lunes, 27 de agosto de 2018


Manu convertido en leyenda expedita; estrella en el lugar en donde las estrellas parecían de otro mundo

Agosto 27 del 2018


Por momentos pensé que Emanuel David Ginóbili (Jul.28.1977 en Bahía Blanca) sería eterno, o por lo menos hasta que Gregg Popovich estuviera en el banquillo de San Antonio Spurs; en la tarde de este Ago.27.2018 anunció que dejaba las duelas para siempre, exactamente 14 años después de la victoria argentina ante el Dream Team en los Juegos Olímpicos de Atenas. La noticia nos golpeó; plantó para siempre las posibilidades de volver a mirar al genio de la calle Vergara.


Para los que lo hemos seguido, una puñalada directa al corazón. Dejó una nota muy emotiva como para certificarnos aquello: "con una gran mezcla de emociones, les cuento que decidí retirarme del básquet. Enorme gratitud para mi familia, amigos, compañeros, DTs (directores técnicos), staff, aficionados y todos los que fueron parte de mi vida en estos 23 años. Fue un viaje fabuloso, que superó cualquier tipo de sueños. Gracias".

El San Antonio Express-News no dudó en señalar: “al atleta más querido en toda la historia deportiva de la ciudad, quien ayudó a los Spurs a conquistar cuatro de sus cinco títulos (2003, en su primera temporada allí, 2005, escogido MVP de las Finales, 2007 y 2014,) con su ortodoxo e impredecible juego”. Conste, esa casaca ha sido vestida por David Robinson, Tim Duncan, George Gervin, Tony Parker (aún activo), Artis Gilmore, James Silas, LaMarcus Aldridge (aún activo), Bruce Bowen, Johnny Moore y Sean Elliott.

En uno de sus primeros entrenamientos Popovich le gritó al recién llegado jugador: “Manu, ¿por qué haces eso, qué eres?”, a lo que respondió: “soy Manu, esto es lo que hago”. Un competidor de enormes proporciones, un pilar en la organización de San Antonio, sin quizás la franquicia de mercado pequeño más respetada en el deporte profesional.

La Confederación Argentina de Baloncesto (CABB) lanzó de inmediato una nota que también confirmaba la partida: “impacta, llena de nostalgia y hasta duele. Pero el paso del tiempo es inevitable para todos, y algún día iba a llegar eso difícil de aceptar”. Agregaba: “la despedida del máximo exponente de la historia, y sin dudas, la de uno de los deportistas más grandes de todos los tiempos en nuestro país, con su nombre totalmente instalado en el Olimpo de las leyendas”.


En octubre del 2002 escribí en El Nacional, poco antes de su debut, que llegaba a la NBA un jugador que impactaría, que nos pondría a soñar, que terminaría siendo genio y figura, y no defraudó. Manu dejó demostrado que jamás hay que rendirse, que hay que ir tras los sueños. Su primera prueba fue en Oct. 29.2002 frente a Los Angeles Lakers y Kobe Bryant; sumó 10 puntos y los Spurs ganaron como visitantes, amen de algunas conversaciones en italiano entre el ya estelar de los Lakers y el novato. Lo demás es historia.

Rasgueé aquellos párrafos verdadera pasión, conocía de donde venía, había pisado las canchas donde jugó, quizás me encontré con él en las calles de Bahía Blanca, cuando todavía era anónimo, y mis charlas se hacían eternas.

Conversaciones con Carlos –Tite- Boismené (director técnico de la selección argentina para el Mundial de 1990, Abr.06.1938 en Bahía Blanca; Ago.11.2017 en Bahía Blanca), Alberto Pedro –Beto- Cabrera (Dic.16.1945 en Bahía Blanca; Ago.12.2000 en Bahía Blanca), Rubén –El Conde- Coleffi (falleció Jul.14.2015 a los 81 años de edad), Néstor Rafael García, Rodolfo Américo –Pajarito- Gómez (uno de los mejores y más pintorescos árbitros de baloncesto, falleció en el 2001), Miguel Ángel –Picho- Mazza (co-director de Encestando; falleció en Ago.08.2000 en Bahía Blanca), Juan Carlos Meschini, Hernán Montenegro, Enrique –Quique- Nocent (editor de la sección de deportes de La Nueva Provincia por más de 30 años, y co-director de Encestando; falleció en Ago.18.2014 a los 77 años), Guillermo Rueda, Rafael Emilio Santiago (Sep.07.1942 en Ingeniero White, puerto de Bahía Blanca), colocados todos por orden alfabético, pero El Pibe de 40 nos puso a tocar el cielo con las manos.


