Agrios edulcorados…
Caso 218: De perros hueveros y otras
historias
Jun.10.2016
El
Teacher se destapa “los que amamos el baloncesto”, tratando siempre
de demostrar que es culto y leído, lo que he puesto en duda; como decía un
suegro que tuve, “los dominicanos se hacen algo de dinero y lo primero que hacen
es comprar una enciclopedia, la que nunca abren después, pero impresionan”… por
supuesto, amamos se puede conjugar de muchas maneras; yo amo al baloncesto para
esquilmarlo, puede ser una acepción, al parecer muy acertada… yo amo al
baloncesto para cortejar a las niñas que juegan y después llegar a propuestas
indecorosas (esto lo hacen adultos mayores de ambos sexos), anote esa… yo amo
al baloncesto para robar descaradamente sin importar las consecuencias…
Cuando me refiero a El Teacher estoy nombrando a Ramón Rodríguez, dos veces presidente
de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA), ambas gestiones
finalizadas en medio de los más aberrantes escándalos.
Por supuesto, como El
Teacher no me lee, no es mi amigo, según sus propias palabras, como tampoco
lee a mí estimado amigo Federico Borrás, por lo que dejaré aquí una sugerencia…
Ramón Rodríguez lo que debería hacer de manera pública es tomar el espacio de
la columna que le publica su mentor, benefactor y guía, Leonardo de Jesús Heredia
Castillo, también conocido como Leo
Corporan, y gastarse unos párrafos para pedirle perdón al baloncesto por
las indelicadezas cometidas; cualesquiera que fueran.
Curiosamente la columna de Rodríguez en el vespertino
El Nacional recibe el nombre de Siempre con la Verdad. Una prueba de
cinismo sin parangón.
La primera vez fue suspendido de por vida por Frank
Herasme; la segunda, después que se le concediera una oportunidad, no fue juzgado,
ni sentenciado por la pusilanimería de Rafael Fernando Uribe Vásquez,
presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), también
conocido por el mote de Rafelin.
Herasme le dijo a Uribe Vásquez: “si lo suspendí de por vida, ahora hay más pruebas, más evidencias, para
separarlo totalmente, que nunca vuelva a pisar una cancha de baloncesto y hasta
la posteridad. No se que esperas”. Por supuesto, Uribe Vásquez fue a
lamerle las nalgas a Leito e hizo muchas reverencias a Manuel Elpidio Castro
Castillo, entonces jefe de la Policía Nacional, que lo puso de muchacho de
mandado, a todas horas del día.
¿Estaba afectado de las hemorroides?
Ahí Rafelin no
cogió piedras para el más chiquito, porque más comemierda y genuflexo no se
puede ser.
En su declaración, El
Teacher también deberá apuntar que jamás aspirará a una posición donde haya
que tomar decisiones dentro de la actividad deportiva dominicana. ¡A ninguna en
cualquier disciplina!
Aunque nunca hemos escuchado el termino de “blancoide” ni mucho menos el de “aclarado” para referirnos a personas de
color, El Teacher si puede ser
señalado como un “intelectualoide”. A
ello agregue para la jauría de personas que pululan en el deporte nacional la categoría
de “humanoides”.
Hay mucha gente que comete irregularidades, otros son
corruptos por sobre todas las cosas, ladrones señalados y dejados en evidencia,
pero El Teacher es la expresión consumada
del Perro Huevero.
Los humanos somos animales de costumbres, eso dicen
los psicólogos y quizás eso ayude a explicar porque la gente sigue cometiendo
los mismos yerros.
Todos los términos empleados por El Teacher en su escrito ya fueron publicados por el amigo Borrás. Así
escribir es muy fácil.
¡Plagio!
¡Un copy paste!
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