La madre de todas las irrelevancias
Cuando alguien resulta tan enfermo de la facha como es Rafael Fernando Uribe Vásquez, también
conocido por el pintoresco mote de Rafelin,
actual presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), los
espectadores debemos de esperar siempre una salida audaz, una respuesta
acertada, unas declaraciones contundentes. Pero Rafelin nos resulta intrascendente, frívolo, simple, baladí, vacío,
predecible, insubstancial, superficial, nimio, y cabe preguntarse: ¿tendrá algo
más que exhibir que su peculio?... un técnico del deporte trata de sorprenderme
diciéndome: ¡es rico, muy rico!...
como queriendo sorprenderme.
Lophochroa leadbeateri |
Le respondo: ¿le
preguntaste si las pocas monedas que caen de sus bolsillos han sido bien
sudadas?... porque me imagino que tu y yo las hemos tenido que trabajar.
Hay un viejo proverbio que nos dice: dime de que presumes y te diré de que
adoleces. Encontré unas palabras que bien caen en estas líneas: “hoy día es habitual ver palabras como
honradez o ética en boca de algunas personas que, pese a alardear de estas
virtudes, no las poseen y deberían ser quienes precisamente la practicaran y
fueran un ejemplo, y sin embargo, se permiten amonestar a los demás en vez de
barrer sus casas antes”.
Semanas atrás me habían sugerido que observara una
entrevista que le practicaba Mario Emilio Guerrero a Uribe Vásquez. Eso si, la
recomendación, originada en el sur de la Florida, traía el añadido: ¡nunca había escuchado un tipo tan
irrelevante!... pensé: ¿cómo podría
tomarme con absoluta serenidad la repetición de lo insólito?... hace tiempo
que Rafelin está estigmatizado por su
incapacidad para innovar, para ser un ente de cambios, y no hay dudas de que su
administración es un veneno en extremo letal que ataca el futuro de la especialidad.
En su momento no pude tener un televisor frente a mis
narices, días después la misma se repetía en horario dominical, pero lo olvidé;
tampoco pude complacer la solicitud. La desgracia me llegó en un cambio de
canales (Abr.19.2017); la persona a mi lado me preguntó: ¿está diciendo algo que no sepas?... ¡a la verdad que te gusta perder el tiempo en baratijas!
Fratercula arctica con sardinas en el pico |
Mi primer cuestionamiento para ciertamente aceptar que
estaba perdiendo el tiempo lo recibí cuando el bien curtido Rafelin tartamudeó, buscó en lo profundo
de sus entrañas, se rascó las pocas neuronas que debe de tener dentro de la
cabeza para encontrar los nombres de los cinco continentes. Parece que el
hermano Antonio no aceptaba asiáticos en el San Juan Bautista.
Después me quedé pensando en la marca del tinte que
debe de estar usando; lucía bien aplicado pero a leguas se notaba que era un
colorante de segunda. Mi papá decía: “el
burro no come bizcochitos”.
¡Menudo
momentazo!
Esta
jodida “nueva era” es como un
moscardón pesado.
No podemos vestir el baloncesto dominicano de otro
color que no sea la irrelevancia cuando el presidente de la entidad rectora no
es más que eso: un irrelevante.
Cada quien debe tener una
línea de ejecución, lamentablemente no me gustó la de Guerrero;
allí el entrevistado habló hasta por los codos y el entrevistador no exprimió
al exponente de turno; lo dejó en todo momento a sus anchas, no se exploró a
Uribe Vásquez en ningún campo fuera de la zona donde él pudiera sentirse
cómodo, ni siquiera se brindó una orientación diferente para tocar los temas
con mayor calado. Se parecía a los programas dominicales que tuvieron en su
momento Hipólito Mejía Domínguez y Leonel Fernández Reyna que debieron de
llamarse: tírame esa guevita, pa’
batearla. Allí no se fue a obtener ninguna información, allí no se formuló
una sola pregunta de interés, ahí no se expuso una sola primicia. ¿Entonces?...
prácticamente Rafelin hizo un
monologo aprovechando que se le permitía exponer hasta lo emocional.
Pithecophaga jefferyi |
Tocar banalidades como el repetido nuevo sistema de
competencias, su llegada al baloncesto, la situación de los nacionalizados y
los programas formativos es simplemente más de lo mismo.
Uribe Vásquez viola la Constitución de la República,
en todo uno de sus capítulos, y eso lo debía de saber muy bien su entrevistador,
pero ambos tomaron aquello con una desfachatez espeluznante.
Según la carta vigente: “son dominicanos los nacidos en el
extranjero, de padre o madre dominicanos, no obstante haber adquirido, por el
lugar de nacimiento, una nacionalidad distinta a la de sus padres. Quienes
contraigan matrimonio con un dominicano o dominicana, siempre que opten por la
nacionalidad de su cónyuge. Los descendientes directos de dominicanos
residentes en el exterior. Las personas naturalizadas, de conformidad con las
condiciones y formalidades requeridas por la ley”.
En
estos momentos se está naturalizando a Ollie Bailey (Mar.11.1985 en Chicago,
Illinois) con 32 años sobre los hombros, y al delantero-centro Maurice Sutton
(Jul.31.1989 en Largo, Maryland) con 27 años. El año pasado ocurrió lo mismo
con Malcolm J. Rhett (Nov.15.1992 en Hopkins, Carolina del Sur) con 24 años. ¿A
cual llevaremos a Montevideo a fines de agosto?... si es el pusilánime de
Melvyn Miedlop López Guillen podría inclinarse por Rhett, pero si es por el
siempre interesado José Mercedes Del Rosario, también conocido por el añingotado mote de Maita, se decantará por Bailey.
