martes, 26 de abril de 2016

Agrios edulcorados…
Caso 185: Guionistas para Hollywood
Abr.26.2016

La historia ya recoge que el Club Deportivo y Cultural Mauricio Báez fue el campeón del Torneo de Baloncesto Superior del Distrito Nacional en este 2016; así se leerá en las crónicas dentro de 40 años, dentro de 50 y dentro de 100. Era un guión que estaba escrito y se haría cumplir contra viento y marea. Por supuesto, quien hacía de segunda voz era el San Carlos; estaba destinado a ser así. La dirección de José Monegro, la producción de Federico Lalane José y el encargado de boletería resultó nada más y nada menos que Leonardo de Jesús Heredia Castillo, también conocido por el mote de Leo Corporan, con el fuerte respaldo de Orión Mejía, gerente de comunicación del Banco de Reservas.


¡Una película de Hollywood!

Lo que nadie jamás pensó era que iba a aparecer un imberbe totalmente desconocido llamado Abraham Disla Nivar que con paciencia y calma estuvo a punto de aguar la fiesta a todos. Con paciencia y calma, como se sube un burro a una palma. Cuando caminaba a la gloria, cuando parecía indetenible lo siquitrillaron.

Mauricio Báez campeón, pero detrás una nube perturbadora en el ambiente.

El grupo reunía un cúmulo de talento interesante, muy joven para lo que es la tónica en el país, pero lleno de egos turbulentos, en los aspectos técnicos faltará siempre apretar algunos tuercas; uno de los mejores refuerzos que ha jugado en República Dominicana en años recientes, en la figura de Stanley Robinson, quien considero pudo dar mucho más, pero que además es de los poquísimos que ha cumplido un calendario completo; y una dirigencia que mostró enormes falencias, empezando por la de no hacer el team-work necesario. Salvó la situación que esos chicos se conocen desde muy jóvenes, caso similar a lo del Rafael Barias.

Por supuesto, Heredia Castillo dispuesto a desplegar sus malas artes. Las mismas que usa desde 1974 y que lo dibujan tal cual es.

Esta vez no escuché que ningún jugador había sido hecho preso, pero no dudo que si Manuel Elpidio Castro Castillo estuviera aún como jefe de la Policía Nacional más de uno hubiera amanecido detenido, enchirolado. Ni hablar de “los cueritos de Villa Juana”… y no precisamente aquellos fruto del asado de una pieza de cerdo.


No se puede encubrir la enorme carga de totalitarismo existente en el deporte dominicano y a la que el baloncesto no escapa. Se siente en cada acción del presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), Rafael Fernando Uribe Vásquez, también conocido con el mote de Rafelin, en la manipulación del periodismo, en el silencio de los analistas, en el mutismo del presidente del Comité Olímpico Dominicano (COD), también conocido con el mote de Luisin, y en la complicidad de Monegro y por supuesto, la de Diego Pesqueira, presidente del San Carlos, Tomás Polanco, Pedro Pablo Díaz, Andrés Terrero y compartes.

Se está tejiendo un panorama muy delicado dentro del baloncesto a nivel nacional y en el Distrito Nacional en particular, buscando la corporación indisoluble de los actores dispuestos a dejarse corromper. Perpetuar a Uribe Vásquez, repartir beneficios entre Eduardo Najri y Heredia Castillo, y dejar migajas para los clubes y asociaciones.

Así nos llegó la plancha de consenso de la ABADINA con Monegro a la cabeza, también la plancha unitaria de San Carlos presidida por Pesqueira y ahora, en el San Lázaro también se busca lo mismo con unos figurantes desconocidos. Comunitarias pero impuestas desde el poder de la FEDOMBAL para seguir en el boato.

Hay que recordar que el San Lázaro está secuestrado por el beato de Rafelin y a nadie le ha interesado resolver esa situación; un club de tantas luces y tan arraigada permanencia ahora secuestrado por una figura que nada le ha aportado.

Este pretendido fascismo deportivo no es el clásico piramidal que nos ha enseñado la historia, este no tiene un líder fuerte, afanoso y capaz; es de otra condición y jerarquía. En este tinglado se mezclan la intolerancia, la marginación del que no está acorde con los postulados, el señalamiento, el descrédito, la impugnación, la separación, la exclusión, la ceguera intelectual, la obstinación, la estigmatización, la ausencia del debate, así las cosas.


Los dirigentes deportivos dominicanos tienen aferrada la idea de que participar en las actividades de las federaciones, asociaciones y clubes sin alcahueterías, lenocinios y escándalos es no ejercer. Por eso tantos griteríos y lo peor es que el COD se hace cómplice con su sordina e improceder.

Quien vive con delirio de grandeza
Se cree en este mundo el más importante
Lo de otro lo que con indiferencias
Y lo considera de menos clase
Se jacta de gloria por lo que hace
Porque vive enfermo de la cabeza
Con calma y paciencia
Interprete: Diomedes Díaz
Compositor: Marciano Martínez

Traté de parafrasear a Quim Monzó en su artículo en La Vanguardia (Abr.26.2016), pero solo podré utilizar la frase: “durante los últimos lustros hemos asistido a la consolidación de una especie de bípedo que, como característica principal, tiene la de ir por la calle con los ojos fijos en el denominado teléfono inteligente”… aquí hemos creado un bípedo, dentro del deporte dominicano, con un ojo morado y el otro colorado, que asistido del mismo teléfono vive rogando a Dios pero con el mazo va repartiendo porrazos peligrosos, de todos los colores. Por supuesto, totalmente identificable, porque viven de los recursos del estado, cual parásitos, y que “cuando avanzan hacia ti, no levantan ni un instante la vista del aparato y, cuando prevés la colisión y te detienes ante ellos, a pocos centímetros del impacto, te miran, chascan la lengua y con la mirada te reprochan”.

En las crónicas no se incluirán jamás los cortes de energía eléctrica en los partidos entre Mauricio Báez y San Carlos y entre San Carlos y El Millón, tácticas prehistóricas del “mauriciano” de otros tiempos. Cabe recordar la final de la Liga Nacional de Baloncesto (LNB) del 2014 entre Metros de Santiago y Titanes de Santo Domingo, donde falló la seguridad, y de que frente a dicha acción no se tomó ninguna sanción. Clima enrarecido del baloncesto nacional, amen de los frecuentes disturbios aquí y allá. Las conversaciones con los árbitros y la imposición de jugadores, entre tantísimas tosquedades.

La violencia en el deporte es algo repudiable que debería desaparecer de raíz, pero la intimidación fascista, desarrollada por las cúpulas del baloncesto es la peor de todas. Repito, se emplean las acciones más descarnadas y perversas. Poniendo en riesgo la salud de los actores del espectáculo deportivo y contagia el atractivo del baloncesto, que en República Dominicana se perdió por su falta de democratización.

