jueves, 25 de agosto de 2011

Tierra marplatense, 1/2... allí estaremos

Francisco García
La conformación de la selección nacional que ira a Mar del Plata se mantuvo como “top-secret”,  como merengue sin letras, hasta que se destapó una nota de Mario Emilio Guerrero, que puso algunas grafías, quizás y sin querer agregó algo de mambo, artificios de entretención. De todas las pre-selecciones que estarán en tierras argentinas resultó la última en darse a conocer, pero también la más extensa; de costos, mejor no hablar.

Todo el mundo en este 2011 ha optado por concentraciones con escaso personal, inclusive para el Europeo de Lituania; el dinero se torna exiguo, pareciera que a los dominicanos nos sobra: un entrenador de lujo, pagos de compromisos previamente contraídos, entrenamientos lejos del suelo patrio, transportación de toda una delegación y esperaría más de una sorpresa en los días por venir. Hay conjuntos que apenas han invitado a 15 jugadores y aquellos que también han excluido a sus NBA, para allanar el camino y la dilapidación.

La confirmación llegó, se conoció finalmente el listado de los jugadores que irían hasta Lexington, para reportarse al entrenador John Calipari. Pero había muchísima tela por donde cortar, después que el grupo viajó el pasado uno de agosto (Ago.01.2011). Aparecieron nombres extraños, que jamás se pensaron en este nuevo equipo de ensueño. Hay indicativos que violan el famoso dictamen H.2.3.3, que la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) esgrimió hace menos de un mes.

Alguien comentó que el pago de los seguros de los NBA había adquirido ribetes de cuesta empinada, pero se cumplió. Descansar totalmente en Francisco García, Al Horford y Charlie Villanueva, cuya magia se diluye al pasar cada evento, no es la mejor de las opciones. Son figuras cuya disponibilidad no siempre estará a la orden del día, pero las alternativas no se trabajan.

El paso por Santo Domingo, un espectáculo de mal gusto, donde se trataron de hacer mil y una triquiñuelas a favor de uno de los equipos participantes en la Liga Nacional de Baloncesto (LNB).

Hay que aprender de forma definitiva que existen jugadores para torneos locales y otros con cartel para los topes internacionales. Aldo Leschorn era el blanco de todas las críticas en sus años cuando se vestía de corto y se enfundaba la casaca del Club Deportivo Naco, pero era el primero a la hora de salir al exterior junto a los grandes nombres del juego de entonces.

Al no tener programas de trabajo calificados, las opciones son restringidas. Inclusive, a estas alturas FEDOMBAL no cuenta con una línea escrita para el desarrollo de aquellos jóvenes con potencial, para estar en tiempos futuros en la cúspide de las competiciones.

Con la selección, las interrogantes no desaparecen. La crónica deportiva versada en el tema señala que estamos clasificados para Londres y aún no se ha lanzado el primer balón; reina un optimismo desbordante, no existen fallas en lo planteado por Calipari, “tenemos uno de los 10 mejores entrenadores de todo el mundo”, señaló uno; Jack Martínez envía unas declaraciones sorprendentes; “no debemos desaprovechar este activo”.

Lo prudente sería esperar el devenir de las próximas semanas. En lo referente a los periodistas es muy triste hacer opinión basándose solo en las prebendas que se puedan conseguir através de un empleador, de un gerente de equipo o de las propias autoridades. Hay gente que perdió el norte y de ahí su descrédito. La objetividad voló lejos de República Dominicana.

Cada día nos llega una nueva novedad. Francisco García repitió el gatillazo que más reprocho: “vamos por el oro”. Como si la diadema alguna vez se haya puesto a nuestro alcance. Hemos tenido el material humano para competir, para llegar lejos, pero no el  trabajo necesario para merecer un premio mayor.

No tenemos una organización medianamente sólida para la difusión y desarrollo del baloncesto. No hay programas que corran a favor de los jóvenes que podrían estar interesados en la disciplina, no contamos con el número suficiente de entrenadores y monitores con capacidad de difundir la actividad. FEDOMBAL ignora todas las normas para lograr un mañana más halagüeño.

Pensar por ejemplo en Ricardo Greer, Sandro Encarnación o Josh Asselin, es devastador para cualquier esperanza.

