacional, pecadora impenitente a la hora de guardar ciertas discreciones, habló de forma deslenguada repitiendo su participación con el conjunto superior de El Millón. Esa sola presencia lo descalificaba para obtener una beca en el sistema americano, pero acá se repitió sin cesar; se martilló con el tema porque bien valen unos análisis sin contenido, buscando solo notoriedad editorial. Años atrás pasó lo mismo con Orlando Sánchez al momento de recibir la invitación para un puesto en el conjunto de St. John’s University.

Me constan los esfuerzos realizados por el periodista Julián Suero Bueno tratando de llamar a sus compañeros de oficio y repitiéndoles hasta la saciedad que no mencionaran la participación de los jóvenes en los eventos profesionales del país.

Independientemente de las murmuraciones, la guerra entre agentes (Pedro Pablo Pérez incluido), lo que desató la chispa que incendió el sueño americano de Montero fue una investigación en el portal de Baloncesto sin Fronteras (campamento organizado por la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) y la Asociación Nacional de Baloncesto, NBA) del año 2011, donde revelaba que el chico había nacido en Abr.06.1993 (http://bwb.fiba.com/camps/2011/rio-de-janeiro#tabs-2) y no en el 1995 con figuraba en sus papeles de entrada a Estados Unidos.

Hay otras conjeturas: hay quienes dicen que su apellido real no es Montero y saltan al escenario los apellidos Carrasco Mateo y ya todo es confusión; inclusive se sabe que el muchacho fue rechazado por el Consulado de los Estados Unidos en una entrevista realizada en el año 2009.

El momento es oportuno para recordarle a la FEDOMBAL que hay muchos ojos sobre el baloncesto dominicano, de gente que aún cree en nuestras potencialidades, pero también de todos aquellos que saben de nuestra cultura del fraude, tan arraigada en nuestra piel, de los negocios turbios en la circulación de personas, no solo en el deporte, y en las cotidianas practicas fraudulentas en el béisbol profesional que se han llevado a otras disciplinas.

Según Transparencia Internacional, la corrupción se define como “el mal uso del poder encomendado para obtener beneficios privados”. En consecuencia, esta definición contempla tres elementos: mal uso, poder y bien privado. En el caso de Pinguilín hay mucha tela por donde cortar.

Los reportes señalaban que el muchacho debió pertenecer a la clase graduanda del año 2011 y no a la del 2015 como estaba pautado. De ser así, el dominicano estaría ingresando a su año de novato en el sistema de universidades con 22 años de edad, lo que conllevaba una revisión plena de su elegibilidad.

Al momento de realizarse la investigación se señalaban a 6 jugadores de la NBA con edad inferior a la de Montero, a saber: Michael Kidd-Gilchrist (Sep.26.1993), Andre Drummond (Ago. 10.1993), Bradley Beal (Jun.28.1993), Marquis Teague (Abr.28.1993), Tony Wroten (Abr.13.1993) y el puertorriqueño Maurice Harkless (May.11.1993).

En un intento desesperado por salvar al muchacho y evitar amonestaciones posteriores, se trató de inscribirlo en el Westchester Community College en la comunidad de Valhalla (3,162 habitantes según el censo del año 2010) suburbio de Mount Pleasant, en el condado Westchester del estado de Nueva York, pero ya las investigaciones estaban muy avanzadas.

Este verano se le vio en el Elite Youth Basketball League en Minneapolis (Minnesota) y dejó su marca, captando toda la atención de los reclutadores presentes allí. Jugó para el New York Lightning y sus buenas acciones fueron más allá de la cancha. Mostró intensidad, buen manejo del balón, visión del juego, capacidad de pasar la pelota y oportunismo para ir tras los rebotes.

En mi agriodelimon titulado Notas para in reclutamiento urgente, publicado en fecha Mar.31.2013 señalaba: Hay voces que han denunciado el atropello y la piratería por parte de Pérez (con Pérez me refería a Pedro Pablo Pérez, gerente de operaciones de la selección dominicana absoluta y al mismo tiempo de los Leones de Santo Domingo en la Liga Nacional de Baloncesto) frente a algunos jugadores, inclusive fue reclutado en condiciones no del todo agradables el jugador Luis David Montero (promoción 2015, también conocido como Pinguilín), por Wilbraham & Monson Academy en Wilbraham, estado de Massachusetts.

Hace poquísimos días, Mar.10.2013, John Calipari giró una visita a la institución buscando ver al dominicano y al point-guard de 6’05 Mustapha Heron (promoción del 2016), también han rondado por allí observadores de Pittsburgh, Villanova, Missouri, Texas, Stanford, Connecticut, Boston College, Harvard, Rider, Rutgers, Manhattan, Massachusetts y Columbia. En la misma área geográfica están los prospectos Aamahne Santos (5’10 de Catholic Memorial), Patrick Benzan (5’10 de Roxbury Latin, promoción 2014), Rene Castro (6’02, Worcester Academy) y Sammy Mojica (de Brimmer & May, promoción 2014).

El asunto de Montero pudo haber destapado una verdadera olla de grillos, con implicaciones muy serias para el baloncesto dominicano, pues estuvo a punto de desatar una guerra verbal entre agentes que se mueven en esa dirección: ofreciendo talento de menores de edad, como si de una trata de blancas fuera el negocio.

