martes, 20 de agosto de 2013

Pidiendo limosna


Había acordado una plática con el ingeniero Rafael Uribe Vásquez, presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), para Ago.19.2013, en ella me expondría sus diferencias sobre los diversos artículos que he publicado en mi página, agriodelimon.blogspot.com y que necesariamente tocan su gestión. Cada vez, desde tiempos inmemorables, que he asistido a las oficinas del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte lo he hecho alrededor de las 12:00 del día.

Rastros de Oscar Peguero
Una semana antes había recibido una llamada de su parte, la cual me vi en la necesidad de interrumpir ante una emergencia familiar, después de varios minutos de conversación. De acuerdo a lo acordado me presenté en sus oficinas, sin cita previa, pues según repitió infinidad de veces, ni siquiera necesitaba detenerme en la recepción para acceder al interior de la FEDOMBAL.

Más de uno apostaba a que no me presentaría, no voy a hablar de material colgante… otros señalaban que mi presencia allí, en caso de producirse, demostraría que soy un sinvergüenza (desvergonzado, fresco, descarado, caradura, golfo, ruin, bajo, tunante, bribón, granuja, cínico, descompuesto, arrabalero, insolente, procaz, desconsiderado, abellacado, bergante, canalla, chulo, desaprensivo, fullero, gamberro, inmoral, perdulario, pillo, rufián, truhán, vil) de marca mayor.

(Paréntesis… a los miembros de la Academia Dominicana de la Lengua que adornan estas páginas, en nuestra manera común de hablar, empleamos tanto sin vergüenza como sinvergüenza. La primera se refiere a la persona que no tiene timidez, ni miedo a cualquier situación –José afronta sin vergüenza su decepción amorosa- o se utiliza como frase de aliento que inspira valentía –ve a la entrevista sin vergüenza y con seguridad-; la segunda se usa como adjetivo calificativo: a la persona que habla u obra con atrevimiento y sin respeto hacia otra persona –eres un sinvergüenza al hablar mal de ella en su ausencia-, a la persona que tiene habilidad para engañar sin maldad y para no dejarse engañar – el muy sinvergüenza me ha cambiado su bicicleta por la mía sin que me diera cuenta, o a la persona que comete actos de delincuencia en beneficio propio, generalmente estafas y robos –esta banda de sinvergüenzas se llevaron todo el dinero del banco-).

Me trasladé, presto a escuchar al ingeniero Uribe Vásquez y su exposición. Apenas bajé del automóvil, miradas sorprendidas, estupefactas, al por mayor y en el ambiente un aire de hostilidad que se palpaba a leguas; la situación era pesada, sin viento como queriendo entrampar el instante como si fuera un zargazo. Corderos que se habían disfrazado de lobos de la noche a la mañana, gente que había sido dócil y sin una competitividad manifiesta estaban listas para emprenderla; no hay dudas que era esperado. Saludé a viejos amigos, como siempre, pero otros me ignoraron de pleno.

¡Aquel espectáculo era para la risa!


No había penetrado a la FEDOMBAL cuando se escucharon las primeras voces en mi contra; lo único que llegué a captar fue: “los enemigos de la nueva era”; como entiendo que a los hombres se les debe hablar de frente, cara a cara, mirándole a los ojos, mucho más en un ambiente tan reducido, no presté mayor atención.

Entré a las oficinas y la recepcionista me indicó que el ingeniero Uribe se acababa de retirar y no sabía en que momento retornaría. Le solicité que le diera el mensaje de que había estado por allí y que cualquier cosa el sabía donde localizarme.

A mi salida, el mismo escándalo. ¡La nueva era!

Por supuesto, añadiré también que las pasiones estaban enardecidas por el triunfo la noche antes del conjunto sub-17 en el Centro-Basket de la especialidad llevado a cabo en Caguas, Puerto Rico. Primera medalla dorada en el baloncesto menor en 30 años.

