jueves, 8 de septiembre de 2011

Mar del Plata, día 10


Cuentan que Jack El Destripador, el más conocido de los asesinos en serie, El asesino de Whitechapel, El Genio Independiente, decía: “vamos por partes”. Ayer República Dominicana brindó su peor juego en el Pre-Olímpico de Mar del Plata, precisamente frente el rival ante el cual debió jugar mejor, en la cancha no era un simple juego, era el clásico del Caribe de la disciplina, era el choque de los naciones hermanas que va más allá de lo meramente deportivo, el orgullo nacional, era simplemente jugar contra Puerto Rico.

Barea frente a Flores
Acontecía como si la Universidad de Kentucky, el otro equipo de Mr. Calipari, jugara con su vecino la Universidad de Louisville, o en el Estadio Quisqueya chocaran Tigres del Licey y Leones del Escogido, o en ese mismo Islas Malvinas se enfrentaran Peñarol contra Quilmes, o los Leones del Caracas se vieran las caras con los Navegantes del Magallanes, rivalidades deportivas las hay por millares.

Un par de horas antes aconteció lo inesperado, en el otro clásico de la fecha, el sudamericano, Brasil vencía a los anfitriones, 73-71.

De repente nos encontramos que ha llegado la fecha final en la clasificación de la justa y ninguno de los cuatro equipos que estará en la final del sábado tiene asegurado su lugar en la tabla de posiciones. El santo y seña de la hora es tratar de esquivar a los argentinos en la jornada del sábado. Que dilema tan grande, se presenta en mi vida, escribía Juan Lockward, de su puño y letra… Ella tiene otro hombre, y yo otra mujer; Ella dice que me ama, con pasión desmedida; Yo la quiero con todas las fuerzas de mí ser… Señor, cómo podré resolver… Señor, este dilema tan cruel… Señor, qué debo hacer, si ella dice que mía, solamente, quiere ser… Por qué, si nos queremos así, por qué, no ha de ser para mi…

Las opciones son las siguientes:
Si ganan Brasil y Argentina quedan: primero Brasil (6-1); segundo Argentina (6-1); tercero Puerto Rico (5-2); cuarto Dominicana (4-3).
Si ganan Puerto Rico y Argentina finalizan: primero Argentina (6-1); segundo Puerto Rico (6-1); tercero Brasil (5-2); cuarto Dominicana (4-3).
Si ganan Puerto Rico y Dominicana terminan: primero Puerto Rico (6-1); segundo Dominicana (5-2); tercero Brasil (5-2); cuarto Argentina (5-2)
Si ganan Brasil y Dominicana es la única variante que no está definida, salvo que Brasil quedaría primero, porque habría que ver por cuanto gana Dominicana a Argentina. Lo más probable es que, en esta opción, Puerto Rico quedara segundo, porque tiene un gol average de 1.0699. Argentina, perdiendo, no llegaría nunca a este gol average y Dominicana, para alcanzarlo, tendría que ganar por 28. Y para superar en gol average a Argentina debería ganar por 12 por lo menos. 

Lo único que realmente se tiene es que aún están vivas las esperanzas de obtener una plaza directa para Londres el año venidero. Cuenta Hesíodo en los Trabajos y los días que Zeus decidió castigar a los humanos por la traición de Prometeo. Prometeo había robado el fuego a los dioses y la entregó a los humanos para que se valiesen de él. Zeus ordenó a Hefesto que utilizase la misma agua y la misma tierra con que Prometeo había hecho a los hombres, y creara a una hermosa mujer que todos los dioses dotarían de sus cualidades, tanto buenas como malas. Así nació Pandora.

Zeus entregó a Pandora una caja, Hesíodo dice que una jarra, y ordenó a Hermes que la llevase ante Prometeo para hacerla su esposa. Prometeo temía que ese matrimonio por orden de Zeus fuese una trampa y la repudió. Zeus enojado por la actitud de Prometeo ofreció a Pandora a Epimeteo quien aceptó el matrimonio. No se sabe si por curiosidad o por una orden del propio Zeus, Pandora destapó la caja que le había entregado y de esta manera liberó todos los males existentes hasta el momento que se esparcieron por el mundo. Pandora cerró la caja antes de que saliese la esperanza, lo único positivo que ésta contenía; por eso siempre es lo último que se pierde.

