Agrios
edulcorados…
Caso 336: Los
nuevos embajadores
Abr.21.2017
Danilo Medina Sánchez, en su condición de Presidente
de la República, acaba de designar embajador en Taiwán al general en retiro
José Miguel Soto Jiménez.
Como señaló un amigo por las redes sociales: el
movimiento V República se quedó sin miembros.
En
el 2014 Maribel Lázala Pérez le escribió estas lagrimosas palabras en el Hoy: “su imagen sigue inspirando respeto y hasta un velado temor, pese a que
ahora, desprovisto de su uniforme y la parafernalia del poder, luce más
relajado y cercano, abierto sin preámbulos al diálogo y a la conversación
desenfadada, y regalando más generosamente su sonrisa franca. Mucho más
esbelto, lo que además lo hace lucir más alto e imponente y mucho más joven, se
acerca a nosotros con su amplia sonrisa y luciendo un impecable y elegante
traje azul marino y una camisa que le hacía resaltar sus brillantes ojos azul
celeste”.
Tengo un amigo que dice que el peor secretario de las Fuerzas Armadas
que ha tenido el país ha sido precisamente Soto
Jiménez, y que conste, que considero que han existido muchos malos y muy malos.
Cuatro años en el cargo (2000-04) y los subalternos pasaron mil y un penurias;
creo recordar que en todo ese largo periodo no se compraron pertrechos, ni
botas, ni uniformes, y todo pasaba por las manos del secretario.
En el 2007 le escribió a su benefactor Hipólito Mejía Domínguez una
carta que empezaba: “con el ánimo
reposado de la sensatez, pero con la firmeza a que me obliga la integridad de
quien como yo no alberga odios infecundos, bajezas rastreras ni mucho menos
temores vanos, me he decidido escribirle esta carta pública para hacerle frente
a las graves, gratuitas, infundadas, absurdas y desconsideradas acusaciones que
me ha hecho usted en los medios de comunicación”. Agregaba: “Interpreto, por la desaprensión de sus palabras y la ligereza olímpica
de sus expresiones, que ha sucumbido a los encantos pérfidos de ese corifeo de
alabarderos que lo rodea en su corte de exquisito feudo pastoril, a algunos de
los cuales usted me confiaba despreciar, haciéndome confidencia graciosa de los
dardos envenenados que disparaban contra mí. Sin embargo, créame que, a pesar
de su actitud inconsecuente, sólo me impulsa salir en defensa de un nombre que
ni usted ni nadie puede ensuciar, ya que ha mencionado en sus declaraciones la
palabra traición, la más abominable y execrable de todas las palabras del
diccionario, porque resume en sí misma la bajeza, la indignidad y, sobre todo,
el quebrantamiento de la más noble expresión del sentimiento humano que es la
lealtad”.
de Castro y Rodríguez |
Terminaba: “conozco su teoría de "sonar el fuete de vez en
cuando" para alinear la vacada, pero para hacer eso necesita ganado,
ganado que se asuste de los estampidos del artificio, y requiere de reses
mansas, enfermas o cansadas. Conmigo no funciona eso, porque yo no estoy en su
corral, ni quiero estar donde sobran las vaquillas mansas y cautivas. Fui su subalterno, su leal
servidor, fui su amigo, nunca lo defraudé, pero no seré nunca su juguete, ni su
sirviente, ni su esclavo. No soy como "los rocines falsos que cuando
sienten la sangrienta espuela sucumben en la prueba". Recuerde que yo
también soy de allá, "de la tierra de María Santísima", no me
intimido ni me encojo. A veces "me ofusco" como usted, pero eso sí,
sin tapujos, hipocresías, falsedades ni mentiras de conveniencia. Y aunque
hubiese querido, a distancia prudente como he estado, seguir siendo su amigo,
"tanto por lo dado como por lo recibido", lamento que usted decidiera
sacrificar mi sincera amistad, de manera definitivamente irreversible”.
Soto Jiménez tomará el relevo de Rafaela Alburquerque
de González, también conocida por el tierno y afectivo mote de Lila; la misma que siendo embajadora en
ese lejano país asiático cobraba como diputada en el Congreso Nacional, y nadie
osó suspenderle una de esas irrisorias entradas. ¡Mi país!
Lila |
Medina Sánchez trasladó a Luis Arias Núñez a Uruguay
desde Buenos Aires. Luis Cara e’ Chele
antes había estado en Canadá; se recuerda que fue presidente de la Junta
Central Electoral (JCE) en el periodo 2002-06… ¡nada más que decir magistrado!... un la república charrua estaba designado Daniel Guerrero Taveras.
Sacó a Aníbal de Jesús de Castro y Rodríguez de
España y lo mandó para Bélgica, agregándole la jefatura de la Misión ante la
Unión Europea. Además designó a Lourdes Gisela Antonia Victoria-Kruce como
embajadora en Austria. En Bélgica se encontraba Alejandro González Pons y en
Austria Ramón Quiñones.
Sin
mucho averiguar las embajadas de España y Argentina están disponibles. Antes corrió
la especie de que el periodista Oscar Medina, hijo de César Medina Abreu, ahora
en la Cancillería, tomaría residencia en Madrid. ¡Ay mi madre!
Mientras
tanto, hagan sus apuestas señores que esa caja se seguirá batiendo.
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