sábado, 14 de septiembre de 2013

Telegrama a Orlando Antigua


Orlando Antigua libró su primera responsabilidad como head coach con notas más que adecuadas, clasificó el equipo dominicano, de la mano de los jugadores, al Mundial de Baloncesto que se celebrará en España el año venidero, pero nadie podrá negar jamás que sacó sus chivos, fijó su mirada en papeles ajenos y hasta buscó quien le copiara algunos párrafos. Todo el mundo habla maravillas de su trabajo, de su dedicación, de su manejo, de su compromiso con el país y con el baloncesto nacional.

Orlando Antigua
No hay mucho mas que se pueda decir sobre su desempeño, ha sido un ser escurridizo y con muchas restricciones. Nada de hablar, nada, más allá de un saludo, unas breves respuestas en las conferencias de prensa, y pare de contar; he visto pocas gentes tan parcas a la hora de transmitir sus ideas. Cuando la selección practicó en el país no tuvo la entereza de manifestar una sola palabra de aliento a la afición dominicana.

Al regreso del compromiso caraqueño ofreció unas breves declaraciones a Satosky Terrero y Galarza del diario El Caribe y productor de Mañana Deportiva, las cuales no pude escuchar en su totalidad.

Antigua no es un pensador del baloncesto, no tiene conceptos propios y aún retumban en mis oídos aquellas palabras pronunciadas al momento de que se le entregó la selección nacional: "aplicaré los esquemas simples del coach Calipari". Un hombre sin ideas personales, que no tiene vuelo y que además sucumbe ante las imposiciones, tampoco es innovador ante las situaciones que plantean los equipos contrarios.

Sobre su compromiso frente al desarrollo de la disciplina en el país hay enormes e intensas interrogantes. Hasta el momento no ha anunciado ninguna situación y si no las hace correr antes de su regreso a los Estados Unidos estaría demostrando que, como todos los anteriores, ha venido a ganarse unos centavos en el verano; en la época de vacaciones.

Antigua no tiene la más mínima idea de la base del baloncesto dominicano, de lo que hay detrás, de las posibles promesas de la disciplina, de las evaluaciones que debe fomentar el organismo rector; quizás esté al tanto de los prospectos camino a las universidades, pero este mundo está muy distante de nosotros y lo que necesitamos. No está de más recordar que el programa de John Calipari está basado sólo en resultados, no en la consecución de brindarle a la sociedad estadounidense ciudadanos enteramente formados; por eso tantos muchachos saltan temprano al profesionalismo y por ello el número de estudiantes llevados a obtener un grado académico es siempre exiguo.

Para no ir más lejos, en nuestro propio país Humberto Rodríguez, Faisal Abel, Fernando Teruel, Alejandro Abreu, Gustavo Concha, Osiris Duquela, Sergio Abreu, Alejandro Tejada, Pedro David Curiel trabajan en la propia selección nacional pero también con los menores que se iniciaban en la actividad. Si el tiempo no es la excusa, Jay Triano, Rubén Magnano y Julio César Lamas que estuvieron al frente de las selecciones en este Pre-Mundial, están involucrados en todos los niveles de las federaciones para las que laboran. En Europa, sucede otro tanto.

Pero gritemos: !gringos, gringos, gringos!

A estas alturas pienso que la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) habrá asegurado la continuidad del capataz para el verano siguiente. Esa vigencia está supeditada a las recomendaciones que otros puedan hacer y en este 2013 mostró que está atado incondicionalmente a las decisiones de terceros.

El andamiaje está tan bien colocado sobre los rieles que no tuvo la necesidad de asumir los cortes en la selección en el camino a Caracas; es el único equipo que jamás tuvo un corte, todo fue por exclusiones particulares. Se limitó a las lesiones y los compromisos, reales o no, asumidos por los propios jugadores.

Luis Flores, Gerardo Suero, por lesiones. Al Horford, Kelvin Peña, Manuel Guzmán, por compromisos profesionales; Brandone Francis, Orlando Sánchez, Ángel Delgado por compromisos académicos; Víctor Liz, por asuntos personales; Josh Asselin, por el tema de los nacionalizados; y siempre la espada de Damocles que significa la renuncia de Charlie Villanueva.

El dirigente dominicano tiene la obligación de explicar al país sobre la "Pittsburgh conection", "Kentucky conection" y "Nueva York conection"... la inclusión de Ricardo Greer entre el grupo de jugadores, el irrespeto a Eduard Santana, el oportunismo de Ronald Ramón, la flexibilidad sobre Karl-Anthony Towns, la llegada sin explicación de Oliver Antigua al cuerpo técnico.

Estas situaciones me recuerdan cuando Antonio Guzmán Fernández nombró a J. A. Bruno Pimentel como director general de Radio Televisión Dominicana, a los pocos días un periodista le preguntó: "usted defiende los intereses del Estado Dominicano o los de Rahintel"... el ejecutivo hizo mutis. ¿Con Towns se coloca a la Universidad de Kentucky por encima del país?

Ante tantas distorsiones por Greer, un puesto regalado a un jugador sin compromiso y sin funciones, por que no se incluyó a uno de los chicos que ganaron el tan cacareado oro en el sub-17 de Puerto Rico, por ejemplo, como premio a una gesta que se ha convertido en punta de lanza para tratar de borrar todas las deficiencias de FEDOMBAL. En el último de los casos, se debió incluir uno de estos chicos en lugar de esta distracción llamada Oliver Antigua.

Si FEDOMBAL tuviera un proyecto serio hace tiempo que se hubiera acercado a Mark Jackson, laureado ex-
Mark Jackson
jugador, egresado de St. John´s University, actual capataz de Golden State Warriors; quizás no estaría en los planes inmediatos ni del organismo rector, ni del propio entrenador, pero es un aval al que se debió acercarse... puertorriqueños, argentinos, españoles, franceses, rusos, nigerianos, seguro no habrían jamás dejado pasar la ocasión de codearse con este hijo de dominicanos.

¡Ojo!... no estoy señalando que debería entregársele la selección nacional, estoy diciendo solamente que hace tiempo debió producirse un acercamiento.

Por lo antes expuesto, siempre he dudado de la capacidad de trabajo de la llamada Asociación de Baloncesto de República Dominicana en Nueva York. Un señuelo para incautos y un refugio de oportunistas.

No tendremos baloncesto del bueno, del que todos deseamos aunque no lo sepamos por ignorancia, si no hay compromisos serios de las elites del deporte con el desarrollo, la masificación y posterior selección de nuestros mejores valores.

Sólo así, algún día podemos aspirar a volar tan alto como las avecillas que nos alegran las mañanas o los
Colibrí
halcones o las águilas (con perdón de mi querido amigo Fernando Wazar Puello, que preferiría dar los zarpazos de un tigre, mucho más si es azul y bengalés), pero mientras tanto hay que conformarse con limpiar el cielo, todos los días, de todo obstáculo para poder lograrlo.



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