martes, 14 de marzo de 2017

Agrios edulcorados…
Caso 327: El canto insulso de los grillos
Mar.14.2017      

Swan de Darla Teagarden
Un periodista dominicano del área de deportes, a quien no conozco, dijo en la ciudad de Miami, que lo que más le había sorprendido del Clásico Mundial de Béisbol era la organización. ¿Somos tan desarreglados los dominicanos?... siempre nos sorprende una estructura bien dispuesta o es que no tenemos nada más que decir. Que una sala de prensa brinde todas las comodidades necesarias para que el corresponsal pueda realizar su trabajo, que las instalaciones sanitarias estén en capacidad de ser usadas, que los dispensadores de agua trabajen regularmente, que las informaciones estén presentes en todo momento, para complementar el trabajo, es lo menos que se puede esperar.

Estaba tan diligente y despabilada la organización dentro del Clásico Mundial de Béisbol que a ese mismo redactor lo encontraron tomando licor con la credencial correspondiente sobre su pecho.

¡Se lo levaronnnnnnnnnnnnnnnnnn!!!!!

El mismo encargado de prensa del evento se dio el gusto de arrancarle la acreditación. Debió ser un acto bochornoso.
Whipped Cream de Mark Ryden 

¿No sabía este chico que existen normativas escritas que no pueden ser violadas?... ¿pasó por ignorante o por inocente?... ¿por qué siempre damos la nota discordante?... por supuesto, si tenía planeado seguir para San Diego ahí mismo terminó su periplo. Se entiende que si tenía una credencial de prensa estaba laborando o por lo menos siguiendo las actividades para comentarlas posteriormente. En el mejor de los casos, si estaba de turista, debió guardar las apariencias.

Cada quien tiene que respetarse. Estaba hace muchos años en la ciudad francesa de St. Quentin y Le Monde, si ese mismo matutino, que no es paja e’ coco, envió a un analista a entrevistar a José –El Grillo- Vargas; el señor que lucía envejecido, nos citó en un restaurante de la localidad para almorzar. Al momento justo de sentarnos a la mesa nos señaló: “antes de empezar tengo que admitir que soy alcohólico, ¿tienen usted algún inconveniente en que durante la entrevista pueda tomarme un trago?”… supimos de inmediato el por que de su prematuro envejecimiento; mientras estuvo con nosotros no hizo galas de su debilidad. Días después, en el rotativo francés había un escrito para la posteridad.

Finding Home de Greg Simkins
En el estado de Ohio, por ejemplo, usted no puede beber alcohol en la puerta de su casa, ni en la acera, ni en los jardines, ni conducir con una cerveza en la mano; parte de la cotidianidad dominicana. Allá, todo es puertas adentro. La policía lo encuentra en esos menesteres y se lo llevan a la cárcel… usted queda enchirolado; sin pasar por go ni cobrar 200. Las normas para tomar licor en Estados Unidos son tan variadas como pueblos existen en el amplio territorio. En las grandes ciudades existen todo tipo de establecimientos. En algunas áreas rurales, el alcohol es generalmente servido en restaurantes más que establecimientos dedicados. Por supuesto, en el Marlins Park la cerveza corre como agua, como en muchos otros estadios del big show.

Aquí nadie parece hacer caso de la deontológica profesional del periodista. Las disposiciones, hasta las más simples se violan; además vivimos en una era de sobrada holgazanería, es triste ver como se está desarrollando una actividad de notas de prensa, exclusivamente. ¿Tienen conciencia profesional los periodistas deportivos dominicanos?

Mejor no mencionar responsabilidad social y veracidad informativa. En el área política, los tantos “opinólogos” reciben instrucciones directas de la Presidencia de la República y nos hacen creer que vivimos en el paraíso del Caribe. ¿Cuántos periodistas dominicanos tienen una modesta biblioteca en sus hogares?
Two Hearts are Better than One de Sheri DeBow

¿A quien seguimos?... no hay muchos valores para seguir en la prensa escrita. Lo he repetido varias veces, mi favorito es Rolando Guante, después paso sobre el resto. Hemos tenido decenas de ejemplos de buenas plumas, pero parecen quienes han venido atrás sólo pretenden escalar a cualquier precio. La prensa dominicana se debate entre el escándalo, la opacidad, la desinformación cuando no la transgresión de la ética. Hay que decir bien alto que en periodismo no todo vale. Tenemos tantos grillos que con su insulso canto opacan el trabajo de los ruiseñores.


En el país, lastimosamente, nadie está preocupado por la conservación del oficio y los propietarios de los medios no asumen responsabilidades respecto a los derechos de los ciudadanos a recibir una información veraz mediante una buena praxis de la profesión periodística. La ética periodística es una herramienta fundamental para la evolución de la vida democrática de cualquier sociedad.

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