Antes de que Manu se convirtiera en el máximo exponente del baloncesto argentino Cabrera, también bahiense, era la bandera deportiva más representativa de la ciudad y por más de 20 años referente inmediato del máximo nivel. Precisamente Santiago señaló de Ginóbili en una entrevista para FM Sonidos, 102.3, de Guatrache, La Pampa: “para su nivel de excelencia, es un tipo de una normalidad que asusta. Un tipo convencional, serio. No se tiñe, no se tatúa, no hace pavadas, no se emborracha, nunca está sospechado de nada. El yerno ideal. Todos esos negros grandotes de Estados Unidos que se burlaban del mundo en Río de Janeiro hicieron fila para abrazarlo. Yo, si era mi hijo, me largaba a llorar en ese mismo instante. Creo que en Bahía hemos sido medio mezquinos con Manu. Como es contemporáneo, no lo dimensionamos en su justa medida”.

Más allá de Beto llegan otras comparaciones más audaces con los mitos del deporte albiceleste: Oscar Natalio –Ringo- Bonavena, Roberto De Vicenzo, Juan Manuel Del Potro, Alfredo Di Stéfano, Juan Manuel Fangio, Helenio Herrera Gavilán, Nicolino Felipe Locche (saludos especiales a Carlos Nina Gómez), Diego Maradona, Lionel Messi, Carlos Monzón, Pascual Pérez y Guillermo Vilas. Si incluimos a las damas hay que colocar también a Luciana Paula Aymar y Gabriela Beatriz Sabatini.


Andrés Noccioni le señaló al periodista Juan Morenilla (El País, Dic.26.2014): “es el complemento perfecto de jugador. Combina muy bien lo que es talento individual con lo que le da al grupo, y tiene una personalidad ganadora que ha demostrado con los años. Referencia y espejo para la juventud. Es un gran ejemplo de persona. Significa mucho en la Argentina. Lo que opina tiene mucho peso ahí. El secreto de esta generación es constancia, trabajo, buenos hábitos, cosas que tratamos de implementar en la generación dorada. Tenemos un físico que puede durar más tiempo. Y mentalidad ganadora”. En el mismo trabajo Julio César Lamas, pasado técnico nacional argentino, apuntó: “inteligencia, amor al juego y mentalidad competitiva. Esos son los motores fundamentales de Manu. La inteligencia para conocer el juego como lo conoce, a la perfección. Manu juega al ajedrez. Parece que siempre esté dos movimientos por delante de los demás, parece que haya visto el partido antes y sepa lo que va a pasar. Y conoce el juego colectivamente, como un todo. Manu ama el juego, ama competir, siente esa adrenalina. Los momentos importantes los disfruta, desea vivirlos. Nos enorgullece por su educación. Siempre ha hecho quedar bien a los argentinos y al baloncesto”.

También a Morenilla el alero Luis Scola le manifestó: “me cuesta definir a Manu como jugador porque es en este punto de mi vida más amigo que compañero. Mi relación con él sobrepasó la simple relación de compañero de equipo y nos unen cosas mucho más importantes. Lo más importante es su cabeza. Tiene una cabeza especial. Ve las cosas de una manera muy clara, muy correcta, muy sana. Trabaja de una manera enorme y eso sumado a un talento espectacular hace que sea el jugador y el líder positivo que es. Su cabeza es lo que le pone arriba… Esta generación creció junta, con Manu como emblema, y con otros muchos jugadores importantes para que estos años estemos en la élite mundial”.


