Un verdadero maco en las 5 esquinas
Pesqueira |
Regresaba de Punta Cana a Santo Domingo tarde en la
noche, antes de la apertura de la Autovia del Este; llovía a cantaros y la
carretera se llenó de “macos” (acepción dominicana para los sapos; anfibios de
cintura delgada y piel rugosa, excelentes saltadores por sus bien definidas
extremidades posteriores), que salían de los cañaverales y resultaban
imposibles de esquivar.
Este país está llenos de “macos”. Teléfonos maco,
hombres maco, liga de softbol “los macos”, bailar a “lo maco”, pero también en
el exclusivo golf están presentes. Los macos son como los patitos feos de las
historias, lo indeseable, lo de peor condición.
Pensé que el último “maco” de la ciudad estaba en la
Winston Churchill, en la heladería de los supermercados Bravo, Sweet Frog, pero este resulta la excepción
a la regla. Es un maco dulce y agradable, que además uno se sirve a su gusto y
medida.
En las elecciones de Club San Carlos el pasado fin de
semana (Abr.26.2015) hubo un maco de los grandes.
Quizás un “maco pempen”; el
“maco pempen” fue una figura que existió en la capital dominicana en la época
del generalísimo Rafael L. Trujillo Molina que era tan feo, pero tan feo, que
las mujeres embarazadas evitaban observarlo bajo la premisa que provocaba deformidades
en los niños.
Ganó el torneo electoral Diego Pesqueira, acompañado
de una serie de personajes de la barriada, interesadas en reverdecer el
protagonismo de la entidad en el deporte capitalino. Hasta ahí, todo bien. El
problema fue como se ganó. El sábado en horas de la noche recibí una
notificación: “ganará Pesqueira por la trampa del eje de Rafael Uribe y Leo
Corporan. Ambos están utilizando toda su influencia y todo el poder a su
alcance para romper en dos mitades a Moreno (Francisco Méndez)”.
Pesqueira obtuvo el triunfo por una diferencia de poco
más, poco menos de 80 votos y en la mañana dominical se inscribieron 103
personas fuera de lugar, con sus nombres e identificación escritos a mano, sin
constancia de haber pertenecido antes a la entidad; sume que además hubo más
papeletas depositas en urna que concurrentes. Como cualquier proceso corrupto
se incluyó compra de identificaciones, se ofreció dinero a gente para que no se
presentara a ejercer su derecho, se amenazó a muchos dirigentes claramente
identificados hacia Méndez; el rosario de perlas es enorme.
A cuentagotas se han develado otras acciones,
personajes con más de una boleta de votación, electores fallecidos, otros fuera
del país que pudieron vencer las leyes físicas de estar presentes en dos
lugares distintos al mismo tiempo, números de identificación inexistente,
menores de edad incluidos de prisa; así seguirán pasando los días y aumentando
las indelicadezas.
En el comité regulador de las votaciones no se incluyó
a ningún notario para que ofreciera fe pública del escrutinio del día. Fue
notoria la ausencia de varios de los “viejos robles” sancarleños, incluyendo
pasados presidentes que en los últimos tiempos se han visto en la necesidad del
auxilio de Corporan (Leonardo de Jesús Heredia Castillo).
No conforme con violentar el proceso, Rafael Fernando
Uribe Vásquez, presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL),
en una enésima demostración de su falta de capacidad, de su poca visión, de sus
imbecilidades y falta de madurez, se ha dado a la tarea de estar llamando
telefónicamente a los derrotados para estrujarles su triunfo; “el dinero y el
poder todo lo pueden en este país y yo tengo las dos cosas. Soy millonario y
soy un poderoso”. ¡Se cagó fuera del cajón!
Uribe Vásquez, de paso, citó en sus oficinas del
Palacio de los Deportes a Pesqueira y se tomó la foto de rigor.
Hay que poner varias cosas en contexto. Diego
Pesqueira es coronel de la Policía Nacional por lo que se desprende que debería
ser una persona respetuosa de las leyes y normativas del país, su rama armada y
de la propia institución de la que es socio; su trayectoria deportiva se ha
desarrollado en el mundo de la lucha olímpica, de la que ha sido entrenador y
miembro de la federación de la disciplina. Rafael Fernando Uribe Vásquez es también
coronel, miembro del Ejercito Nacional, por lo que debería cumplir con todo lo
anterior, pero además es presidente de una federación deportiva y miembro del
Comité Olímpico Dominicano (COD); debería ser una persona proba, integra,
conciliadora, con vocación de servicio; su trayectoria deportiva es muy corta,
demasiado corta, pero ha escalado de manera sorpresiva, se dice que muy e$$$cándalo$$$a.
