Rafelin… ¿y el
Centro-Basket de damas de Islas Vírgenes?
Como
quien no quiere la cosa en esta misma fecha (Jul.12.2017) se inicia en St.
Thomas, Islas Vírgenes, ahí mismo, no tan lejos, el Centro-Basket de damas, y
en República Dominicana no se ha dicho nada. Mucho menos esta boca es mía; revisé
toda la prensa de este miércoles y ni una sola línea; monitoree quince
programas de radio con similares resultados. Tampoco tendremos un colectivo allí…
¿donde está el desarrollo integral de la disciplina tantas veces pregonado?...
¿no pudo o no quiso la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) reunir a
doce jugadoras y lanzarlas al ruedo?... allí, además de las anfitriones
concurren Bahamas, Guatemala, Jamaica, México y Puerto Rico.
¡La
nueva era!... que como dice un amigo no pasa de ser más allá de un
salchichón de quinta, cargado de E. coli.
Los tres equipos mejor
clasificados recibirán visado para intervenir en la AmeriCup femenina que se jugará
en Buenos Aires, Argentina, del 6 al 13 de agosto venidero, donde ya están
clasificados las locales, Brasil, Canadá, Colombia, Cuba, Paraguay y Venezuela.
La
justa se desarrollará en el Sports and Fitness Center, una instalación de la
Universidad de Islas Vírgenes con 2,500 butacas, extendibles a 3,000,
dependiendo del tipo de espectáculo que se brinde. Está considerada la principal
instalación atlética de su tipo en esa área del Caribe, y además hospeda 5
(cinco) salones de clase, y una oficina para relaciones públicas.
Las
dos últimas versiones habían tenido igual cuadro de medallas (Morovis, Puerto
Rico, 2012, y Monterrey, México, 2014): Cuba, Puerto Rico y República
Dominicana. Pero para esta ocasión el equipo dominicano se borró del mapa.
Carmen Graciela Guzmán (5’10, PG, Jul.16.1985), dominicana, egresada de la
Universidad de Alabama en Birmingham había sido la mejor anotadora de las
competencias en los años 2010 y 2012.
El
equipo dominicano que asistió a Monterrey además de la Guzmán estuvo formado
por Yamel Abreu (5’08, SG, 1995), Danilsa Andujar (6’02, C, 1990, Indiana
University), Marlem Cáceres (5’10, PF, 1988), Jennifer Estrella (6’00, PG,
1987), Génesis Evangelista (5’08, SG, 1993), Wanda Gómez (6’02, C, 1978),
Evandra Molina (5’0’9, SG, 1990), Sugeiry Monsac (6’02, PF, 1981), Yohanna
Morton (5’09, SG, 1987), Andreina Paniagua (6’00, SF, 1978), y Melissa Santos
(5’10, PG, 1989). Recuerdo que en esa ocasión sugerí a la cúpula de FEDOMBAL
que como entendíamos sería una de las últimas presencias de Gómez y Paniagua
con el colectivo les permitieran asistir a la presentación del Ballet Nacional Folklórico
de México, a cargo de las hijas de Amalia Hernández, de paso hermanas del
director de cine dominicano Juan Basanta.
Como
ha venido sucediendo desde hace tiempo, el baloncesto femenino dominicano no
encuentra vientos favorables porque no le han colocado rumbo definido; nadie
coordina ni siquiera una quimera en este aspecto y para rebasar todas las
insolencias desde la FEDOMBAL se armó una Liga Nacional de Baloncesto Femenino
(LNBF), con refuerzos, que no encausará el ritmo hacia caminos más célebres. La
búsqueda permanente de los fondos públicos para los intereses particulares de
unos cuantos; los encargados de los equipos se colocan ellos mismos la etiqueta
de “dueños”. Una “liga profesional” sin jugadoras, llenas
de chicas sin fundamentos, sin trabajo, sin disposición, sin técnicos.
FEDOMBAL,
después que Matilde Guerrero y Teresa Duran cumplieron con su círculo profesional,
no se perfiló como garante en última instancia de una rama femenina que
necesitaba regulaciones y apoyo mínimos. Las asociaciones provinciales se
desentendieron de la labor con las jóvenes, los clubes de todo el país
consideraron que aquello no era atractivo, el voleibol se convirtió en un imán
de enormes posibilidades para criaturas con habilidades atléticas, y los
garfios conquistadores de muchos dirigentes hicieron mella en la especialidad.
Repetiré
para que no quede ninguna duda: los garfios conquistadores de muchos
dirigentes hicieron mella en la especialidad.