Greer estuvo por coyunturas personales en el equipo del 2009 para terminar siendo un fiasco mayúsculo; esas mismas articulaciones parecen tomar nuevas fuerzas bajo la sombrilla de Eduardo Najri. Para la fecha habían pasado 10 años desde que se enfundó por última vez la casaca nacional y no aportó absolutamente nada; trató de encender focos guerrilleros y a la hora que recibió la oportunidad se volvió un garabato. Los dos puntos decisivos para ganarle a Canadá estuvieron en sus manos y si en el juego de Brasil/Paraguay (Jul.17.2011) en la Copa America, Elano lo hizo por fuera, a este se le ensuciaron los pantalones.

Eulis Baéz defendido por Manuel Guzmán
Sandro Encarnación no es jugador para la selección nacional, lamentablemente, sufre del síntoma de muchos de nuestros jugadores; aprendió tarde y sus compromisos domésticos no le han permitido tener el tiempo para trabajar en el plano individual. Cuenta con capacidad atlética, escasamente moldeada, buen salto, pero ese físico debió sufrir cambios drásticos para terminar convertido en un delantero fuerte.

Asselin, es una nacionalización que no ha rendido ningún fruto. Buen jugador, pero en su momento no era quien necesitábamos. Esta vez no ha sido invitado; las razones nadie las explicará, algunos dicen que su juego está en baja, pero los partes que llegan a mi mesa indican que sigue siendo un jugador codiciado. En lo personal no tiene ninguna vinculación con el país, nunca ha jugado en las ligas locales y no se si alguna vez aprendió lo que era el mondongo que tanto le gustaba a su compatriota Tom La Sorda.

La nota del señor Guerrero pintaba las cosas muy claras y las mismas se han repetido en cada parte de prensa. “Los estelares Al Horford, Charlie Villanueva, Luis Flores, Jack Michael Martínez y Francisco García, encabezan la pre-selección nacional de baloncesto”.

Sentando a estos estelares pesé que Sean Ogirri y Eloy Vargas eran fichas seguras. Ogirri, sobrino de Orlando Antigua, en mi campo dicen que la sangre pesa más que el agua y el asistente de los Wildcats es de Jarabacoa, y Vargas, jugador de Kentucky, una sensación en los planos de escuelas secundarias, que no rindió para la juvenil del 2005, pero desde entonces ha corrido con suerte, a nivel colegial ha sido un fracaso, su papel sería de back-up. Sus promedios en puntos y rebotes han sido insignificantes tanto en Florida (2008-09) y bajo las órdenes de Calipari (2010-11).

Tyreke Evans (Sacramento Kings), Kemba Walker (University of Connecticut), Demar Derogan (Toronto Raptors), Marcus y Markieff Morris (Universidad de Kansas), Jrue Holliday (Philadelphia 76ers), Robbie Hummel (Purdue), B.J. Mullens (Ohio State), Luke Babbitt (Nevada) y Miles Plumlee (Duke), son ejemplos de su año de promoción de escuela secundaria, hasta el momento con mejor transito.

Del viaje a China, donde se dice promedió mas de 10 puntos por juego, estuvo en compañía de Jordan Hulls y Victor Oladipo de Indiana, Malik Story de Nevada, Justin Bocot de Southern Illinois, Austin Hollins de Minnesota, Garlon Green de Texas Christian, Marcus Thornton de Georgia, Keith Clanton de Central Florida y Devonte Elliot de Nevada. El grupo estaba bajo la conducción de Gary Forrest, un entrenador retirado de Oldham County High School y fue descrito como una experiencia cultural para compartir con clubes de Lituania, Brasil y los anfitriones. Toda información adicional se puede obtener en www.sportsreach.org.
                                                 
Bajo estas premisas la lucha quedaría reducida a sólo cinco lugares, pero los cortes indicaron otra cosa. Nos falta mucha ayuda en los planos interiores, manejo de la pelota y un jugador de la posición tres (small-forward) que pueda descansar a Villanueva, que de acuerdo a esta rotación debería ocupar la vacante.

De los restantes, Calipari tendría referencias de Edgar Sosa, ex–jugador de Louisville; Ronald Ramón, jugador de Pittsburgh cuando Antigua era asistente allí; Jon Horford, jugador de Michigan; y Manny Quezada, ex –jugador de San Francisco. No creo que en algún momento se haya detenido a mirar a Kelvin Peña, Manuel Guzmán, Eulis Báez, Ricky Soliver o Luis Guzmán cuando estos militaron en instituciones en los Estados Unidos.