Leonardo de Jesús Heredia Castillo (de mucha mayor
edad que los dos señalados con anterioridad) es asesor ad-vitam del Club Mauricio Báez, fundador de esa entidad
clubistica, editor deportivo del vespertino El
Nacional y catalogado como marco
referencial del movimiento deportivo capitalino. Se entiende que debería ser
una persona honesta a toda prueba, decente, moderadora; en este momento tiene
una difícil situación en la entidad con sede en Villa Juana y una agria disputa
con su presidente Saturnino Martínez, a todas luces interesada.
Heredia Castillo debería apagar los fuegos que
consumen la institucionalidad del Mauricio Báez antes de inmiscuirse en otras
disputas intestinas. Sus inclinaciones en disputas ajenas están restándole
credibilidad en el marco de los clubes de barrios carenciados del Distrito
Nacional. Tampoco pudo apagar el incendio alrededor de la Asociación de
Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA) que generó su pupilo Ramón Rodríguez,
a quien todos conocemos como El Teacher.
Aunque muchos quieren cubrirse los ojos este país está
necesitando gente que cumpla las leyes en todos los niveles; en la cotidianidad
más simple como en las alturas instancias, y el deporte no escapa a ello;
demasiadas complicidades que hasta el momento marchan impunes y victoriosas,
como si nada estuviera cociéndose. Demasiadas volteretas oportunistas. Hay excesivas
penas perdidas que se han acumulado por años, sembrando desigualdades y falta
de oportunidades; toda esa basura de sicariato, inseguridad ciudadana,
normativas que se ignoran, tienen responsabilidades en los que han ocupado
posiciones cimeras en la administración publica; el goteo en la negación de
justicia, la complicidad y las excarcelaciones de los reincidentes.
L
a República Dominicana vive en un limbo donde la
clase que se siente dominante y sus comilitones se consideran con la suficiente
fuerza para hacer y deshacer, pero existe una utopia lejana, no consumada, que
no es irrealizable. Hemos vividos absortos en los trucos ilusionistas de mucha
gente desde la muerte de Rafael Leonidas Trujillo Molina y en deporte sobran
los ejemplos.
En este
juego discursivo, el victimario es neutralizado hasta evaporarse, licuándose la
penalización del delito en una teoría de la responsabilidad difusa.
Cada día se nos invalidan las instituciones destinadas
a trabajar por el bien común y de manera más pronunciada se nos adentra en la negación
de la realidad.
No simboliza que sus fuerzas para hacer daño se debilitan, para sus militantes
sólo los que hacen ruido, los que no son ellos, los desafectos, son los causantes
de las malas noticias. Distintivo prejuicio populista. Y los populistas tienen
grandes semejanzas, utilizan moldes que aplican según las circunstancias, se
copian entre sí.
No
se aceptan las criticas y para gente como Heredia Castillo, Uribe Vásquez,
Nelly Manuel Doñé (miembro del Comité Olímpico Dominicano), Antonio Acosta
(secretario general del COD), Garibaldi Bautista (tesorero del COD), José Luis
Ramírez (vicepresidente del COD), entre otros, todo está bien. Olvidándose que
la renovación es muy lenta y cuando llega, muchas veces no es la mejor. Esa
negación de la realidad se manifiesta a cada instante.
La
algarabía
de Uribe Vásquez y sus seguidores el domingo de elecciones en San Carlos demuestra
que la claridad sobre los hechos no cabe en su mundo. Está claro que la
negación es un defecto humano y a nivel individual puede producir heridas
profundas, espirituales o materiales. Pero si la negación es colectiva y
fomentada por los gobernantes, todas las dificultades y padecimientos se
agrandan porque los daños son mayores.
No hay motivos para embrollos
y jolgorios. La crisis que nos deja este ejercicio electoral es muy seria y
complejísima de resolver. Todo candidato que cree que con el apoyo de estos dos
funestos personajes (Heredia Castillo y Uribe Vásquez) será todo sencillo se
estrellará contra dilemas de hierro.
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