martes, 28 de agosto de 2018


El pibe que nadie vio venir pero al que vieron irse todos

Agosto 28 del 2018


Anoche una veterana periodista anunció el retiro de de Manu Ginóbili en la televisión dominicana y las dos veces que pronunció el apellido del bahiense se equivocó, la primera vez dijo Enmanu Ginolobi; se le volvió a enredar la lengua para repetirnos Ginolobi. Pero la muestra total de irreverencia fue la encuesta que colocó Jonathan Tiburcio en su cuenta de Twitter: “¿Manu Ginóbili fue un “grande” de la NBA?”… cuando leí aquello, con ese grande entrecomillado, pensé en llamar al 911. Imaginé que se me bloqueaban los vasos sanguíneos cercanos al corazón, se formaban placas de grasa o algún coágulo, impidiendo el paso de la sangre y provocando la muerte de células cardiacas. 

También me llamó enormemente la atención que el matutino Hoy en su edición de la fecha no participó el retiro del baloncelista argentino, diferente a todos los demás de su especie, pues Listín Diario, El Caribe, Diario Libre, El Día si incluyeron la nota. Los de la San Martín se decantaron por un insulso análisis sobre Houston Rockets de la autoria de Jeffry Nolasco (tres cuartos de página; 311 palabras, 1,806 caracteres incluyendo espacios) y el anuncio de que Simon Lizardo, director del Banco de Reservas había recibido a los Reales de La Vega, campeones de la LNB (media página; 329 palabras, 2,020 caracteres incluyendo espacios). Hoy incluyó un cable de Prensa Asociada, después del mediodía, donde anunciaba el retiro de Ginóbili.

De todas formas aprovecharé para llamar al cardiólogo de las dos “r” y las dos “t” para que revise mi peso, presión arterial, índices de azúcar corporal y colesterol. ¡Cuantas vainas!... mi país, siempre nadando contra la corriente, cuando nombres como LaMarcus Aldridge, Nicolas Batum, Jaylen Brown, Kobe Bryant, Stepehn Curry, Luka Doncic Pau Gasol, Rudy Gay, Rudy Gobert, LeBron James, Jeremy Lin, Donovan Mitchell, Steve Nash, Dirk Nowitzki, Isaiah Thomas, Trae Young... jóvenes y veteranos, casi todos han querido hacerse sentir ante la partida de un verdadero referente del baloncesto a su máximo nivel.

James, que vestirá la franela de los míticos Lakers se desvivió en elogios: “fue un placer coincidir contigo a lo largo de los años. Temporada regular, finales, equipo nacional, no importaba, era siempre un regalo. El juego de baloncesto tiene que dar las gracias por el movimiento que estampaste. Gracias por jugar el juego de la manera correcta y para la competencia”.

Jamal Crawford, uno de los mejores reservas en la historia de la NBA, reconoció que su modelo a seguir fue siempre Ginóbili. "Manu Ginóbili, fuiste la persona principal a la que miré cuando decidí que iba a ser un sexto jugador para siempre. Su estilo, talento, competitividad y voluntad de ganar serán extrañados. ¡Nada más que respeto!", expresó en sus redes sociales.

Aristóteles que vivió hace ya muchos años escribió: “nos volvemos justos realizando actos de justicia; templados, realizando actos de templanza; valientes, realizando actos de valentía".

Ettore Messina, ayudante de Popovich en San Antonio y su entrenador en su etapa boloñesa señaló: “la retirada de Manu Ginóbili es un momento objetivamente triste. Pero pensar en lo que han representado, como jugador y como hombre, que transformaciones ha inducido, él y toda la generación de jugadores no estadounidenses que han llegado a la NBA entre los años 90 y años después, nos ayuda a derrotar al mago. Gracias, Manu”.

