viernes, 8 de abril de 2016

Agrios edulcorados…
Caso 174: ¿Se indigestó el Mauricio Báez?
Abr.08.2016

Me cuentan, porque no lo leí, que Leonardo de Jesús Heredia Castillo, también conocido por el alias de Leo Corporan, editor deportivo de El Nacional, sacó en días pasados un articulo del año 2000 donde defendía el trabajo de un entrenador novato llamado Melvyn López Guillen que se estrenó con el Mauricio Báez en el baloncesto superior del Distrito Nacional. Ha llovido mucho desde entonces.

Frustración
A mitad de esa temporada la directiva del conjunto de Villa Juana quería cortarle la cabeza a López Guillen, por sus escasos resultados, y por supuesto, a la cabeza de los que tenían la guadaña en la mano estaba Heredia Castillo quien siempre ha considerado que la populosa institución comunitaria es el feudo familiar. Como lo dijo Nandy Rivas hace dos años: “Leo es el dueño del Mauricio Báez y sus hijos continuarán la obra”. Eligio Antonio –El Pai- Blanco Peña, quien en las décadas de los años de 1970 y 1980 entraba a los camerinos de los de azul y amarillo a arengar en contra de los equipos aburguesados ha llamado a este fenómeno “la dinastía Corporan”.

Para esa época (año 2000) tenía mi columna Basketmania en el vespertino de la San Martín, allí me invitó a escribir Rolando Guante y estuve 10 años, emprendí una campaña para que López Guillen, aún un barbilampiño, se mantuviera al frente del conjunto mauriciano. Si la memoria no me traiciona, el artículo de marras debió tener una fuerte orientación por parte de un servidor, que muchas veces, al igual que otros periodistas y en la actualidad de Ramón –El Teacher- Rodríguez, tenemos / teníamos que hacer un esfuerzo inaudito para mejorar el contenido de sus textos. Hasta ahí llega la hipocresía de “el niño culicagao de Villa Juana”, como él mismo se llama.

Mi viejo, que hace tiempo no está entre nosotros, tenía una frase muy fuerte para describir a las personas muy brutas: “ese tipo tiene un toto en el cerebro”.
Resignación

No tengo dudas que López Guillen es bruto, brutísimo; la torpeza dirigencial lo convierte en obtuso, niega los principios, aturde la inteligencia de los demás y permite el canibalismo dentro de la cancha; un alcornoque insolente con un ñame que le sirve de tarugo para bloquear decisiones positivas. Un dirigente de baloncesto tiene que tener vuelos, mover apropiadamente sus fichas, planificar y sugerir. A este se le han negado todas las calidades.

Que conste, en esta administración de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), López Guillen es el entrenador nacional y su cómplice José –Maita- Mercedes Del Rosario el encargado de selecciones nacionales. Ya lo he dicho otras veces, cuando este par, que desde siempre quiso asaltar las selecciones nacionales, le propusieron su libreto a Frank Herasme les respondió negativamente. Sólo un tipo con una mirada tan corta como Rafael Fernando Uribe Vásquez, también conocido bajo el alias de Rafelin, permitió este asalto al baloncesto nacional. ¡Todo un secuestro!

En esta etapa del torneo, donde el Mauricio Báez ha tenido cuatro refuerzos distintos detrás de Stanley Robinson, como segunda ficha importada, no dudo que López Guillen también esté empleando sus facilidades especulativas y manipulando nombres para integrarlos a la plantilla bajo su orientación. Esa es mi percepción. Sus estrechos vínculos con figuras del manejo de jugadores será siempre una espada de Damocles sobre su cabeza.

Hace tiempo que este entrenador se tatuó el signo de pesos en medio de sus ojos.

Repetición
Anoche (Mar.07.2016) Mauricio Báez cayó ante Los Prados en el inicio de su serie semi-final. La pizarra del Palacio de los Deportes se detuvo en 74-67. Los de Villa Juana habían dominado las acciones por 33 minutos, ganando la primera mitad 42 por 31.

Sin lugar a dudas la victoria de Víctor Hansen valoriza a su equipo, demostró que con paciencia y calma se alcanzan las metas y ello necesariamente tendrá que producir una reforma de proporciones decisivas en el planteamiento de los mauricianos.

En el cierre, los de Villa Juana se cayeron totalmente. Parece como si todo el mundo del baloncesto dominicano no se pinta alternativas y repite lo mismo una y otra vez. López Guillen cae en los mismos errores todos los días, Uribe Vásquez miente cada vez que abre la boca y por ahí anda Eduardo Najri diciendo que no sabe si volverá a la selección para el Centro-Basket; lo mismo por sexto año seguido.

Mientras Uribe Vásquez y Najri entiendan que se puede seguir esquilmando el baloncesto dominicano esa asociaicion malsana continuará.

The One Millon Dollar Man se desdibujó a la hora de la verdad, como siempre; tomó el balón y encaró el aro sin importarle el resto del quinteto. Ejecutó el mismo libreto de cada vez, cuando el juego se pone bueno y la mierda se le salió; en el lado defensivo, lo mismo, error tras error. Lo triste fue ver que su hermano también cargó con la repetición y pasó lo mismo.

¡Los súper-hombres del baloncesto dominicano!

Si estos muchachos no buscan alguien que los asesore psicológicamente terminarán bien rápido sus carreras. Es más, ningún entrenador que se respete volvería a incluir a Gerardo Suero en la selección nacional. A ese punto estamos.

Ahí debió entrar la racionalidad del entrenador, la coherencia, la sensatez, pero creo que se perdió en la autopista Duarte, de tantos viajes y llamadas a La Vega. Especuló, contempló, teorizó, encareció y continuó discurriendo hasta que el reloj se detuvo.
Soledad

Al final, en Villa Juana los enojos se multiplicaron. Quizás López Guillen esté cometiendo el delito de omisión maliciosa por sus relaciones comerciales no expuestas, quien pretende defenderse con un discurso de independencia frente a la gerencia y la presidencia de la entidad. Quien no durmió fue el hombre de todas las llaves, o por lo menos, de las que le entregó papá, César Leonardo Heredia Guerra.

Anoche más de un teléfono timbró muy lejos.

Engaño
Hay discrepancias entre los posibles nombres a integrar. Leito se opone a algunos, Chaguito propone importaciones novedosas, Boyón opina que quiere hombres con nombre y López Guillen llama a La Vega.

Mientras Leito quemó todas las historias tratando de borrar la existencia de otros nombres, no hay un personaje capaz de enlazar todas esas detestadas bocas.


¿Por cierto, por donde andará Saturnino Martínez?

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