Por ello gente como Uribe Vásquez, Heredia Castillo, Najri, López Guillen (Melvyn López Guillen), José –Maita- Mercedes Del Rosario, los recién llegados Monegro y Pesqueira, ahora también como malos actores de reparto Julio César –Ayata- Javier y José Santos Ceballos y todos los miembros de este tinglado vivirán siempre en el ojo del huracán.

Lo único que tengo para decir, es que a estas alturas de mi vida no estoy para callar mis pensamientos ni para privarme de nada que sea de mi agrado. A ellos les toca enderezar el rumbo, no importa si son mayores o más jóvenes que yo. De lo contrario, seguiré mandando a la misma mierda a quien se lo merezca.



Describió Arthur Schopenhauer: “la flor replicó… ¡necio!... ¿acaso crees que florezco para que me miren?... florezco para mi, porque me place, no para los demás. Mi jubilo está en mi ser y en mi flocerer”.

sábado, 23 de abril de 2016

Agrios edulcorados…
Caso 184: Un “maderita” en las Grandes Ligas
Abr.23.2016

Esta mañana me encontré con Joaquín González Casado, experto en béisbol y la buena comida, y en la conversación me señaló que era un tipo de altos vuelos e inspiraciones, ¡Me reí!


Mis inspiración, a mucho orgullo, son mis hijos; pero mis hijos son también los hijos de mis hermanos, los de mis compadres, los de mis amigos. Lo son los amigos de mis hijos.

Ayer hubo fiesta desde el estado de Colorado, pasando por toda la República Dominicana y finalizando en la región de Los Lagos, en Chile.

Los Colorados Rockies, equipo de la Liga Nacional, llamó al lanzador dominicano derecho Carlos Estévez, que es uno de mis tantísimos hijos.

De momento estará siendo utilizado en el relevo largo, pero esperamos mucho más.


Todos los éxitos, todas las bendiciones, la mejor salud.

viernes, 22 de abril de 2016

Agrios edulcorados…
Caso 183: Psicoterapia relacional
Abr.22.2016

Lo leo y no lo creo. La Liga Nacional de Baloncesto Femenino recibirá el nombre de Fernando Teruel (Fernando Arturo Teruel Capri, La Vega, 1952).

Si usted me señalara a Máximo Bernard Vásquez, Mayobanex Mueses, Bienvenida Socias, Piedad Pichardo, Mayra Paulino, Josefina Copplind, Vilma Guerrero, Teresa Duran, Matilde Guerrero, Silvia Espinal, Cristina Montilla, Luz del Alba Hernández, Scarlet Sánchez, Áurea Desangles, Guadalupe Ruiz, Juan –Wiche- Ulises García Saleta, Carmen Dilia Santana (me disculpan pero esta vez no usé el orden alfabético y los nombres saltaron a mi memoria) o el que sea de su preferencia, lo entendería.


William Ramos, Julio King Domínguez, Radhames Paulino, Luis Rojas, Aldo Alfonseca, para citar algunos entrenadores más recientes, hasta lo aceptaría.

¿Pero Fernando Teruel Capri?

Honestamente no lo entiendo.

Que recuerde, Teruel Capri fue el entrenador nacional femenino en el año de 1993, para el Centro-Basket de Ponce, y no mucho más. Su influencia en el ramo de damas ha sido escasa. Podríamos decir que casi nula. En los hombres ha tenido una experiencia totalmente diferente.

En lo personal creo que hay dos Fernando Teruel Capri muy diferentes, uno antes de 1983 cuando a fines de año fue nombrado director técnico nacional por la FEDOMBAL de entonces presidida por Federico Lalane José, en substitución de Pedro David –Pututi- Curiel, quien todavía está a la espera de una explicación por su relevo, y el que se mostró posteriormente, coronado con el hecho de que al año siguiente ganó la corona del baloncesto superior del Distrito Nacional con el equipo de Mauricio Báez.

En tiempos recientes Teruel Capri ha estado muy ligado a la directiva de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) que preside Rafael Fernando Uribe Vásquez, también conocido por el mote de Rafelin. La primera sorpresa fue la designación como delegado de la selección dominicana que asistió a los Juegos Panamericanos del año 2015 efectuados en la ciudad canadiense de Toronto. Es además, director técnico nacional del Ministerio de Deportes y Recreación (MIDEREC), entidad a la que ingresó desde los tiempos que estaba bajo la responsabilidad de Luis Scheker Ortiz (1982-86). Es también miembro del comité permanente del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano. Desde hace años es productor de un programa meridiano en la televisión dominicana donde enfoca temas de actualidad.

El pabellón techado de La Vega, ubicado en el Centro Olímpico de La Vega, lleva su nombre por iniciativa del diputado Alfredo Cruz Polanco, desde el año 2006. La temporada 2015 de la Liga Nacional de Baloncesto (LNB) le fue dedicada íntegramente. El Colegio Dominicano de Entrenadores de Baloncesto (CODEBAL) le nombre “entrenador por excelencia”.

Quizás usted podría señalar que es un hombre del baloncesto, ciertamente, pero no es el único, y en el caso de las damas hay infinidad primeros que el, hombres y mujeres.

Unas cuantas veces me he referido a la falta de cultura baloncelistica de Uribe Vásquez, un gran desconocedor de la historia del deporte, pero ni siquiera trata de adquirir los mínimos conocimientos para evitar los reiterados yerros. Ello le induce a una falta de coherencia que está dejando su impronta.

No me equivocaría en pensar que Teruel Capri agradecerá y aceptará el homenaje. Al vegano le gusta este tipo de exposición. “Gereint se dirigió a los limites de su dominio, llevando con él como guías a los nobles más expertos. Tomó posesión de los límites más alejados que le mostraron. Como era su costumbre durante su estancia en la corte de Arturo, frecuentó los torneos, combatió con los hombres más valientes y más fuertes, hasta que fue celebre en toda la región como lo había sido antaño, y enriqueció su corte, compañeros y nobles con las mejores armas, los mejores caballos, y las mejores joyas. No cejó hasta que su gloria se había extendido por todo el reino”, Érect et Énide de Chrétien de Troyes.

Sin lugar a dudas en Teruel Capri se han conjugado muchos factores e influencias, que han marcado su personalidad y su destino, una formación académica sólida, una curiosidad temprana, las lecturas que fueron tocando sus manos, el interés de fecundar sus sueños juveniles, la interpretación de la sociedad desde sus diversos puestos de educador, la férrea disciplina frente a sus discípulos, pero temo que al llegar los años esté necesitado de ese fenómeno que todos pretendemos negar y que trascienden los limites de nuestra capacidad, el apego por sentirse reconocido.



