Ana Valverde con Doctor Betances
Increíblemente ganó BAMESO después de cinco
presentaciones fallidas; sucedió lo que tanto se esperaba en la barriada de
gente laboriosa y también de muchos truhanes, sin olvidar que acarreaban 10
reveses que corrían desde la pasada estación. Los del Mejoramiento Social han
puesto empeño en las últimas fechas, con sus importaciones de dominicanos no
residentes, el cambio de foráneos y las trabas que le están colocando desde la Federación
Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), porque aquí, desde “las alturas”, no se está empeñado en hacer un buen baloncesto, menos
en difundir, trabajar, capacitar, y después llenar las canchas.
Gary Johnson |
Primero se quieren llenar los espacios a fuerza de “coñazos”, pero las labores no se
cumplen. No cumple el órgano rector, pese a toda su parafernalia y vocingleros
a su servicio, no cumple la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional
(ABADINA), como tampoco ninguna otra institución provincial ligada a la matriz,
no cumplen los clubes deportivos en ningún lugar del territorio nacional, y al
final, hemos terminado sin jugadores y sin técnicos.
Usaré una frase del sociólogo Teofilo Barreiro,
estudió en La Salle University en Philadelphia, quien además fue mi profesor en
el Colegio Dominicano De La Salle, que bien viene al dedillo: “rubia, tu tienes tantas caries porque te
están jondiando tantas muelas, los trigrisss… sin eufrates”.
Por supuesto, para los que observamos los partidos por
televisión la felicidad no fue completa. Los responsables de la transmisión
colocaron la estruendosa voz de Romeo González… eso eran patadas y patadas para
mis oídos; ¿es que esta gente no se ha detenido jamás a revisar las grabaciones
de los encuentros?
¿Es que la baraúnda es la pauta para una narración de
baloncesto en este país?... González, Marchena y Sánchez deben ser los peores
narradores de la disciplina en toda “la
bolita del mundo”. En noches pasadas vi a Marchena en una de las ediciones
de las noticias del canal 2 y me asusté. Otro que me impresiona es Ricardo Rodríguez,
que por privar en “pepillito” luce
muy mal ante las cámaras. Aunque eran otros tiempos, y otros públicos, le falta
el “estilo y elegancia” de Tito
Campusano.
Tito Campusano |
Ante tantos desaciertos, yo me pregunto… ¿y Oscar
Piña?... ¿por qué al sanjuanero se le apartó desde que Monegro llegó a la
ABADINA de las transmisiones?... ¿rompe los parámetros o no está en ese
grupúsculo de privilegiados?... ¿quién recomienda los narradores y
comentaristas del baloncesto?...
¿Monegro, por que no está Piña?
¿Mario Emilio, por que no se incluye al bueno de Piña?
¿Alberto Rodríguez, tienes algo que ver en la
situación de Piña?
Después de cada partido, me siento agotado y lo que es
peor, pienso que embrutezco. Cada
día, salvo excepciones muy contadas es la exaltación del juego irreverente, sin
sentido, el ataque al canasto rival sin contemplaciones por jugadores sin
capacidad y sin nada de fundamentos, que olvidan que existen los compañeros: de
costa a costa es la marca de la mayoría de las jugadas en “el bakebol” que fomenta Rafael Fernando Uribe Vásquez, también
conocido por el peyorativo mote de Rafelin,
presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), entrenadores
sin una puta idea de lo que deben hacer en una cancha. El espectáculo
deprimente de cada noche, patético, vergonzoso, lúgubre, deplorable, pero que
sirve para esquilmar al estado dominicano.
Debo tener cierto índice de masoquismo que trataré
oportunamente con mi psicóloga.