En
los tiempos de Ramón Rodríguez, a quien todos conocemos por el retorcido mote
de El Teacher, al frente de la Asociación
de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA), éste transfirió el “superior” de damas a la Federación
Dominicana de Clubes (FEDOCLUBES), un mamotreto a cargo de Roberto Ramírez, o
Roberto Ramírez Reyes, o como quiera que sea el nombre oficial de este funesto
personaje. La actual directiva de la ABADINA que preside el periodista José P.
Monegro, desde el 2015, nunca se ha referido a la modalidad. ¡Ni en
sus sueños más íntimos!
En
las últimas versiones de Centro-Basket femenino, hemos estado en el cuadro de
medallas: 1997 en Tegucigalpa, Honduras (bronce); en 1999, La Habana (plata),
oro para las locales y bronce para México; en el 2003, León (México); oro para
las cubanas, plata para las dominicanas, y bronce para Puerto Rico; 2008 en
Morovis, Puerto Rico: oro para las cubanas, plata para las borincanas, y bronce
para las dominicanas; más las participaciones señaladas del 2012 y 2014.
República
Dominicana empezó a andar en esta modalidad competitiva en el marco del I
Centro-Basket de damas efectuado en Venezuela en el año 1971, repartido entre
las ciudades de Maracaibo y Caracas, ocupando la quinta plaza de seis posibles.
El equipo a cargo de Mayobanex Mueses perdió de las locales 106-29
(Oct.15.1971), no pudo contra Cuba, 153-11 (Oct.16.1971), nos derrotó Trinidad
y Tobago, 77-46 (Oct.17.1971), caímos dolorosamente frente a México (113-9),
con una primera mitad 42-3, y el colofón 71-6 (Oct.18.1971), se le ganó a
Puerto Rico, 61-32 (Oct.19.1971).
En
Caracas se desarrollo la segunda ronda; volvió a jugar contra México, con
similar resultado: 113-12 (Oct.21.1971), Venezuela nos derrotó por segunda
ocasión, 93-24 (Oct.22.1971), Cuba nos volvió a hacer papilla, 99-17
(Oct.23.1971), esta vez Puerto Rico nos superó, 40-35 (Oct.24.1971), y nos
despedimos cayendo ante Trinidad y Tobago, 56-24 (Oct.25.1971). Al final, una
victoria y nueve reveses.
Ese
primer pelotón tenía como integrantes a Socorro Batista, Amalia Bello, Magnolia
Concepción, Áurea Desangles, Alejandra Guzmán, Luz del Alba Hernández, Nilda
Molineaux, Mayra Paulino, Rosalía Ramírez, Cecilia Reyes, Scarlett Sánchez, y Carmen
Dilia Santana. Las cubanas se apoyaron en el calibre de Margarita Skeet
Quiñones, de imponentes condiciones, la centro Sonia De La Paz Galán y la
delantero Martha Reynoso Zayas, mientras eran conducidas por el técnico búlgaro
Ivan Todorov.
Luz del Alba Hernández |
Todorov
condujo la selección masculina de su país en el Euro-Basket de 1979, teniendo
como su gran referente al delantero Georgi Glouchkov (6’08, 235, PF,
Ene.10.1960), quien al jugar para Phoenix Suns en 1985-86 se convirtió en el
primer jugador en llegar a la NBA proveniente de “la cortina de hierro”; Glouchkov
también fue presidente de la Federación Búlgara de Baloncesto.
Las
cubanas venían de ocupar la séptima plaza del Mundial Femenino de ese 1971 efectuado
en Brasil (Unión Soviética, Checoslovaquia, Brasil quedaron con las preseas;
siguieron Corea del Sur, Japón, Francia, y Estados Unidos). De ese equipo se presentaron
en México además de Skeet Quiñones, De La Paz Galán y Reynoso Zayas a Maite
Borrero, Matilde Charro, Manuela Cupull, Caridad González, y Georgina Vázquez,
integrando a Teresa Olivera, Hilda Obregón y Alicia Torres.
Dos
años más tarde asistimos a Veracruz (México) para el II Centro-Basket donde
quedamos en la cuarta posición, detrás de las locales, Cuba y Puerto Rico, con
Mueses de dirigente. Se mantuvieron en el quinteto Bello, Desangles, Hernández,
Paulino, y Santana. Ingresaron Jeanny Astacio, Silvia Espinal, Josefina
Copplind, Rosa Núñez, Nilcia Reyes, e Ivelisse Uribe. Las mexicanas se hicieron
con el oro, Cuba que asistió con un equipo B terminó con la plata bajo la
conducción del técnico Jorge Lezcano y Puerto Rico se hizo del tercer lugar.
Las dominicanas perdieron contra las borincanas en la jornada inaugural, 42-39,
y esa jornada virtualmente decidió la medalla.
