miércoles, 29 de junio de 2016

El Nuevo Domingo

La Lotería Nacional lanza unos billetes, para un sorteo especifico, con la figura de Juan Bosch, lo que no es novedad, puesto que lo viene haciendo desde hace años, ahora en este 2016, familiares del fundador del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) hacen poco menos que un escándalo; reclaman un desagravio y consideran aquello una desconsideración.

Yo me pregunto… ¿en estos tiempos hay alguien que se detiene a mirar y comprar los billetes de la Lotería Nacional?... ¿juegan los dominicanos billetes y quinielas?... ¿se efectúan aún los sorteos dominicales?... ¿canta todavía los números agraciados la voz de María Cristina Camilo?... ¿sale la lista en los diarios nacionales?... ¿se publica aún aquel semanario que los pregoneros llamaban “la lista”, que era Nuevo Domingo, si la memoria no me falla?

Por si nadie lo sabe, esos sorteos pasaron de moda hace muchísimo tiempo, desde que salió la Lotería Electrónica Dominicana perdieron todo su encanto. Además, los premios son exiguos… cuatro millones se decía en los billetes con la figura de Bosch. La lotería electrónica está ofreciendo esta semana 157 millones y la jugada sólo cuesta 50 pesos. Otros se aventuran con las loterías americanas, que se venden como pan caliente en muchas partes del país con 415 millones el MegaMillions y 222 millones Powerball, pero en dólares, moneda de los Estados Unidos de América.

La reclamante es Josefina Pérez Gaviño, sobrina de Bosch, pero no descendiente                directo, miembro del Comité Central del PLD, miembro del Consejo de Directores de AFP-Reservas (secretaria), miembro de Consejo de Administración de Seguros BanReservas (vocal). ¡Mi país!

La señora Pérez Gaviño es también la esposa de Franklin Almeyda Rancier, pasado ministro de Interior y Policía (2004-11) y ahora, el que le carga los bártulos a Leonel Fernández Reyna.

No hay que ir muy lejos para reconocer que como funcionario público Almeyda Rancier resultó un fiasco, al punto de que la población empezó a llamarlo: “ei mieida Rancier”. Por además, el mismo que una vez señaló que: “los dominicanos se dividen en dos: peledeistas y corruptos”.

¡Escupió para arriba!


En su reclamo la señora Pérez Gaviño indica que: “en mi familia desconocemos el lenguaje de los jugadores de billetes y quinielas, voy a circunscribirme a los hechos que motivan esta comunicación. Nuestra familia es corta y entre nosotros hay diversidad, pero en lo que todos estamos comprometidos es en preservar el legado histórico de Juan Bosch, que no es nuestro, es de todos los dominicanos. Usted podría argumentar que Juan Bosch es una figura pública, y tiene razón, es pública para todo lo relacionado con la conducta y el pensamiento que lo caracterizó en vida, no para vincularlo al juego y al vicio. Juan Bosch nunca jugó, entendía que el juego era otro de los muchos indicadores del atraso en que vivíamos, pero además, vincular a un hombre de su estatura histórica a la venta de lo que constituye un vicio, es una falta de respeto mayúscula”.

Quizás olvidó en el camino que sus compañeros de partido han sido los que han permitido que el país se haya llenado de bancas de apuestas. Tenemos más bancas de apuestas, de lotería y deportivas, que locales destinados al expendio de comestibles. Ella mejor que nadie lo debe de saber.

Quizás olvidó que una de las figuras más conocidas del peledeismo de factura reciente ha sido Juan De Los Santos, Juancito Sports, quien murió trágicamente, pero hasta ese día era el alcalde del municipio Santo Domingo Este y presidente de la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU). El gobierno de Danilo Medina Sánchez, que es más suyo que mío, decretó tres días de duelo. ¿Cuántas bancas de loterías tiene la franquicia de Juancito Sports?

Quizás olvidó que más de uno de los tantísimos honorables senadores con que cuenta su partido para hacer leyes y constituciones a su medida son propietarios de bancas de lotería.

Almeyda Rancier
Quizás olvidó también que hace menos de un año sostuvo una agria discusión, que alcanzó ribetes públicos, con Matías Bosch, presidente de la Fundación Juan Bosch, por lo que la mentada unidad familiar es inexistente. “En la seguridad de que no sabes ni quien soy, te daré algunos datos para ubicarte en el tiempo y espacio. Soy Josefina, hija de Genoveva Gaviño, que a su vez fue hija natural de Rosa Gaviño, hermana de Ángela, tu bisabuela”, plasmó en una carta reproducida en los medios de comunicación del país. Agregaba: “a mi en lo particular me resulta carente de criterio político, inmaduro y sobre todo escrito por alguien que desconoce la política nacional, que llegó al país y encontró el camino llano, pavimentado y pulido, listo para encender el vehiculo del abuelo sin saber cual fue el costo de ese vehiculo, su color, su año y su marca”.