Como señaló Arthur Schopenhauer: “un obstáculo capital del progreso del genero humano es que la gente no escucha a quienes hablan con sensatez sino a quienes hablan más alto”.
Agrios edulcorados…
Caso 182: Cuando a la piña se le coloca una moña
Abr.22.2016

Imaginemos a los Yankees de Nueva York disputando la Serie Mundial y cambiando de jugadores en cada uno de los partidos, de paso, también al dirigente. Es como si en octubre el equipo de la Liga Americana se hiciera con los servicios del lanzador Jake Arrieta, del intermedista Daniel Murphy o del torpedero sensación Trevor Story. O para estar más cercanos a lo nuestro, que Cleveland Cavaliers le dispense una llamada al español Sergio Llull (6’02), San Antonio Spurs reciba los servicios del serbio Milos Teodosic (6’05), Toronto Raptors al juvenil croata Dragan Bender (7’01) y Houston Rockets se refuerce con el croata Dario Saric (6’10).

Del otro lado que Real Madrid recupere al alero Nikola Mirotic proveniente de Chicago Bulls, Carmelo Anthony haga lo propio con el Barcelona y Karl-Anthony Towns pase a integrar la plantilla del CSKA de Moscu.

Suena absurdo porque la historia de las competiciones se escribe de manera diferente a como se quiere tejer en República Dominicana.

Ello nos deja establecido que no tenemos equipos, sólo una selección de personal apta para encestar y nada más, porque eso es lo que se busca, lograr más canastas que el contrario, que ciertamente es la primera disposición del juego; después vienen las reglamentaciones, aunque aquí parecen se borraron o fueron suplantadas por el obsoleto Reglamento Nacional de Competencias, que nada importa y que nadie lee.

San Carlos anuncia la contratación del tirador Víctor Liz (6’02) para el tercer juego de la final contra el Mauricio Báez, quien nen menos de un mes jugó para Guaiqueries de Nueva Esparta en la liga de Venezuela, el Gregorio Urbano Gilbert (GUG) en el superior de Santiago, pasó brevemente por el San Martín de San Francisco de Macorís donde se efectúa otro superior, y ahora lo hará con los sancarleños, que aún no tienen el agua al cuello, pero encendieron el botón del pánico desde que Julio César Javier, también conocido por el alias de Ayata, les renunció, en un acto de cobardía extrema.

Liz también es esperado en Puerto Rico para integrarse a los Santeros de Aguada, equipo que adquirió sus derechos. Se recuerda que allí juega como nativo, aunque solo ha vestido una vez la franela de los Atléticos de San Germán (2013). En Aguada tendrá que ganarle el puesto al también dominicano Rigoberto Mendoza, que actúa como refuerzo comunitario y cuyo desempeño además de estupendo, ha sorprendido a muchos, un servidor incluido: 24 partidos, 16.3 puntos, 5.7 rebotes y 3.4 asistencias con un altísimo 59.0 por ciento desde el campo, un deficitario 30.2 por ciento detrás del arco y un aceptable 70.0 por ciento desde la línea.


La presencia de Liz solo hace confirmar la calidad del baloncesto que estamos jugando. El baloncesto hipódromo o el baloncesto ping-pong, como usted quiera llamarlo. El que asista al Palacio de los Deportes sólo eso recibirá, porque no hay otra cosa. A la carrera, sin sistemas, sin entrenadores capaces y con presencia, todos carentes de filosofía.

Mauricio Báez también colocará en la cancha a Alexis Montas, el veterano jugador alto nativo de La Romana, otro trotamundos de los “superiores” dominicanos. Montas vistió este mismo año los colores de su equipo local en su ciudad, reforzó al mismo San Martín en San Francisco de Macorís y hoy se calzará el uniforme de los de Villa Juana, en substitución de Alejandro Salas.

No hay filas para acceder a la instalación en el mismo medio del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte. Es más, los osados que se atrevan a presentarse deberían recibir la boleta de manera gratuita.

Se tambalea la fe en el deporte y nadie dice nada, ni toma correctivos.

Para los que no conocen la historia, en los primeros años los equipos no podían cambiar los jugadores foráneos: tenían que mantenerlos a lo largo de la competencia. Después, con la reposición de los refuerzos se aceptó un solo cambio, que debía de producirse antes del inicio de la tercera ronda. Además, los equipos que osaban presentarse sin su jugador importado eran sancionados con 5 mil pesos de la época (a mitad de la administración de Salvador Jorge Blanco, 3,600.00 dólares, moneda de los Estados Unidos, según el cambio del momento: 1US$=1.39RD$).

Viva la imagen del propio Mauricio Báez cuando en el 1980, con otra filosofía y otros valores, cuando no especulaba con el mercantilismo y la hipocresía, notó que quien había sido su buque insignia, el centro norteamericano afincado en España Ed Johnson, ya no podía con los más jóvenes y osados, al ver pasar sus mejores momentos, y le resultaba imposible colocar el listón tan alto como para promediar sobre los 29 puntos y 15 rebotes por encuentro, pero prefirió correr toda la distancia con el viejo zorro.


Después se permitió la libre contratación de manera ilimitada.

Al final y desde hace bastante tiempo, el que logre clasificar y más empeño económico coloque en las ruedas post-temporadas siempre se quedará con el premio.

Ello permite una rumbita abierta al baile, cualquiera que sea su gusto musical, y la eterna sospecha de que manos invisibles salen a catalizar resultados de los equipos que reciben esa oxigenación final.

Hoy Mauricio Báez tiene todas las de ganar, por supuesto, es un cartuchazo que quiere disparar Leonardo de Jesús Heredia Castillo, el hombre que también es conocido como Leo Corporan, y que según el mismo admite, su único acto de heroísmo es que era introducido en el baúl de los automóviles para desde ahí lanzar grapas en las calles de la ciudad en los años de la década de 1960, ello debido a su corpulencia física.

En lo más recóndito de mi alma tengo que aceptar que se hace difícil que este Corporan esté recibiendo dinero abiertamente de todas partes, pero no me quemaría las manos por él. De lo que estoy seguro es que está usando todas sus malas artes para enróstrale a los demás que es quien mueve los hilos de la ABADINA y por supuesto, tratando de que el Mauricio Báez salga con la corona.

San Carlos está en vilo, Pesqueira (Diego Pesqueira) ha ido a consultar a unos médicos chinos por los lados de la Benito González, y Espinosa (Agustín Espinosa) fue visto por el Pequeño Haití, detrás del Mercado Modelo, ambos recibieron la noticia de que la condición de su equipo no es halagüeña. Eddie Jones se queja que Heredia Castillo está recibiendo más allá del Gobierno Dominicano que ellos y emplazó a su benefactor hermano que preside la Liga Municipal Dominicana; hasta a Kobe Bryant están dispuestos a llamar, ahora que no tiene contrato con Los Angeles Lakers.