Las bajas de Joel Ramírez y Edward Santana, el jugador más dominante en las competencias internas, abrieron huecos. No se debió permitir jamás que no batallaran por sus lugares.

Alejandro Salas no ha demostrado absolutamente nada las veces que ha estado en la selección, pese a los excelentes torneos que ha realizado en Venezuela, único punto luminoso en su hoja de vida; esta vez renunció al equipo, pero ha brindado un gran torneo con los Metropolitanos de Santiago.

Manuel Fortuna tristemente no es jugador para el plano continental; el aguerrido Luis Martínez y el sorprendente Giancarlos Acosta no demostraron lo que saben hacer en poquísimo tiempo.

Lo que sorprende de toda es barahúnda es que las cosas no son diferentes si está Eduardo Najri, Héctor Báez o Pedro Pablo Pérez, si está Julio Toro, Scott Roth o John Calipari, ese sesgo insular no se borra de los episodios. Hace dos años, un querido amigo me dijo: “es verdad que pusieron en equipo de ensueño, eso no se puede discutir, pero los resultados no variaron”.

Para alcanzar niveles superiores FEDOMBAL necesariamente tiene que sincerizarse e iniciar un programa intensivo de trabajo, en todo el país, que permita captar valores, mejorar la capacidad de nuestros técnicos y buscarse personas preparadas que estén dispuestas a hacer de este deporte una condición de nivel mundialista. Mientras, nos falta educación, cultura, equipo, hambre, honestidad.

Tristemente tenemos aún en la cúpula del baloncesto nacional personas que no saben escribir correctamente sus nombres, que no tienen ninguna preparación, que no transmiten la disciplina en lo más mínimo, que aún piensan que los perros se amarran con longaniza, pero continúan siendo los beneficiarios de la actividad y en muchos casos, protegidos de las autoridades de turno.

La inclusión del menor de los Horford me parece un chiste de pésimo gusto, mucho más después de los argumentos del señor Herasme con relación a la cláusula del H.2.3.3. Su dominicanidad le llega por ser hijo de Tito Horford, nada más. El jugador de Michigan está aún en etapa de aprendizaje, con 20 años, 6-09 de estatura y 220 libras de peso no recibió toda la atención de su entrenador. Los scouting reports señalan que está aún muy tierno, necesita trabajar intensamente en su cuerpo, no ha aprendido a sobreponerse del acoso contrario, se atasca en los bloqueos, buen toque alrededor de la canasta, no es bueno para el posicionamiento propio de rebotes, lo que significaba que en la escuela secundaria terminaba con un impresionante número de rebotes, que no necesariamente eran rebotes impresionantes.

Una de las tantas preguntas pasa por la exclusión de Antonio Peña de Villanova University, delantero de poder que cumplió su etapa universitaria y cuadró buenos números. Lo mismo sucede con el novato Ronald Roberts, hijo de la canastera Dania Santos, jugador de St. Joseph’s University en Philadelphia, que terminó siendo quinteto de su equipo de 11 de los últimos 12 juegos de la campaña 2010-11 y con sus 6-08, 215 libras, reunió 6.4 puntos y 4.7 rebotes en 19.5 minutos. La proyección de este chico no tiene límites, aún pese a un deficiente lance desde la línea.
       
El caso de José Olivero es tristísimo. El muchacho fue dejado varado sin ningún tipo de excusas. El señor Najri tuvo “la desfachatez y la cara dura”, parafraseando al Presidente de la República doctor Leonel Fernández, de señalar en La Voz del Fanático (Jun.13.2011) que no conocía a cabalidad la situación sobre la elegibilidad del point-guard. Como consolación se le ha invitado a la pre-selección que irá a los Juegos Panamericanos.

La presencia de Joel Ramírez era un grito desesperado de muchos de sus compañeros y periodistas. No será el jugador de más altos vuelos internacionales, pero tiene magia y carisma para dejar complacidos a todos.

Difícil, muy difícil lo tendrá República Dominicana con tanta parafernalia a su alrededor. La autenticidad de nuestro baloncesto se desdibuja por la necedad de unos pocos. Por ello hoy recurriré a unas palabras del uruguayo Mario Benedetti: “me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente; a éstos los llamo mis amigos... me gusta la gente fiel y persistente, que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata... me gusta la gente que trabaja por resultados. Con gente como esa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido".

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