sábado, 10 de octubre de 2020

¿Se esfumará a El Astuto de la faz del globo terráqueo?

Octubre 10 del 2020

 

«Amigos de aquí y de allá», diría Simón Alfonso Pemberton… qué por cierto, en estos días de tantas rasgaduras de vestimentas, ¿por qué no se menciona para el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano?... para entrar en materia temprano, repitamos todos: ¡Leo Corporán es un maipiolo!... ¡Leo Corporán es un maipiolo!... ¡Leo Corporán es un maipiolo!...

Junior Antonio Arias Noboa

Después de muchos anuncios, esperas que se hacían infinitas, parecía que el tiempo se suspendía en el aire, y cada situación alrededor de la instalación al borde de la avenida Ortega y Gasset era una puñalada hartera, la Federación Dominicana de Esgrima (FEDOMES) celebrará su asamblea eleccionaria este Oct.10.2020, de ahí deberán surgir nuevas autoridades. Para observar algo tan insignificante, pero al mismo tiempo tan turbio, la Federación Internacional de Esgrima dispuso que la búlgara Velichka Hristeva, esté presente en las oficinas del Comité Olímpico Dominicano… ¡cuántos lodos!... ¡cuánta basura!... y nadie fue capaz de no ensuciarse. 

Junior Antonio Arias Noboa (El Astuto) ha presidido aquello desde el año 2008, se ha pasado como miembro del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Dominicano (COD), intentó escalar la primera posición de ese organismo, en ese círculo tan nebuloso, un pecado capital; ha sido vice-ministro de Deportes por un espacio de tiempo muy dilatado, sin una hoja de vida que le acompañe, pero en este país bastaba y sobraba con ser miembro de ese peledeísmo que todos aspiramos se lo trague la tierra, y por lo menos, hasta Ago.16.2020 recibía un salario de privilegios sólo por estar asignado al despacho de Danilo Darío Díaz Vizcaíno, quizás para no hacer nada; quizás para magnificar chismes; y quien sabe cuántos favores perversos más; también lo fue con Jaime David Fernández Mirabel, y con Felipe Payano, El Jey.

«Veterano, mete la manita… la manita limpiecita, saca el numerito… el numerito con la manita bien limpiecita»… cantaba el doctor Pildorin (Radhamés Sepúlveda Mota), en sus concursos vespertinos, los sábados, en Radio Santo Domingo Televisión (RTVD).

Rossy Félix

Abro paréntesis… en un artículo aparecido en Diario Libre, fechado Mar.02.2013 asoma: «tiempos hubo en que el buen decir fue una norma en quienes laboraban en la televisión dominicana. De la legión de buenos hablantes que hizo carrera en los predios de La Voz Dominicana -que es, sin dudas, el referente obligado- unos más, otros menos, todos buscaban en el buen uso de la palabra el medio idóneo para comunicar al usuario en blanco y negro de la entonces "caja chica" criolla, lo que sus roles estaban llamados a cumplir en aquel entorno de profesionalismo que no ha conocido igual en los tiempos posteriores a la dictadura».  

«Casi todos los integrantes de aquel grupo, abiertos los cerrojos de aquella época de oprobio, fecunda empero en la forja de estos bienhablantes, escuela por cierto en la que se formó José Francisco Peña Gómez, se sobrepusieron a la época y se instalaron en los tiempos nuevos de libertad con la simpatía abierta de una población que los admiraba. Éramos muy jóvenes aún, imberbes absolutos, pero sus ejercicios parlatorios quedaron grabados en la memoria, por siempre. Los nombres son muchos: Bruno Pimentel, Jaime López Brache, Luis Acosta Tejeda, Francisco Grullón Cordero, María Cristina Camilo, Homero León Díaz, Osvaldo Cepeda y Cepeda, entre otros más. Hasta Pildorín, Radhamés Sepúlveda por nombre, destinado a la chanza y al gracejo, se expresaba con absoluta corrección. Pero, entre todos, constituía clase aparte Ramón Rivera Batista, el verbo hecho persona, encarnado en la voz lúcida y precisa de un glorificador de la palabra hablada».

