Agrios edulcorados…
Caso 211: De m is afectos a Saturnino,
alias Moñoño
Jun.07.2016
Más temprano use la expresión de Ryszard Kapuscinski
(periodista, ensayista, historiador, escritor y poeta, Pinsk, Bielorusia, 1932
/ Varsovia, 2007): “para ejercer el
periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no
pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar
comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus
dificultades, su tragedia”. Hoy es el día del periodista en todas partes
del mundo.
Como respuesta, un muy querido amigo me envía una nota
del diario Clarín (Abr.19.2016) donde Howard Gardner (Scranton, Pennsylvania,
1943), prominente neurocientífico, investigador y psicólogo de Harvard
University, autor de la teoría de las inteligencias múltiples y conocido por
sus investigaciones en el análisis de las capacidades cognitivas, acreedor al
Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en el año 2012, indicaba: “una
mala persona no llega nunca a ser un buen profesional”.
Agregaba Gardner: “aprender es el único antídoto
contra la vejez y lo tomo cada días en Harvard con mis alumnos”.
Manifestó también: “es tonto clasificar a
los humanos en listos y tontos, porque cada uno de nosotros es único e
inclasificable. Puedes vivir sin filosofía, pero peor. He dedicado 400 páginas
a describir siete tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática,
musical, espacial, cinético-corporal, interpersonal e intrapersonal”.
Comprobó lo anterior con sus trabajos en aulas donde las categorías de tontos o
listos no cubrían la diversidad del talento humano. Añadía que los tests de
inteligencia no miden realmente las capacidades, sino sólo la de resolverlos.
La inteligencia lingüista se aprecia en niños con
facilidad para escribir, leer, contar cientos o hacer crucigramas. La lógico-matemática
se valora en niños por su interés en patrones de medida, categoría y
relaciones; facilidad para la solución de problemas aritméticos, juegos de
estrategia y experimentos. La corporal y kinesica en el procesamiento
del conocimiento a través de la sensaciones corporales; deportistas, bailarines
o manualidades como la costura, los trabajaos en madera. La espacial
y visual en el pensamiento con imágenes y dibujos; facilidad para la
resolución de crucigramas, dedican el tiempo libre en dibujar y prefieren
juegos constructivos. La musical se aprecia en
manifestaciones con canciones y sonidos; identificación evidente de los
sonidos. La interpersonal en una buena comunicación, liderazgo de grupos,
entienden los sentimientos de los demás y proyectan con facilidad las
relaciones interpersonales. La intrapersonal se refiere a la
introversión y a la timidez; se viven sentimientos propios y se automotivación
intelectual.
Se le preguntó a Gardner sobre los profesionales excelentes
que son malas personas, y respondió: “descubrimos
que no los hay. En realidad, las malas personas no pueden ser profesionales
excelentes. No llegan a serlo nunca. Tal vez tengan pericia técnica, pero no
son excelentes. Lo que si hemos comprobado es que los mejores profesionales son
siempre E-C-E: excelentes, comprometidos
y éticos”.
Otro cuestionamiento fue: ¿no puedes ser excelente
profesional pero mal bicho como persona?... la respuesta fue contundente: “no, porque no alcanzas la excelencia si no
vas más allá de satisfacer tu ego, tu ambición o tu avaricia. Si no te
comprometes, por tanto, con objetivos que van más allá de tus necesidades para
servir a todos. Y eso exige ética”.
Apuntó también que uno de los motivos de las grandes
crisis de la madurez es cuando el individuo se da cuenta que no hay una segunda
juventud, que pudiese manejarse en mejores términos con estudios humanísticos:
filosofía, literatura, historia del pensamiento. Sobre ello dejo por sentado: “puedes vivir sin filosofía, pero peor. En un
experimento con ingenieros del MIT descubrimos que quienes no habían estudiado
humanidades, cuando llegan a los 40 o 50 años, eran más propensos a sufrir
crisis y depresiones. Las ingenierías y estudios tecnológicos acaban dándote
una sensación de control sobre tu vida que en el fondo es irreal: sólo te
concentras en lo que tiene solución y en las preguntas con respuesta. Y durante
años las hallas, pero, cuando con la madurez descubres que en realidad es
imposible controlarlo todo, te desorientas”.
Al leer las expresiones de Gardner recordé unas
palabras que salieron de un dirigente deportivo: “acaso puedo yo creer en un tipo que salió de un patio de Villa Juana”.
Por supuesto, ello sin mirar a su íntima cercanía.
El autor de la frase está viviendo un periodo difícil
de su vida, sintiendo como el mundo se le viene encima sin solución. “Siembra
vientos y cosecharas tempestades, no tendrán mies, ni el fruto hará harina; si
la hiciere, extraños la tragarán”.
¿Ironías de la vida?
En los tiempos actuales es difícil colocar su
confianza en terceros, pero hay quienes con apego a los valores fundamentales,
confiabilidad, ética, honestidad, vergüenza, dignidad, probidad, pudor,
decencia, decoro, sin importar su origen, alcanza el grado de confianza absoluta.
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