Respecto a la última tanda de ayer, lo que prometía un choque lleno de alternativas se convirtió en un juego sin oficio, monótono, “sin mambo” diría la muchachada, con un quinteto dominicano incapaz de pegar un “majaguazo”, sin fuerzas para romper el marasmo donde se empantanó. Así fue, cuarto a cuarto, como si esa camiseta con 10 letras donde se lee Puerto Rico, pesara como oro, hasta que la pizarra se detuvo en un 79-62, que nos dejó desnudos, lejos de la gloria que es donde pretendemos sentirnos.

El primer tramo se cerró con un 16 a 15, pero se notaba una producción ofensiva dominicana candida, hubo ráfagas de algunos jugadores, Al Horford, Jack Martínez, Ronald Ramón, pero los puertorriqueños distribuían mejor la pelota. En el segundo tramo no hubo muchas diferencias, nada parecía fluir, no existió una sorpresa emotiva por parte de los equipos y así se llegó a la pausa larga, 29 a23 a favor de los boricuas.

Bimbo Carmona
Al momento de restaurarse las acciones, más de lo mismo, República Dominicana sin respuestas, repartiendo balones, tirando mal desde el campo, olvidándose que hay algo que se llama juego interior y con una defensa que no intimidaba ni a un párvulo, muchas idas y vueltas hasta que apareció José Juan Barea para tomar la batuta y repartir responsabilidades. El mismo jugador de Dallas Mavericks escribía y dosificaba, mientras los de Calipari seguían sin encontrar a un Horford, que siempre pone un extra. La última pausa corta encontró a los de Meléndez ganando de 11 (53-42).

El colofón sirvió para que los puertorriqueños salieran a liquidar el partido. Un parcial de 10-2 en apenas un minuto y medio les dio una ventaja de 18: 63 a 45. Los dominicanos quedaron completamente desdibujados. En ningún momento del partido jugó bien y este cuarto no fue la excepción. Aparecía siempre la figura sonriente de un Alejandro –Bimbo- Carmona, quizás recordándole al presidente de la FEDOMBAL, algunas cosillas. En definitiva, victoria puertorriqueña que les da un tercer golpe en forma consecutiva.

Brasil ganó el clásico sudamericano ante Argentina, 73-71, y rompió el último imperturbable del torneo. La victoria le sirve de mucho al conjunto de Magnano que jugó un gran partido. El cordobés casi no hizo cambios en el segundo tiempo y escondió cosas para el sábado, como todo buen técnico a este nivel. Las semifinales tomaron un rumbo inesperado y se animaron de manera increíble.
 
Los clásicos jamás se quieren perder, y Argentina perdió el que para ellos era el más importante. Argentina cedió su invicto pero no sonó ninguna alarma por la derrota, solo se pone condimento a un Pre-Olímpico que venía en aguas sin olas. Ahora luce mejor, más real, asequible para cualquiera.

Huertas
Fueron dos cuartos opuestos en el primer tiempo, pero con la paridad como eje. Las distancias nunca fueron muchas, el tanteador reflejó siempre que los errores y los aciertos de cada lado alimentaban la incertidumbre pero eran repartidas por partes iguales. En el primer cuarto Brasil se valió del tiro perimetral para anotar. En definitiva fueron 4 de 8 en los primeros 10 minutos pero tuvo que soportar como pesado lastre 8 pérdidas de balón. Argentina apostó con su defensa a proteger mucho su canasto para contener el rebote y los brasileños aprovecharon algunos espacios para bombardear la defensa contraria. En ataque el equipo de Lamas no estuvo tan fino como la noche anterior con Venezuela. Se extrañaba la puntería desde el tiro de tres puntos de Pablo Prigioni y Manu Ginóbili, pero se lo suplió con el tiro elegante de Carlos Delfino.