Padilla (José Luis Padilla) llamó a Frank Brito, obviando que es socio de Melvyn López Guillén, el sobrino de Modesto –Pechera- Guillen, y Méndez (Francisco Méndez) hizo una conferencia con Jordan Olivo Batista y Munir Dagher Saud, pero nada pudieron ofrecerle.


Repitiendo a Juan González, sub-secretario de Estado de los Estados Unidos para asuntos hemisféricos, los actores del baloncesto en República Dominicana tienen que demostrarle al mundo que pueden empoderarse y hacer valer sus derechos. Esto no es un negocio de Rafael Fernando Uribe Vásquez, también conocido por el mote de Rafelin, Heredia Castillo (Corporan), Eduardo Najri, José Monegro, los miembros del Comité Ejecutivo de la FEDOMBAL, los presidentes de las asociaciones provinciales; el baloncesto es un bien del pueblo dominicano.


Por ello, repitiendo a George Orwell, “si la libertad significa algo, será sobre todo el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír”.
Agrios edulcorados…
Caso 181: Día de los Entrenadores de Baloncesto
Abr.22.2016

Hoy viernes, Abr.22.2016, se celebra en todas partes del mundo el día del entrenador de baloncesto.
Quizás, cuando el día avance seguro “los que no me leen” estarán enviando felicitaciones a trocha y mocha. Estamos llenos de hipócritas, pero para peor farsantes anodinos que pretenden vivir de la tramoya.

Najnudel
En la página de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) hay una lectura que se resume en: “los dominicanos amamos el baloncesto”… yo me preguntaría, ¿amamos el baloncesto para esquilmarlo?

Intenté buscar a CODEBAL (Colegio Dominicano de Entrenadores de Baloncesto), pero no encontré nada.

Por primera vez visité la página de Twitter de Curiosibasket, porque me dicen que su responsable Rafael Faneyte desayuna, almuerza y cena conmigo en la cabeza, como la canción de Wason Brazoban, y lo único que encontré fue un cartel donde se leía: “no hacemos promoción gratis”.

Finalmente visité la página de Twitter de Rafael Fernando Uribe Vásquez, también conocido por el mote de Rafelin y me di por vencido. Me llamó la atención un párrafo: “coach Mercedes y señor Fajardo, tecnología de seguimientos tácticos”… ¡que buena pela!

Quizás en lugar de festejar debería colocarme un crespón negro porque en República Dominicana la labor de entrenador de baloncesto está relajada. Acá, cualquiera es bendecido y “entrena” a niños para no aportarle nada a su desarrollo como ser integral. Hay quienes se abrazan a esta carrera para “buscarse el moro”; se colocan un silbato en el cuello y eso basta.

Es cierto que los de la base trabajan en condiciones nada favorables, una pelota para 20 chiquitos, media cancha porque la otra mitad hay que prestarla a “los añejos”, niños con malformaciones, enfermedades de todo tipo, caries, anemias volando por los aires y tratando de arrancárselos a los micro traficantes que los usan como delivery.
Stanislav Pesic

Pocos se estimulan a formar esa masa con la que trabajan, nadie busca al dentista del barrio, o al pediatra del sector, ni hace una comida de cuando en vez para que los niños tenga una mejoría en su carga calórica; todos quieren ver surgir de manera instantánea a un Jack Michael Martínez, a un Manuel Fortuna, a un Chicho Sibilio o a un Manolo Prince cuando faltan los fundamentos.

Como escribí una vez, nadie en su sano juicio invitaría a Melvyn López Guillen, a José Mercedes Del Rosario, también conocido como Maita, a Julio César Javier, también llamado Ayata, y así una lista interminable a almorzar al mediodía y compartir una mesa.

El baloncesto sirve para fomentar una sociedad más sana, tristemente en mi país no se ve así. Se viven los momentos de mayor podredumbre y eso tiene un único responsable: Rafelin.

Todos quedamos convencidos que Frank Herasme hizo una mala gestión en su largo paso por FEDOMBAL, era acaparador, emotivo y parcializado, algunas veces hasta patético, pero en su corazón no albergaba la maldad, aunque no quería que nadie descubriera esta virtud; todos pensamos que superarlo era difícil, pero en menos de lo que decimos berenjena encontramos no a un malo, tropezamos con un mentiroso, cobarde, pusilánime, fétido, lúgubre, corruptor, funesto, perverso y por ahí sigue el largo rosario de pavorosas malignidades.
 
Ettore Messina
¿Dónde estuvieron los cursos de actualización de entrenadores por parte de la FEDOMBAL en el 2015?... ¿cuántos llevó a cabo CODEBAL?... ¿por qué FIBA-Américas no dispone de cupos para trabajar con los entrenadores dominicanos?

Abril 22, conmemoración del fallecimiento de León Najnudel, un hombre vital, un entrenador de primera línea, arquetipo del porteño bohemio y nocturno, uno de los forjadores de la potencia que es hoy Argentina en el ámbito del baloncesto, junto a Horacio Seguí, José María Cavallero y el eternamente recordado Osvaldo Ricardo Orcasitas.

A los pocos entrenadores dominicanos de verdad, muchas felicidades.

A los pocos entrenadores dominicanos, de verdad, muchas felicidades.
Mark Jackson

A los otros, un cohete entre las nalgas y ¡fuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin!... ¡a la luna!, como decía Max Álvarez.


(para quien no lo notó, los párrafos donde se lee, a los pocos entrenadores… están puntuados de forma diferente)

jueves, 21 de abril de 2016

La historia del basket baila al ritmo de la extorsión

Tenía 15 años y llegué al Eugenio Perdomo, no recuerdo de que manera, los entrenamientos eran en la cancha de la Escuela Primaria República de Brasil en el sector de San Carlos, ya cayendo la tarde. Las practicas eran incesantes con Félix Aguasanta Rojas al mando y cuando este no podía asistir entonces Gustavo Eugenio Concha Villar tomaba las riendas; no se que era peor, la dureza de Aguasanta Rojas o la intensidad de Concha Villar, quien terminó siendo mi compadre de sacramento. Uno de los grandes olvidados del baloncesto dominicano.
 
Ilustración de Horacio Cardo
Algunas veces practicaba dos veces al día, la primera tanda en las tardes, con el sol sobre nuestras cabezas, en el Colegio Dominicano De La Salle con Faisal Abel y Alejandro Abreu y en las noches pasaba al Eugenio Perdomo. Terminaba extenuado, pero ello de nada valió para poderme destacarme en la actividad; unos años después, cuando Osiris Duquela tomó el Club San Carlos y yo estaba iniciándome en la universidad, llamó a practicas y para mí sorpresa quedé entre los que pasaron la primera criba. Iba directo a formar parte del San Carlos de 1975, pero mi viejo me detuvo en seco: “sabes cuantas personas viven del baloncesto en República Dominicana”. Aquello era una sentencia definitiva, ¡tragué en seco!