El New England Recruiting Report (NERR) señala del dominicano: “escuchamos susurros sobre el todo el verano del 2012, para terminar pensando que era imposible todos los comentarios alrededor suyo. Con 16 años, recién cumplidos, y con 6’07 de estatura, largos brazos, suaves movimientos de cuerpo, fluidez en sus desplazamientos, capacidad deslumbrante con el balón en sus manos y un volumen atlético explosivo, es mucho lo que se puede esperar dentro de una cancha y más sabiendo que tendrá tres años en Wilbraham & Monson con el entrenador Chris Sparks para refinar todo ese potencial”.

Es de esperar que el muchacho no sea abandonado a su suerte y así como los acólitos del ingeniero Rafael Uribe Vásquez, presidente de la FEDOMBAL, trataron de buscar ventajas con este jugador, se le busque la oportunidad de seguir mejorando sus habilidades, entre a un programa para el desarrollo de sus actitudes y fundamentos.

Está en manos de muchos que la versión criolla de Anfernee Hardaway no se pierda en el desconsuelo. Nadie quiere que esta sea la versión de Amaury Filión de “la nueva era”. Espero que este no sea el primer naipe de un castillo que se vende lleno de jardines sin haber fortalecido institucionalmente sus murallas; las columnas y vigas necesitan fraguar. La cultura del fraude está tan enraizada en República Dominicana que ha dejado de ser moda.


martes, 19 de noviembre de 2013

Ellos, los que se derrotan a si mismos


La delegación dominicana que partió a los Juegos Bolivarianos que se celebran en Perú, para ser más específicos en la ciudad de Trujillo, ha tenido la imperiosa necesidad de comprar de urgencia cajas de lápices de carbón, por un tubo y siete llaves o por pi pa’, según la región del país donde usted se encuentre. El Comité Olímpico Dominicano (COD) compró los pasajes aéreos sólo hasta el aeropuerto Jorge Chávez de la ciudad de Lima; de ahí todo el trayecto restante, 14 horas, se ha tenido que realizar en autobuses. Quiérase o no, los dominicanos no estamos acostumbrados a recorrer esas enormes distancias.

Imagino que se negoció con la empresa Ormeño, una de las más famosas de la nación de los incas, con terminal propia en el centro limeño o bien Civa, Soyuz o Molina, tambien efectivas en el trasnporte de pasajeros. Trujillo es la tercera ciudad de Perú y las trujillanas tienen fama de ser mujeres muy hermosas, aunque las de Ica dicen ser las más bellas (alli, cerca de las lineas de Nazca y sus gigantescos trazos que cubren extensas zonas de la pampa de San Jose; lineas trazadas desde epocas remotas en pleno desierto sin perder el trazo
recto).

El COD libró una guerra mediática frente al Ministerio de Deportes y Recreación (MIDEREC) con respecto a los emolumentos para estar presente en estos Bolivarianos y reclama su titular Luis Mejía Oviedo al ministro, doctor Jaime David Fernández Mirabal, una respuesta sobre los requerimientos para el año 2014.

República Dominicana asistirá en el 2014 a los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe a efectuarse en el puerto mexicano de Veracruz. En la actual gestión gubernamental también se hará presente en los Juegos Panamericanos del 2015 (Toronto, Canadá) y en los Juegos Olímpicos del 2016 (Río de Janeiro, Brasil), como compromisos mayores. Siempre las erogaciones por parte del Gobierno Dominicano se realizan sobre los últimos minutos y cada vez los atletas sufren la peor parte.

Las federaciones deportivas nacionales carecen de ingenio y presteza para agenciarse recursos y todos tenemos la percepción de que sus timoneles se han convertido en parásitos que esperan el diezmo mensual que deja caer MIDEREC.

Es insostenible que no exista el mínimo ejercicio intelectual ni gerencial para conducir por rumbos más luminosos esas gestiones. Pero nadie suelta prenda, no hay renovación; es hasta imprudente que Bienvenido Solano haya pasado más de 32 años como presidente del boxeo, Ramón Alexis García agota su quinto periodo en voleibol, nadie recuerda ya cuando Antonio Acosta se instauró en la federación de lucha, así el listado sería interminable.

Los ejemplos de la falta de servicio sobran; la gimnasta Yamilé Peña ha entrenado siempre bajo muy precarias
condiciones, pese a la búsqueda de mejoría de Edwin Rodríguez, presidente de esa entidad, pero no ha recibido respaldo. Más allá de las colchonetas inservibles, de una adecuada transportación, otros vectores amenazan siempre con el desarrollo de las condiciones de la chica, colocada ya entre la elite mundialista, pero seguimos manteniéndola en el mismo cenagal. En las competencias por venir le pediremos que se mantengan en lo alto del escalafón, que vuelva a arriesgarse en una prueba tan resbaladiza e improbable como el tiple salto mortal donde se juega todo, hasta su propia vida, en una milésima de segundo.

El COD debería tener sagacidad, chispa, intuición, prontitud, olfato, y buscar soluciones más efectivas a sus permanentes problemas de liquidez en los momentos de grandes demandas. En estos momentos se asemeja más a un sindicato, de esos muy malos que tenemos en el país, que sólo saben reclamar.

MIDEREC también debería deponer actitudes y entender que una de las formas de vender el país y alcanzar las metas que en materia turística se ha trazado el presidente Danilo Medina Sánchez, de 10 millones de turistas anuales, es por medio de los logros de sus hombres y mujeres en el campo atlético.

Papa Francisco / Papa Benedicto
Hoy por ejemplo, está el accionar de la corredora de ultradistancias Mariluz Mahrer Viñas, quien en una prueba casi desconocida por sus conciudadanos empieza a lograr que otros ojos se vuelvan hacia nosotros, nuestros paisajes, nos visiten y se sientan atraídos por nuestros colores y sabores.

