sábado, 22 de julio de 2017

La ABADINA descafeinada


Llegó el día para otra elección del Comité Ejecutivo de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (Jul.22.2017), esta vez parecería como si las organizara el Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), poco se ha dicho, poco se menciona, quizás muestra fehaciente e incuestionable de lo intrascendente en que se ha convertido la entidad; más de lo mismo sin excepciones. El baloncesto en la capital dominicana está en capilla ardiente y nadie hace nada por su rescate y reconquista.

La gestión de los últimos dos años en la ABADINA contó con buena prensa, se convirtió en dulcemente ponderada, pero no innovó la institución. No se conocieron nuevas normativas para los clubes afiliados, no se llevaron a cabo los conocimientos para nuevos militantes, tampoco se trató en encausar a los miembros tradicionales, envueltos en eternas disputas estériles, sin masa social conocida, ni estamentos contables ni financieros, y sin democracia a lo interno de los mismos. Los cursos de formación y actualización continuaron sin aflorar, ni para directivos, entrenadores, monitores, árbitros, personal de mesa, miembros de los clubes.

El legado del periodista José P. Monegro, si existe, quien se nos vendió como impoluto, armonioso e inmaculado se borrará demasiado rápido; será un nombre que se recoja en la historia de los presidentes del organismo pero no más; propenso si a aceptar todo tipo de lisonjas y galardones, pero ese ejemplo no animará a nadie a seguir su camino. Monegro que hace dos años señaló que sólo estaría hasta agosto del 2016, continuó; esta vez no va más allá por las responsabilidad que le fueron asignadas en el Grupo de Comunicaciones Corripio, director del matutino gratuito El Día, donde seguro podría permanecer el resto de su vida, a menos que cometa una travesura que disguste a los propietarios del mismo (los Corripio no retiran, dejan que sus directores y editores mueran en las posiciones).

Los que acompañaron a Monegro en su paso por la ABADINA, Miguel Ángel Marte, vicepresidente; Anselmo Alejandro Bello Ferreras, secretario general; Tomás Polanco, tesorero (una ficha de Leonardo de Jesús Heredia Castillo, también conocido por el estulto mote de Leo Corporán); Alberto Arias, secretario de organización; Santo María, secretario de propaganda; y Onésimo Acosta Lafontaine, vocal, tuvieron poco accionar; todos más discretos que un oso hormiguero, todos sin ninguna excentricidad a valorar.
Bello Ferreras

Cierto es que se armaron dos torneos superiores en búsqueda de “chelitos”, pero más allá del interés pecuniario no hubo pasión por la disciplina, no hubo estudios ni espacios. Era la negación de una simple excitación por mantener el desorden para el beneficio contable de unos pocos. Una larga caminata por el campo, sin rumbo fijo ni punto de llegada a la vista.

Para el substituto de Monegro se mencionan los nombres de Bello Ferreras y Nelson Román Pallí.

Bello Ferreras acaba de ser uno de los candidatos propuestos a la Suprema Corte de Justicia, pero quedó para otra ocasión; está en el actual Comité Ejecutivo de ABADINA, y se dice apoyado por el grupúsculo que orienta Heredia Castillo, quien ha considerado desde siempre que la entidad es uno de sus feudos personales.

Román Pallí ha sido un actor de ocasión en la disciplina, y en otros estamentos del deporte capitalino, con paradas en los equipos de Villa Francisca, San Lázaro, y más recientemente en el Barrio Mejoramiento Social (BAMESO), fue propuesto por el presidente de esta última, Osvaldo Rodríguez Suncar.

Román Pallí
Recuérdese que el BAMESO ha tenido marca de 1-19 en las dos últimas versiones del “Superior del Distrito”, siempre en remodelación, Román Pallí es su gerente, y como señaló un comentarista: “mal dirigido, mal gerenciado, y asquerosamente mal presidido”. Sus razones habrá tenido.

Detrás de ambos candidatos también hay una guerra no declarada entre Heredia Castillo y Rafael Fernando Uribe Vásquez, también conocido por el zopenco mote de Rafelin, actual presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL). Desde las páginas de El Nacional, vespertino cuya sección de deportes la maneja Heredia Castillo bajo su pseudónimo de Leo Corporán, ha existido durante el último vez un bombardeo incesante de chismes, sobre todo en la columna Frío y Caliente, que ordena escribir y que generalmente Ramón Rodríguez, también conocido por el mote de El Teacher, pasado presidente de ABADINA, con un negro historial, hace las correcciones.

Heredia Castillo es el alter ego de si mismo, máximo estratega electoral de todos los candidatos que ha tratado de hacer llegar hasta ABADINA, y también en los últimos 30 años es quien hace “sugerencias” en las votaciones del Comité Olímpico Dominicano (COD), con un vinculo cuasi indescifrable desde los tiempos de José Joaquín Puello; nadie ha querido tirar de esa cuerda donde seguro empezarían a aparecer indelicadezas temprano. Es quien conduce que los candidatos deben disciplinarse a un guión predeterminado, dejando la iniciativa personal para otro momento. Rafelin está en el COD por esas circunstancias, y ahora recibe amenazas públicas.