Velichka Hristeva

«Rivera Batista, a quien nunca conocí personalmente, era una escuela. Aunque estemos convencidos de que hay algo de don, de virtud, en el buen uso de la palabra, como lo es también de la escritura, la formación y el ejercicio contribuyen de modo fundamental a elevar y sostener ese talento. Rivera Batista sabía buscar la palabra precisa, y la encontraba con tenaz desenvoltura, porque indudablemente era lector y tenía por tanto la habilidad de pasar páginas a la izquierda. En aquella pléyade de constructores de la palabra hablada, Rivera Batista sobresalía, y se instalaba como el supremo. Era una fiesta escucharlo, y aún los que de estas cosas no son duchos quedaban arrobados por aquel verbo tronante que irrumpía en los monitores de la televisión con gracia desbordante». Cerré el paréntesis, que se tornó amplio.

De un movimiento que denominó Galleros con Leonel y que después derivó en Galleros con Danilo se transformó en un mártir del deporte dominicano, al punto que Luis Rafael Mejía Oviedo, Luisin, en su calidad de presidente del COD le entregó la jefatura de la delegación dominicana que asistió a los Juegos Olímpicos del año 2016.

No es un mártir cualquiera este Arias Noboa, trasudado, y acongojado, resistiéndose a llamar a un confesor. No se sabe si viviendo un martirologio, o imponiendo el suyo a terceros, digno de aparecer en una versión actualizada de Año Virgineo cuyos días son finezas de la gran Reina del Cielo María Santísima escrito por el pavorde Esteban Dolz del Castellar (1653-1726). (Pavorde, palabra que seguro Arias Noboa estará añadiendo a su absurdo léxico, también paborde, pabordre, pabordo o pabort, en latín, praepositum, «antepuesto», de ponere, «colocar», era un administrador general del Capítulo de canónigos.​​​ También es la denominación específica que recibe el prepósito eclesiástico en ciertas comunidades religiosas). 

¿Bajo qué concepto se le entregó a Arias Noboa responsabilidades, y cuales cualidades han adornado alguna vez a este mequetrefe para tales glorias?... allí en Rio de Janeiro, mientras escuchaba alguna samba y sentía el dulce espíritu de las caipirinha, la cachaça hizo rebrotar sus escondidas y diabólicas virtudes; resultó ser un absoluto y tumultuoso fracaso; de manera expedita brotó la imperiosa necesidad de que Nelson José Ramírez asumiera el mando de manera ejecutiva. No valió que Manolito Jiménez, ni Rafaelito Martínez, uno fotógrafo y el otro redactor del vespertino El Nacional, presentes en esos Juegos Olímpicos, intentaran seducirlo con un aguacate transformado en batido.

Meses antes, Arias Noboa se había revelado contra la misma cúpula de la que formaba parte. ¿Qué pecados amenazó con revelar?... ¿por qué ese espantajo descomedido e insolente creo tanto espanto?... el suficiente para callar momentáneamente esa bocina soez e irreverente... ¡la respuesta sólo, la tiene Luisin!... ¿de qué tropelías y complicidades está al tanto Arias Noboa que el público del deporte dominicano no conoce?... ¿alguna vez sabremos el por qué nuestra primera clasificada en la disciplina a una cita olímpica fue bajada del avión, graciosamente, en Panamá?... ¿por qué la defensa de Rossy Félix resultó inexistente?... sin ningún hipotético acto de salvaguardia, sin pudor ninguno él mismo se cargó a la que todos entendemos era la mejor exponente de la disciplina en ese instante.

 ¿Hubo cocoricamo en el istmo?... a ver, repitan conmigo: ¿hubo cocoricamo en el istmo?... ¿hubo cocoricamo en el istmo?... ¿faltaría a la verdad si repito: ¡hubo concoricamo en el istmo!?

 A finales de julio del cursante 2020, Arias Noboa tiró la toalla, pretendiendo salvarse ante las disposiciones del COD, que después de todo, serán poco relevantes, y posiblemente perdonen a esta versión de muñeco diabólico que ha pretendido envolverse en un léxico malamente empujado al más castizo castellano; hasta ahí hizo aguas.

Rubén Javier García Bonilla

Llegan los concurrentes a los salones del COD y estoy seguro que los recibirá la fantasmagórica estampa de Silvio Paulino… procedida la exhumación, volverá a replicarnos sus más recordadas frases: «hombres por los aires, golpes mortales, patadas voladoras, trompadas, sillazos, machetazos, mordidas, trapitos que se sacan al sol, vestimentas que descosen sus para aparentar lo que no es; chismes enristrados en un sable; afiladas mentiras en un florete, siniestros e hipócritas disfraces almacenados en una espada».