Cyanocitta cristata |
Más
atrás con James Maye (Ene.29.1981 en Kennesaw, Georgia), que en Toronto en el
marco de los Juegos Panamericanos del 2015 jugó bajo el nombre de James E.
Stokley; Lewis Clinch (Jun.29.1987 en Cordele, Georgia), O’Darien Bassett
(May.17.1986 en Carrollton, Georgia), Maurice Carter (Jun.27.1983 en Richmond,
Virginia), Antoine Broxsie (Nov.07.1979 en Tampa, Florida), Eddie Elisma
A8br.09.1975 en Miami, Florida) y quién sabe cuantos más, amparados en los códigos
de silencio impuestos por este Rafelin.
Eso sin contar a Josh Asselin (Dic.24.1978 en Caro, Michigan).
Todos ellos pueden ocupar
cualquier posición en el tren gubernamental dominicano, acepto la presidencia y
la vice-presidencia del país, ser jueces de la Suprema Corte de Justicia, ministros
de Defensa, generales de brigada, ministros de Deportes, diputados, senadores,
regidores, alcaldes, tener inversiones, comprar tierras, emprender iniciativas
comerciales, pero no pueden jugar como nativos en el país que les ha otorgado una
ciudadanía, una cedula, un pasaporte.
¿Será que las obligaciones que
gestiona “la nueva era” son de
segunda?... ¿o de quinta porque no hay de sexta?... como diría el buen amigo
Oscar Piña.
Se
refirió también Rafelin a los torneos
superiores y a la Liga Nacional de Baloncesto (LNB), a la que le coloca el
rotulo de “liga profesional”. ¡Baboso!
¿Si
la única “liga profesional” es la LNB
por qué se muestra tan interesado en cobrarle a los clubes, jugadores y asociaciones
que organizan los torneos “aficionados”?...
como bien señaló: “los torneos de las
asociaciones lo único que hacen es preparar a los jugadores para la LNB”.
¿Qué tiene este tipo en la cabeza?... yo imagino que neuronas no son,
posiblemente tenga dos gusarapos tuertos jugando al ping-pong.
Megaceryle maxima |
¿Por
qué no instruye a Melvyn Miedlop y a Maita
para que vayan a trabajar de gratis en esos torneos, difundan la actividad, orienten
jugadores, formen técnicos y por qué no deja de enviar al inoportuno de El Yipi con sus gestiones
impositivas?... hablamos de torneos “aficionados”,
que sólo sirven de academia a la “liga
profesional”. Este tipo caga y no lo siente… ¿estará acostumbrado al uso de
enemas?
Se
del interés de este pelafustán en escalar socialmente, de las inestimables
ayudas que el mismo confiesa pero hay tanta pobreza en ese cuerpo, que tarde o
temprano terminará arrollado por la realidad, con cachondeítos entre sus pares
no se llega a ninguna parte. ¿Pensará que como hizo Rafael L. Trujillo Molina tendrá
que ser admitido en el Centro de Recreo de Santiago?... ¡no que va!
Esa realidad que trata de eludir pero que lo convierte
en singular y ahí se pervierte. Por eso frecuenta colocarse un rotulo de
misericordioso consigo mismo, pero no con los demás, empitonándose (como si
fuera en una corrida de todos), endulzando a la prensa especializada, a la que utiliza
pero al mismo tiempo aborrece. En España sentaron a la infanta Cristina en el
banquillo, nada más y nada menos la hija del rey Juan Carlos y doña Sofía, la
mujer del mafioso y evasor Iñaki
Urdangarin, y aquí él piensa que es infalible.
Me he llegado a preguntar… ¿y si a este zángano le cae un auditor de la Dirección
General de Impuestos Internos podrá demostrar que todo lo que dice tener es
bien habido?... total, en este país todos los días se
sienta algún político en las oficinas de Jean-Alain Rodríguez, Procurador
General de la República, y nada pasa. Aunque ya el buenazo de José P. Monegro
nos recordó que nombres tan sonoros de la Cámara de Diputados como Rafaela
Alburquerque de González (PRSC), Manuel Elpidio Báez Mejía (el mismo del ciclón Georges), Miriam
Altagracia Cabral Pérez, Lidio Cadet Jiménez, Marino Collante (PRSC), Néstor Julio Cruz Pichardo, Milcíades
Franjul Pimentel, Ramón Rogelio Genao (PRSC), Jesús Martínez Alberti
(ex de ABADINA), Lucia Medina Sánchez, Carlos Manuel Peña Batista, Karen
Lisbeth Ricardo Corniel, Afif Nazario Rizek Camilo, Elías Rafael Serulle Tavárez, Julio César Valentín Jiminian
(colocados en orden alfabético) siempre aprobaron sin más objeción todos los
contratos de Odebrecht.
Cicinnurus regius
Rafelin debería de hacer un ejercicio intelectual
serio (aunque caemos nuevamente en el tema neuronal) de tomar de forma prudente
la cuestión, tratando de buscarle respuestas al baloncesto dominicano y
apelando a lo que significa aún para una parte de la colectividad. De lo contrario
tendré que asumir que podría estar fumando algo raro. Tristemente, el presidente
de FEDOMBAL no logra zafarse de esa sombra maldita, la de dictadorzuelo sin
seguidores; y mientras más se la intenta sacudir, más se le acerca.
Existen
razones formales para disentir del criterio de Uribe Vásquez, él mismo con su
proceder perturbador al servicio de una estrategia difamatoria, con sus
periodistas preferidos, en línea con calumnia que algo queda, se lo ha ganado
por su irrespeto permanente.
Cabe
de colofón el estribillo… ¡Rama Auto
Import!
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