Como escribió mi dilecto amigo Federico Borrás: “¿cuándo los clubes serán
entidades verdaderamente democráticas?... ¿cuándo serán instituciones
autogestionadas, autofinanciadas, responsables y transparentes?... ¿cuándo se
fomentarán actividades deportivas que promuevan la integración social, se
realizarán actividades formativas y lúdicas y así como actividades de carácter
cultural. Con el objetivo último de prestar un nuevo punto de apoyo a los
estamentos culturales de la sociedad?... ¿cuándo los clubes tendrán una masa
social integrada por los atletas y la comunidad donde se ubican?... ¿cuándo los
clubes tendrán un verdadero apego a la ley de instituciones sin fines de lucro?
… ¿cuándo los dirigentes de los clubes dejarán de hacer un nicho en la
presidencia de la entidad y cuántos respetarán la alternancia real nunca asociada
a otro para repartirse los períodos?... ¿cuándo, cuándo, cuándo?”.
Aplíquese también a todos los estamentos de la pirámide
olímpica.
José P. Monegro |
No he de negar que pasé unos días muy
armoniosos sin escribir de la “pelotica”
del Distrito Nacional, aquella que Johnny Marte, Ramón Rodríguez, también
conocido por el desdeñoso mote de El
Teacher, y este José P. Monegro han prometido rescatar, pero se han ido de
bruces. Ellos y sus acompañantes que han pretendido hacer una fiesta sin músicos,
sin golosinas, sin refrescos, sin bebidas, sin refrigerios, pero colocando una
piñata en el centro del salón.
A favor de BAMESO hay que decir que su
importado Gary Johnson, egresado de la Universidad de Texas en Austin, debe de
ser el mejor extranjero de este depauperado, esquelético y arrabalizado evento;
la fortuna les sonrió aquí, porque los gerentes no tienen idea de donde tienen
la cabeza ni saben nada del negocio. En el caso del Mejoramiento Social el
equipo, supuestamente, está en manos de un descolorido personaje de nombre Nelson
Román, a quien todos llaman Pali…. ¿será
un apocope de “palito”, el que usaban
los paleros y calieses cuando “la era era
era”?
Junto a Johnson también se puede señalar al
alero alto Richard –Rick- Jackson del
Mauricio Báez, proveniente de Syracuse University.
BAMESO trabajó a un ritmo muy alto después de
los primeros 10 minutos. La dirigencia de Freddy Sánchez abrió espacios para
que el rival se mantuviera presente, algo imperdonable para un dirigente sagaz
y con más letras en la “sesera”. Más
de lo que ha sufrido la tropa del Mejoramiento Social, es depravación sujetiva,
pero la responsabilidad es de la propia institución. Los fanáticos son los que
han sufrido y han resuelto. Chris Torres estuvo en línea ascendente, pero el
panorama está muy complicado al apenas conocer una sola victoria.
Si jugáramos un baloncesto más cerebral
entonces las distancias se mantienen, no existiera la necesidad de un desgaste físico
impresionante y brillaría una defensa con actitud, lo que no existe en ningún
equipo.
San Carlos con muy escaso horizonte colocó en
cancha a Ollie Bailey, un buen anotador, de esos que gustan en el país, porque
siempre estará en los titulares de las noticias, pero es el tipo más egoísta de
toda “la bolita del mundo”. El de
Chicago, Illinois, se fue a las duchas con 28 enteros, pero dudo que bajo su correría
se sumen muchas victorias en un equipo que necesitará un triunfo en cada salida
que resta del torneo.
Cada vez que Bailey encestaba una canasta al
narrador González parecía disfrutar de un intenso orgasmo. ¿Admiración, amistad
o alguna vena aún no revelada?...
No se que tiene el baloncesto dominicano pero de que anda
para atrás, como el cangrejo, de eso no hay dudas. Quizás tenga el síndrome del
ciguapismo. Nadie aprende de lo que
pasó, pero mucho menos interesa mirar hacia delante. Las lecciones pasan
de largo, todos olvidan, nadie recuerda y como se decía en mis tiempos: “les entra por un oído y les sale por el otro”. El futuro murió antes de
empezar.
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