miércoles, 16 de noviembre de 2016

Agrios edulcorados…
Caso 300: Intentos para hacer arder la ACD
Nov.16.2016      

Como quien no quiere las cosas este es el agrio edulcorado número 300. Algunas veces pretendo que no me quede tan ácido, como dicen algunos amigos, pero igual está lleno de mis verdades, sin desdibujarlas. En el camino, mucha gente inconforme, porque se siente retratada, no de la manera más deseada. Mi mamá dice que nadie quiere que le tiren la verdad en la cara, pero este país está lleno de gente de doble moral, plumas que se venden como fruslerías de escasa calidad y posiciones convenidas. No soy irrefutable, ni me considero el ser más serio sobre el globo terráqueo, eso se gana, decía mi papá, pero trato de mantener ciertos estándares. A mis “incondicionales” que sigan regocijándose del buen manifiesto.

La Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo (ACD) tiene pautadas elecciones para los próximos días, para ser específicos el 10 de diciembre venidero. Muy poco se ha dicho, pero los “cronistas jóvenes” no quieren la continuidad de Ramón Cuello, quien precisamente le abrió las puertas a casi todo ese mocerío, que hablan mucho, dicen poco y no escriben ni una sola línea, pero afilan lancetas para la garganta de su mecenas gremial.

Por supuesto, también hay un grupo de estos “cronistas jóvenes” muy tendenciados. Muchos de ellos formados a la sombra de un cronista de mediana edad que espera su turno para lanzarse a la aventura de controlar la ACD; una buena parte egresados de instituciones bancarias. La voracidad de esa manada no tiene escrúpulos y se consideran dueños de todas las verdades. El primero de sus zarpazos estaba destinado a controlar el pastel publicitario que va a los programas del ramo y destutanar las influencias de Leonardo de Jesús Heredia Castillo, también conocido por el mote de Leo Corporán.


El hueso les ha salido difícil, porque el eterno editor de la San Martín mantiene niveles de aceptación, menguados pero se ampara y defiende, especialmente en el campo político, sin la fuerza de hace años atrás. También hay que remar contra la multiplicidad de medios y la fastuosidad con que opera Franklin Mirabal, editor deportivo del matutino Hoy, quien con sus idas y venidas es el que más “factura”; la ecuanimidad del grupo de Odalis Santiago, siempre correcto y bien ponderado con su buque insignia La Voz del Fanático; más el trabajo de Héctor Gómez y su grupo de comunicadores, todos jóvenes, en la radioemisora más escuchada del momento: Z-101.3.

Hay chaquetas, no importa lo costosas de su confección, que no se combinan con los brillos y las luces del espectáculo. Así de simple.

Cuello tiene varios periodos en la ACD, no consecutivos, pero suman buenos años, y para sorpresa de muchos, entre los que me cuento, en sus primeras incursiones llevó nuevos aires a la institución, presentó proyectos, plantó conquistas, conoce los conflictos, dibujó un nuevo rostro para una institución que en menos de tres lustros habrá alcanzado una centena de años. De acá en adelante, Cuello, si se mantiene en el cargo, tiene que asegurarse que la asociación necesita dirigentes serios para que mantenga sus consideraciones dentro de la sociedad dominicana.

La ACD es una comunidad intermedia que pretende un recto ordenamiento entre sus miembros y el resto de los actores sociales de República Dominicana, entendiendo que el ser humano necesita agruparse con sus semejantes en procura de una realización personal lo más plena posible. La naturaleza humana es esencialmente social y por eso los que hacemos nuestros propios caminos somos ángeles. Visto así, los cronistas deportivos deberían de ser fieles a su propio fin, como único camino para contribuir a una sociedad mejor, libre y creadora.

En lo particular me consultó uno de estos “cronistas jóvenes” buscando apoyo y la elaboración de un proyecto para enfrentar al veterano periodista; no terminé de escucharle y respondí que no: hay cosas que primero se tienen que esculpir, como por ejemplo un buen nombre moral y profesionalmente, aquí cualquier pelafustán se considera con capacidad para ocupar cualquier cargo.

Que tuviéramos un médico en Medio Ambiente o que tengamos a un  abogado sin experiencia penal como Procurador General de la República no justifica que las cosas en este país se libren eternamente al azar. El gremialismo es un arte, aquí ha tenido a mucha gente capacitada, aunque últimamente es el reflejo de lo más obscuro de nuestro laborantismo.

La Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo no es un club, ni un salón para que los amigos vayan a tomar tragos gratis. Hay que identificar y corregir los errores, en el tiempo y la forma necesaria. Siempre existirán cosas por hacer en lo inmediato; en este país no se puede seguir prometiendo tanto, hay que ejecutar.


En la ACD hay personas valiosas, excelentes periodistas, pero también mucha gente que no es realista, sin historias, sin realidades, que olvidan que sus opiniones no son suyas, sino de todos aquellos que leen, ven o escuchan, aunque no transmitan un mensaje efectivo.

Desde acá, mi apoyo solidario y mis afectos para Ramón Cuello y Américo Celado.


Como diría el mismo Cuellito… “preparo maletas para  irme a Cancún… a despejar la mente, luego de ese caravaneo… aburrr… y excúsenme. Volvemos muy prontoooooo”.

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