martes, 3 de julio de 2018


Toda la carne en el asador y los pechitos fríos de Rafelin, Najri y Melvyn

Julio 03 del 2018


La primera vez que llegué a Buenos Aires ya el sol se había ocultado, pleno invierno austral, no me esperaba nadie porque me distraje más de lo debido. Tomé un taxi en Ezeiza (Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini) y enrumbamos para la ciudad; mi vista se perdió entre tantos camiones aparcados en la margen izquierda de la carretera Gral. Pablo Riccheri, más de 15 kilómetros de vehículos pesados, uno detrás de otro. Le pregunté al conductor: ¿podría usted decirme, todos esos camiones que destino tienen?...  esos camiones van al mercado, las reses serán sacrificadas y esa es la carne que se comerá en Buenos Aires los próximos días” recibí como respuesta.


Jactancioso me disparó: “para que se haga una idea, sólo en la provincia de Buenos Aires el frío mató a más de un millón de cabezas de ganado sólo este mes”. Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, Chaco, Formosa, San Luis, Santiago del Estero y Salta son los mayores productores de ganado vacuno en Argentina.

El partido entre Bahamas y República Dominicana, que ganaron los primeros en el Palacio de los Deportes (Jul.02.2018), enormes interrogantes, sonaron todas las alarmas, y temprano los amigos empezaron a cuestionarme. No se si en la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), las escuchó, pero ellos, Eduardo Najri y Melvyn Miedlop López Guillen pusieron toda la carne en el asador, frente al pueblo dominicano. Hay cortes para todos los gustos y de todos los tamaños.

Diría que no hay parrillas en cantidad suficiente en todo el país para asar tanto músculo; guardaré la posta de pecho para hacer una sopa. Reservaría los sesos para unos ravioles con espinacas, los riñones para sazonarlos y prepararlos al Jerez, hígado para un guiso encebollado, un bofé con los pulmones o una chanfaina Barlovento, anticuchos con el corazón.


Así mismo como llegaron los cuestionamientos también llegaron las gracias ofensivas por parte de los paniaguados del grupo federativo. Me llamó mi psicóloga para decirme que necesitaba ajustar mi medicación en esta fecha para que me mantuviera reflexivo. Le dije: “despreocúpese, antes de las cuatro de la mañana ya había recogido las doce cámaras y los treinta micrófonos que instalé en el Palacio de los Deportes, como bajé tanto de peso nadie me reconoció me apliqué un Fannci Full para cubrirme las canas temporalmente y además, estuve con gorra todo el tiempo… total, porque si otros escuchan conversaciones ajenas, no está de más que colocara mis artefactos para que nadie me contara”.

¡Cuanta gente nerviosa!... ¡cuantas rodillas que no encontraban sosiego!... ¡cuánto servilismo en gente que uno cree está por capacidad en sus posiciones y no por defender un par de pesos!... la representación dominicana no salvó ni la cara; el mensaje subliminal quedó estampado, como bien dice el buen amigo Federico Borrás: dimitir no es un nombre ruso, es renunciar, es dejar algo de lado. Desistir declinar, cesar, jubilarse deberían estar ya en los escritorios de Rafelin, Najri y López Guillen a la espera de sus firmas, porque fracasaron.

Buddy Hield
Las selecciones de baloncesto no son exclusividad de este trío, olvidaron que pertenecen al pueblo dominicano, al Gobierno Dominicano, a la propia FEDOMBAL, a los jugadores, y a todos los fanáticos que se desviven por ella. Un colectivo de todos que se le entrega a la institución rectora para que haga un trabajo con responsabilidad, dignidad, y también para obtener resultados. Los escándalos de todo tipo pasan por el grupo a cargo, se tienen todas las sospechas y eso pesa en la gente de bien, a menos que usted sea un vulgar delincuente.

FEDOMBAL es víctima de la historia que nos ha traído “la nueva era”. Las prácticas permisivas en el manejo de los equipos nacionales está pasando factura desde hace dos años, pero la soberbia ha impedido una evaluación a lo interno; ahí nadie está preocupado por una reflexión por pequeña que sea. FEDOMBAL está llevando al baloncesto local a la debacle, es apenas un superviviente que ya carece de liderazgos provinciales, de la influencia de los clubes populares, mientras la percepción sobre actos infinitos de corrupción se torna cada vez más cierta. Las pendientes cada día están más inclinadas, pero apenas es el inicio para el deporte que una vez estuvo a un tris de convertirse en el más popular de toda la República Dominicana.

Como Najri es quien compra las mantas para cobijar todo el engranaje pero de este tipo de cobertores  no sabe ni cuesco, las compró todas del mismo tamaño, imaginando que todos miden una cuarta del talón al culo, y hay quienes duermen con los pies fuera de las sabanas, desabrigados, indefensos ante las adversidades, desguarnecidos. Pasa peor porque todos creen que él está sacrificándose, sacando de su propio dinero y nadie se atreve a decirle que a los almacenes se va con otro criterio.

