jueves, 16 de marzo de 2017

La hija de Lola… tan bonita muchachita

Ya que Yolanda Martínez no se irá de Pro-Competencia por sus propios pies, ¿por qué el Presidente de la República, Danilo Medina Sánchez, no nos da una muestra de que empezará a actuar frente a la corrupción y la impunidad?

¡Ahí hay lo que podría convertirse en un buen ejemplo!

Hasta ahora lo que estamos viendo es que la vergüenza de la Martínez era verde y se la comió un burro.

¿Señor Presidente, cual es su compromiso con ella?

¿Aportó dinero para su campaña?

¿Su bocinología (termino que quizás en algún momento será aceptado por la Real Academia de la Lengua Española como dominicanismo de los nuevos tiempos) era tan exquisita que había que premiarla?

Pensé que esta muchachita era de lo más seriecita; recuerdo una vez que Jochi Santos estaba haciendo un concurso telefónico para que los escuchas señalaran cuales eran las mujeres con culamen más agraciado dentro un pantalón vaquero (culamen: versión más vulgar para referirse a culo o nalgas, aceptado por la Real Academia de la Lengua Española); por supuesto saltó su nombre. Más rápido que Speedy González llamó a Santos y le sugirió retirar su nombre del listado: “estoy haciendo un trabajo profesional, que requiere mucho de la confianza del dominicano y no es oportuno que se me incluya en esa lista”, palabras más, palabras menos.


Martínez se unió a los tantos funcionarios impertinentes que tenemos. Que conste sólo está siendo cuestionada por un cambio de logo, innecesario, y por el nombramiento de sus “compañeras” de ministerio, ¡el nombre de Dios en vano!

Es un problema entre usted y su conciencia. Tanto el particular que se benefició, como usted piensan que allá se las verán al final con Dios o con el diablo. La corrupción no se ha debatido sino a nivel moral, con discursos apocalípticos sobre el bien y el mal, de esos que ya uno está cansado. Ella sólo ha reforzado su convicción de que ser corrupto es problema íntimamente particular. Asumió el riesgo de terminar por toda la eternidad saltando entre las llamas del infierno, a cambio de disfrutar en este mundo una vida más cómoda.

La vocinglería de tantos beneficiados del dinero de todos no ha permitido que se estudien a fondo los costos sociales de la corrupción que tantas veces el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) prometió combatir. Flor de letrina son aquellas palabras de Francisco José Almeyda Rancier, también conocido por el mote de Franklin, “los dominicanos nos dividimos entre corruptos y peledeistas”. En su caso terminó como un peledeista corrupto.

El veterano periodista dominicano Tony Piña escribió: “¡que tonto fui! Yo pensaba que para Dios todos éramos iguales: que no había blancos, ni negros ni de ningún otro color; y que tampoco éramos feos o bonitos. Pero no era así. Yolanda Martínez, la diva de Danilo, creó en Pro-Competencia “las Preciosas de Dios”, un grupo de perversas, sinvergüenzas y chapiadoras que devengan entre todas 781 mil pesos mensuales, y lo peor: ¡ningún hijoeputa periodista come-cheque se atreve a decir nada! Si esa vaina es verdad, desde ahora seré del grupo de oración ¡los feos de Satanás!, y que me salga uno por aquí hablándome mierda, que se la voy a estrujar en la misma boca”.

Las enésimas reformas fiscales aplicadas por el pe-ele-de sobre los entes productivos están en disposición de repetirse porque los dineros de todos los dominicanos se están yendo a los bolsillos de los corruptos que son rentistas improductivos; y los apetitos se tornan en insaciables. Esos actos corruptos terminan por encarecer la vida de todos los consumidores; nos limita la alimentación, la salud, la educación, la siembra oportuna de nuestros campos, la creación de empleos, el acceso a agua potable, la disposición de las aguas servidas, el aseo urbano, el mantenimiento de calles y carreteras, el cuidado de nuestras reservas medioambientales y el listado se hace interminable.


La corrupción también tiene un altísimo costo político. Engendra alienación y cinismo popular y crea inestabilidad del régimen. Por sus tibiezas Medina Sánchez nos ha colocado en una encrucijada; inclusive hay muchos apostando a que no terminará su mandato; si fuéramos medianamente Corea del Sur ya estaría sin funciones, acá el presidente tiene “su congreso” y “su justicia” mientras los señalamientos de administración fraudulenta, asociación ilícita, instigación a cometer delitos y amenazas agraviadas son tema recurrente en todas las instancias.

Ante tanta parafernalia y las chicas entrenando a los ministerios para salvar sus alma$$$ (¿en este juego, la pastora recibe su diezmo?) no me extrañaría que nuestros funcionarios estén haciéndose de muñecas artificiales de última generación para satisfacer otras necesidades. Muñecas donde el adquiriente moldea la personalidad de los juguetes para crear una “relación duradera al paso del tiempo”. “Mi objetivo no es sólo que copulen con las muñecas, sino que se enamoren de ellas”, dijo un científico de RealDoll.

La ciudadanía está consciente de que la corrupción es el agujero negro por donde se escapan sus posibilidades de progreso y paz. Con la Martínez ingresando al amplio listado, la administración está podrida por todas partes. La corrupción nos viene de lejos, pero no todos los dominicanos son o han sido corruptos, con la caída de las enseñanzas de Juan Bosch sus discípulos los más avanzados miembros del Comité Político, mostraron a todos crudamente y sin justificaciones la corrupción.

La clase política en el poder está liquidada porque su tiempo ha acabado y ninguno de ellos lo quiere aceptar. Ellos, los de ahora y los que ya pasaron no podrán regenerarse porque la corrupción se ha convertido en un disolvente de la dominicanidad. Lo bueno se consume en el acto, lo malo también. En medio, quedan la memoria histórica, el agravio y el daño social producido por la corrupción.

No se si Medina Sánchez en algún momento decida tirar algunas piedras hacia atrás, pero los dominicanos estamos empezando a crear instrumentos concretos para lanzar algunos peñones. Si en el 2020 pasa alguien menos comprometido con la corrupción los dominicanos haremos algo más que empezar a rezar para que usted se convierta (descartados, por supuesto Hipólito Mejía Domínguez y Leonel Fernández Reyna).


Qué le ha pasado señores
a la hija de Lola
que ya no sale y siempre esta triste y sola
ya las vecinas están murmurando
tan alegre que era ella
y ahora siempre esta callada
tal parece que la niña
a dao’ una mala pisada
pero que le ha pasado señores
a la hija de Lola
que ya no sale y siempre esta triste y sola
ella que era
la alegría del barrio
tan bonita muchachita
todos la querían tener
y ahora que está como está
nadie la quiere querer…

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