Agrios edulcorados…
Caso 195: Los hipócritas
May.20.2016
La campaña desleal y malsana que está en marcha desde
las páginas deportivas del vespertino El Nacional para descartar la posibilidad
que Soterio Ramírez pueda ser designado como ministro de Deportes y Recreación
tiene un solo responsable… Leonardo de Jesús Heredia Castillo, un personaje que
también es conocido bajo el mote de Leo
Corporan.
Por supuesto Heredia Castillo tiene sus favoritos y
está lanzando rumores a diestra y siniestra. Ensalza a unos y trata de
desmeritar a otros. Antes, hace cuatro años su candidato por la cartera
deportiva era Junior Brea, quien había manejado el sector externo, en lo
deportivo, que apostaba por la llegada de Danilo Medina Sánchez a la primera
magistratura del estado.
Quizás su más intima apuesta la calla, reservando toda
la pólvora para el final.
Heredia Castillo quien se ha convertido en un
transgresor, afectado por el síndrome de “ricos
al vapor” después que su compañero de infancia Leonel Fernández Reyna regresó
a la Presidencia de la República en el año 2004, teje sus mentiras, lanza
incontables señales de humo, hace creer que se ha erguido como líder del sector
deportivo pero su fin es particular, buscar alguna ganancia en el resbaladizo y
nada transparente movimiento político dominicano.
La necesidad de sentirse reconocido, la exigencia de
ser aplaudido como un líder juvenil de la época difícil de los 12 años de
Joaquín Balaguer Ricardo, cuando su único merito es haber sido introducido en
las cajuelas de los vehículos de entonces, por su reducido tamaño, para desde
ahí lanzar grapas en las diferentes vías de la ciudad (lo que lo convierte en una soberana y patrañera farsa), y la
coacción de toda una juventud a la que se le ha borrado el chip de la vergüenza
y de la historia para hacer creer que el Mauricio Báez es una herencia
familiar, se convierten en objeto de violencia no normada que son toleradas por
una parte de la población que deja al desnudo sus debilidades.
Ramírez por su parte y aunque le disguste a muchos es
una persona laboriosa, responsable, sensato, respetuoso y maduro; algunas veces
pienso que peca de candido. Quizás no haya tenido un vuelo académico altamente
terminado, pero ha aprendido a superarse en la lucha cotidiana pese a los
ataques de quienes le envidian y adversan.
Que es prieto
y feo, en un país de negro y mulatos,
no hay dudas, pero pocos dominicanos han venido al mundo con los ojos azules y
el pelo rubio, y no muchos alcanzamos su portento físico. Además, todo se borra
cuando nos regala esa sonrisa amplia, franca y amena que siempre le acompaña.
Heredia Castillo se presume megafamoso pero no es
archimediático como algunos de sus compañeros de oficio. No tiene una cuenta de
Instagram debajo del brazo y cree que basta con las columnas de El Nacional,
pero a la hora de que se acuestan las palomas se le ve desfilar por los
pasillos de los ministerios más diversos. Del único que reniega es del senador
por San Juan de la Maguana, Félix Ramón Bautista, que antes fue director de la
Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), porque lo puso
a orinar sobre manos que consideró no podían tocarlo debido a su amistad con
Fernández Reyna.
Hace un par de años, en una actividad cuasi-política,
el publicista Nandy Rivas, uno de sus padrinos, imputó que él y su familia
constituían la “dinastía” del
Mauricio Báez. Se le olvidó a aquel que plantó el canto del pueblo en unos comerciales para televisión de una
firma licorera, que esa institución ha sido fruto del esfuerzo de mucha gente.
¡Hay quienes se la tienen tomada!
En línea similar, la discreción no es una virtud de
nuestro personaje, tristemente no hay escenario ni contertulio que se libre de
sus impertinencias e insensatez. A ese paso ha plantado enorme dudas sobre su
confiabilidad. Se especula y comenta que fabrica sus “dossier” con la intención de sacar partida en el momento más
provechoso, obtener favores y buscar uno que otro resguardo.
Sólo las hipocresías de ciertos sectores permiten
estos tipos de atentados.
Siempre se ha comentado que tiene agarrado por el
cuello a una persona de brillos propios cuyo hijo cometió un desliz y así lo
usa como escudo.
Con Fernández Reyna tenía la posibilidad de “sugerir” algunas decisiones. Con Medina
Sánchez ha pretendido hacerse el gracioso, pero su agilidad no ha tenido todo
el artificio ni el gracejo para sorprender al Presidente de la República. Con
Felipe –El Jey- Payano tuvo infinidad
de desencuentros porque no se dejó manipular.
Sin ser íntimos, y si Jaime David Fernández Mirabal es
removido de la posición que actualmente ocupa, le daría la oportunidad a
Ramírez.
Es mi humilde parecer.
¿Y que tal si cortamos con la hipocresía?
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