miércoles, 20 de abril de 2016

Agrios edulcorados…
Caso 178: Ya nada existe… ella vive igual que yo, mi calle triste
Abr.20.2016

Entré a la página de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA) para buscar las estadísticas de la serie regular del Torneo de Baloncesto Superior en su versión 2016 y no aparecen. Presentes las de las series de semifondo, que imagino ya mismo serán suplantadas.


Que nadie me venga a decir que esta página está entre las más modernas y funcionales del mundo porque no es así. Pese al esfuerzo, nada espectacular; tengo que aceptar que antes no había nada, pero esperaba algo mejor. En casi todas partes del mundo las estadísticas y los partidos se pueden seguir en el mismo instante que se producen, amen de la televisión; y lo digo con conocimiento de causa, tengo años siguiendo a mi hijo Rodrigo y las nuevas tecnologías me han permitido alcanzar sus pasos, en la inmensa mayoría de sus acciones.

Para alguien que desea seguir con ahínco el baloncesto dominicano este está atrás; atrás como el tubo de escape de los vehículos.

Me pasó anoche también (Abr.19.2016) cuando me interesó conocer los resultados del primer partido de la serie final entre los equipos Mauricio Báez y San Carlos y no encontré nada. Por lo menos hasta el momento que decidí retirarme; y eso, que para mucha gente soy nocturno.

Llama mi atención la frivolidad de cómo también se abordan los hechos en la página de la ABADINA.

Por el titular que encabeza la misma la serie final debería de suspenderse: Mauricio Báez destruye al San Carlos.

Si el equipo de San Carlos está destruido significa que es incapaz de salir al ruedo nuevamente.

¡Quedó tendido en el tabloncillo!

¡Ya se proclamó el ganador de la justa!


Destruido, demolido, arrasado, derrocado, asolado, arruinado, devastado, desmantelado, dañado, abatido, anonadado, hundido, maltratado, derrumbado, deshecho, desbaratado, descompuesto, extinguido, aniquilado, exterminado, arrollado, anulado, desmoronado, desintegrado, aplastado, molido, desmenuzado, reventado, pulverizado, desmembrado, hecho trizas, convertido en añicos, corroído, carcomido, socavado, devorado… y que conste, sólo va un partido a una serie donde hay que ganar cuatro.

Aquí los equipos tienden a mostrar una recuperación increíble.

ABADINA ha olvidado la proximidad que el baloncesto tiene con la gente, pasa igual con la Liga Nacional de Baloncesto (LNB), con el equipo nacional por la gracia de la Federación Dominicana de Baloncesto y la incursión de Eduardo Najri, porque todos anteponen sus intereses sobre el deseo de lo que quiere la fanaticada. Ni quisiera se aprovecha la exigua oferta deportiva que tiene el país.

Las muecas de ABADINA no son expresivas, no deja nada a la interpretación. Todo se consume en lo homogéneo, lo uniforme, lo semejante, lo idéntico, lo paralelo; así nos hemos quedado sin ideas y sin visión.

Creo que es hora que me dedique a la música, porque aunque Beethoven y Mozart, para citar dos de los más conocidos compositores, o José Dolores Cerón, Julio Alberto Hernández y Rafael –Bullumba- Landestoy, han dejado obras para la posteridad, se reinventan en cada interpretación y se convierten en eternos.



El baloncesto dominicano nace en las practicas, siempre dispares y jamás cotidianas, pretende desarrollarse en los inicios de los partidos, y muere cuando el silbato del arbitro indica el termino del encuentro.

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