Aquello me recordó aquella turba organizada por Marino Vinicio Castillo Rodríguez, alias Vincho, cuando arremetió en la catedral de La Vega mientras oficiaba monseñor Francisco Panal Ramírez (según la tradición de la orden capuchina se llamaba fray Leopoldo María de Ubrique).
Allí, esa montaña invicta de moralidad, actual director del departamento de Ética del Gobierno Dominicano, con más de 80 años a cuestas, penetró en pleno acto litúrgico manejando un grupo de prostitutas borrachas, con sus carnes apenas cubiertas, pero toda esa turba “palera” fue sacada a bastonazos, paraguazos y golpes de Biblia por los feligreses.

Bernardo Vega, historiador dominicano, escribió: “a las 5:00 de la mañana, mientras Panal ofrecía una misa, un grupo de 50 mujeres irrumpieron en la catedral de La Vega. El Caribe dijo que se presumía que las mujeres eran prostitutas. Llegaron con merengues y el obispo suspendió la misa. Los letreros de las mujeres proclamaban su fidelidad a Trujillo”.

La escasa discreción de los empleados de FEDOMBAL no tardó en expresar que el ingeniero Uribe Vásquez se encontraba en las oficinas y no quiso recibirme.

Uribe Vásquez quiere que su paso por FEDOMBAL la institución deje de ser una entidad fallida. Cabe recordar que pese al medallero que se logró entre los años 2008 y 2011, la misma reconoció en el IV Congreso de la FEDOMBAL celebrado en uno de los salones del Club Mauricio Báez, en diciembre del 2011, no había desarrollado ninguno de los programas pautados en el anterior conclave.

Andrés L. Mateo, laureado escritor dominicano, escribió: “el salchichón, eso que ahora llaman "salami", alguna vez tuvo unos gorditos de grasa de cerdo, y ¡aunque usted no lo crea!, tenía carne. Eso que ahora comemos llamado "salami" no ha visto un cerdo ni siquiera en una foto de la Enciclopedia Británica. El "salami" es una mezcla de algo que denominan MDM, una pasta que brota de los desechos de pollo, de las grandes granjas, mecánicamente deshuesados. Aparte de que sus componentes proteínicos están por debajo de la norma, el nitrato y el nitrito que contiene, más los coliformes fecales, están por encima del límite promedio. ¡Aquella batalla del "salami" la perdió el pueblo dominicano! Pero como lección de historia lo bueno es recordar que antes le llamábamos salchichón, y que traía unos gorditos de grasa de cerdo, y tenía carne”. 

Una entidad fallida, en un país fallido, es un fardo grande para cargar. Para tomar los correctivos se necesitan muchas agallas. Observando a la FEDOMBAL usted puede ver de manera transparente que se están haciendo cosas de relumbrón; mucha prensa, muchos anuncios, muchos acuerdos, pero de trabajo en la base nada. No hay programas, no hay evaluaciones, no hay seguimiento, no hay organización. Torneos puestos sobre las páginas de los diarios para impresionar, sin ninguna lógica. ¿Y los precios?, ¿el valor?... todo muy caro, muy caro.

Volviendo a Mateo: “la vaca es un mamífero de cuatro patas, rumiante perteneciente a los bóvidos, con dos cuernos y ubres de dimensiones considerables. Es la muy famosa consorte del toro, e históricamente la humanidad ha aprovechado sus carnes y su leche. Ese perlino líquido de la vaca es un alimento fundamental, y antes se vendía en botellas, o en bidones, y la gente lo hervía en su casa hasta que se hacía la nata. Los jóvenes de ahora no conocen la “nata”, porque ya no se vende leche, sino unas soluciones lácteas en polvo que han sustituido casi por completo al perlino líquido de la consorte del toro. Como el "salami", la leche que consumen los dominicanos es solo una ilusión, una figuración de lo que dice ser el etiquetado. Porque, si en el "salami" no hay carne, en la leche en polvo que nos venden, la consorte del toro ha puesto muy poco. 

Desde ya sacaré a algunas personas de mi vida lo que no significa que las odie, solo significa que me respeto, pues como dice el poeta: “la lección de la historia es que, en República Dominicana, las cosas no son lo que parecen; y que quienes tienen que defender al pueblo se pliegan a los poderes fácticos del comercio”.


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