Lo único cierto es que al final de los días tanto el COD como MIDEREC están alejadas de la sociedad dominicana en su conjunto; instituciones que amenazan en transformarse en un problema acuciante para el desarrollo deportivo nacional (¿o siempre lo han sido?). Nuestra sociedad una de las más desiguales de todo el planeta presenta fragmentaciones y heridas durísimas en todas las capas del tejido social, que necesariamente nos lleva a la creciente falta de credibilidad en el funcionamiento de las mismas y en los resultados cotidianos de sus actores.

La ruidosa disconformidad de algunas agrupaciones contra el doctor Fernández Mirabal, donde luce que el
Tres estudios de Luciend Freud
gobierno perdió la iniciativa y quedó paralizado, sin capacidad de reacción frente a la predica militante cada vez más radical de los organismos del movimiento olímpico y los reclamos cada vez más perentorios de cumplimiento de términos de negociaciones pautadas dentro del ciclo de actividades.

Detrás de las desventuradas iniciativas no es difícil vislumbrar el intento de mantener vigencia sin una destreza para la depuración; logro imposible por la intensa colaboración en ambos planos de muchos beneficiarios.

¿Las cajas de lápices?... si, para pintarnos la raya del culo que se borró de tanto estar sentados en los asientos de los autobuses.



domingo, 17 de noviembre de 2013

Trampas repetidas


El título de la crónica firmada por José Cáceres en el matutino Hoy (Nov.15.2013, página 2, sección Deportes) señalaba: “COD está preocupado por dirección del deporte RD”. Por las siglas COD es Comité Olímpico Dominicano y RD es República Dominicana. La fotografía que acompaña la nota es todo un poema: la encabeza Luis Mejía Oviedo en su condición de presidente de la entidad y empiezo a ver algunos de los actores: Bienvenido Solano (boxeo), Persio Maldonado (tenis de campo), Nelly Manuel Doñé (eterno director técnico), Antonio Acosta (secretario del COD, lucha), Osiris Guzmán (futbol), Rafael Uribe Vásquez (baloncesto), Nelson Ramírez (voleibol), por la falta de pelo supongo que está de espaldas Luis Elpidio Cumba, y así, otros más, otros menos…
 
El retrato se hace pequeño, pero me alcanza para observar a Roberto Ramírez, sí, sí, el mismo, ex presidente de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA) y quien desde hace más de una década ha encontrado refugio en un mamotreto llamado Federación Dominicana de Clubes (FEDOCLUBES), amparado por el mismo COD, sin ninguna razón o condición; Roberto Ramírez, o Pablo Reyes, o Roberto Ramírez Reyes o como legalmente se llame… ¡todo un acertijo!...

Tongolele es aún Tongolele, Thelma Tixou nunca dejó de ser ella misma, y Josephine Baker nos dejó siendo la misma… pero este Ramírez, Reyes, Ramírez Reyes, Reyes Ramírez, Pablo, Roberto, Zoroastro, Oristelo, Rojo Rosa Cerezo o como esté en su cédula, es un vedetto sin ritmo, sin gracia, sin espectáculo, como uno que había en el Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua. En fin, una mosca en un vaso de leche.

Muchos tenemos la percepción de que el COD es una institución que se disminuye cada día, un refugio de pequeños tiranos que se mantienen en sus respectivas federaciones contra vientos y mareas, donde los calendarios solo cuentan para los compromisos internacionales y las cuentas se hacen como la de uno, en casa. Las informaciones son dosificadas, se cuenta con asesores sin ninguna capacidad y la imaginación no se emplea a cabalidad.

Sintomática fue la actitud asumida por el ingeniero Roque Napoleón Muñoz al dejar su posición en el Comité Olímpico Internacional (COI), único dominicano en alcanzar tan relevantes vuelos: no recomendar a ningún connacional para la condición que dejaba vacante. Nos dejaba ver que en el COD hay demasiados demonios actuando a sus anchas.

Fernández Mirabal
No constituye una primicia afirmar que lo que más anhelamos los dominicanos, en el aspecto deportivo, es logros en el campo competitivo, por eso nuestros jugadores de béisbol son tan bien valorados; pero lo mismo no acontecen en proporción a la masa de dinero que manejan las federaciones ligadas al movimiento olímpico. Después de ahí, se cuentan con los dedos de las manos aquellos atletas fuera del campo profesional que son reconocidos por los suyos.

El dominicano paga una montaña de impuestos, los servicios más costosos e ineficientes del mundo que se traducen en gravámenes indirectos, sufre el maltrato de las propias autoridades, públicas y privadas, para que el gobierno no cumpla con sus obligaciones y mucho menos de salvaguardar la nación. Una parte de esos emolumentos van al deporte vía el Ministerio de Deportes y Recreación (MIDEREC), otra guarida donde se esconden mucho de los mismos actores alrededor de la bandera de los anillos. La respuesta de la sociedad a esta desidia, a esta indiferencia, a esta silenciosa y letal inacción, es expresada cada día en las ausencias de seguidores a las mismas exposiciones.

Se celebra en el país la Copa Internacional Santo Domingo de Levantamiento de Pesas, hay un evento de
Mejia Oviedo
natación en el Centro Olímpico, meses atrás se efectuó la eliminatoria de la Copa Davis, un poco antes la Liga Nacional de Baloncesto (LNB), y no hay interés por parte de los seguidores de las distintas disciplinas de colmar las graderías de los escenarios.
Los controles que el COD y la propia MIDEREC han intentado para combatir esta desgracia bien conocida en nuestra historia tienen un solo nombre: fracaso. Su reacción más notable respecto del fenómeno ha sido negarlo.

