jueves, 10 de noviembre de 2016

Agrios edulcorados…
Caso 297: Cacique en el corral de los Indios
Nov.10.2016      

Araujo
La baja de Sebastian Uranga, hijo del mítico jugador del mismo nombre, por lo menos seis semanas en el dique seco por edema óseo con impacto en la rótula, hace que Echagüe de Paraná mueva las fichas. Contrata al poste dominicano Jonathan Araujo de 20 años de edad y 6’08 de estatura, aunque su agente lo vendió como un 6’10… estirándolo cinco centímetros de la noche a la mañana.

La negociación, de paso, convirtió al equipo que dirige Daniel Maffei en el primero de la liga argentina en alinear a cinco jugadores foráneos.

Araujo ha sido cacique en el corral de los Indios, pero no mucho más, trabaja a base de fuerza, más ímpetu y más forcejeos. Es tosco debajo de los palos, pero emplea el físico y cualquier actitud violenta para ganar la posición, no importa las circunstancias ni las consecuencias; es pesado en extremo, tiene problemas para mantener el peso, lo que lo obliga a diariamente. Sus movimientos como pívot son muy limitados.


La Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) ha querido venderlo como un proyecto a futuro y lo debe estar dando por batatas. Por eso tanta insistencia del entrenador Melvyn López Guillen en el equipo francomacorisano: jugaba hasta los minutos de la televisión, de ahí sus abultadas cifras. Máximo rebotero en una liga donde no abunda el tamaño ni los sacrificios individuales.

Su ofensiva es limitada a la zona pintada y desde ahí convierte, no tiene creatividad ofensiva, tampoco se arriesga más allá de los límites. Desde la línea es normalito. Atropella en el contraataque y comete faltas personales en buen número. Por su envergadura es un jugador para oxigenar a sus compañeros y nada más. Mal manejo del balón y pobre en los fundamentos.

En el momento más crucial de su vida prefirió abandonar los estudios, tenía una beca para asistir a la Universidad del Sur de la Florida (South Florida) alegando “motivos económicos”. Estuvo en México a finales del 2015 comiéndose la banca; reforzó en enero del 2016 los Metros de Santiago viendo los partidos desde un “rincón del alma”. Estuvo en el Distrito Nacional con Los Prados donde lo hicieron jugar y después en San Francisco de Macorís, bajo las ordenes de López Guillen… todos sabemos los manejos del entrenador, el agente Frank Brito, y el presidente de la FEDOMBAL, Rafael Fernando Uribe Vásquez, también conocido por el mote de Rafelin.

Maffei
Quizás la experiencia, con Maffei, que es mucho mejor entrenador que López Guillen y José Mercedes Del Rosario, también conocido por el mote de Maita, lo lleve a conocer un baloncesto más allá del pa-pe-pi-po-pu que ha aprendido de estos “insignes dirigentes dominicanos”. Imagino que FEDOMBAL estará cubriendo los gastos de pasaje, alojamiento y salario del chico de Yagüate, por allí irá a aprender.

Maffei se dejó llevar del buen desempeño que ha tenido con Gelvis Solano, pero que no se duerma en sus laureles. Los que manejan el baloncesto dominicano de la actualidad viven regodeados en la perversidad, no respetan compromisos y en cualquier momento se atreven a sacarle la alfombra. Eso debió aprenderlo durante su estancia con los Leones de Santo Domingo.


A Araujo, que disfrute la experiencia, que trabaje, que aprenda y que vea otro mundo. El horizonte no se puede limitar a las directrices de unos tontos.

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