Los que descuidan sus talones 
Abril 11 del 2022

La crónica que leí en el Listín Diario (Abr.11.2022) terminaba con el siguiente párrafo: “las acciones del mejor torneo de baloncesto superior del país en su versión 42 continúan el martes 12 de abril a partir de las siete de la noche cuando a primera hora se miden CDP-Plaza (Club Domingo Paulino y Plaza Valerio) y a segunda hora Pueblo Nuevo – GUG (Gregorio Urbano Gilbert). Lo mismo encontré en El Dia, léase: periodismo de notas de prensa.

En el mejor de los casos usted puede venderse como quiera, pero no abusar de la inteligencia de los demás. La Vega replica lo mismo; el Distrito Nacional, más tradicional, más fuerte, también más vilipendiado, pese a todas las rastrerías cometidas en su contra y a su nombre, es la meca de todo jugador. 

La Romana monta su evento, pero después de la desaparición física de Héctor Báez, perdió brillo e intensidad; San Francisco de Macorís es un clásico, pero San Pedro de Macorís, tierra de buenos atletas, fue torpedeado por algunos compueblanos y jamás levantó cabeza. Saludos afectuosos para Antonio Mir Zuleta, presidente de la Liga Nacional de Baloncesto. 

Hoy los petromacorisanos anuncian que están imposibilitados económicamente de celebrar su evento; ello pese a estar dedicado al Presidente de la República.

El sur hace intentos en Neyba, Barahona, San Juan de la Maguana, Azua; pero hay es como pedir peras a un olmo. Constanza, Jarabacoa, y municipios de La Vega con una calle que se transita de manera expedita; en la provincia de San Cristóbal hay cinco superiores. Higuey, Hato Mayor, Ingenio Consuelo. Nagua, Pimentel. Se contaban hasta 43, pero el número creció con la gestión de Rafael Fernando Uribe Vásquez. ¿Para que?… si no pasa nada. 

Me dijo Fernando Teruel, tiempo atrás: “dejan a esos pueblos más recursos que unas fiestas patronales”… no hay estadísticas al respecto.

Cuando Uribe Vásquez asumió como presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), prometió ser diferente, y ahí mismo dejó las cosas. Institucionalmente: estancó la entidad, concentró todo el poder en su escritorio, pero todo está absolutamente y de manera aparente sobre rieles; una prensa que vive de la genuflexión, y unos presidentes de asociaciones provinciales sin iniciativas validan todo resquicio de progreso.

Tenemos un presidente en FEDOMBAL sin vinculación previa con la disciplina, ridículamente pedante, sectario en grado superlativo, exponente de un filisteísmo barbárico que complementa con unas carestías personales inimaginables. No recordaré sus infinitas cobardías: solo que se hizo pipí en el despacho de Manuel Elpidio Castro Castillo, entonces jefe de la Policía Nacional, a donde acudió a insistencia de Leo Corporan para tratar el asunto de El Teacher.
No se hace historia sin pasión y aquí se quiere imponer y relatar un cuento de hadas, sin Cenicienta, Blanca Nieves, o Bella, la de la bestia, todo se ha reducido a relaciones de orden puramente burocrático, formalismo apantallado sin rigor cierto. 

El baloncesto dominicano no ha tenido ni honestidad ni dignidad en los últimos 22 años.

Las relaciones que emanan de la presidencia de FEDOMBAL son inorgánicas; como los billetes sin respaldo que una vez emitía el Banco Central. No hay representación ni representatividad, imposible pensar en intercambio de ideas, entre dirigentes y dirigidos; insospechado es realizar una vida de conjunto, la única capaz de traer magia y transformación.

Me llama un amigo mutuo con Rafelin para reclamarme que debería aceptar y reconocer sus logros. ¿Tener presencia en eventos continentales y mundialistas?… esa debería ser su mínimo logro de cara a la competición internacional; una responsabilidad siempre asequible. 

Y yo pregunto a qué costo en esta gestión; porque también hay favores que se compran generosamente. ¿Fue casual el premio que entregó Horacio Muratore a Uribe Vásquez al concluir su gestión como presidente de FIBA?

¿Donde quedó la formación de nuestros jugadores?… ¿quien se capacita para conducir a un niño por las diferentes etapas formativas?… cuando se alcanza determinado nivel de juego… ¿quien refina el trabajo de cada individuo?… ¿iremos siempre a lo bestia, o lo estrictamente emotivo?

Jugar sin sacrificios, ni entrenamientos exhaustivos, sin sistemas tácticos estudiados, conducirá siempre a un gran número de errores. Nuestra cisma permanente ha consistido en creer que se puede saber sin comprender, y especialmente, sin sentir ni ser apasionado
Nuestros entrenadores de élite rara vez tienen formación académica, y eso va en contra de tener sistemas acabados para cada urgencia. A menos calidad educativa, menos posibilidad de enseñar, transmitir, comunicar. Usaré de ejemplo a José Luis Domínguez, Boyón, un ganador, inmortal del deporte dominicano, y uno de los últimos armadores reales que tuvo el país; tenía la enorme facultad de hacer rendir a sus dirigidos, sabía dónde exigirles para que desplegaran todo su potencial, pero tácticamente estaba un paso atrás de sus similares de nuestra área geográfica. 