Tanto desde la poltrona del secretario de Deportes, en estos instantes el doctor Jaime David Fernández Mirabal, como de la silla del presidente del COD, no hay una distancia mayor a mil quinientos metros, en línea recta, y desde ambos despachos sólo se sabe que se planifica, se planea, se trazan pautas, lo que debería contribuir a una insondable tranquilidad de espíritu; remedio fenomenal contra la improvisación. Pero esas palabras: planificar, planear, trazar, no parecen figurar en el diccionario dominicano del deporte en ningún ámbito. Así pasan los días, los meses y los años, siempre para tener las mismas dificultades, los mismos magros resultados.

Fernández Mirabal fue pre-candidato a la Presidencia de la República en 1995 ante Leonel Fernández Reyna, para terminar en el puesto de Vice-presidente en la primera administración del PLD (Partido de la Liberación Dominicana); sucumbió en el 1999 ante Danilo Medina Sánchez, quien posteriormente perdió las elecciones ante Hipólito Mejía Domínguez; sus pretensiones de ser el abanderado a la Presidencia de la República volvieron a fracasar en el año 2003 de nuevo ante Fernández Reyna; para el 2007 pactó con Fernández Reyna quedando fuera de toda competencia. En el ínterin fue Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, cargo del que intentó deshacerse y actualmente es Ministro de Deportes y Recreación. Su perfil presidenciable ha ido deteriorándose de forma progresiva.

A los atletas se le exigen esfuerzos extraordinarios para mejorar, quebrar marcas, avanzar a pasos decididos hacia la consecución de victorias, pero los dirigentes jamás se han colocado metas de iguales proporciones que tiendan a mejorar los resultados en todos los ordenes, los que deberían constituirse en núcleos de desarrollo y de crecimiento para las diferentes disciplinas, y por ende mejorar sus capacidades administrativas y gerenciales.

Aquí todo el mundo vio cuando Juana Arrendel se alzaba con la presea dorada, en salto de altura, en el Juegos Panamericanos de 1999, aún sin llegar a la edad de la madurez para una saltadora; llegó la suspensión por dopaje, de la que nadie se hizo responsable y los Panamericanos de Santo Domingo. La atleta se estancó; se adujo que su entrenadora Nathalia Korotoeva, había tenido problemas de pagos y después abandonada a su suerte. Quizás debió producirse un cambio de escenario y hoy, con 35 años de edad, debería estar iniciándose el declive de la petromacorisana. Nadie hizo nada.

José Joaquín Puello
El país está convencido que somos capaces de generar rendimientos óptimos en una enorme variedad de disciplinas, a todo nivel. Para ello se necesitan federaciones fuertes, asociaciones laboriosas, entrenadores y dirigentes de base sólida para el desarrollo y, en lo posible, las mejores condiciones para crecer y mejorar. Hay que estar profundamente comprometidos, esforzándonos por dar lo máximo de nosotros mismos, no para buscar prebendas y canonjías. No para procurar el dinero fácil y dispendiar lo que se recibe que tanto le cuesta al pueblo dominicano.

Como diría cualquier atleta, el éxito se inicia con un sueño; una meta que alcanzar, un objetivo para lograr, alguna aspiración. Para el COD y sus federaciones afiliadas el sueño debería ser encontrar su misión, visión y valores. La misión debe expresar metas y propósito general, en otras palabras, ésta debe ser una organización para el futuro.

Por esta razón, cuando desarrolle la definición de su misión, es importante considerar conjuntamente las ambiciones presentes y futuras. La misión es el trampolín de su visión. Esta describe lo que su organización busca día a día en sus operaciones. Los valores representan el núcleo prioritario en su organización. Misión, visión y valores, de manera conjunta, son la base para el éxito futuro en las federaciones. Pero primero usted debe definir sus metas. Usted debe tener un sueño.

Desarrollar una misión, visión y valores puede ser un reto y una inspiración. Para crear los procesos y métodos formales en una organización se requiere de dedicación. El proceso puede tomar tiempo y requiere paciencia, pero los beneficios que se obtienen valen la pena. Divisar un plan permite establecer sus metas inmediatas, recursos y ambiente, mientras le da libertad a sus sueños para el futuro.
Antonio Acosta

¿Cuánto tiempo más vamos a seguir hablando de lo mismo?... José Joaquín Puello, el camino trunco a Federico Lalane José y a Julio Subero Montas, capaces de hacerle el juego en contra al doctor Puello; la mansedumbre de gente como Solano (boxeo), Guzmán (futbol), Maldonado (tenis de campo), Vargas (pesas), García (voleibol), Ramos (ecuestre), Quezada (arte y cultura) que se dejan usar según los intereses del momento; la resignación de Milton Pinedo (medicina deportiva), la incombustible ruindad de Acosta (lucha), la pujanza sin siembra de Uribe Vásquez (baloncesto), la repartición de los jefes de delegaciones entre Vila (tenis de mesa) y López (triatlón), la falange de propaganda, y así un amplio etcétera.

Me aburro de escribirlo, especialmente para el baloncesto que es la disciplina que me atañe, pero no quiero ni pensar cómo se aburre usted de leerlo. Hay quienes apuestan que me vencerán por cansancio; a esos sólo los reto a jugar esa quiniela.

Por más que uno intente buscar otros destinos, todo vuelve a remitirnos a lo mismo. Ya lo dijo Delem (Vladem Quevedo Lázaro Ruiz, delantero brasileño y después entrenador de futbol): “todos los caminos conducen a Roma”.