Mi buen amigo Sergio Kanesvsky escribió (Ago.27.2018): “como esas cosas que nunca se alcanzan, eso alcanzó Manu Ginóbili: la parcela posible de lo imposible, el costado real de lo imaginario, de la ciencia ficción. El humano que se esconde en el disfraz de Mickey, en Disney. El enviado de Deus prá jogar basquete. The player that changes our history, el que subvirtió todas las lógicas, el que rebasó sus (y nuestros), sueños. Invito a cualquier escritor surrealista, a que se atreva a pensar una historia espeluznante, un Blade Runner, Mad Max, García Márquez, atrévete en tu cielo, a un Macondo del básquet, Bradbury, un muralista, Rivera: atrévanse a hacer lo que hizo este pibe, de 41. Prueben, ensayen, mitiguen, desanden; no way; no hay forma, ni método, ni jarabe, ni emulsión, ni redención; abrevemos en sus genes, Yuyo, Raquel, Cabezón, Sepo, atmósfera de la Bahía. Su abuelo Bobotino, quién fue el artífice de la revolución. De esta contrarrevolución. Qué duende guionó este trayecto divino, por la galaxia NBA. Anímate Spielberg, dale; si hiciste ET; dale Hollywood, intenten, prueben, atisben, arriesguen, disparen, apunten, fuego. Es fácil: un zurdo, flacucho, empecinado, un profanador de imposibles. Gabo, invéntate otros Cien años de soledad. Vargas Llosa, vertébrate otra Ciudad y los perros, hagan arte, esmérense. Hay un 20 azul, y plateado, que anda surcando cielos, es Astroboy, su documento dice Emanuel David Ginóbili, cumplió 41, no dejó proeza por cumplir, logro por realizar. Y ahora tú, te vas, así como si nada. Cuando vayan a Disney, no se pregunten por el humano que se inviste Mickey, Bahía es Macondo, Ginóbili se baja de la luna, asteroide cuántico, deja las espuelas, padre de familia, común, normal, 4 anillos, la eternidad. Gracias por ser contemporáneo, cómplice de nuestros sueños de ver NBA en el cine Don Bosco. Actor principal de la trilogía plateada. San Antonio, bajas de los cielos, como un Rolling Stone común. Imagine, suplicaba Lennon; ni en la imaginación más frondosa, hubiera brotado un fruto así, aurora boreal, Manu estelar. Chau 20, 10 por 2. Te espera el disfraz de Mickey, el de Astroboy, Rock&pop. Gracias por tu (texana) canción. Música country: afinada, celestial, irreal”.
Planilla del promer partido con Andino

Mauricio Codocea escribió para Clarín (Ago.28.2018): “nadie vio venir a Manu Ginóbili, pero todos lo vieron irse por la puerta grande. No estaba llamado a ser una estrella, pero luchó por hacerse un lugar y brilló donde se lo propuso. Se despide a los 41 años, luego de 23 de una carrera excepcional”. Anexó también a la nota: “la decisión era suya y el viejo Pop, si bien quería contar con él para seguir apuntalando a los jóvenes -más aún tras la salida del penúltimo símbolo, Tony Parker, lo aceptó. Faltaba esa formalidad con el coach que fue como un padre para Ginóbili y que merecía ser el primero en enterarse al margen de la familia. Cuando la puerta de la oficina se abrió, salió un ex jugador. Y, a menos que se produzca una inesperada firma, también cruzó el umbral la certeza de que no habrá un argentino en la NBA por primera vez en 16 años”.

Con la salida de Ginóbili de la plantilla de San Antonio Spurs le equipo cambiará radicalmente, quedan como referencias de la nomina que ganó el anillo en el 2014 el italiano Marco Belinelli, y el australiano Patty Mills. 

DeJounte Murray (6’05, 170, PG, Sep.09.1996 en Seattle, Washington) no tendrá barreras para jugar y demostrar lo que se espera de él. DeMar DeRozan (6’07, 200, SG, Ago.07.1989 en Compton, California) llega desde Toronto por Kawhi Leonard, donde había cumplido sus nueve temporadas, con picos de rendimiento en las últimas tres. Rudy Gay (6’08, 230, SF, Ago.17.1986 en Baltimore) lleva un par temporadas sufriendo por diferentes lesiones, pero cuando logra estar sano es determinante. Jugó apenas 57 partidos en 2017-2018, promedió 11.5 puntos en 21.7 minutos y si la salud se lo permite puede ser una pieza clave en los Spurs la próxima campaña. LaMarcus Aldridge (6’11, 260, PF, Jul.19.1985 en Dallas, Texas) viene de su mejor año en San Antonio, promedió 23.1 puntos por partido, tomó la posta de líder tras la lesión de Leonard y no defraudó; está por verse si DeRozan, un animal en ataque, le roba protagonismo en ofensivo. Pau Gasol (7’00, 250, C, Jul.06.1980 en Barcelona, España), se acerca al final de su carrera pero fue parte de 77 de los 82 partidos de la temporada regular.