Arias Noboa no acepta dar un paso al costado y se mantiene como aspirante a presidir aquello, al menos un periodo más; esgrima recibe una subvención del Estado Dominicano, y presumimos que los gastos han de ser escasos, y los haberes sustanciosos. Tendrá la oposición de Luis Bernardo Ciprian Saro, romanense; la comisión electoral estará presidida por Nelson José Ramírez, miembro del Comité Ejecutivo del COD, quien para mi es inobjetable, y llevara además a William Ozuna, presidente de la Federación Dominicana de Levantamiento de Pesas (FEDOMPESA), y Rubén Javier García Bonilla, hasta prueba en contrario, uno de los “purrucos” de Bienvenido Solano, el zar del boxeo.

Está tan escasamente difundida la actividad que solo tiene representaciones, y habría que observarlas con lupas y linternas, en la provincia Santo Domingo, San Pedro de Macorís, La Romana, La Vega, San Francisco de Macorís, Hermanas Mirabal, Santiago, Samaná, Elías Piña, San Juan de la Maguana, Azua y Puerto Plata… ¡demasiado ruido para tan poquita cosa!... 12 de 32, ¿no debería ser parte del trabajo de FEDOMES la difusión, la expansión, y el desarrollo de la disciplina?... ¿dónde está el trabajo de Arias Noboa y sus secuaces?... ¿ha pasado más tiempo del debido rascándose las pelotas que cumpliendo sus responsabilidades?

Para satisfacción de todos, Junior Antonio Arias Noboa, ahí, delante de todos, debería sacar una daga de su vestimenta y hacerse un seppuku, ritual de suicidio japonés por desentrañamiento. El seppuku es parte del bushidō, el código ético de los guerreros japoneses (samuráis), y se realizaba de forma voluntaria para morir con honor en lugar de caer en manos del enemigo y ser torturado, o para expiar un fallo al código del honor, o bien como una forma de pena capital para aquellos que habían cometido serias ofensas o se habían deshonrado. La ceremonia del seppuku es parte de un ritual más elaborado que se realiza generalmente delante de espectadores clavándose un arma corta en el abdomen, tradicionalmente un tantō, y realizando un corte de izquierda a derecha.

El ritual completo que debería Arias Noboa de “el necesario material colgante” y practicárselo, y aquí le dejo las instrucciones, antes de clavarse el tantō por el lado izquierdo con el filo hacia la derecha, cortar hacia la derecha firmemente y volver al centro para terminar con un corte vertical hasta casi el esternón. Previamente a ejecutar el seppuku, debe embicarse un botellita de Brugal, Carta Real o el ron de su preferencia, porque no tendrá la elegancia de tomar sake , ni como los japoneses componer un último poema de despedida llamado zeppitsu o yuigon, casi siempre sobre el dorso del tessen o abanico de guerra.

En el fatídico momento, deberá situarse de rodillas en la posición seiza, se abrirá la camisa, porque kimono no tendrá, se meterá las mangas de la camisa bajo las rodillas, para impedir que su cuerpo caiga indecorosamente hacia atrás, envolverá cuidadosamente la hoja del tantō (daga de unos 20 a 30 centímetros de longitud) en papel de sanitario, porque la originalidad de un papel de arroz, es demasiado para sus sentidos; porque los japoneses consideraban que morir con las manos cubiertas de sangre era considerado deshonroso, y acto seguido procederá a clavarse la daga en el abdomen. No se muere instantáneamente, se sufría una agonía de varias horas, observando su propio paquete intestinal desparramado, y solicitará entonces que uno de sus íntimos que lo decapite; bien podría ser Mejía Oviedo, su enconado opositor Gilberto Soriano Román, representante de un grupúsculo bautizado con el nombre de Confraternidad Esgrimista, su abogado Tomás Castro, y quien gustosamente no lo dudaría, Roberto Ramírez, un sujeto que nadie realmente sabe cómo se llama, porque dispone de cientos de guarismos para esconder su identidad, presidente de un mamotreto, aceptado por el COD, llamado Federación Dominicana de Clubes (FEDOCLUBES).


