domingo, 27 de febrero de 2011

Selección Nacional 2011 - uno


Tengo que admitir que el tema de la selección nacional de baloncesto me desborda. He querido encontrar los beneficios del acuerdo a que han llegado la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), su presidente ingeniero Regil Leonidas Eurípides Herasme Díaz, a quien todos conocemos como Frank, y los empresarios Eduardo Najri y José Miguel Bonetti, del grupo SouthGate, quienes manejaron a los Leones de Santo Domingo en la Liga Nacional de Baloncesto (LNB) y siento que me quedo en el limbo.

Como era de esperarse, todo se ha ido en aclamaciones, porque en este pedazo de tierra que se pierde en las aguas del Caribe nadie se detiene a mirar más allá de sus napias. Con las glorificaciones han llegado las más encomiosas revelaciones y las expectaciones vuelan más allá de lo humanamente descifrable. “Pondremos sobre la cancha el equipo más impresionante jamás formado”, le escuché decir a uno. “Vamos por la clasificación directa a Londres”, manifestó otro. Perorata que se repite cada año, con idénticos resultados. Tan reciente como en el 2009 chocamos con una pared enorme, de la que no sacamos ninguna lección, quedando fuera en el Pre-Mundial de San Juan con el cacareado “equipo de ensueño”. De esa vergüenza colectiva que se llamó Centro-Basket 2010, tampoco aprendimos nada.

El reportaje de Justo De La Cruz, a quien no conozco, en El Día (Feb.18.2011), por poco me saca lagrimas: “Nunca antes había pasado en el baloncesto ni en otro deporte en la República Dominicana. Dos empresas (Inversiones South Gate y All Star Sports Marketing), cuyos representantes creen en el futuro de esa disciplina y en que sí se puede lograr el sueño, se han impuesto como meta inmediata, con una jugosa inversión, llevar el equipo dominicano a clasificar para los Juegos Olímpicos. Para ello, el primer paso ha sido la firma de un acuerdo con la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) para manejar el equipo criollo de mayores que irá al Pre-Olímpico de Mar del Plata, Argentina”.

Con esta rubrica, como manifesté en el programa del amigo Alberto Rodríguez (Feb.11.2011), de la noche a la mañana y sin que jamás me lo reconozca, el ingeniero Herasme valida todos mis artículos y señalamientos en contra del mando de la institución que preside desde diciembre del año 2000. Nunca se ha estado en capacidad de manejar la entidad, el dispendio es norma, no hay una estructura capaz de sostener una programación mínima, se ha descuidado la difusión y el desarrollo de la disciplina, no se apuesta a un grupo de jugadores para integrarse a los equipos nacionales y lo más triste de todo, es que no hay un horizonte; pareciera como si el mar y el cielo jamás se encontrarán.

Llegar a Londres de un solo aventón a todos nos gustaría, pero empezamos por los pies. Integramos el equipo nacional, iniciamos la caza de jugadores, pero no tenemos cabeza, como si el papel lo tolerara todo: “buscamos un entrenador de alto perfil”, señaló Bonetti. Sin embargo, no hay un camino trazado para mantenernos en el tope de la actividad y en materia de directores técnicos, desde el 2005, todos los que se han integrado al proyecto nacional han sido simples aventureros o se les ha vendido todo el oro del mundo para terminar pagándoles con cuentas de colores.

Como dominicano me gustaría que nuestra selección ganara cada evento al que asiste; es fortísimo estar en una gradería, con un público hostil, y ver día a día como esas esperanzas se van tronchando. En las mismas plateas, un grupo de compatriotas, a los que nada les importa, directivos y allegados, haciendo turismo con el erario público, como galardón electoral del ingeniero Herasme. Lo peor es llegar con las manos vacías, no realizar ninguna evaluación, esconderse a los ojos de todos, huir de acreedores y pasado el tiempo volver con la misma cantaleta.

“Quiero ayudar, conozco a Najri, es un tipo excelente, que no merece un despropósito”, me señala un amigo y agregaba: “siento que el grupo de lambiscones que ya tiene, me ha cerrado las puertas”. Hay que recordar que la comparsa que manejó operativamente a los Leones en la LNB fracasó rotundamente y embarcarse en un proyecto de envergadura con esta misma tripulación es decepción anunciada. Los melenudos resultaron una piñata que perdió los caramelos antes del primer golpe; en lo administrativo cumplieron contractualmente, a pitanza de vaca muerta, pero hubo muchas falencias en el trayecto.