En esta ocasión Matías Bosch apoyó la gestión de su pariente, en misiva dirigida al administrador de la Lotería Nacional, señalando que los juegos de azar es una de las formas que ofrece más beneficios al Estado Dominicano, el cual se beneficia de la desesperación, la pobreza y la ignorancia del pueblo. Pero también tiró su zurrapita, dejó caer una brizna casi imperceptible, un venenito enmascarado, comparando estos con las AFP y las ARS que: “acumulan riquezas sobre la base de la desgracian ajena”.

En lo particular yo no me siento ofendido porque la Lotería Nacional haya usado la imagen de Juan Bosch en una de sus emisiones. Yo si me he sentido ofendido cuando el mentado Almeyda Rancier hacia galas de su posición, con más de 40 guardaespaldas en su comitiva; cuando regalaba cerdos por pi’ pa’ en unos operativos llamados Barrio Seguro, donde se decía había coimas entre los funcionarios encargados de esa menudencias y la violencia azotando esas comunidades muchas veces carenciadas hasta los tuétanos; yo si me he sentido ofendido cuando dispuso la compra de motores Harley Davidson de alta cilindrada para el patrullaje policial… eso fue como entregarle libros de poesías a gente que no sabe leer; ahí hay mucha tela por donde cortar.

Se decía, en los pasillos de la más alta academia de estudios de país, que la rectoría de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) era un filtro para los posibles presidenciables del país. Por supuesto se decía, pretérito imperfecto del verbo decir, hasta que llegó Almeyda Rancier.

Por demás, hay unos papeles que nunca se han desempolvado de la gestión en la UASD de Almeyda Rancier (1987-90). En esos tiempos su secretario era nada más y nada menos que Francisco Javier García Fernández (San Francisco de Macorís, 1959), actual ministro de Turismo (desde el 2008 en el cargo).

Lo que debe hacer la señora Pérez Gaviño es pedirle disculpas al pueblo dominicano por haber tenido un funcionario de la calaña de su marido, “el señor del anillo”; lo que debe hacer la señora Pérez Gaviño es protestar para que tanto funcionario corrupto, inclusive su marido, si se le prueba, sean sancionados con cárcel, de ser necesario; lo que debe hacer la señora Pérez Gaviño es solicitar que el PLD apruebe la Ley de Partidos que desde hace 11 años duerme en brazos de Morfeo en el Congreso Nacional; lo que debe hacer la señora Pérez Gaviño es asistir a los barrios carenciados y llenarlos de los libros de su tío, para que muchos de nuestros chicos se interesen por la lectura.

Lo que debe hacer la señora Pérez Gaviño es solicitarle a los funcionarios de turno que respeten la imagen idealizada y hermoseada de Juan Bosch que se nos mete todos los días por ojo, boca y nariz, pero que sus alumnos han tirado a la basura; lo que debe hacer la señora Pérez Gaviño es emprender la lucha para que República Dominicana, por intermedio de sus estamentos, mejores los índices de calidad humana; lo que debe hacer la señora Pérez Gaviño es encabezar una comisión para revisar las raciones de la comida en las escuelas, el atraso a los suplidores que no son marcadamente seguidores del peledeismo, pero que ganaron por concursos esas asignaciones, y buscar las coimas que seguro están recibiendo algunos funcionarios del peledeismo.

Lo que debe hacer la señora Pérez Gaviño es, precisamente continuando con la educación, revisar a quienes el ministerio, manejado por un político que acaba de invertir millones de pesos para que su hijo se convirtiera en diputado, tendiendo aún la leche en la boca, le entrega las impresiones de los textos escolares; lo que debe hacer la señora Pérez Gaviño es marchar a la Procuraduría General de la República para solicitarle al descolorido de Francisco Domínguez Brito que haga énfasis en la lucha contra la impunidad; y para terminar, porque le faltarían vidas, lo que debe hacer la señora Pérez Gaviño es solicitarle a su esposo que no torture a los lectores de El Caribe con su articulo de los lunes, a leguas lleno de inclinaciones partidarias.

Hasta ahí, porque más sería imposible para ella.

Entonces, así, y sólo así, la señora Pérez Gaviño podrá exigir el respeto que ella pretende para su pariente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario