¡Vota blanco por Danilo!
En estos tiempos de paroxismo político, viviendo el
cierre de la campaña que conduce a las elecciones generales de mayo 15, donde
más de uno ha sufrido algún sincope, alguien se ha puesto a pensar en la frase:
¡Vota blanco por Danilo!
¿Votar blanco por Danilo?
Mañana (viernes), todas las emisoras de radio estarán
arrendadas al Partido de la Liberación Dominicana (PLD); hasta la medianoche
tendré que refugiarme en otros dispositivos para saber que está pasando en el
mundo. Alguien sospechará sobre el costo de esa ofensa, en el justo momento que
llego a mi casa y encuentro a un pobre hombre revisando los desperdicios
arrojados a la basura en busca de algo para comer y así disipar un hambre que
le corroe los tuétanos. Danilo (Danilo Medina Sánchez, Presidente de la
República) me dice que ha sacado más de 800 mil dominicanos de la pobreza… ¡el
8 por ciento de la población total del país!
¡Vota blanco por Danilo!... es el Apocalipsis de la
política dominicana. Si antes ya habíamos quemado las ideologías, esto es la
prueba descarada de que al Estado Dominicano cada quien va a servirse con la
cuchara grande y de paso también lleva la espátula, la paleta, la espumadera,
el cucharón, la cazuelilla y el cacillo, quizás el hombre común no sepa del uso
de los utensilios de cocina, pero los ocupa: la palangana, la jofaina, el tazón
son nuestros buques insignia.
Acá nadie hace música para que se entienda y se
aplauda, nuestros políticos abandonaron todos los fundamentos de moralidad que
alguna vez pudieron aprender. Es trágico observar como los líderes, adalides de
estos tiempos, no exhiben ningún acto de honestidad.
Todo el que ha tenido la oportunidad de llegar a la
máxima posición del Estado Dominicano, desde la fundación de la república, ha
pretendido elevar los niveles de autoridad, pertenencia, preponderancia,
riqueza y santidad hasta cotas infinitas sobre territorio y coterráneos, para
beneficio propio y de sus cortes; mientras áreas sensitivas como justicia,
protección, probidad, equidad, igualdad, seguridad, se diluyen cada días sin
soluciones.
Estamos marcados por la reactivación de los
movimientos fundamentalistas y fanatismos exacerbados y la desaparición
absoluta de las utopías, nos acostumbramos a mirar panorámicamente olvidando el
trazo pequeño, cayendo en la veneración del cinismo y las informalidades. El
voluntarismo mesiánico aún nos asombra, aunque sus principales exponentes en
América Latina, por razones de desaparición física o descreimiento están dado
un paso al costado.
El rezagado sistema político dominicano nos hace
pensar que Medina Sánchez, Leonel Fernández Reyna y en menor grado Miguel
Vargas Maldonado son mesías de nuevo cuño, incluso camino a la santificación.
Pero nos nublan el horizonte para el replanteo de las aspiraciones para ser
mejores seres humanos, sin posibilidades de superar los condicionamientos del
entorno, los retos particulares que nos impone la época y las herencias de
nuestras tradiciones.
En esa efervescencia nos han enseñado que el mercado
de las vanidades está deificado como único fin mientras se nos acaba la
cordialidad. La ciencia es ignorada de manera idéntica a los valores y el
dominicano tiene que emprender vuelo hacia otros destinos para hacerse
reconocido, porque el mercado ignora, desprecia y margina a muchos de los más
sobresalientes. Mientras Carlos Dante Heredia García es maestro de la medicina
reconocido en todo el mundo, los recién graduados de médico tienen que
protestar cada vez porque las residencias para especialidades están disponibles
para los afiliados al gobierno de turno.
En República Dominicana está prohibido ser ético y
tener valores. El propio Vargas Maldonado se ha erguido como uno de los hombres
más ricos del país, habiendo renunciado en 1978 a la Compañía Dominicana de Teléfonos
(CODETEL), para probar suerte en la administración pública, pero en su paso
arrollador, además de ser ministro de Obras Públicas y Comunicaciones en la
administración de Hipólito Mejía Domínguez, y contar con la estructura para los
Juegos Panamericanos del año 2003, vendió al peledeismo reinante el partido más votado en todas las elecciones
nacionales desde 1966.
El propio Vargas Maldonado siendo un pálido candidato
alcanzar un 42 por ciento de las preferencias electorales en el año 2008
encabezando la boleta del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) frente a un
Fernández Reyna con toda su parafernalia y sus fuerzas, incluyendo las
deslenguadas voces del grupúsculo de la Fuerza Nacional Progresista (FNP),
votación que reiteró Mejía Domínguez con un 47 por ciento en el 2012, después
de haber salido de la Presidencia de la República en el 2014, desairado,
vilipendiado, descalificado, y convertido en un cadáver político. Hoy el PRD va
aliado con su eterno contendiente… ¡Vota blanco por Danilo!, así nos invita a
votar el presidente de la entidad.
¡Vota blanco por Danilo! Nos revela la falta de ética
para decidir las posiciones que se deben adoptar para incidir sobre las
propuestas soterradas, furtivas, subrepticias, camufladas de prognosis de lo
inevitable.
Vargas Maldonado en declaraciones al matutino El Día
(Abr.20.2015) señaló: “insto a los
dominicanos a vencer el continuismo del modelo de gobierno del Partido de la
Liberación Dominicana (PLD), que no ha resuelto ni uno de los problemas
fundamentales que afectan al pueblo”. A seguidas continuó: “más allá del engaño propagandístico y
mediático, los gobiernos de Fernández y Medina se han caracterizado por el
endeudamiento público”.
Una sociedad donde la polarización política pretende
vivir de fantasmas es desgarradora frente al optimismo mientras se impide
conocer las tantas cosmovisiones y dar por seguro que hemos perdido los trazos
de la historia o que los revelados carecen de autenticidad. No hay democracia
plena sin la inclusión e integración de todos los dominicanos y dudo, si
resulta vencedor, que Medina Sánchez esté en disposición de provocar un
encuentro fraterno entre todos los dominicanos.
Como señaló Homero Figueroa en su columna en Metro
(May.12.2016): “el énfasis puesto en el
parecer destruyó el ser. La democracia nuestra quedó como los pueblos fantasmas
de las películas del oeste. La ambición y el mercantilismo redujeron el voto a
un simple intercambio: tu me das y yo te doy”.
Hoy, todas las encuestadoras “serias” ofrecen el dato
de que Medina Sánchez continuará al frente de la cosa pública. Imaginar una
derrota de las huestes moradas en la larga transición dominicana, 90 días,
servirá para dejar el campo lleno de minas, ahí se romperá el fondo de todas
las alcancías del Gobierno Dominicano, se tratará de reforzar a los integrantes
de la Suprema Corte de Justicia, emisiones de pesos y bonos al vapor, el Banco
Central carecería de reservas y los altos funcionarios se comportarán de manera
generosa con el dinero ajeno. Cada día la herencia se ensanchará y se buscaran
ventajas hasta el último instante de poder.
Perder también abriría la posibilidad de una división
grosera dentro de las filas del peledeismo,
flota la discordia que va en danza más allá de simples danilistas y leonelistas,
hay intensos ruidos internos, esa organización está agrietada desde hace mucho
tiempo y disfunciones de fácil detección. La intransigencia de los cabecillas
del PLD mutará a infinidad de posturas. Amen del escozor que se arrastra entre
los aliados. Un impensable epilogo a la administración de Medina Sánchez,
porque aquí siempre hemos jugado a la invencibilidad
de los presidentes, sería macondiano.
¡Vota blanco por Danilo!... es otra de los tantos
ofrecimientos mesiánicos, con destino al paraíso más sutil jamás soñado, pero
sin asumir las responsabilidades individuales sobre los cambios, trapicheos y
la aspiración de que cada episodio se maneje con un nivel de dignidad, decencia
y honestidad. Ello es no sacrificar la ética del presente en el altar de un
futuro idealizado pero lleno de color violeta.
¡Vota blanco por Danilo!... es renunciar a la
exigencia de invertir en el bien común a futuro.
¡Vota blanco por Danilo!... es esa bandejita
aromatizada y enjundiosa, la antitesis sobre la reflexión del futuro dominicano
con cierto tufillo a azufre.
Cuando el 15 de mayo sea historia, es decir, el lunes
16 (dentro de cuatro días), Miguel Vargas Maldonado será historia, muchos
dominicanos iremos cantando el tango Los Mareados con letra de ese genio que se
llamó Enrique Cadícamo y música de Juan Carlos Cobián, especialmente la estrofa
que nos dice:
Hoy
vas a entrar en mi pasado,
en
el pasado de mi vida…
Tres
cosas lleva mi alma herida:
amor…
pesar… dolor…
y
hoy nuevas sendas tomaremos…
¡Que
grande ha sido nuestro amor!
Y
sin embargo, ¡ay!
mirá
lo que quedó…
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