¿Alguna novedad diferente?... ¿qué capacidad tiene el Comité Olímpico Dominicano para gestionar un préstamo ante un banco comercial?... ¿qué garantías se entregan?... ¿hay preferencias en la escogencia de la entidad bancaria?... estamos tan domesticados que nadie dice nada en el mundo del deporte que vaya en contra de lo establecido, no importa lo absurdo que esto resulte. El resto es más de lo mismo. Las reservas en dólares del Gobierno Dominicano siguen cayendo, el déficit energético no se borra de la cotidianidad y el desequilibrio de la canasta familiar; los subsidios, los subsidios. Los periodistas que escriben y opinan por encargo, que también los hay en el deporte. En otras palabras, los dólares se siguen fugando del país. Igual pasa con los presos.

Vivimos en el país donde la perversa enormidad jamás podrá empalidecer. Los ciudadanos se ven obligados a convertirse en verdaderos demonios en materia de improvisación para poder sortear los innumerables obstáculos con que lo desafía metódicamente un gobierno y unas autoridades al cual han convertido en tan disfuncional que, por acción u omisión, vive amenazándolo.

El deporte y sus altas instancias son un reflejo de ello; un dios menor, pero igual de perverso. Por demás, una de las instituciones menos democráticas en un país lleno de pequeños tiranos, de hombres más machos que los purititos machos, pero que a la hora de la verdad sólo buscan los mangos bajitos.

¿Qué porcentaje de su presupuesto se llevan los impuestos?... si usted lo sabe, lo felicito: se ha diplomado como adivino. Cada vez se paga más, de forma directa o indirecta, de acuerdo a pautas que yacen en el misterio. Y, además, cada tanto se agrega alguna nueva contribución por orden administrativa. ¿Quién le pide cuentas y resultados a las federaciones afiliadas al COD y a la propia MIDEREC?... ¿cuánto de los impuestos que se nos sacan de las costillas van a parar en manos de desalmados pseudo-deportistas?... aquí la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) pretende sacar aceite de cualquier ladrillo, pero sólo en algunas capas de la sociedad.

Hay elementos sobre estrategia que vienen del mundo corporativo, que pueden transferirse fácilmente al mundo
del deporte. El comúnmente conocido como “La Estrategia del Océano Azul” puede ser de inspiración interesante. La idea básica es que la mayoría de las federaciones que operan en el “mar rojo”  donde el límite en la industria del deporte está definido y aceptado. Aquí se trata de superar a sus rivales para conseguir una mayor participación de la demanda existente. Como los espacios libres en el mercado cada día son más limitados, las oportunidades de ganancia y crecimiento son reducidas. Las federaciones empiezan a ser miradas por los consumidores de una misma manera y la competencia se convierte en un cuello de botella “Un Océano Rojo”. El “Océano Azul” se define como un segmento libre en el mercado, donde la demanda de su deporte está creada y la oportunidad de desarrollo y crecimiento, está abierta. Aunque los océanos azules algunas veces se crean más allá de una industria existente o de los límites de la cultura deportiva, la mayoría se crean mediante la expansión de los límites de la industria actual.

El fin de año traerá las tensiones habituales y como se avizora, el COD y las federaciones subirán la apuesta frente a MIDEREC. Habrá que sortear las expectativas generadas por las versiones de los esperados cambios en el equipo deportivo estatal. El Gobierno tiene las cuentas públicas en rojo y ya no hay maquillaje que lo oculte y aún así se prevé un aumento del gasto para 2014. Las tensiones por la sucesión se expresan sin tapujos, tres bolas de humo lanzadas al escenario con Temístocles Montas, Francisco Javier García y Reinaldo Pared Pérez, para regalarnos antes de fin de año el anuncio de la candidatura de Leonel Fernández Reyna. Muchas son cuestiones estructurales, problemas que el Gobierno no enfrentó a tiempo o lo hizo mal. Otras son hijas de la vanidad oficial.

De eso no se habla, pero está en los pasillos del ministerio, en el propio Centro Olímpico Juan Pablo Duarte. Mientras el sub-secretario Marcos Díaz se muestra desenvuelto en su rol, demasiado desenvuelto para algunos ojos. Más de un despacho ha tocado en las últimas semanas, hablan de “orfandad”, “ausencia de liderazgo” y “desconcierto. Un empresario ligado al mundillo deportivo confesó en estos días que prefería regresar a jugar al golf a seguir en una reunión con el ministro Fernández Mirabal. Los miembros de las federaciones no juegan al golf, pero muchos también desconocen su propia disciplina.


En fin, esto es lo que hay. La gran habilidad consiste en encontrarle la vuelta a lo que tenemos. Ya lo dijo el comediante norteamericano Rodney Dangerfield: “le dije al dentista que mis dientes se estaban poniendo amarillos y él me contestó que usara una corbata marrón”.

sábado, 16 de noviembre de 2013

10 preguntas estúpidas que las lesbianas están cansadas de responder

Y otras 5 que nos gustaría hacerles a riesgo de parecer más estúpidos todavía

Por: Pulzo.com
Encontré en la edición de la fecha (Nov.16.2013) en El Espectador de Colombia este artículo y me pareció interesante parea compartirlo


Las formula Anna Pulley en un texto publicado en Salon.com, en el que sugiere "evitar pronunciar las siguientes frases si quiere tener una conversación libre de peleas, ojos blanqueados y confrontaciones físicas, o si no quiere ser comparado con un cavernícola”.

Ella, sin embargo, no solo las plantea sino que responde cada pregunta y explica qué las hace tan tontas.