Pero este Leo Corporan no cambió, su piel no le ha valido “ni la crema de Sammy Sosa” para convertirse en lagarto coloreado, y sus métodos van quedando en el pasado. Presiona pero dejó de ser el mismo “todopoderoso” e “incuestionable”, por eso las múltiples travesuras que trata de repetirle una y otra vez Uribe Vásquez, más camaleónico, más adaptado a los tiempos, y a quien no le importa hacer correr los dineros; total, todos tenemos la percepción que poco le ha costado. Ambos por supuesto, siempre interesados en lo que en estos párrafos se escribe pese a las hipocresías.
Uribe Vásquez

Corporan acaba de aconsejar a un nutrido grupo de sus acólitos, o los que dice aún tener, que no se subieran a un ring de boxeo. “Nuestros adversarios no son los políticos de la oposición, ni quienes escriben, sino los problemas de la gente que quiere desplazarnos de la ABADINA”, había comentado, palabras más, palabras menos. El silencio que ha mantenido desde su “leída y laureada” columna “Te Enteraste” sobre esta situación es ilustrativa de sus maniobras; un hombre que nunca se la ha jugado de cara al sol.

Las declaraciones de Saturnino Martínez, a quien todos conocemos como Moñoño, pasado presidente del Club Mauricio Báez, pasado miembro del Comité Ejecutivo de FEDOMBAL, pasado miembro del Comité Ejecutivo de ABADINA, vapuleado por Heredia Castillo, sacudido por Rafelin, quien trató de desmerecerlo (una de sus estrategias favoritas, pero nadie le cree), más digno que ambos juntos, en su página de Facebook, abren un abanico de enormes aspas en esta versión electoral. “Hace dos años, cuando intenté correr para una posición en el Comité Ejecutivo de la ABADINA, fui secuestrado y golpeado por los miembros del escuadrón “Topos” de la Policía Nacional”. ¿Pregunte usted quien tenía enormes vínculos con el jefe policial de ese entonces?

¿Pregunte usted a quien señaló Manuel Elpidio Castro Castillo cuando el matutino Diario Libre le preguntó quien había sido su maestro más influyente?

En las actuales estrategias electorales para ABADINA pudiera parecer que el énfasis está en la forma en que se plantean los problemas y en la confianza que despiertan quienes las proponen. Ambas candidaturas despiertan pocas pasiones, amplio grado de rechazo, y poquísimos núcleos de adhesiones inconmovibles. Por eso, este bajo perfil, con actos pequeños en los que se controla la imagen y la puesta en escena, sin que ojos extraños de los interesados puedan describirlos de primera mano, tratan de captar algo más que lo poco que tienen. Ese plus es lo que necesitan para aspirar al triunfo.
Heredia Castillo

En el caso de Heredia Castillo, que no corre por cargo alguno, nunca lo ha hecho, y las fuerzas para aspirar se le agotaron, como las enésimas veces que Leonel Fernández Reyna lo propuso como ministro de Deportes y Recreación, no hay estratega ni consejero electoral que pueda ocultar o siquiera disimular las inconductas que ha permitido, por ejemplo, incluyendo a su protegido El Teacher.

Ni Bello Ferreras (Mar.29.1965) ni Nelson Román Pallí (Jun.17.1960), el primero de Duverge, en el sur profundo, y atleta de alto rendimiento (no lo recuerdo), el segundo de San Francisco de Macorís, carecen de liderazgo, no tienen peso específico en la actividad, y virtualmente no tienen diferencias. Cuentan a favor que no hay terceros en la discordia. Más allá de esta escenificación y de los artificios, ninguno se puede despojar de lo que representan, a quienes simbolizan y, sobre todo, de lo que significan.

Cuando un dirigente deportivo, desde Luis Mejía Oviedo, también conocido por el folklórico mote de Luisin, presidente del COD, miente, es reaccionario. Poco importa que mienta para uno u otro bando: es reaccionario porque su mentira clausura la posibilidad de la esperanza del otro, de nuevos brotes de porvenir en el deporte dominicano. Lo mismo sucede cuando nos proponen, a sabiendas, cosas que jamás van a ocurrir, candidatos que no se lanzan a la aventura de un mañana más florecido. Es tonto tener melancolía de algo que nunca va a suceder.

Todos nos han dicho que han pretendido cambiar el deporte dominicano, desde hace décadas, pero no se ha hecho lo suficiente; todos han terminado acomodados, convertidos en eternos, para esquilmar las bondades del Gobierno Dominicano. Todos mienten y hay sectores que gustan de escuchar esas mentiras, y repetirlas, porque esperan sus migajas. En el fondo, apoyamos imposibles porque, en el fondo, no queremos que nada cambie. Mucha gente gana mucho dinero con las cosas quietas, aunque en otros tiempos conocíamos que “río revuelto, ganancia de pescadores”.


¡Como pasamos de un extremo a otro!

Votaremos a Hamelin encantados, esta vez disfrazados de Bello Ferreras y Román Pallí, y a los pocos meses, le estaremos reclamando. Las falsas expectativas generadas por los políticos deportivos y promovidas por el público termina erosionando el poder de turno: no pueden hacer lo que nadie podría. Cuando el poder cambia de manos lo que cambia es la expectativa. Pero la realidad sigue estancada: a poco de que el buen humor deportivo levanta una medallita de vez en cuando, la realidad se empantana.

Me encantaría mentirles (básicamente porque sé que les gusta). Aquí he dejado algunas verdades.



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