Desde la banca Belinelli (6’05, 210, SG, Mar.25.1986 en San Giovanni in Persiceto) y Mills (6’00, 185, PG, Ago.11.1988 en Camberra); el italiano regresa después de una parada en Philadelphia 76ers, promediando 12.1 puntos, su máximo personal en el negocio, en 24.3 minutos por partido. El australiano seguirá siendo recambio, reforzando una sólida segunda unidad; jugará su octava temporada en la franquicia. Bryn Forbes (6’03, 190, SG, Jul.23.1993 en Lansing, Michigan), una de las apuestas a futuro de Popovich, jugó 80 encuentros la pasada campaña. Dante Cunningham (6’08, 230, PF, Abr.22.1987 en Clinton, Maryland) viene de jugar en Brooklyn Nets, con Spurs completará la faena de jugar en siete franquicias diferentes en diez temporadas en la NBA, su fuerte es el tiro de tres. Jakob Poeltl (7’00, 230, C, Oct.15.1995 en Viena, Austria), a sus 22 años es el ingrediente fresco que necesita el equipo, especialmente con Gasol ya en el cierre de su carrera; será su tercera temporada en la NBA, en el 2017-2018 promedió 6.9 puntos y 4,8 rebotes en 18.6 minutos con los Raptors. Davis Bertans (6’10, 210, PF, Nov.12.1992 en Valmiera, Letonia), el letón jugó las últimas dos temporadas con los Spurs y renovó por otras dos, con 25 años es otra de las apuestas de la franquicia. Derrick White (6’04, 190, PG, Jul.02.1994 en Parker, Colorado) será el tercero en la posición de armador detrás de Murray y Mills, el surgido de la Universidad de Colorado cuenta con 24 años.

También hay que ver que trae el novato Lonnie Walker IV (6’05, 196, SG, Dic.14.1998 en Reading, Pennsylvania), después de su breve paso por la Universidad de Miami.

El podio del deporte argentino estaba indiscutiblemente ocupado por seis maravillas, seis colosos: Juan Manuel Fangio (Jun.24.1911 en Balcarce; Jul.17.1995 en Buenos Aires), Diego Armando Maradona (Oct.20.1960 en Lanús, Buenos Aires), Lionel Messi (Jun.24.1987 en Rosario, provincia de Santa Fe), Guillermo Vilas (Ago.17.1952 en Buenos Aires), Carlos Monzón (Ago.07.1042 en San Javier; Ene.08.1995 en Los Cerrillos) y Roberto De Vicenzo (Abr.14.1923 en Villa Ballester; Jun.01.2017 en Ranelagh, Argentina)​, hasta su fulgurante irrupción. El talento individual de cada uno de los protagonistas, la trascendencia internacional de sus logros y la influencia de su propia actividad los ubicaban allí.

El alma de conquistador y diplomático de Fangio. La genialidad irreverente de Maradona. La agudeza ganadora de Messi. El profesionalismo y el conocimiento de su deporte de Vilas. El instinto animal de Monzón. La honestidad deportiva de De Vicenzo. Anexemos también el espíritu amateur de Hugo Porta (Sep.11.1952 en Buenos Aires), rugbier. La astucia de Agustin Pichot (Ago.22.1974 en Buenos Aires), rugbier. El espíritu olímpico de Luciana Paula  Aymar (Ago.10.1977 en Rosario, provincia de Santa Fe). El sueño americano cumplido de Gabriela Beatriz Sabatini (May.16.1970 en Buenos Aires).

Ginóbili es por las condiciones que reúne el deportista ideal de la Argentina, escribió La Nación en el 2014. No se dice el más grande, que seguramente acredita argumentos para discutirlo. No se dice el mejor, que también tiene con qué engancharse en el debate. Se dice el deportista ideal. hizo lo que hizo, cuando triunfó en los dos mundos del básquetbol, cuando se coronó a la cabeza de una generación que expresaba algo más que el triunfo en un simple juego, entonces se ganó un lugar, respondiendo con hechos a esas tres máximas necesarias: talento, trascendencia, influencia.

Quizás todos nos hemos adelantado al retratar con la mayor justicia posible la vida y obra del recién retirado jugador, sin dudas han saltado en primer plano sus atributos personales. Un hombre decente, íntegro, honorable, respetable y honrado. Demostró siempre, dentro y fuera de las canchas, su espíritu independiente e indómita valentía.

Para seguir sumando homenajes, el intendente de San Antonio, Ron Nirenberg, decretó este jueves 30 de agosto como el Día de Manu. "El jueves, honremos a un jugador que ejemplificó la determinación, el espíritu deportivo y la alegría pura del juego. Únete a nosotros, entusiastas de los deportes", publicó Nirenberg en las redes sociales.

Hay periodistas en todas partes del mundo que serán siempre un asterisco, no importa lo dilatada de sus carreras.

Codocea concluía su nota: “a Ginóbili, en realidad, no lo vio venir prácticamente nadie, pero lo vieron irse todos. Y he ahí la mayor de sus conquistas”.

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