Desde San Carlos subía por 15 centavos al ensanche La Fe; eran otros tiempos pese a los fatídicos doce años de Joaquín Balaguer Ricardo. Salía a la 30 de Marzo y de ahí avanzamos por toda la avenida San Martín, tomábamos la Máximo Gómez y casi en las puertas del Cementerio Nacional girábamos en la Arturo Logroño (antigua calle 18). Otras veces, Aguasanta Rojas me depositaba en la esquina de la Ortega y Gasset con Arturo Logroño.
Middleton

Ahí, en esos vaivenes juveniles conocí a muchísima gente. Sergio Abreu Delmonte, Eurípides Pichardo, José Oscar –El Tró- Fernández (+), Luis Rafael –Kirklan- Navarro, Luis Concha, Violeta Villar, Ana Felicia Comme (+), los hermanos Da Costa, un inquieto e incombustible point-guard llamado Hugo Batista (+), Félix, el hijo de los dueños del colmado que estaba frente a la iglesia; el espigado Sanabia, Guai-mi-mai, a quien le tildaban de ser el único mini-basket que tomaba licor, fumaba y jugaba con suspensorios.

Pasó el tiempo y dejé el baloncesto activo para empezar a escribir, lo hice primero en 1977 en Ultima Hora y tiempo después Félix Acosta Núñez, editor deportivo del Listín Diario, me contactaba para decirme que necesitaba una crónica diaria sobre su escritorio y que la misma sería totalmente pagada. El gusanillo me venía de casta, siempre había admirado la pluma exquisita de mi tío Julio Genaro Campillo Pérez.

Como seguía el baloncesto norteamericano con asiduidad, desde 1974, me involucré en la contratación de jugadores foráneos. Los primeros intentos fueron con el Club Deportivo Naco; sugerí el nombre de un chico llamado Brad Bradson, que días antes había firmado para Italia. Por sugerencia de Fernando Pérez Ubiera los naqueños optaron por Mike Robinson, que ya había estado en el país en labores de divulgación religiosa. Osiris Duquela me llama para el diera el santo y seña de Alex Middleton recién egresado de Iona University, aproveché para sugerirle el nombre de Edgar De La Rosa pues el director de información deportiva de St. Francis College (New York) me habían reportado a un chico que estaba jugando con los Terriers de origen dominicano.
 
Sergio Abreu
El primer fin de semana de Middleton y De La Rosa en el país, en ese 1980, celebré un almuerzo, donde estuvimos además de los dos jugadores Osiris Duquela, mi papá, mi hermano Francisco y un servidor. De paso, cabe anotar que el entrenador universitario de Middleton fue el mítico Jim Valvano.

Middleton repitió con San Carlos en 1981. Era el complemento perfecto para un trabuco que contaba con el propio De La Rosa, Ismael Cristóbal Tapia Japa, Evaristo Pérez, Vinicio Muñoz, Luis Cruz y Víctor Gerónimo, entre las fichas más destacadas. No era el importado que buscaba encestar 20 enteros todas las noches, pero se hacía notar, estaba presente, ayudaba en todas las facetas del juego y se integró perfectamente a la escuadra.

De La Rosa, Tapia, Pérez, Muñoz y Cruz estuvieron entre los 12 jugadores que asistieron con la selección nacional a los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe efectuados en Cuba en 1982, donde no estuvo presente ningún atleta militar por temor a que el comunismo se impregnara en la piel de los mismos.

Una de mis constantes críticas al baloncesto nacional es su sistema de comunicación, plagado de advenedizos, de gente sin instrucción, pero también sin historia. Hay de todo en esa selva de primates, simios y orangutanes, aunque algunos quieren disfrazarse de gorilas. Hemos terminado leyendo y escuchando a gente que gracias a la tecnología tiene acceso a diarios y portales de los Estados Unidos y repiten hasta el hartazgo las incidencias de la NBA, pero nada más, pero sin curtirse en el por qué de las cosas, en lo básico, en las cosas que verdaderamente siembran para el mañana.
San Carlos, 1987

En los tiempos que corren, la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), la Liga Nacional de Baloncesto (LNB) y la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA) han creado el periodismo de notas de prensa. Nadie cubre los eventos oportunamente y todo se maneja en base a lo que esas instituciones pretenden transmitir. Lo peor es que esa responsabilidad queda en manos de gente que no sabe redactar, no conoce el juego, no tiene imaginación descriptiva pero tampoco conoce la historia de la actividad. Los gazapos se suceden uno detrás de otro.

El cantante Prince, fallecido en esta misma fecha (Abr.21.2016) señaló a la revista Spin en el año 2010: “todas esas computadoras y dispositivos electrónicos no son buenos, te llenan la cabeza de números y eso no puede ser positivo”. ¡Una nota curiosa!

Para peor, en el caso de la ABADINA presidida por el periodista José Monegro, sub-editor del diario gratuito El Día, permite esa falta de profesionalismo, en lugar de promulgar la pulcritud y el cuidado a la palabra. Es la confirmación de que los puestos en el baloncesto nacional y en muchas instituciones públicas o privadas, a todos los niveles, se entregan a gente dispuesta a comer mierda por un par de centavos.

Varios amigos me han llamado para que observara la nota con la que ABADINA ofrecía su versión del inicio de la serie final entre los combinados de Mauricio Báez y San Carlos, llena de incongruencias. El primero que pegó el grito al cielo fue Euripides Pichardo, uno de las almas mejor informadas de todo el baloncesto nacional, entrenador de la selección femenina, entrenador nacional en Honduras, profesor de educación física, columnista del matutino Hoy y trabajador incansable por el bien del baloncesto.
 
Donald Royal
El profesor Pichardo me autorizó, en su nombre, a llamar de ineptos a todo el cuerpo de prensa de la actual ABADINA, indicándome algunos nombres que me reservaré.

El primer yerro surge en el siguiente párrafo: “antes de eso, San Carlos y Mauricio Báez se habían enfrentado en tres ocasiones, la primera de ellas en 1982, una serie también conquistada (4-2) por el equipo de la barriada de las “cinco esquinas” al mando de Sergio Abreu y con figuras de la talla de Vinicio Muñiz, Evaristo Pérez, Edgar De La Rosa, Héctor Monegro, Luis Cruz, Víctor Gerónimo e Ismael Tapia”. Para el momento Vinicio Muñoz militaba en la escuadra de Arroyo Hondo y El Vikingo Monegro estaba en el retiro.