Insisto, contra todo pronóstico, Frank Herasme y la anuencia de Rafelin le entregaron la selección a Najri a pesar de que nunca había militado en el plano deportivo. Uribe Vásquez en su inmensa perfidia corrobora aquello entregándole las selecciones formativas a Mario Guerrero Heredia, un acto de bajeza, depravación, amoralidad, y ruindad como pocos en el movimiento deportivo dominicano.

Una mala noche para el colectivo dominicano puede llegar en cualquier momento, pero esta no estaba prevista, nadie auguró el peor resultado, por “una cabeza” como dice el tango. Se le había ganado a Bahamas en su propia cancha y que nadie me venga a decir que un jugador NBA es la diferencia en un partido, mucho más si se es un atleta consumado, peligroso desde la distancia, el juego defensivo y en la transición, con un manejo de balón que no es el más elegante y carente de creatividad.

Nada funcionó, vuelvo a remarcar sobre la cacareada defensa que proclama López Guillen que no existe, se permitieron 82.2 puntos por partidos y se anotaron 89.8, una diferencia a favor de 7.6, que vista en blanco y negro dice muy poco.

Entonces, yo tengo que preguntarme una y otra vez: ¿Melvyn la certificación de tu nivel como entrenador de baloncesto, pa’ cuando?

Bahamas no se intimidó ante un escenario a buena capacidad pero sin estar al nivel esperado, hacia ocho años que el equipo dominicano no pisaba el que debería ser su escenario habitual y terminó decepcionando en muchos aspectos. República Dominicana ha jugado todas las papeletas unas veces a buen ritmo, otras a medio gas y muchas más arrastrando los pies sin terminar de ilusionar. La derrota del viernes ante Canadá, tatuó huellas profundas, se desdibujó si es que antes había decorado su lienzo, anímicamente no se recuperó y los de habla inglesa sabían que podían taladrar la casa de sus vecinos caribeños.
                                   
Dagoberto Peña
Bahamas se quedó con los primeros 10 minutos, 18 por 14, siguió abriendo surcos en los siguientes 10, mantuvo distancia (18 por 18 en el parcial) y llegó a la pausa larga con ventaja de 4 (36 por 32). López Guillen no encontró como imprimirle vitalidad a los suyos, no tocó las fibras para motivar un revulsivo, hizo aguas psicológicamente, se le borraron todos los esquemas (si es que alguna vez ha tenido alguno).

Increíblemente el Virgilio Travieso Soto se convirtió en una tumba para los bombarderos dominicanos, como si desconocieran el escenario, saltó el medio escénico en propia casa y se cometieron errores infantiles, balones perdidos, running por pi’pa’ y nadie quería tomar la responsabilidad ofensiva.

A más de uno escuché en los minutos en los que equipos estaban en los vestidores: “yo me voy y el que quiera ser puede ir conmigo, en mi cohete de pan, en mi cohete de pan… “, reviviendo un merengue de Panchito Martín Mena, autor ya fallecido.

Dominicana lució mal a ambos costados, continuaba borrándose ofensivamente, sentía impotencia defensiva; la confianza de sus dirigidos se escurría entre los dedos de “El Señor de los Anillos”, mientas permitía que Bahamas encontrara confianza, salvaba los vaivenes de cada minuto y se creció. El entrenador dominicano no se da a respetar por los suyos.

Los bahameños también se anotaron el tercer parcial, por la minima (25 por 24) y con esa frágil barrera se defendían con determinación y actitud. En un momento del encuentro llevaron la diferencia hasta los 13 tantos. Se sumaron las desconcentraciones, restaban 10 minutos para el colofón y se necesitaba de un buen desempeño perimetral.

Shaquille Cleare frente a Eloy Camacho Vargas
A poco más de un minuto para el cierre los dominicanos pudieron colocarse por primera vez y única vez al frente de las acciones, un 80 por 79, después de una ejecución de Víctor Liz. Bahamas sacó el arpón para capturar tiburones, se colocó un cuchillo en la boca  y no se permitió ceder libertades más allá de ese efímero instante; al final apareció un lance desde las profundidades de Eloy Camacho Vargas que no hizo diana. Miré la pizarra, 83 por 82. ¿Rafelin, miraste la pizarra?... ¿Eduardo, miraste la pizarra?... ¿Melvyn, que puedes decirme del marcador?... ¿tenemos que seguir soportando a un grupo sin carácter, plagado de caritas, de gente que no debería de estar?