Los números que acumuló siempre estarán ahí, pero no los intangibles. 1,275 partidos en total, 1,057 en temporada regular y 218 en play-offs, octavo jugador de la historia con más encuentros en la post-temporada. Reunió 17,097 puntos, 4,571 rebotes y 4,828 asistencias. Elegido una vez como el Mejor Sexto Hombre, participó en dos Juegos de las Estrellas y quedó seleccionado dos veces en el tercer mejor equipo de una temporada.

Antes, en 1995 debutó en la Liga Nacional Argentina con Andino de La Rioja (Sep.19.1995) de la mano de Oscar –Huevo- Sánchez, un año allí, dos con Estudiantes de Bahía Blanca y a volar rumbo a Italia para sumarse al Viola Reggio Calabria. En la temporada 1998-99 interviene en 35 juegos, todos como iniciador, promediando 17.9 puntos, 2.8 rebotes y 1.5 asistencias, marcó el 61.4 por ciento de sus lances validos para dos, 35.7 por ciento de sus aventuras detrás del arco y el 78,3 por ciento desde la línea (sus compañeros fueron entre otros Brent Scott, Brian Oliver, Sydney Johnson, Christian Welp, Jeff Nordgaard, Alessandro Santoro, Sebastiano Grasoo, Cristiano Grappasonni, bajo la dirección de Gaetano Gebbia). En la estación siguiente, 38 juegos, 17.8 puntos, 3.4 rebotes y 2.4 asistencias, alcanzó el 55.4 por ciento en sus intentos de dos, 36.2 por ciento desde las profundidades y 72.0 por ciento desde la línea (repitió Gebbia como entrenador y continuaron Santoro, Oliver, Grasoo, Grappasonni, se incorporaron Alejandro Montecchia, Brian Shorter, el centro Marc M’Bahia y el también centro Kevin Thompson).

Pasó en el 2000-01 al Virtus Pallacanestro Bologna donde disputó 43 jornadas, 16.0 enteros, 4.5 rebotes y 2.4 asistencias, convirtió 60.5 por ciento de sus disparos de dos, 36.3 por ciento de sus lances de tres, y 73.1 por ciento desde la línea (compartió estelaridad con Marko Jaric, Rashard Griffith, Antoine Rigaudeau, Alessandro Abbio, Matjaz Smodis y Hugo Sconochini). En el 2001-02, también con el Bologna disputó otros 42 encuentros, dejando medias de 19.9 tantos, 3.8 rebotes y 2.2 asistencias, mientras alcanzaba el 59.0 por ciento desde el campo, 38.3 por ciento desde detrás del arco y 73.4 por ciento desde la línea (repitieron Jaric, Griffith, Rigaudeau, Abbio y Smodis, llegando Sani Becirovic y Antonio Granger).


Dos Copas de Italia, (en el 2000-01 superando al Pesaro con marcador de 83-58 y el año siguiente al Montepaschi Siena por 79-77) una Liga Uno (estación 2000-01 batiendo en la final a la Fortitudo) y una Euro-Liga  (imponiéndose en la campaña 2000-01 al TAU-Vitoria, dejando el duelo con una diferencia de 3-2 y se llevó el título al MVP). En ambas ocasiones el entrenador fue Ettore Messina (Sep.30.1959 en Catania).

Elegido en el draft de 1999, perdiéndose en los últimos pick de la segunda ronda, llegó, convenció y se estableció. Como dice el comunicado de la CABB: “creció, se hizo figura y terminó haciendo cotidiano lo maravilloso. Manu fue estrella en el lugar en donde las estrellas parecían de otro mundo”. 

Es el único jugador junto con Bill Bradley (William Warren Bradley, Jul.28.1943 en Crystal City, Missouri; senador por el estado de New Jersey de Ene.03.1979 a Ene.03.1997) en haber ganado un oro olímpico (1964 en Tokio / 2004 en Atenas), un anillo de la NBA (197’, 1973 / 2003, 2005, 2007, 2014) y una Euro-Liga (1966 / 2001).

Bradley residió en algún momento en República Dominicana.