1. ¿Quién es el hombre en una relación entre lesbianas? 
Pulley asegura que "ninguna… o las dos" y explica que "se trata de una relación que involucra a dos mujeres, ¡eso es lo que las hace lesbianas!".

2. Si les gustan las mujeres, ¿se sienten atraídas hacia ellas mismas? 
Esta es una de las preguntas que Pulley seguramente encontró más difícil contestar. Sin embargo lo hizo en Salon.com explicando que "si así fuera, todas estarían masturbándose frente a un espejo. Atracción por el mismo sexo no quiere decir autosatisfacción sexual".

3. ¿Cómo tienen sexo las lesbianas? 
El citado artículo explica que "no hay una manera que utilizan las lesbianas para tener sexo… hay como cuatro o más, que involucran las manos, la boca, juguetes, los pies, mordazas…". Así o más claro.


4. ¿Cómo sabe una mujer que es lesbiana si nunca ha tenido sexo con un hombre? 
La respuesta de Anna es así de explícita: ¿Y cómo sabe usted que es heterosexual si nunca ha tenido un pene en la boca?

5. ¿A las lesbianas les encantan los tríos? 
"Puede ser, pero eso no quiere decir que los tríos sean el Santo Grial del sexo lésbico", dice Salon.com

6. ¿De verdad? ¿Es lesbiana? 
¡Pero si es tan bonita! La autora asegura que esa es una especie de insulto disfrazado de piropo y que lleva implícito el lugar común de que "todas las lesbianas son mujeres feas a las que ningún hombre llevaría a la cama por su apariencia de troll".

7. Si se casan con un hombre, ya no son bisexuales, ¿cierto? 
Anna Pulley explica que "el hecho de tener una relación heterosexual no niega lo que tienen en el fondo".

8. ¿Qué tienen contra los penes? 
Con tranquilidad responde que "nada" y dice que "son grandes fanáticas" y que "no es cierto ni que odien a los hombres ni que los envidien por tener penes".

9. Simplemente, no han encontrado al hombre correcto todavía. 
Dice la autora en Salon.com que "no, el lesbianismo no es una consecuencia espontánea de haber tenido malas experiencias con los hombres incorrectos".

10. Desearía ser una lesbiana, las cosas serían más fáciles. 
El artículo dice que eso es cierto "excepto por los crímenes relacionados con odio sexual, matoneo, altas tasas de suicidio, acoso laboral y discriminación (...) O tener que responder las 10 preguntas estúpidas citadas aquí una y otra vez".

Ya respondidas por Anna Pulley las preguntas anteriores, quedan otras dudas que pueden ser igual o más estúpidas que esas. ¿Quién tiene la respuesta?

1. ¿Una lesbiana podría enamorarse de un hombre homosexual? 
Al fin y al cabo, él es más ella que él…

2. ¿El lesbianismo tiene algún efecto hormonal, como el crecimiento de vello facial, engrosamiento de las cejas, fortalecimiento del bíceps, alargamiento de la cumbamba o algo por el estilo?

3. ¿Una mujer lesbiana le mira a otra mujer las cosas que le mira un hombre? 
En otras palabras, ¿les gusta una mujer porque tiene buen culo o buenas tetas?

4. ¿Los niveles de promiscuidad entre las lesbianas son mayores, menores o iguales que entre los heterosexuales?

5. ¿Por qué para un heterosexual los besos entre hombres resultan tan molestos, pero los besos entre mujeres son tan sensuales y románticos?


martes, 12 de noviembre de 2013

Sueños y pesadillas de un poeta criollo


Todavía en las cabezas de mucha gente retumban las arengas de aquel tramo donde Jacobo Majluta Azar trataba de convertirse en Presidente de la República: venga pueblo, venga gente que Jacobo es el próximo presidente y este es un carro sin reversa. Era la voz inconfundible de Tony Raful Tejada (Santo Domingo, 1951), a quien todos llaman El Poeta. Voz que se dio a conocer en el programa radial Tribuna Democrática que se radiaba desde Radio Comercial, órgano del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

Raful Tejada, tres veces diputado, 1982-86, 1990-94 y 1994-98, secretario de Estado de Cultura (2000-04), director de la Biblioteca Nacional y sub-director de Radio Televisión Dominicana, presidente una vez del PRD, diría que sin ningún tipo de arraigo popular, entre tantísimos otros cargos, acaba de presentar su volumen número veintitrés, un libro de poemas que tituló La Loca del Café Sublime: versos y aforismos de un poeta de dos siglos.

Título más que rimbombante, fastuoso, ostentoso, pomposo en demasía, recargado. El mismo autor se define como un poeta que nada entre dos siglos. Mas allá de las imagines y sonidos que estos versos puedan dejarnos, pasarán de forma expedita al olvido, tristemente no resistirán el paso del tiempo y quedarán sus trazos olvidados de lecturas e interpretaciones.

Escuché a Raful Tejada promocionando su libro en el programa radial que conduce Milagros Ortiz Bosch; parecía un vendedor de enciclopedias, expresándose y hablando maravillas de la obra que pondría en circulación. Todo marchaba envuelto en una fina magia, sobraban palabras, hasta el momento justo que empezó a declamar; acto seguido, apague el aparato.
 
Si alguna duda me quedaba, en la crónica que recogía el matutino Hoy (Nov.06.2013) terminé de confirmarla. Leí aquella con ávido interés, poema incluido, para confirmar que el escritor y poeta es esclavo de su tinte de pelo y nada más. Qué se puede imaginar de un hombre con veintitrés volúmenes salidos de su cabeza y de su pluma sin haber trascendido jamás nuestras fronteras y a quien que lo tenemos metidos hasta los tuétanos, en nuestra memoria auditiva, con sus discursos de barricada en aquella siempre combatiente Tribuna Democrática, que era más que un toque de queda en momentos después del mediodía, el que alguna vez fue órgano oficial del partido del “jacho prendio”.

