jueves, 21 de julio de 2016

Agrios edulcorados…
Caso 252: La realeza británica… H. Castillo, ¡casi su majestad!
Jul.21.2016

Los medios de comunicación del Grupo Corripio nos asaltan los jueves de cada semana con el reporte del almuerzo que la red de empresas celebra con diferentes actores de la vida nacional. Precisamente ese día el matutino Hoy reviste especial importancia, aparecen las columnas de Andrés L. Mateo y de Marien Aristy Capitán, una al lado de la otra, que han terminado convirtiéndose en lo que para mi gusto es de lo mejor que nos trae la prensa nacional.

Siempre me ha llamado la atención que el “gran jefe” del grupo corporativo José Luis Corripio Estrada, mejor conocido como Pepín, asiste solo a aquellos encuentros que son de su interés particular; hay actores y actores de reparto. Como le llama Álvaro Arvelo hijo: “el capitán de empresas más grande con que cuenta República Dominicana”. ¿Qué dices a ello Federico Borrás?


Esta semana estuvo convocada la Cámara de Cuentas de la República Dominicana, un apéndice del estado según su propia página digital: “órgano constitucional de control externo de los recursos públicos, de los procesos administrativos y del patrimonio del Estado; tenemos personalidad jurídica instrumental, carácter técnico y autonomía administrativa, operativa y presupuestaria, correspondiente al examen de las cuentas generales y particulares de la República, mediante auditorías, estudios e investigaciones especiales”.

La institución la conforman Licelott Marte de Barrios como presidente; Pablo Del Rosario, vice-presidente; Pedro Ortiz Hernández, secretario; Juan José Heredia Castillo, miembro; y Alfredo Cruz Polanco, miembro.

¡Hasta ahí, todo bien!

En la reseña del matutino Hoy aparece que Heredia Castillo, a quien todos conocemos como Corporancito o José a secas, es identificado como H. Castillo. El error se genera desde la página digital de la mencionada Cámara de Cuentas de la República Dominicana. Corporancito es un excelente tipo, de ahí de Villa Juana, enfermo simpatizante del Mauricio Báez, pero no es ni de lejos un loor inglés para que se le acorten los apellidos y se reniegue de su identidad. Juan José H. Castillo, para la risa.


Cuando mi hermano Francisco (+) aún estaba entre nosotros, me llega con el cuento: “tu conoces a un tal Corporancito. Se me presentó ayer en el supermercado y prácticamente se hincó cuando le dije que yo era hermano tuyo. Se despachó con que tu le habías salvado la vida, que un día se lo arrancaste de las garras a una griscelda de la Policía Nacional y que él estaba seguro que si no se lo sacaba de ese vehículo era el día donde seguro lo mataban”. Le respondí: “esas son vainas que alguien que me quiere mucho, pero le he dicho que deje de pregonar esas tonterías”.

(las grisceldas eran unos vehículos que tenia la institución del orden público, abiertas en la parte posterior, donde apiñados se juntaban hasta 20 o 25 detenidos, en la parte delantera el conductor y un acompañante, detrás varios miembros todos fuertemente armados, generalmente escoltadas por otro vehículo de la misma institución; por lo general conducidos a reconocidos centros urbanos de tortura)

Quien instrumentó la página de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana es un verdadero analfabeto. Para peor, un compañerito que no tiene la minima instrucción. Vivimos en el país del na’ e’ na’, y así mismo, nada importa. No debo ser el primero que ha visitado esa ventana, tampoco seré el último, pero de ninguna manera voy a pensar que soy el primero que se da cuenta del error.

Me recordé del destacamento policial de la calle Tejada Florentino en el mismo centro de la ciudad. Recibe de nombre de Virgilio Payano Roja, cuando correctamente es Virgilio Payano Rojas, pero ni a la misma policía le interesa el buen nombre de sus directores.

Corporancito
Pero peor, los redactores del medio escrito, por lo menos al que tuve acceso, también son verdaderos iletrados. Escribir sin investigar. Lo que es imperdonable es que Heredia Castillo es hermano de Leonardo de Jesús Heredia Castillo, también conocido por Leo Corporán, editor deportivo de El Nacional, perteneciente a la caterva de medios del Grupo Corripio y ni siquiera se respetó al compañero de trabajo.

Que haya muchos periodistas en el Hoy, en El Nacional y en El Día que no quieran saber del humilde Leito es una cosa, pero cometer errores tan entupidos de cara al público es otra muy diferente.


Loyda Peña y Eleonora Ramírez autoras de los amplios reportajes se envenenaron mientras escribían.

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