Buscar un golpe efectista como lo hizo Puerto Rico con la incorporación de Rick Pitino, es tarde. Por demás, un entrenador de “alto perfil”, con pinta de seriedad, no se arriesgará sin una programación a futuro. Hace dos años, Guillermo Narvarte rechazó la selección de Venezuela al no concretar un programa de desarrollo a largo plazo. Esta misma semana, FIBA-Américas dio a conocer que Rubén Magnano empezó a trabajar con los jóvenes brasileños que tienen oportunidad de estar en el equipo en el año 2016. Julio César Lamas tiene en sus manos todo el engranaje de los equipos argentinos varoniles.

Intentar continuidad con Eric Musselman, es un salto al vacío; aunque demostró dotes técnicas, permitió demasiadas ingerencias de Héctor Báez, a quien mantuvo en la banca, tomando decisiones que no le correspondían. De las depuraciones que tanto se habló hace dos años, debieron quedar constancias; “se han entrevistado a los más capaces del continente, tenemos un formulario que incluye 47 preguntas”, dijo en su momento Rafael Uribe, tesorero de la FEDOMBAL y en ese momento co-gerente del equipo dominicano. Magnano, Lamas y Flor Meléndez están con trabajo de primer nivel. Silvio Santander, Narvarte, Néstor García, Daniel Maffei y Guillermo Vecchio, no se mencionan. A Uribe, personalmente, le entregue la hoja de vida de Marcelo Richotti. Todo fue una burda mentira para traer por las orejas a un decepcionante Julio Toro.

Desde esos tiempos, Moncho Monsalve no regresó con Brasil, por razones personales, Sergio Hernández no renovó con Argentina y Carlos Morales continúa en televisión.

De los criollos, José –Boyón- Domínguez, siempre mal utilizado por FEDOMBAL; Melvyn López, separado de sus funciones por indelicadezas económicas por parte de la institución; Orlando Antigua, nunca sugerido, pese a ser el asistente de la Universidad de Kentucky; Ronald Sánchez, apenas conocido en el país, asistente de la Universidad de Virginia. Carlos Medina, una pieza a ponderar a futuro; Antonio –Chicho- Sibilio, un ser de quien siempre se debió esperar escalar las más altas cumbres; y José –Maita- Mercedes, por ser los más indicados.

Hay también una cría que necesita el auxilio de la entidad para ayudar a mejorar la disciplina en el país, entrenadores y monitores jóvenes. De la generación anterior, Fernando Teruel, Leandro De La Cruz, Osiris Duquela, Sergio Abreu, Humberto Rodríguez, Faisal Abel, Pedro David Curiel y Hugo Cabrera se debieron mantener cerca del entramado, quizás como cuerpo consultivo; los dos primeros fueron los últimos en colocarse en las líneas laterales.

A seis meses del Pre-Olímpico se podría predecir que allí se ganará con un técnico argentino, salvo una sorpresa de Canadá o Puerto Rico. Insistir con un norteamericano para este tipo de competencias es no aceptar que el baloncesto cambió, pese a todos los despropósitos nacidos en las oficinas de Herasme. No se puede seguir apostando a las habilidades individuales. Hoy los partidos se deciden por un diseño coherente de perspectivas, integración constructivista, esquemas de control, manejo de tiempos, utilidad de posesiones, planteamientos para el desarrollo de un juego colectivo y defensa, mucha defensa.

Tristemente, hay que aceptar que República Dominicana nunca ha tenido un equipo en la era Herasme, solo selecciones. La institución “selección nacional” se ha devaluado: más de 40 jugadores han pasado por ella en los últimos 5 años; las invitaciones se realizan de forma ociosa, dependiendo quien le sopla el oído al presidente de la FEDOMBAL; para Centro-Basket 2010, el señor Báez invitó a 43 atletas, incluyendo a muchachos de su escuela de baloncesto en La Romana. La generación de relevo, se excluye, mientras no nos terminamos de convencer que la magia de los jugadores de la NBA no nos ha llevado a ningún puerto diferente.

El acuerdo que nos convoca es un arma que brilla resplandeciente en las espaldas de muchos. No dudo que económicamente los empresarios Najri y Bonetti puedan recuperar la inversión realizada, pero habrá aquellos que recogerán migajas por montones. Para Herasme, quien se ha convertido en uno de esos seres que no da puntada sin hilo, es la apertura de un compás de espera en búsqueda de un nuevo periodo al frente de la FEDOMBAL. Sería menester que alguien le preguntara al santiagués Micalo Bermúdez el por qué Centro-Basket 2010 no se montó en la hidalga ciudad de los 30 caballeros. Además, para los fines del actual rector del baloncesto estará siempre la ayuda en extremo complaciente del Felipe –Jay- Payano, ministro de Deportes.

Para terminar, me gustaría concluir parafraseando a Rafael Calderón en sus artículos desde los Estados Unidos para la página 7dias.com.do: “por hoy me voy. Que Dios le llene de bendiciones y se apiade del baloncesto de la República Dominicana”.