Nilcia Reyes |
Para
1974 la selección de damas debutó en el marco de unos Juegos Deportivos Centroamericanos
y del Caribe y aquello no pudo ser más halagüeño. Era la duodécima versión y el
escenario era la ciudad de Santo Domingo. Se obtuvo la primera medalla en
competencias regionales: un bronce, que como están las cosas en la época de la
post-verdad, y usando palabras de los dueños de las mismas, aquello debió saber
al diamante “Pink Star” subastado
hace un par de meses y que alcanzó los 71.2 millones de dólares (moneda de los
Estados Unidos de América).
Las
dominicanas arrancaron despacito en el escenario del Palacio de los Deportes.
Cuba ganó 99-33 (Mar.01.1974), después vino el triunfo de México, 108-30
(Mar.03.1974), hasta que llegó el primer triunfo frente a El Salvador, 59-50
(Mar.04.1974), y otro más sobre Puerto Rico, 41-27 (Mar.05.1974), para recibir
un revés nuevamente de las cubanas, 124-26 (Mar.06.1974), y posteriormente de las mexicanas, 104-33
(Mar.08.1974). Con El Salvador las cosas se volvieron a poner en su punto,
64-49 (Mar.09.1974), y el último día repetimos victoria frente a Puerto Rico,
59-57 (Mar.10.1974).
Mueses
seguía al frente de las jóvenes dominicanas, que contó con la integración de
Mayra Bernard, Vilma Guerrero, y Julia Rijo. Continuaban Astacio, Bello,
Copplind, Desangles, Espinal, Hernández, Núñez, Reyes, y Santana. Precisamente
la Santana fue la séptima mejor anotadora de la justa con media de 10.2 puntos,
y le escoltó Reyes con 9.4 puntos y 8.8 rebotes.
Josefina Copplind |
La
sensación de la justa fue la cubana De La Paz Galán que promedió 13.5 puntos y
6.1 rebotes, en un equipo que contó también con Brudys Álvarez, Skeet Quiñones,
Caridad González, Matilde Charro, Vicenta Salmon, Martha Reynoso Zayas, y una
Maite Borrero de indescriptible belleza, esposa del también baloncelista Juan
Roca, dirigidas por el búlgaro Todorov. México presentó un equipo a cargo del
profesor Constancio Córdoba, cuyos libros de la época servían de referencia a
todos los entrenadores dominicanos, con Cristina Betancourt, María Antonia –Toña- Alcaraz, Sofía Margarita Morfín
Zepeda, Gloria Morfín Zepeda, Martha Nava García, para muchos la mejor jugadora
en la historia del baloncesto mexicano, y Guadalupe Callejas en los papeles protagónicos.
El
baloncesto femenino dominicano ha escrito hermosas páginas, causó descomunales alegrías,
y mientras la espera por las medallas del quinteto masculino se hacían eternas
(1977 oro en Centro-Basket, y bronce en el 1978 en los Centroamericanos y del
Caribe de Medellín), hasta retornar en 1997 con bronce en las dos ramas en
Honduras, estas se repetían con sobrada continuidad.
XII Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe |
Para
el Centro-Basket de 1975 efectuado también en Santo Domingo, las dominicanas
mantuvieron el tercer lugar, con Mueses en el banquillo, Copplind, Espinal,
Desangles, Guerrero, Hernández, Núñez, Paulino, Reyes (Nilcia), Santana, y
Uribe, el regreso de Cecilia Reyes, y la integración de Guadalupe Ruiz. Cuba quedó
con el oro, como era su costumbre y México con la plata. Nilcia Reyes (18.0),
Paulino (16.7), y Espinal (12.0) se colocaron entre las 10 mejores anotadoras
del clásico.
El
equipo “Todos Estrellas” estuvo
integrado por Cristina Betancourt (México), Nilcia Reyes (República
Dominicana), De La Paz Galán (Cuba), Skeet Quiñones (Cuba) y Pilar Saavedra (México).
Cuba trajo su escuadra completa bajo las órdenes de Manuel Pérez. La puertorriqueña
María del Carmen –Cuca- Cordovés encestó
44 puntos en el partido final contra Islas Vírgenes para ser la mejor anotadora
(21.7), y en el choque Cuba y República Dominicana (May.20.1975) los árbitros
llamaron 91 faltas personales, el partido fue conducido por el puertorriqueño
Rosendo Rodríguez y el mexicano Humberto Flores. Flor Meléndez condujo a las
muchachas de Puerto Rico.
Después,
la historia es harto conocida.