Es mismo Boyón pudo ser nuestro Mike Krzyzewski, nuestro Jim Boeheim, nuestro Lou Carnesecca, nuestro Walter Garrone, nuestro Flor Meléndez,  o nuestro Sandro Gamba, pero en la frontera de los 60 años de edad, está en un retiro temprano, totalmente olvidado. 
Quienes nunca tendrán de forma cercana esa cúspide son Melvyn Miedlop López Guillen, José Mercedes Del Rosario, Maita, o Nestor David Díaz, siempre cuestionados, sin visión, sin haber formado jamás un jugador, apoyados de manera cómplice por el rector actual del baloncesto dominicano; sin actualizaciones, para peor, sin transparencia en sus gestiones: nunca han mostrado sus hojas de vida, y aún así se les permite adiestrar a los jóvenes interesados en la dirección técnica. 

López Guillen se pegó un viaje a Europa, a una academia para entrenadores, inclusive se tomó unas fotos con Svetislav Pešić (Ago.28.1949 en Novi Sad, Yugoslavia, hoy Serbia, nacionalizado alemán). Como decía mi mamá: “cotorra vieja sin instrucción previa, no aprende a hablar”. Pešić es el mismo que estuvo en Santo Domingo, invitado por Antonio Sibilio, Chicho, cuando realizó su clínica, ningún entrenador asistió. Lo boicotearon.

Fernando Savater (Fernando Fernández-Savater Martín, escritor, Jun.21.1947 en San Sebastián, España) apuntó: “se debe educar de forma sensata, sin circos, sin movimientos extremistas”. ¿Puede algún entrenador dominicano actual entrar en ese capítulo?

Dónde Dios no pudo, no puede haber. Si usted no se formó no puede enseñar ni educador, ni comunicar. No es cortar leños en el monte, es transmitir estrategias y sistemas. En 1997 se convocó a Díaz a la selección nacional y no respondió la invitación; ese mismo año Maita se vistió por última vez con la franela nacional, olvidó en el camino que algunas veces se ejecuta como un Julio Boca o un Rudolf Nurejev, o un más cercano Jackson Delgado.

“Instrúyanse, porque tendremos necesidad de toda vuestra inteligencia. Agítense, porque tendremos necesidad de todo vuestro entusiasmo. Organícense, porque tendremos necesidad de toda vuestra fuerza”, escribió el italiano Antonio Gramsci (Ene.22.1891 en Ales, Cerdeña, Italia; Abr.27.1937 en Roma).

Quiérase o no todos los superiores son improductivos, no nos llevan a ningún lado; gana el más dinero invierte después del meridiano de la vuelta regular; no hay equipos, hay inyecciones económicas muchas veces de fuentes cuestionadas. Tristemente no hay reglamentaciones acordes a los tiempos. La modernidad de la disciplina dentro de nuestros límites geográficos es impensable.

El torneo de La Vega terminó como la fiesta de los monos: a puros rabazos. El presidente de FEDOMBAL despide a Víctor Liz, en el aeropuerto, en el momento que salía a cumplir sus compromisos con los Capitanes de Arecibo en Puerto Rico, como todo un ídolo de multitudes, pero no toma medidas para castigar sus acciones al estilo Will Smith frente a Chris Rock. ¿La impunidad sin consecuencias frente a los caritas bendecidos?

Por cierto, de qué valió la imposición de Arnaldo Rodríguez como presidente de ASOBAVE. ¿Qué aporta este sujeto al baloncesto provincial y nacional?… ¿qué aportó en su momento el santurrón de Kevin Cruz?
Rodríguez, comerciante destacado en esa comunidad, según esa misma prensa amarillista, es desde esa misma imposición, representante provincial de MIDEREC.

Después del choque de cierre del torneo vegano Rodriguez se despachó, palabras más, palabras menos, con un sórdido e irresponsable: “fruto del calor del juego hubo algunos roces; después pregunté en las calles y la gente me dijo que no había pasado nada”. ¿Donde pasó esas instancias el presidente de esa asociación?… ¿destilaba algún líquido blanquecino y viscoso de su boca?… mejor no hago ningún comentario más.

Federico Jovine escribió en las redes sociales: “da pena ver cómo la gente justifica la arbitrariedad de la autoridad, hay una fascinación homoerótica subyacente en eso. El dominicano no solo le gusta que le pisoteen sus derechos, sino que ataca a quien quiere defenderlo”. 

"Deberíamos adquirir el coraje de no ser como todo el mundo", dijo alguna vez Jean Paul Sartre.

“Los dioses ciegan a quienes quieren perder”, escribió Plutarco, y esa ceguera, ese exceso de confianza combinado con arrogancia, altanería, soberbia, prepotencia, engreimiento, vanidad, jactancias repetidas, bizarrías soeces, desprecio por sus congéneres, y orgullo, es uno de los motores de la tragedia griega, bajo el nombre de “hibris”. 
Una y otra vez, héroes que se han creído a sí mismos dotados de grandes virtudes son castigados por los dioses por su desmesura exponencial. Aquiles, Edipo, Prometeo y tantos otros se acercan a su propia destrucción cuando olvidan sus limitaciones y debilidades humana.

Pero no no sólo pasa en el baloncesto vernáculo, pasa dentro de nuestra estructura deportiva, llámese Comité Olímpico Dominicano, Ministerio de Deportes y Recreación, federaciones, asociaciones, clubes, y también en nuestra cotidianidad.

La lección de los clásicos es clara: en los momentos de triunfo, la hibris aparece como trampa mortal.
O, por citar a uno de los tantos personajes que sucumbió a su arrogancia y desmesura, su talón de Aquiles.