Más adelante el siguiente traspié: “en 1988, Abreu (Sergio Abreu Delmonte) y Teruel (Fernando Teruel Capri) se vieron las caras de nuevo con una victoria para el primero en siete encuentros. Fue el segundo de tres campeonatos seguidos de San Carlos (87, 88 y 89), todos manufacturados por Abreu. Estaban en ese equipo Muñoz, Pérez, Tapia, Carlito (Carlitos) Morales, José (El Lechero) Jiménez, Cacho (Pedro –Chacho- González) González, Alex Middleton, Claudio (Dalmau) Santana, Julio César (Lulú) Arias, entre otros”.

Como señalamos anteriormente Middleton se presentó en los torneos de 1980 y 1981 y nunca más regresó al país. Chacho González sólo jugó de los de verde y amarillo en el año de 1977. Morales vistió los uniformes de Astros, Naco y San Carlos (1978), antes de la segunda hilera de campeonatos sancarleños; un carismático y pimentoso jugador que estaba establecido en Puerto Rico, hijo de uno de los más sobresalientes jugadores dominicanos de voleibol. Santana, ahora residente en los Estados Unidos y Arias fueron jugadores tempranos, justo en el preciso instante en que la escuadra se instalaba definitivamente entre los mejores y empezaba a tejer la hilera de éxitos más importante del baloncesto de factura local.

De Morales padre, exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano en 1987 hay que señalar que es uno de los más completos y espectaculares jugadores de todos los tiempos, activo hasta 1966. Miembro de la selección nacional desde 1952 hasta su retiro. Participó en tres Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe (1954 en México, 1962 en Jamaica y 1966 en Puerto Rico). Poderoso rematador, defensor de primera y poseedor de un extraordinario servicio. También participó en los III Juegos Panamericanos efectuados en la ciudad de Chicago en 1959. Tomado del portal del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.
Carlos Morales (padre)

El Lechero Jiménez impactó pero duró poco; aún recuerdo la voz privilegiada de Frank Paonessa narrando sus hazañas juveniles en el tabloncillo. Muñoz tampoco volvió a vestir la franela de la populosa barriada.

Para la segunda seguidilla de coronas del San Carlos estaban en el equipo Héctor –El Toro- Báez, Heriberto Cabrera, Edgar De La Rosa, Juan Disla, Mauricio Espinal, Manuel Julio Flores, Eliezer Madrigal, Melvin Nadal, Evaristo Pérez, Frank Prats, Mario –Lolo- Regus e Ismael Tapia (por estricto orden alfabético)… sus importados fueron Donald Royal, diagnosticado con cáncer de colon al que ha superado; Leonard Mitchell, después de un breve paso por el español Collado Villalba; y Andre McCloud, egresado de Seton Hall.

La escritura histórica debe ser un trabajo de orfebre, no está al alcance de las manos transpiradas ni de las voluntades compradas, tampoco marcada por el trabajo del carnicero, es anhelo, es repetición, porque enero llegará siempre y con el los brindis atrasados, las promesas de cambios y del retorno de la familia. A cada inicio de año le antecede un diciembre que vemos venir con desilusión de cosas que no se pudieron vivir, de algo que nos corre por el cuerpo con traición que nos infligimos, con gusto a poco.

El baloncesto prometido es de cabotaje, no está en manos inspiradoras, se está tratando de tachar la memoria colectiva pretendiendo correr detrás de lo que se nos ha ido.

Arrastramos la pesada bolsa de las postergaciones, las ideas son ahogadas antes de relucir merced a un plan estratégicamente elaborado.


Hay que ver con ojos desconfiados los documentos que genera esta “nueva era”, cual babosa moribunda que cae de fauces entre las malas artes y las mentiras. Tengo la desalentadora sensación que la gente que se ha enquistado el baloncesto apenas se diferencian, y la excitación se les desinfla gravemente cuando la situación se torna apremiante, sumiéndonos en una especie de anestesia creciente por grado centígrado aumentado, trazando una distancia inimaginable entre lo que debería ser y lo que somos.

Cada vez más comprendo porque esta gente vive desquiciada tratando de adivinar lo que voy a publicar o lo que dejo de escribir.

En ese desgano existencial en que vive Rafael Fernando Uribe Vásquez, también apodado Rafelin, uno de sus íntimos me confesó que antes de movilizar los miembros inferiores y superiores de la poltrona donde pasó la noche llama a su “Bello Andino” para saber que he lanzado al ruedo. Léase, el carajo no despega el culo de la comodidad sin leerme. En Turquía el servicio se lo hacía Manuel –Manny- López. Pero no es el único, ahí entran todos los miembros del Comité Ejecutivo de FEDOMBAL, por supuesto Monegro y su cómplice Leonardo de Jesús Heredia Castillo, también conocido por el mote de Leo Corporan, que tiene a Alsi Capellán como su veedor, Eduardo Najri y todos los periodistas corruptos del sector.

Decía mi viejo que tanto da la gota en la piedra hasta que le hace un hoyo. Capellán, a quien auxilié en su trabajo de grado, está empezando a hacer mejores crónicas, por lo que debería estar agradecido de la encomienda trazada.
Edgar De La Rosa

Creo profundamente, aunque esto nos negamos a entender que el proceso del baloncesto dominicano necesita detenerse y revisarse. Hay que darse tiempo para imaginar más allá de nuestras capacidades, pero no hacerlas simpáticamente, postergar, esperar, frenar. Esa manía de “las medallas que hay que ganar” choca de frente con todas las anemias acumuladas.

Nos cuesta demasiado el dolce far niente (cuanta gente buscando el mataburros, en primera línea Fausto Julián Suero Bueno, la reina del bochinche y detrás el trabajador Rafael Faneytte: lo dulce de no hacer nada); se vive con la angustia del que no sabe otra cosa más que correr. Pero las mentes ansiosas encuentran su límite en el cuerpo pesado que, sencillamente, se revela contra las proyecciones, los cronogramas, los horarios, los proyectos, e impone a la mente la necesaria inmovilidad, la postergada quietud, un cierto silencio, una suspensión. Vemos toda la estenografía del baloncesto, como una pieza musical mal orquestada, con tempos alterados; así las cosas se ralentizan, se hacen más lentas.

Aquí nadie se atreverá a desafinar la melodía colectiva.