Osaría pensar qué había influido su ejercicio poético; advierto que no hay una raya entre lo que escribe y su trabajo en la política; en esa política vernácula tan desfasada, tan raramente social, pródigamente excluyente, absolutista y más que nada putrefacta. ¿Cómo un hombre que salta de PRD al PRI y regresa al PRD, sin interrogantes, tiene espacio para intentar escribir poesía? (El PRI fue ese grupúsculo sin sentido, divisorio, que creó Majluta Azar cuando intentó separarse del PRD, en la llamada guerra de tendencias).

En el momento cumbre de su existencia, aquella que debió servir para transformar buena parte de la sociedad, Raful Tejada no marcó lineamientos pro-positivos para la puesta en marcha de una política cultural exitosa, lo que también aconteció con su sucesor, José Rafael Lantigua, quien se paseó 8 años en la posición. El sector cultural dominicano no tiene objetivos específicos, ni en tiempos pretéritos ni en el vigente, no hay sustentación para llevar una política en tal sentido y a nadie le importa, por lo menos en las esferas oficiales, todo lo que tiene que ver con este mundillo.

La colectividad artística nacional necesita investigar los requerimientos concretos de la población. Quienes se han apoltronado en el Ministerio de Cultura no han tenido criterios transparentes que nos lleve a una persistencia profesional y un crecimiento competitivo. Aquí el pasado muerde a mucha gente y ni Raful Tejada ni Lantigua escapan a ello.

Lo que si ha existido con relación a los entes culturales del país es un enorme griterío, el escándalo permanente,
la batahola interminable, la confusión sin fin; no hace mucho se llegó a conocer públicamente al ministerio como “la jaula de las locas”, pero nadie dice nada y mucho menos trata de discutir y colocar los puntos sobre las íes. La nación necesita de gente que trabaje y estudie seriamente sobre los problemas culturales. Todo se ha quedado en el caciquismo más puro y duro; Raful Tejada y Lantigua dijeron síganme, pero ninguno explicó por que había que seguirlos. El uno llegó sin programas y el otro borró con todo lo que encontró para no hacer nada nuevo.

El más reciente guía del ministerio, el cantante José Antonio Rodríguez, parece una ostra en su concha. Tampoco dice nada, no se siente, no se escucha. Amargamente el comentarista radial Álvaro Arvelo hijo, en el programa El Gobierno de la Mañana de la radiodifusora Z-101 lo ha llamado repetidamente: “el ministro de la incultura”. Frase lapidaria, lacónica, categórica, seca, redundante, con la que no estoy totalmente de acuerdo. El país conoce de hombres y mujeres con capacidades para sobrellevar el cargo y trazar políticas claras en el sentido cultural (Gamal Michelen Stefan, Carlos Francisco Elías, Carmen Imbert Brugal, Andrés L. Mateo, Rafael Emilio Yunén, a modo de ejemplos); el problema es tener la dignidad para no sentarse en la poltrona para solo cobrar los días de pago.

La cultura dominicana carece de teoría, de conocimientos, de ilustración y de líderes. No existe sobre la faz de la tierra ninguna institución social, empezando por la familia, que no tenga lideres. Pero los llamados a ser ungidos tienen que sacrificarse en lugar de sacrificar a los demás. Un líder cultural debe vivir para la cultura y no para vivir de ella. Vivimos, lo peor de esa mezcla nefasta entre un neostalinismo (el partido y su centro de dirección deciden hasta la hora  de evacuar) y un trujillismo solapado, que poco a poco, teje redes difíciles de desmontar, bajo un binomio neto de clientelismo (ya analizado en un artículo anterior) y de autoritarismo, que al algún momento mostrará sus fauces laberínticas y oscuras (Carlos Francisco Elías, Acento… Nov.11.2013).

Haría más bien que mal, si Raful Tejada reeditara las obras de Pedro Mir, Domingo Moreno Jiménez, Federico Bermúdez, Fabio Federico Fiallo, Héctor Incháustegui Cabral, Manuel del Cabral o Salome Ureña, tan desconocidas por las últimas generaciones de dominicanos.

Miro un brusco tropel de raíles
son del ingenio
sus soportes de verde aborigen
son del ingenio
y las mansas montañas de origen
son del ingenio
y la caña y la yerba y el mimbre
son del ingenio
y los muelles y el agua y el líquen
son del ingenio
y el camino y sus dos cicatrices
son del ingenio
y los pueblos pequeños y vírgenes
son del ingenio
y los brazos del hombre más simple
son del ingenio
y sus venas de joven calibre
son del ingenio
y los guardias con voz de fusiles
son del ingenio
y las manchas del plomo en las ingles
son del ingenio
y la furia y el odio sin límites
son del ingenio
y las leyes calladas y tristes
son del ingenio
y las culpas que no se redimen
son del ingenio
vente veces lo digo y lo dije
son del ingenio
"nuestros campos de gloria repiten"
son del ingenio
en la sombra del ancla persisten
son del ingenio
aunque arroje la carga del crimen
lejos del puerto
con la sangre y el sudor y el salitre
son del ingenio.
Pedro Mir

Hay un hecho fundamental en nuestras necesidades, los gestores culturales no se pueden renovar por encargo; ellos tienen que llegar de mano de los estudiosos en la más absoluta seriedad y es muy difícil en el actual estado de la cultura en República Dominicana. Aquí se ha politizado y cualquierizado las universidades y ni soñar jamás con elevar el nivel teórico y mucho menos el rigor científico. El trazo se está llevando a pasos agigantados hasta la educación media y básica; los políticos han ocupado los ministerios. Hemos sido llevados a un círculo vicioso, programado por la manipulación partidaria; no hay bibliotecas en muchas instituciones académicas, pero tampoco avidez por aprender o por enseñar.