Travis Munnings (6’06, 205, SF, Sep.15.1994 en Freeport, Bahamas; 15.9 puntos, 7.3 rebotes y 2.4 asistencias jugando para Louisiana-Monroe en esta 2017-18, decidió aplicar para el draft) y Buddy Hield (Chavano Rainier Hield; 6’04, 210, SG/SF, Dic.17.1993 en West Grand Bahama) se repartieron cada uno 19 puntos por los ganadores y ambos bajaron 8 rebotes; les secundaron Michael Carey con 15; Shaquille Cleare, 11; y Kadeem Coleby, 10. Cinco “camajanes” en cifras dobles por lo que el entrenador Mario Bowleg movió de forma acertada la coctelera. Jaraun Burrows bajó 10 pelotas. Bahamas lanzó colectivamente para un 48.9 por ciento (22-de-45) en las opciones validas para dos, apenas un 30.0 por ciento (6-de-20) desde más allá del arco, y 80.8 por ciento desde la línea (21-de-26). Atraparon 43 rebotes y concedieron 11 asistencias, perdieron 18 balones y se robaron 7 pelotas.

Travis Munnings
Víctor Liz López fue el mejor en el revés con 23 enteros, asistido por 12 de Luis David Montero y 10 de Rigoberto Mendoza De La Rosa. El dirigente López Guillen colocó en cancha, como para confiar sólo en los suyos a Liz López (28:08), Montero (27:44), Rojas Thompson (25:31), Santana (25:32), Camacho Vargas (22:48) y Mendoza De la Rosa (20:58). ¿No existe el juego interior en los esquemas de López Guillen?

Siete pelotas atrapó Camacho Vargas y seis el veterano Edward Santana y Rojas Thompson. Aparecieron 13 asistencias para los dominicanos, pero nadie sobresalió en este renglón. Liz López perdió 4 balones y Montero otros tres.

Dominicana se fue a las duchas pintando 47.9 por ciento en sus aventuras de dos (23-de-48), un asqueroso 19.2 por ciento desde las profundidades (5-de-26), y un 87.5 por ciento desde la línea (21-de-24).

En su inmensa irresponsabilidad Rafelin coloca en su cuenta de Twitter: “muchachos vamos duro hoy contra Turquía por la vía del desarrollo internacional”. Este cabrón no era el mismo que anoche se pavoneaba en el Virgilio Travieso Soto.

A los manejadores de la selección también se le fueron los cilibines: “queremos agradecer el apoyo que nos brindaron ayer. La atmósfera en el Palacio creada por ustedes fue impresionante. No logramos el objetivo, pero les decimos que el respaldo de ustedes nos motiva a hacerlo mejor en lo adelante”. Como copiado de un manual de buenas maneras.

Susurros de Amedlia Hofsteele
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A estas alturas usted no puede replicarme los tiempos de José –El Policía- Monegro en un impresentable Sadiel Rojas Thompson. Tengo tatuado el titular donde leí: “Solo cambiamos a Sadiel por LeBron” (Listín Diario, Mar.01.2018). A las “bocinas” les resultará gracioso, pero usted le coloca unos cortos y esa franela a Aldo Leschhorn Ariza y hace mejor trabajo que Juan José García.

Por supuesto, también creeré en el trabajo responsable y digno de Najri y Rafelin cuando donen todo lo que se han ganado con el equipo nacional en los últimos seis años a instituciones que trabajan con los más carenciados.

En la segunda ronda, el primer partido será frente a Chile (Sep.13.2018 en Santo Domingo), que si bien necesita más poder de ataque apenas permite 76.0 enteros; por lo menos en las categorías menores le han faltado el respeto a los dominicanos y eso puede causar ola. Chile es un pueblo tesonero, con un alma inmensa que no les cabe en el corazón y habrá que romperles el pecho para hacerlos doblar las rodillas. Seguirá Venezuela (Sep.16.2018 en Caracas) y estos dejaron a los oponentes en apenas 61.3 tantos, mientras se anexaban 72.8.

En Nov.30.2018 los dominicanos estarán en Brasil (sede por determinar) y se cuenta la misma historia, marcaron 79.8 por 63.8 recibidos. Después la rueda gira, República Dominicana estará en Chile (Dic.03.2018), recibirá a Venezuela (Feb.21.2019), y cerrará sirviendo de anfitrión a Brasil (Feb.24.2019).

Empedrado el camino, Venezuela, Brasil y Canadá tienen 11 puntos cada uno. República Dominicana suma 10; Islas Vírgenes, 8; y Chile, 7. Del otro lado, Argentina y Estados Unidos cuentan 11 cada uno, Puerto Rico y Uruguay, 10 por cabeza, Panamá y México, 9. Ante cualquier resbalón, ¡adiós Charlie!

En su pedantería FEDOMBAL tiene que revisarse de arriba hasta abajo, es la enésima vez que lo repetimos. La desastrosa trayectoria con estela de negocios no siempre diáfanos y la creación de un malestar colectivo abonaron a la mala reputación del grupo que pulula en FEDOMBAL. Uribe Vásquez es un personaje que siempre ha estado dispuesto a todo sin medir las consecuencias.

FEDOMBAL, Rafelin, Najri, López Guillen y otra mucha gente ya no nos brinda seguridad ante los retos que nos esperan, de desvanecieron y el tiempo y posibilidades juegan en su contra. La selección dominicana sigue viva y con capacidad, muy mal administrada y gerenciala, y la desconfianza alcanzó ya niveles inauditos.


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