En su cuenta de Twitter, Soriano Román, militar, abogado, productor radial, y coincidente con Arias Noboa en el despacho de Payano, cuando este era ministro de Deportes, parece pretender que se le reconozca como un querubín bajado de los cielos más prístinos; adorna la misma con una fotografía, con dos hermosas damas, que no conozco, pero también con José Joaquín Puello Herrera, eminente médico dominicano, pasado presidente del Comité Olímpico Dominicano, presidente ad-vitan del COD; Tony Piña Campora, comerciante, historiador deportivo; José P. Monegro, director del matutino El Día, Felipe Payano, El Jey, pasado ministro de Deportes y Recreación; y Persio Maldonado, director del matutino El Nuevo Diario, y presidente de la Federación Dominicana de Tenis, entre otros. 

¿Estará buscando Soriano Román que muchos le impongan los santos oleos para también estar en el pastel del mundillo deportivo, ampliamente bendecido?

Aunque nadie lo dirá jamás, el doctor Puello Herrera es el autor y único responsable de toda esta madeja siniestra que se enquistó en el COD, verdaderos perros de presas, llenos de manchas de todo tipo, pero suficientes para mantener la hegemonía de la institución; en su momento se hizo acompañar de gente como Mejía Oviedo, Domingo Bienvenido Solano, Nelly Manuel Doñé, Luis Elpidio Cumba, Ramón Alexis García, Antonio Acosta Corletto, Colin, Osiris Guzmán Delgado, y tuvo, como tiene Mejía Oviedo como vocero oficioso a Leonardo de Jesús Heredia Castillo, también conocido por el mote de Leo Corporán, editor deportivo de El Nacional.

Respóndame con toda honestidad: ¿usted dejaría la formación de sus hijos a cargos de estos santos?... si no quiere responder, que es su santísimo derecho, observe la calidad de sus propios hijos.

Arias Noboa exhibe ahora como su defensor a Tomas Castro Monegro, y quien recientemente denunció a la cúpula del COD en un video que no deja de ser interesante, muchas verdades en un mismo espacio. Ahora, también yo le preguntaría a Castro Monegro: ¿el serafín que usted defiende está exento de esas tropelías?

En sus denuncias Castro Monegro señala Heredia Castillo, El Niño Culicagao de Villa Juana, le llamó para pedirle que bajara los ánimos frente a Mejía Oviedo, replica de lo que siempre hace, servir de celestina… para que nos entendamos mejor, maipiolo se dice en Villa Juana (léase en dominicano de República Dominicana: persona que trabaja en lugares de libertinaje [cabaret], de poquísima formación, cuya función es la de dar los mandao a los cueros de los tigueres).

A ver, repitamos todos: ¡Leo Corporán es un maipiolo!... ¡Leo Corporán es un maipiolo!... ¡Leo Corporán es un maipiolo!... que conste, no lo dije yo; en palabras más edulcorados lo señaló discretamente el abogado Castro Monegro.

Más allá de nuevas cuchilladas al deporte dominicano, no espero ni siquiera decencia ahí.

Particularmente, a Arias Noboa si le deseo: «que te atropelle un carro, que te parta un rayo, y te deje tan chamuscado que resulte irreconocible; que te espiche un tren, que te despedacen los perros de Zoe Saldaña, mi vecinita en Los Prados, en las escenas finales de Colombiana, que te lleve el diablo».

Manuel Antonio Rodríguez

Encima que aparezca en El Informador Policiaco y escuche a Rodriguito (Manuel Antonio Rodríguez, cibaeño como yo: Sep.17.1911 en Santiago; Dic.30.1974) diciendo: «en un trágico accidente camino a la ciudad de Azua de Compostela perdió la vida el mentado Junior Antonio Arias Noboa; hubo que recogerlo con cucharas… y cuando reunieron todos sus desperdicios no se encontró la masa encefálica… ¡porque no tenía!... aún así, la vida no se detiene prosigue su agitado curso».

A Castro le sugeriría buscara el escrito La Hermenéutica del Mamagüebo, disponible en Google, y ahí encontrará la perfecta definición de su defendido. ¿Que por qué mi certera descripción sobre esa basura con ribetes olímpicos?... la respuesta la tiene el mismo Arias Noboa.

 

 

 

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