No hay científicos políticos porque los mismos no tienen demanda, y no hay demanda porque los comités políticos los ignoran olímpicamente. No hay motivación para trabajar en esas áreas tan importantes para el desarrollo humano ni para el fortalecimiento de nuestras raíces como nación independiente. Hemos quedados expuestos al formar profesionales con enormes deficiencias.

Se hace necesario, después de empezar a atar cabos, reflexionar y leer críticamente el pasado para no repetir los errores de siempre; ese sería el capitulo cero. El capitulo uno sería estudiar la realidad; el siguiente es teorizar sobre nuestras realidades y después, en un tercero, forjar programas de implementación de los ideales culturales de los dominicanos. Para ello habría necesariamente que ampliar la democracia, con acceso expedito a los bienes culturales, con verdadera participación.

Otro vector que debería ser estudiado es la famosa meritocracia de los que han debido ser nuestros gestores culturales. Una idea sin lugar a dudas conflictiva puesto que el desempeño en las labores de la actividad han dado al traste con las expectativas de la población y la de los propios gobiernos, si han tenido alguna. Las evaluaciones siempre han sido muy sujetivas en el país, aliñadas por el clientelismo más devastador imaginable. Tomemos por ejemplo, la labor de Fradique Lizardo, quien rápidamente se olvida en el ámbito de nuestro folklore, se borra de todos los espacio, se desdibuja su obra; los que han venido después, los que tienen la sartén por el mango, no han producido nada, solo han manejado dinero.


La sociedad dominicana en todos sus ámbitos ha preferido canjear ideales por poder y ello culturalmente es soez. Una cosa es detentar el poder por el poder mismo y otra muy diferente, usarlo para buscar el beneficio de la colectividad, mantener las raíces y las tradiciones latentes pese a la modernidad de los tiempos. Lo que se puede apreciar en el presente es que el electoralismo infectó a todos, empezando por los partidos políticos. Se han olvidado todos los ideales por ganar un voto más, un diputado más o un regidor más.

En este pueblo de Duarte siempre ha faltado más estado, y digo Duarte porque Juan Pablo es el único Padre de la Patria, los demás son figuras decorativas, más Gobierno Dominicano, cuya función sea administrar el bien publico y para ello se necesita idoneidad (del latín, idoneitate, que expresa la calidad de lo idóneo, lo adecuado, y también significa capacidad, aptitud, calificación, habilidad y competencia); se requiere más que entusiasmo y competencia técnica. Hay que lograr que el estado sirva a los intereses de la gente, no que los gobernantes, como ha ocurrido históricamente en República Dominicana, se aprovechen de la gente.

No se puede continuar con una visión anarquista donde sólo se aprecie el aspecto represivo; la política tiene dos aspectos que se olvidan, el contencioso, la lucha por el poder, y el administrativo.

La cultura dominicana necesita de un debate firme sobre ella misma y sus protagonistas.

Al final, la cultura como la sociedad necesita de líderes, no de caciques ni de predestinados, gente que vaya más allá que repetir consejos, sino que eduque. Gente que aprenda a pensar y a discernir y que pueda aceptar las nuevas tecnologías, los nuevos estudios, la novedad en la química, los adelantos en física, las innovaciones en la medicina, la ilustración. No se construye una sociedad nueva solamente leyendo a los antiguos.

Hay que empezar a creer en la libertad con igualdad y fraternidad. Inclinarse sólo por la libertad nos lleva al desinterés por el bien social; remarcar la igualdad disminuye la responsabilidad, las iniciativas y el liderazgo; labrar la fraternidad es predicar que los guaraguaos (Buteo jamaicensis) pasen a confraternizar en el gallinero y eso es imposible.

Lo mismo pasa con la educación, no basta con clamar por mejores escuelas, los jóvenes tienen que ir sanos y alimentados, e integrar familias donde por lo menos uno de los miembros tenga un trabajo estable. Trabajo, educación, salud, alimentación van de manos. Los valores siempre se dan en paquetes, no funcionan de forma individual. La visión sistémica debería ser componente esencial en nuestra filosofía.

Ningún gestor cultural dominicano ha creado una suerte de efecto potenciador, que logre la impresión de una
obra que genera una impresión por lo menos medianamente vasta. Tampoco nadie se ha sacado los prejuicios de sus hombros y las miradas cristalizadas; quizás algunas obras de los olvidados y excluidos es posible más de una sorpresa (me viene al recuerdo el nombre del pintor Vicente Pimentel).

Debe de llegar un huracán renovador que eche por tierra todas las mentiras que se han producido en nombre de la cultura dominicana.

Raful Tejada con plena conciencia, quizás, lanza un nuevo volumen en su dilatada producción, que morirá en los anaqueles de quienes lo reciban como obsequio pero en su fuero más íntimo sabrá que no ha contribuido jamás a mejorar el acervo cultual dominicano, y que se quedó sin tiempo y sin fuerzas para hacerlo.

Un olvidado Louis Blanc señaló en 1839: “a cada cual según sus necesidades, a cada cual según sus capacidades”.