El bahiense debutó con la selección argentina en 1998. Partió con el equipo nacional  en el Mundial de Grecia 1998 y se despidió como héroe en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 bajo un manto de reconocimiento mundial por su compromiso, entrega, valores y voracidad competitiva; pasaron 104 partidos oficiales y 1,588 puntos anotados. Un subcampeonato Mundial (Indianapolis 2002) y un oro (2004) y bronce olímpico (2008).

Ginóbili no llegó a jugar en República Dominicana para los partidos de exhibición en el 1997 (San Pedro de Macorís, Club Mauricio Báez y San Francisco de Macorís), camino al Sudamericano de Maracaibo, estaba ya en la mira del entrenador Lamas, pero no se le consideró por su juventud. Para el Pre-Mundial del año 2005 renunció a la selección de Sergio Hernández (primera experiencia del técnico con el seleccionado), pero todos los días estaba al corriente de lo que sucedía en el Palacio de los Deportes de Santo Domingo. En el marco del Baloncesto Sin Fronteras del 2005 celebrado en Buenos Aires, mi hijo mayor con apenas 16 años, le recriminó su ausencia.

En los primeros años de los Titanes de Santo Domingo, le sugerí a su gerente el periodista Alberto Rodríguez Mella, que tenía en ese entonces como asistente a un incordio Munir Dagher Saud (pretendiendo cuestionar todas las indicaciones), la contratación del entrenador Luis Alberto Oroño (Nov.12.1955 en Rosario), en una de mis escasísimas mediaciones frente a equipos de la Liga Nacional de Baloncesto (LNB). Aquello no prosperó.

Como cada quien se guarda sus mejores cartas, Oroño es el suegro de Ginóbili y por lo general el yerno asiste a los eventos donde interviene como técnico, aquel que también fue uno de los grandes jugadores de baloncesto de toda Argentina, definido como virtuoso: miembro incombustible de la selección albiceleste (estuvo trece años defendiendo los colores gauchos) y que integró el equipo que en 1988 bajo la dirección de Flor Meléndez venció al equipo de Estados Unidos en el Mundial de ese año, junto a Diego Maggi, Sergio Daniel Aispurúa, Miguel Alberto Cortijo, Carlos Eduardo Romano, Esteban Camisassa, Gabriel Milovich, Sebastián Uranga, Héctor Oscar Campana, Marcelo Gustavo Milanesio, Hernán Abel Montenegro y Fernando Borcel.


Para los Titanes, que han sido el equipo más problemático de la LNB hubiera sido de gran estímulo la presencia de una figura de primer orden en todo el globo terráqueo para sus aspectos de cara a la colectividad. Ellos se lo perdieron.

Con la confirmación de su partida, Manu no podrá alcanzar a su temporada número 17 con San Antonio, lo que lo habría convertido como el segundo jugador en actividad con más campañas de fidelidad absoluta, sólo por detrás de Dirk Nowitzki, quien arregló seguir un año más con Dallas Mavericks, el equipo en el que desarrolló toda su carrera en Estados Unidos. El alemán lleva 20 años jugando allí y va por uno más, récord en la NBA.

Se nos va Obi Wan Ginóbili, ya no veremos a Manudona​ sobre las duelas. Miguel Ángel Romano no estará para reeditarnos y ampliarnos su Dos veces 10, Manu Ginóbili (ISBN 9789871181445), pero esperaré nuevas biografías de la mano de mis amigos Alejandro Pérez, Marcelo Nogueira o cualquiera de los nuevos valores de la crónica deportiva argentina.


El sitio Uproxx anunció la partida de "la leyenda de los Spurs" y resaltó: "la partida de Ginóbili significa que se va otro pedazo de la dinastía de los Spurs". The Washington Post describió al argentino como "el escolta zurdo de rápidos movimientos y lanzamientos seguros". "Su carrera estuvo llena de momentos increíbles desde el principio hasta el final", destacó el portal SB Nation. Zito Madu, columnista de ese medio, escribió que "fue mágico hasta el final", en un texto titulado: "Todos clamen a Manu Ginóbili, el dios del engaño de la NBA".

Shams Charania, técnico especializado de The Athletic que cubre la NBA disparó: “San Antonio Spurs legend Manu Ginobili has retired from the NBA. Hall of Famer”.

¡Estoy de acuerdo!


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