Agrios edulcorados…
Caso 302: Verónica se fue a los
cielos
Nov.23.2016
Este
Nov.22.2016 se conoció del fallecimiento de la cantante Verónica Medina; el
tercer miembro del mundo del espectáculo que pasa a otra dimensión en menos de
15 días. La prensa nos repite la nota, una y otra vez, como si ningún redactor
tuviera la capacidad de agregar un poco de color.
Mi
único recuerdo de ella es que inició la carrera de química en la Universidad
Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), hace más de 40 años, en la que sería la
promoción siguiente a la mía. Tengo que admitir que ese grupo estuvo conformado
por muy buenos estudiantes, algunos brillantes, así como fue mi grupo. Todos
hijos, aunque renegáramos, de Andrés Sallent Jurgensen.
Creo
que nunca crucé una palabra con la artista, pero si me daba el gusto de seguir
sus presentaciones las pocas veces que la encontré en la pantalla chica. Ella
nunca lo supo, pero era una de las poquísimas personas que respetaba cuando tenía
el control del televisor en las manos; todo un hito.
Era
de voz bien timbrada, excelente sobre el escenario, vitalista, digna de una
trayectoria más amplia. Buena parte de su vida quedó encerrada en las orquestas
femeninas de merengue, pero era una baladista de primer orden que cantaba con
fuerzas en una sociedad que discrimina su propio espectáculo, que castiga con
la falta de oportunidades y que hace que los ciudadanos tengan que luchar
cotidianamente contra la enorme indiferencia.
Mañana
quedará olvidada, nunca será el referente de la canción dominicana que hubiera
querido ser, mientras buscaba el sueño de dedicarse completamente a la música.
En
el Listín Diario leí que se había iniciado en el programa de Altagracita Peña,
eso debió ser mucho antes de ingresar a la UNPHU. Altagracita Peña fue la
figura infantil de finales de los años de la década de 1960 e inicios de la de 1970,
una especie de Isha (Isabel Aracena) nen los 90 o Iamdra (Iamdra Fermín Hernández),
más recientemente. Aunque la memoria algunas veces se va de paseo, Peña es una
de las grandes olvidadas del entretenimiento y la televisión en República
Dominicana.
A
mi compañera de carrera, sólo desearle que el viaje a otra dimensión sea
satisfactorio, lleno de paz, que allá derrame sus gracias y logre sus sueños.
Muy buen recordatorio Luis. Dice la nota de Listín Diario que murió en la pobreza extrema. No tenía dinero ni siquiera para trasladarse al centro médico. Qué pena.
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