Decía el mismo Prince, ya citado, en una emisión de Los Angeles Times de 1982: “lo más importante es ser tu mismo, pero a mi me gusta el peligro. Eso es precisamente loi que le hace falta a la música actualmente. No hay emoción ni misterio”.

miércoles, 20 de abril de 2016

Agrios edulcorados…
Caso 180: El pollito Pio
Abr.20.2016

La perversidad se extiende antes mis hijos y tengo que admitir que paso por un manso cordero. Los niveles de maldad, perfidia, vileza, bajeza, villanía, indignidad, ruindad, corrupción con que se maneja el deporte dominicano superan mi imaginación. La falta de moralidad campea y la depravación nos arropa. Muchos pretenden hacerse de la vista gruesa, pero esto tarde o temprano les pasará factura.

Un amigo me llama para decirme que me hago querer entre la comunidad del baloncesto dominicano y ciertamente ello me envanece. Mi mamá siempre me ha repetido que a nadie le gusta que le digan la verdad en la cara; quizás peco de ello, pero sólo hago exponer mis puntos de vista. Muchos dicen estar de acuerdo con mis planteamientos, pero en el oído apenas me felicitan por mi actitud de años.

Hilo para continuar dando puntadas hay en cantidades industriales.

Una pregunta a José Monegro, presidente de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA): ¿por qué frente a un partido definitorio entre El Millón y San Carlos no fueron acuartelados los árbitros?... ya se que no se estila en República Dominicana, que no es costumbre, pero había muchos intereses en juego.

Otra para Monegro: ¿por qué se permitió que directivos de San Carlos conversaran animadamente y abiertamente con los encargados de impartir justicia?... esa es una acción para ser observada por el presidente de ABADINA, el presidente del Comité Organizador, el Tribunal Disciplinario o la propia Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL).

Recuerdo que acá todas las leyes son interpretativas, nada se da por definitivamente juzgado. La hermenéutica y la exegética.


Ahora vamos con Frank Brito, agente de jugadores radicado en la ciudad de La Vega; hay que recordar, como decía el comercial de Barceló, que “los veganos son buenos todos”: ¿por qué si Kelvin –El Pollito- Peña se comunica con la directiva de El Millón este le responde que estaba resacado y no podía jugar?... ¿había estado de compañeros de trago la noche anterior?... entre la llamada del jugador y la comunicación con el agente no pasaron más de 15 minutos.

En la radio había un pollito, en la radio había un pollito…
El pollito Pío.
El pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío…
En la radio había una gallita, en la radio había una gallina…
La gallina Coo y el pollito Pío.
El pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío…
Y el gallo Cocorooco
Y el pavo Glú
Y la paloma Ruu
Y el gato Miao
Y el perro Guau
Y la cabra Meee
Y el cordero Beee
Y la vaca Moo
Y el toro Muu
Y el tractor Bruum
Y el pollito Pío
Y el pollito Pío
Y el tractor Bruum
Y el tractor Bruum
Y el pollito (puaggg)… Oh, oh!!

¿Por qué cada vez que la gerencia de El Millón le solicitó un jugador al agente Brito este usó todo tipo de cortapisas para decir que no?

El pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío…

Cabe recordar que entre Brito y el entrenador Melvyn López Guillen hay una relación simbiótica, que va más allá de cualquier situación laboral. Inclusive el vegano es uno de los manejadores de la página electrónica del entrenador capitaleño.


El pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío…

Brito es de los tipos que me aman incondicionalmente, aunque sólo nos hayamos visto una sola vez personalmente. Escribió en su cuenta de Twitter, más o menos, “he leído a Luis Rafael Madera miles de veces y nunca ha dicho nada positivo”. Eso me enorgullece, me engríe, me convierte en presumido. Como su vecino, un impresentable Ezequiel Sosa… un vomito ambulante.

El pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío, el pollito Pío…

Todas las referencias que tengo de Onésimo Acosta Lafontaine son impecables, nunca ha estado envuelto en el mínimo escándalo, ni siquiera ante la acostumbrada y tan repetida situación de falta de pago, pero está pecando de ingenuo ante tanta malignidad.

Los directivos de El Millón tiene que comprender que el pastel de la capital se lo tratan de repartir Leonardo de Jesús Heredia Castillo, alias Leo Corporan, Rafael Fernando Uribe Vásquez, alias Rafelin, Melvyn López Guillen, Tomás Polanco, el santurrón de la Fundación Mauricio Báez, como si fueran caciques.


El pollito Pio, el pollito Pio, el pollito Pio, el pollito Pio, el pollito Pio…
Agrios edulcorados…
Caso 179: La Victoria de Samotracia o el enigma de los hombres alados del baloncesto dominicano
Abr.20.2016

¿Cuán difícil es el baloncesto dominicano o cuán difícil lo hacemos?... a la postre son dos cosas muy diferentes.

¿Por qué será?... los intereses siempre han estado por encima de la actividad, como ya he señalado y el deporte sólo recibe migajas. Ni siquiera los clubes llamados a trascender adoptan una labor seria y cabal. Todo el mundo quiere “picar”… picó El Teacher y pretende volver a lo suyo. Picó un desconocido Andrés Terrero, puesto ahí por quien sabe que manos; quieren picar todos los dueños de equipos y por supuesto, muchos de los gerentes que se contratan, algunas veces sin corazón y sin alma.

Mauricio Báez regresó al Torneo de Baloncesto Superior del Distrito Nacional y el único objetivo es ganar la corona, pero aprovechó para tender una red de complicidad que asusta; su dueño, Leonardo de Jesús Heredia Castillo, también conocido como Leo Corporan, le buscó patrocinios a San Carlos y a Huellas del Siglo (entidad a la que pertenece José Monegro) para tejer una tela de araña llena de seda peluda para atrapar a los incautos.

Por supuesto, a favor de la entidad de Villa Juana, hay que decir que siempre trabajó para tener un buen núcleo de jugadores gracias al empeño de gente como Saturnino –Noñoño- Martínez, José Augusto De Jesús (La Máquina), Ruddy Martínez (Chaguito), Aldo Alfonseca, Ramón –Ogarro- Peguero, aunque la mayoría de los muchachos midan una cuarta de talón al culo, porque los programas no existen.

Modularmente se pudo ser mejor, pero había jugadores que no eran del agrado del señor feudal del pedazo.

La directiva de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA), fue designada de forma sorpresiva, un sábado en la mañana, cuando todos pensábamos que Rafael Fernando Uribe Vásquez, también conocido por el mote de Rafelin, estaba en Grecia protegiendo y cuidando a los muchachos del sub-19. Llegó viernes en la noche y el día 5 de julio (sábado en la mañana) ya el periodista José Monegro estaba al frente de la entidad; eso ya se olvidó. ¡La suerte estaba echada!

La única razón que ha motivado el accionar de la actual gestión de ABADINA es la puesta en marcha del Torneo de Baloncesto Superior del Distrito Nacional y nada más. Otros planes pasan por debajo de la mesa o no existen.