Para el segundo cuarto lo más significativo fue como Brasil, tomando prácticamente los mismos tiros del primer cuarto ya no tuvo puntería. Venía de un 50 por ciento en triples y cayó a un estrepitoso 0 de 9 y como no tuvo más referencia que Rafael Hettsheimer en la zona pintada  se quedó con baches ofensivos.

A partir del tercer cuarto comenzó lo mejor de Brasil con un hombre clave: Hettsheimer. El pivote se encargó de romper el cerco argentino que estaba preparado contra Tiago Splitter. La velocidad de juvenil y sus goles alimentaron un debilitado juego interior brasilero. Y el equipo de Magnano fue inteligente en darle de comer al hombre que más hambre tenía. Respondió siempre. El otro aspecto clave de la escapada de Brasil fue su cerebro, el base Marcelo Huertas fue quien manejó los ritmos de juego. Su velocidad, su inteligencia y talento pudo más que la defensa argentina. Y ya se sabe cuando un armador hace jugar y el pivote las mete, es muy difícil perder.

Argentina tuvo una limitada rotación desde el banco. Lamas apostó a cargar la responsabilidad en cuatro jugadores: Scola (35 minutos), Ginóbili (33), Delfino (34) y Prigioni (37). También apostó todo el segundo tiempo a Kammerichs. Básicamente Argentina, sin Nocioni, jugó solo con cinco jugadores todo el segundo tiempo. Lamas escondió situaciones alternativas, cambios y modificaciones de estructura. Lo anticipó el técnico albiceleste que iba a guardar cosas ante Brasil y lo hizo.

La voluntad Argentina se chocó con la solidez de juego de Brasil. Marcos Vinicius Vieira y Guilherme Giovannoni aportaron mucho alternativamente y con aplomo se apuntó el cierre del partido. Argentina le puso suspenso al resultado pero la realidad indica que el que mejor juega gana.

Antes, en el segundo partido de la jornada Venezuela dio cuenta de Panamá por 110-74, con anotación repartida de su plantilla, y una gran actuación de Greivis Vásquez (24 puntos y 8 asistencias). Juego sin equivalencias, con un rival que veinticuatro horas antes había perdido ante el gran favorito del torneo, dejando una excelente imagen y dando muestras de un tremendo caudal ofensivo. Venezuela es un equipo compacto que no solo gira en torno a la figura de Vázquez, también cuenta con un grupo de talentosos jugadores, a los cuales Eric Musselman les está dando forma.

Uruguay remontó un partido que llegó a perder por 21 puntos de diferencia con mucho corazón y actitud. Sin embargo no supo acertar en los momentos claves y terminó perdiendo ante Canadá por 70 a 68. Martín Osimani y Leandro García Morales fueron claves en la remontada. Levon Kendall terminó con 19 puntos y 11 rebotes. Los norteamericanos ganaron un juego muy importante en busca del quinto puesto.

Fue un tiempo para cada uno. Canadá llegó a aganar por 21 puntos de diferencia (48-27) al inicio del tercer cuarto, sin embargo en su peor momento Uruguay empezó a jugar con mucho corazón hasta llegar a pasar al frente (64-61) con 3:26 por jugarse, pero se equivocó en momentos cruciales y lo pagó caro.

La fecha cierra el último encuentro de República Dominicana, precisamente frente a los anfitriones. Ambos llegan con derrotas en sus espaldas, pero las diferencias radicaran en los resultados del juego previo entre Brasil y Puerto Rico.

Lamas está escondiendo sus fichas, Calipari tiene que hacer que las cosas funcionen.

Los argentinos en su interés por mostrar localmente a su generación más exitosa recuperaron a Emanuel Ginóbili y Andrés Nocioni con respecto al equipo que disputó el último Mundial de Turquía. Son dos titulares claves que marcan diferencias. Mantiene la conexión deslumbrante de Pablo Prigioni y Luis Scola y sigue en pleno crecimiento el talento y la capacidad de Carlos Delfino. En estos cinco jugadores y su continuidad en la selección se basan los principales argumentos del favoritismo del equipo local.

