lunes, 23 de julio de 2018


Las fantasmagóricas aspas de un molino descomedido
          
Julio 23 del 2018


Danilo Medina Sánchez en su condición de Presidente de la República debería tomar muy en serio la posibilidad de substituir a Sigfrido Pared Pérez como director del Departamento Nacional de Investigaciones y colocar en esa posición a Víctor Manuel Grimaldi Céspedes (Dic.22.1949 en Santo Domingo) quien anunció desde Roma que en el país se “están promoviendo desordenes y maniobras leguleyas”. Este es el ejemplo de un oportunista incesante que ve a todos sus compatriotas como imbéciles por haber tolerado hasta el momento cada uno de sus infortunios.
Grimaldi Céspedes

Grimaldi Céspedes es ese ser que pretende no pasar desapercibido pero que todo el mundo trata de evitar. Quizás sus compañeros de partido entendieron hace mucho tiempo que es mejor tenerlo lejos. Alguien que quiere ser excéntrico sin ninguna luz que le alumbre. Nunca ha podido calar en el alma popular y ya, al mejor estilo vernáculo, su carnaval pasó.

Indicaba: “dichas acciones se promueven con miras a desatar en breve una crisis innecesaria en un país con gran estabilidad social, económica y política reconocida por organismos internacionales genuinos. Existe un propósito planificado de intereses egoístas locales y transnacionales para producir desórdenes a partir del mes de agosto del 2018 similares a los ocurridos en varios países de América Latina, con el fin de presionar el desplazamiento del gobierno del presidente Danilo Medina en la República Dominicana”.

Advirtió además que la consecuencia ulterior de las maniobras denunciadas “será el caos y retrotraer al desorden la sociedad y el Estado dominicano, y romper un sistema democrático”.

En Dic.01.2012 había vaticinado la existencia un plan para asesinar a Leonel Fernández Reyna, apenas cinco meses después de salir del Palacio Nacional: “estoy percibiendo que se está creando el ambiente para mandar a alguien como anzuelo, una persona con instintos suicidas y fanáticos, a producir el asesinato de Leonel Fernández”. Un Cristian Casablanca dentro del cuerpo diplomático, pero el arte de los pitonisos se le coloca lejos de sus truchimánerias; a todos se nos cae la cara de la vergüenza.


La temeridad con que tradicionalmente Grimaldi Céspedes ha asaltado nuestra cotidianidad es digna de ser estudiada. Cada aparición suya en los medios de comunicación trae impregnada una carga de profecías tremendísticas.

Quizás aún está a tiempo de convertirse en sucesor de Alvin Toffler (Oct.03.1928 en Nueva York; Jun.27.2016 en Bel-Air, Los Ángeles), con la pequeña diferencia que el estadounidense ostentaba el título de doctor en Letras, Leyes y Ciencias, no especulaba, investigaba y era asombrosamente preciso; sus propuestas estaban basadas en la revolución digital, la conmoción de las comunicaciones y la singularidad tecnológica, su adaptación a las sociedades y efectos ulteriores. No sólo vaticinó las novedades especializadas que hemos ido descubriendo, advirtió también sobre el riesgo de dejar excluida a la parte de la sociedad que no pudiera adaptarse.

Toffler estudió los cambios que traerían toda la parafernalia de la era digital en la cultura, la familia, el gobierno y la sociedad. Vislumbró el desarrollo de la clonación, la proliferación y la influencia de las computadoras personales, la invención de internet y la televisión por cable. Zhao Ziyang, pasado primer ministro chino; Mijail Gorbachov, pasado presidente soviético; Ted Turner, fundador de CNN; Steve Case, fundador de AOL; y Carlos Slim, magnate mexicano de las telecomunicaciones y propietario de la Compañía Dominicana de Teléfonos (CODETEL) lo citaban como inspirador de sus apuestas empresariales.

Detesto los calificativos rimbombantes y este Grimaldi Céspedes se firma y nos retuerce que es el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Dominicana ante la Santa Sede (en diferentes documentos escribe Ante). ¿Ese titulo lo convierte en un ser superior, inmaculado, casto, puro, casi virginal?... de acuerdo a la espiritualidad existente en el budismo tibetano es un asesino confeso, mató a Frankie (la noche de Nov.04.1997), un cerdito vietnamita mascota de una de sus vecinas, de siete balazos, por lo que no debería ocupar la posición que despliega.
Cerdo vietnamita

Grimaldi Céspedes es un puerquicida, ese ha sido su mayor acto de valentía, la muestra más exquisita de su gallardía, la intrepidez con la que nunca imaginó, el aliento más fogoso de sus arranques. Un Lex Luthor quisqueyanizado, capaz de fingir hasta su propia muerte y vender su alma al demonio de Nerón.