En St. Thomas las borincanas bajo las órdenes
de Jerry Batista buscan uno de los boletos a Argentina, pero no descartan la
lucha por la presea dorada, especialmente frente a las rivales de México. La única
primera posición en un Centro-Basket de damas para Puerto Rico vino en el año
2010, precisamente con la ausencia de Cuba. La pre-selección de Puerto Rico
estuvo formada por 40 jugadoras, y sobrevivieron a los cortes Angélica Bermúdez
(6’02, C, 1989, Politehnica Lasi Bascket, Rumania), Paola Crespo (6’01, PF,
1996, Pontifica Universidad Católica de Puerto Rico), Michelle González (5’05,
SG/PG, 1989, Cangrejeras de Santurce), Yolanda Jones (6’02, PF, 1984, Gigantes
de Carolina), Adily Martucci (5’08, SG, 1994, Quinnipiac College), Tayra
Meléndez (5’11, SF, 1993, Santeras de Aguada), Ashley Pérez (5’08, SG, 1994,
James Madison University), Mari Plácido (5’07, SG, 1987, Cangrejeras de Santurce),
Isalys Quiñones (6’02, PF, 1997, Darmouth College) , Pamela Rosado (5’04, PG,
1986, Montañeras de Morovis), Dayshalee Salamán (5’04, PG, 1990, Cangrejeras de
Santurce), y Ashley Santos (5’11, SF, 1994, Louisiana Tech University). La estelar Carla Cortijo no jugará al recuperarse de una operación en
una de sus rodillas, al tiempo que Jeniffer O’Neil tampoco estará disponible.
Jones entró a última hora en lugar de Arella Guirantes por una condición de
salud. Martucci, Pérez, Quiñones y Santos vivirán su primera experiencia.
Guirantes |
Guirantes (5’11,
SG, de Bellport, Nueva York) agotó su primer año de elegibilidad con Texas Tech
University jugando para la entrenadora Candi Whitaker, inició 27 de 29
partidos, terminando segunda en anotación (9.9 puntos por juego), lideró a las Lady Raiders en porcentaje de tiros
libres (87.1) validos para la sexta posición en la resbaladiza y reconocida Big 12 Conference.
México y Bahamas, que también aspiran al podio
presentan conjuntos bastantes altos. Las locales tienen también centímetros en
exceso, y un quinteto formado exclusivamente por jugadoras que estudian en
universidades americanas.
Mientras tanto, llevo todos los años oyendo la misma canción, de lo bien que estamos, de lo
mucho que se trabaja, de que vamos a aprovechar cada oportunidad, que la liga
femenina es la panacea, y así una larga retahíla de frases eufóricas y llenas
de esperanzas pero, seamos sinceros y claros, vacías de contenido. Parece que
no escarmentamos con cada éxito que esta selección de leyenda nos regaló, ni
del largo espacio de esperanzas después del retiro de Guerrero y Duran; atado
al corazón con lo poco o mucho que hacía la Guzmán. Al final volvemos a caer en
los mismos errores una y otra vez para regresar al ostracismo que se nos hace habitual,
de las insinuaciones y que ya nos encargaremos de recuperar cuando aparezca alguna
otra cita importante.
El apoyo no existe para el baloncesto femenino, no hay institución ni
empresa privada que apueste descaradamente por la especialidad, todos intentan
sobrevivir en un mundo cargado de deudas, de palabras que se empeñan al viento,
buscando subvenciones que no llegan, empresas que no pagan y renunciando a
mirar más lejos. ¿Por qué no hay un intento de la LNB en apoyar a la LNBF para
auxiliar esta competencia aunque sea tan mínimo con un simple contrato de
colaboración que aporten equipación y desplazamientos; aquí nadie es capaz de
dar un paso adelante?... ¿por qué los amplios avales que cobra Uribe Vásquez a
la LNB no se emplean en el desarrollo del baloncesto femenino?
En 15 años nadie se acordará de su nombre quien recordará
a Matilde o a Teresa, nuestras últimas referencias. Quien puede imaginar que la
Copplind fue vice-rectora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD),
que Vilma Guerrero fue directora del Departamento de Drogas y Farmacias del
ministerio de Salud Publica, donde ahora está enquistado el presidente de
FEDOMBAL, quien al señalarle, hay que enviarle al menos una carta de salutación
o un ramos de flores me preguntó: ¿quién es esa?...
María del Carmen –Cuca- Cordovés |
Nuestra cultura de baloncesto femenino está bajo
mínimos, en rastreros límites y lo peor, sin visos de mejorar.
España, si nos sirve de consuelo, acaba de ganar el Euro-Basket de
damas, a un periodista amigo le comentaron: “cómo ganaron ayer las niñas y qué bien jugaron ¿no?”… respondió de
inmediato: “qué cojones niñas, son
jugadoras de baloncesto y todas mujeres.
Tal
vez, la clave pasa por reconocer que no existe el baloncesto sin su contraparte
femenina, pero en la cabeza unineuronal de Rafelin
eso sería como suponer que el mundo de hoy puede existir sin Estados Unidos.
¡Arriba
las manos!
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