Para la fecha es dudosa la participación de Nocioni, lesionado la noche de este miercoles.

En la segunda línea Lamas tiene la posibilidad de Oberto aunque no esté a pleno físicamente. Recuperar a Pepe Sánchez garantiza tener un relevo que sabe exactamente que hacer, salvar el partido y lidiar con el estadio que es una caldera en la hora argentina. En momentos de tensión la experiencia saca diferencias. Paolo Quinteros y Hernán –Pancho- Jasen son garantía en el cumplimiento del juego de rol.

En el poste bajo es donde Argentina tiene más incógnitas, detrás de Oberto nunca se ha podido solidificar un pivote dominante, Román González, de grata recordación para el San Carlos no está esta vez. Martín Leiva vuelve a la selección por su buen momento en Peñarol y entiende lo que el equipo necesita: defensa, rebotes y generación de espacios. Juan Gutiérrez “es un 4 y medio” según lo definió Lamas. Tiene vocación más ofensiva que Leiva pero debe ganarse los minutos laborando en defensa y tendrá una dura tarea ante jugadores más altos y pesados.

La idea de Lamas de llevar un jugador como Federico –El Yacare- Kammerichs por sobre Leonardo Mainoldi apunta más a la posibilidad de tener talla para asegurar el rebote que a sumar un tirador natural como sería el lógico reemplazo de Leo Gutiérrez. De tal modo, busca cerrar su canasto con centímetros.

Rival complicado, capaz, sabedor de su oficio, pero que se está despidiendo para dar paso a un relevo que se pinta interesante.

Los enfrentamientos entre ambos no recogen una larga data. Los argentinos han venido a República Dominicana a dos series de fogueos, una en 1986 cuando los dominicanos caminaban a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Santiago y en 1997, con Lamas precisamente de dirigente, gracias a las gestiones de Julio Subero, a la sazón presidente de FEDOMBAL y un servidor que servia con gerente general de la selección dominicana.

República Dominicana le ganó a Argentina en el Pre-Olímpico de Sao Paulo en el 1984, con Sergio Abreu de dirigente, 88-83. No se asistió a la cita de El Cilindro en Montevideo en el 1988. Leandro De La Cruz superó a los gauchos en México en 1989, 89-85. Al Pre-Olímpico de Portland en 1992 los dominicanos no estuvieron presentes.

En Puerto Rico, 1993, no se vieron las caras, por la eliminación rápida de los dominicanos. En 1995, Argentina empezó una racha de 5 victorias al hilo, 97-75. En el 1997, nueva vez en El Cilindro, no hubo choque de ambos equipos. En el 1999, en San Juan, los albicelestes se impusieron 85-71. República Dominicana tampoco asistió a la cita del 2001.

En el 2003, en San Juan, 102-72 con 24 puntos de Ginóbili y 18 de Luis Scola; Franklin Western sacó la cara por los dominicanos con 17. En el 2005, en el Palacio de los Deportes, un contundente, 80-64, con 4 hombres en cifras dobles encabezados por Leo Gutiérrez con 19, la respuesta vino de manos de Francisco García con 19. En el 2007, Las Vegas, los dominicanos estuvieron ausentes. En el 2009, 89-87, con 30 de Scola, mientras Horford marcaba 24 y Jack Martínez se despachaba un doble-doble, 13-10. Los dominicanos ganaban en el meridiano, 43-37.

Después de la fecha, que también incluye: Panamá frente a Canadá (10.30 a.m. hora dominicana); Uruguay contra Venezuela (1.00 p.m. hora dominicana), partido importantísimo para la vinotinto; y Puerto Rico chocando a Brasil (7.30 p.m. hora dominicana), solo hay que esperar las definiciones de los cruces y el quinto clasificado.

¡Suerte a los agraciados!

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