¿Se le conoció antes tanta invocación y fervor ante el catolicismo?... ¿usó una potentísima Black and Decker frente a Miguel Franjul, director del Listín Diario?... los dominicanos recordamos que siempre ha militado en las filas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fue asistente personal de su fundador Juan Bosch, pero todo el mundo lo señaló para las elecciones del año de 1990 como el responsable de pasar información clasificada ante Joaquín Balaguer Ricardo, entonces Presidente de la República, y candidato contrario a su partido que finalmente se reeligió. Ese sambenito lo acompañará hasta la posteridad.
Lex Luthor

Más recientemente Grimaldi Céspedes temió ante la preferencia sexual de James Walter Brewster (1960, en Lindale, Texas), a quien todos conocimos como Wally, pasado embajador de los Estados Unidos en República Dominicana (Nov.23.2013; Ene.17.2017), casado con Bob J. Satawake, y denunció ante el Papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio) que intentaba una trama para que desde Roma se destituyera a Nicolás de Jesús López Rodríguez, cardenal dominicano, en ese entonces Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y quien cesó sus funciones a inicios del 2016; nadie ha explicado jamás sobre los padecimientos del polémico prelado.

En Feb.14.2014, el Ministerio de Relaciones Exteriores informaba mediante un comunicado de prensa: “las desafortunadas declaraciones del embajador Grimaldi las hizo a título personal y no reflejan la posición del gobierno de la República Dominicana”. Inmediatamente le sacó las garras al vice-canciller José Manuel Trullols, actualmente asesor del Poder Ejecutivo en Asuntos de Política Exterior: “después de su llamada de hoy le advierto que la cristianofobia es una manera de persecución religiosa y de la libertad que consagra nuestra Constitución, la cual juré defender y cumplir. No acepto sus amenazas, aunque me inmolen como a Juan el Bautista porque simplemente como Embajador cumplo con la Constitución y como cristiano con la libertad de pensamiento. Y esta carta es ya de pública (publico) conocimiento a la vez que usted la recibe”.

¡Ay Margot, que destino!
La medusa de Percy B. Shelley



En su apasionada defensa de López Rodríguez, escribió en Dic.30.2013 al Papa Francisco: “el pueblo dominicano se ha manifestado desde hoy masivamente a través de los medios de comunicación en solidaridad con Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Primado de América. Al mismo tiempo, está rechazando públicamente las groseras insinuaciones del señor Mario Vargas Llosa”. Agregaba Grimaldi Céspedes que el escritor había solicitado remover de sus funciones al cardenal López Rodríguez por representar una iglesia reaccionaria, intolerante y fanática, junto al arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani. ¿Dónde se llevaron a cabo esas manifestaciones?... ¿dónde estaba yo que nunca supe de ellas?

De paso, Grimaldi Céspedes a estas alturas debería aprender a redactar. Sus misivas son una vergüenza, llena de faltas ortográficas. Su estilo de escribir dista mucho de lo que debería ser quien se considera: “periodista, escritor, historiador, político, diplomático y consultor en temas sociológicos y económicos”.

Todos estamos hasta la coronilla de estos carajetes que nos regalan esquemas morales retorcidos, tratándose de hacerse simpáticos con sus tropelías. Grimaldi Céspedes ha tocado en más de una ocasión los límites socialmente establecidos. Ha buscado regalarnos una nueva historia contemporánea dominicana, santiguando personajes frívolos, superficiales, absurdos, faltos de escrúpulos o directamente malvados. En su programa de televisión, ya desaparecido, intentó manipular y pulverizar el ajado esquema del maniqueísmo de héroes y villanos para colocarnos frente a un paisaje repleto de sombras, cada episodio nos remitía irremediablemente a la madre de todas las umbrías.
Dibujo de Stephen Gammell

¿De qué nos han servido todas las irreverentes fantasías de Grimaldi Céspedes?... un hombre que a la hora de almorzar, confesó que escucha El Gobierno de la Mañana… ¿vivirá permanentemente con contorsiones estomacales?...  ¿de que nos ha valido que sea Embajador ante la Santa Sede?... un ser que crea visiones fantasmagóricas para regodearse en ellas.

El puerquicida tendrá que desarmar su propio molde, quizás no le alcance el tiempo para volverlo a equipar, pero debería mirarse al espejo, percibirse que ha sido infiel frente a los postulados que dice enarbolar, que pasó muchos años incumpliendo expectativas ajenas y propias, compitiendo por una posición de reconocimiento que ya no le llegará. Quiso una vida diferente pero frente a la tumba de San Pedro supo que tiene demasiados demonios dentro de si.




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