No habían arrancado las acciones cuando se proclamó que Mauricio Báez y San Carlos estarían en las finales. El Millón trató de colarse, sorprendiendo a todo el mundo, pero fue siquitrillado por las mismas sectas siniestras.  

Pasó la serie semi-final y el San Carlos se encuentra con la renuncia de su director técnico Julio César Javier, también conocido como Ayata. Derek Baker-López asume para el primer partido de la serie final, los sancarleños son virtualmente masacrados por los de Villa Juana, e inmediatamente presenta renuncia.

Javier ha estado trabajando los últimos años en las categorías juveniles del Mauricio Báez. Hoy todo el mundo tiene la sospecha que el candido de Ayata participó en la trama de Corporan. Afloran los cuestionamientos sobre su solvencia etica y calidad profesional. Para mí, que siempre había tenido un pie en la tumba, se murió.

Baker-López muerde el deplorable polvo de la derrota y decide marcharse. Mientras desandaba los pasos encontró que la institución a la que prestó sus servicios está llena de incongruencias y muchos desatinos; su presidente Diego Pesqueira y su gerente Agustín Espinosa nunca supieron en que nave elevaban su travesía, haciéndose acompañar de gente que huele mal en el medio.

Se recuerda que San Carlos fue la institución donde Derek Baker-López adquirió la categoría de casi figura del baloncesto dominicano. Esa franela la defendió por largos años. En jugador eficiente que en algunos momentos pasó situaciones personales delicadas pero que siempre se levantó y abrazó la dirección técnica con bastante éxito; de paso, el único dominicano que con regularidad trabaja en el exterior.

En la calle los más rocambolescos y audaces comentarios.

Se habla de cosas fundamentales, lo mínimo, jugadores faltando a las normas elementales de etica y decencia. Todo esto podría ser una historieta de ciencia ficción catastrófica, un modelo de la rebelión de las máquinas, o una historia de terror y castigo. Pero es real y sucede ahora mismo, en este abril del 2016 en la ciudad primada de América.

Hoy la dirección técnica del San Carlos le fue cedida a José Santos Ceballos. En su etapa activa fue pieza fundamental del Mauricio Báez. Como entrenador no ha logrado sobresalir aunque sus partidarios lo adornan con muchas virtudes. Si yo hubiera sido el regente de la tropa verde y amarilla de las 5 Esquina hubiera tocado otras puertas.

Para que no haya equívocos, la ABADINA ni la FEDOMBAL tomarán el toro por los cuernos. Es como los abogados de hoy, todos son excelentes a la hora de llevar un caso a los tribunales, excepto cuando se trata de enfrentar a una institución bancaria. Ahí se pararon las aguas.

Todo es inicuo, improcedente, inaceptable, inmoral, humillante, arbitrario y bastardo en el baloncesto de hoy en República Dominicana.

Anacarsis, filósofo escita que vivió en el siglo VI antes de Cristo, comparó las leyes con las telas de arana: atrapan a los animales pequeños pero los más grandes ni las perciben.

Ese es el baloncesto que nos impone “la nueva era”, la de Uribe Vásquez, la de Monegro, la de Leo Corporan, la de Eduardo Najri y todos sus compartes.



Hoy, Mauricio Baez puede obtener la corona del baloncesto superior capitalino, imponer marcas estrastosfericas, hacer que sus jugadores buscan como verdaderos profesionales, pero quedará la duda siempre de si compró el torneo.
Agrios edulcorados…
Caso 178: Ya nada existe… ella vive igual que yo, mi calle triste
Abr.20.2016

Entré a la página de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA) para buscar las estadísticas de la serie regular del Torneo de Baloncesto Superior en su versión 2016 y no aparecen. Presentes las de las series de semifondo, que imagino ya mismo serán suplantadas.


Que nadie me venga a decir que esta página está entre las más modernas y funcionales del mundo porque no es así. Pese al esfuerzo, nada espectacular; tengo que aceptar que antes no había nada, pero esperaba algo mejor. En casi todas partes del mundo las estadísticas y los partidos se pueden seguir en el mismo instante que se producen, amen de la televisión; y lo digo con conocimiento de causa, tengo años siguiendo a mi hijo Rodrigo y las nuevas tecnologías me han permitido alcanzar sus pasos, en la inmensa mayoría de sus acciones.

Para alguien que desea seguir con ahínco el baloncesto dominicano este está atrás; atrás como el tubo de escape de los vehículos.

Me pasó anoche también (Abr.19.2016) cuando me interesó conocer los resultados del primer partido de la serie final entre los equipos Mauricio Báez y San Carlos y no encontré nada. Por lo menos hasta el momento que decidí retirarme; y eso, que para mucha gente soy nocturno.

Llama mi atención la frivolidad de cómo también se abordan los hechos en la página de la ABADINA.

Por el titular que encabeza la misma la serie final debería de suspenderse: Mauricio Báez destruye al San Carlos.

Si el equipo de San Carlos está destruido significa que es incapaz de salir al ruedo nuevamente.

¡Quedó tendido en el tabloncillo!

¡Ya se proclamó el ganador de la justa!


Destruido, demolido, arrasado, derrocado, asolado, arruinado, devastado, desmantelado, dañado, abatido, anonadado, hundido, maltratado, derrumbado, deshecho, desbaratado, descompuesto, extinguido, aniquilado, exterminado, arrollado, anulado, desmoronado, desintegrado, aplastado, molido, desmenuzado, reventado, pulverizado, desmembrado, hecho trizas, convertido en añicos, corroído, carcomido, socavado, devorado… y que conste, sólo va un partido a una serie donde hay que ganar cuatro.

Aquí los equipos tienden a mostrar una recuperación increíble.

ABADINA ha olvidado la proximidad que el baloncesto tiene con la gente, pasa igual con la Liga Nacional de Baloncesto (LNB), con el equipo nacional por la gracia de la Federación Dominicana de Baloncesto y la incursión de Eduardo Najri, porque todos anteponen sus intereses sobre el deseo de lo que quiere la fanaticada. Ni quisiera se aprovecha la exigua oferta deportiva que tiene el país.

Las muecas de ABADINA no son expresivas, no deja nada a la interpretación. Todo se consume en lo homogéneo, lo uniforme, lo semejante, lo idéntico, lo paralelo; así nos hemos quedado sin ideas y sin visión.

Creo que es hora que me dedique a la música, porque aunque Beethoven y Mozart, para citar dos de los más conocidos compositores, o José Dolores Cerón, Julio Alberto Hernández y Rafael –Bullumba- Landestoy, han dejado obras para la posteridad, se reinventan en cada interpretación y se convierten en eternos.



El baloncesto dominicano nace en las practicas, siempre dispares y jamás cotidianas, pretende desarrollarse en los inicios de los partidos, y muere cuando el silbato del arbitro indica el termino del encuentro.