lunes, 13 de abril de 2015

Nada, nada, nada, bajo los cielos azules

Atkinson
Kenneth Neil Atkinson (Nueva York, 1967), también Kenny Atkinson, como es de todos conocido es el nuevo dirigente de la selección nacional de baloncesto absoluta; asistente de Atlanta Hawks desde el verano del 2012, antes estuvo 4 años con los New York Knicks y entre el 2004 y el 2006 fungió como asistente del Paris Basket Racing de la Liga Nacional de Francia (ahí jugaron en diferentes momentos Dragan Kicanovic, Tony Parker, Zarko Paspalj, Mirsad Turkcan y J.R. Reid). Tiene nacionalidad española, al estar casado con una ciudadana de ese país, desde 1996, y aunque fue un jugador de medio pelo tuvo paradas en España, Francia, Holanda, Alemania e Italia. Egresó de la Universidad de Richmond en 1990 y se fue a recorrer el mundo como jugador de la disciplina.

En la campaña 2007-08 estuvo como director de desarrollo de jugadores de Houston Rockets, basándose en
Najri
mejorar las habilidades individuales con repetición y análisis de las cintas de video. En el 2006 trabajó en el sistema de mejoramiento de técnica individual de los equipos nacionales de la República de Georgia. Los georgianos no participaron en un Euro-Basket hasta el año 2011 (en esa ocasión ocuparon la undécima posición, en el 2013 la decimoséptima; en las categorías formativas nunca han quedado más allá de una séptima plaza).

La novedad ya había sido anunciada la semana pasada en el diario El Caribe bajo la firma de Satosky Terrero, por lo que no debe sorprender a nadie. En el Diario Libre (Abr.13.2015) aparece la especie de que José –Maita- Mercedes será el dirigente para los Juegos Panamericanos a celebrarse en Toronto este verano y la gerencia de la escuadra quisqueyana estará en manos de Raúl Peña, a quien todos conocen como Kobe.

Uribe Vásquez
El escollo de Atkinson es que nunca ha tenido la conducción de un equipo bajo sus responsabilidades; República Dominicana tiene aspiraciones siempre más allá de sus reales posibilidades, las que últimamente ha podido acariciar, pero la escuadra termina postrada a las puertas de la gloria y de frente tendrá a verdaderos sabuesos de la profesión, con aspiraciones y enormes ganas. Los triunfos han valido para celebrarlos como si se obtuviera un campeonato mundialista. Como diría Rolando Guante: “¡ahhh… la propaganda!”.

Por supuesto, los elogios han empezado a llover para Atkinson, a quien nadie conoce. Los programas radiales afines a FEDOMBAL condicionan a un público, casi siempre ignorante, para que digan lo que ellos insinúan. El acuerdo con el entrenador americano es por un año, con opción a un segundo, imagino si el equipo nacional logra clasificar para los Juegos Olímpicos del 2016.

Por supuesto, Eduardo Najri, gerente del conjunto, se despacha con unas palabras de buena crianza: “era el hombre que queríamos desde el inicio por su experiencia y visión del juego. Es una persona que desarrolla a los jugadores y maneja bien sus minutos, algo que en un torneo tan exigente es sumamente importante. Estoy muy entusiasmado y contamos con él para que nos lleve al próximo nivel”. Por supuesto, la coletilla llega de manos de Rafael Fernando Uribe Vásquez, presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), siempre genuflexo quien disparó: “estamos convencidos de que con él vamos a lograr el sueño anhelado de la afición del baloncesto en República Dominicana, que es ir a unos Juegos Olímpicos. Tener a alguien de su categoría es un gran privilegio”.


¿Qué capacidad de evaluación tienen estos dos sujetos?... ¿aprendió baloncesto a “la cañona” Eduardo Najri?... ¿de quien vino la recomendación?... ¿hay más John Calipari influyendo en el tricolor?... ¿es un señuelo para contar con la presencia de Al Horford?... ¿qué de las posibilidades de continuar el festival de naturalizaciones?... ¿por fin es Eric Bledsoe?

Con la designación de Atkinson, la gerencia de la selección nacional lo que busca es continuar su saga de especulaciones, como lo ha venido haciendo desde que tomó la riendas del conjunto en el 2011. Más de lo mismo, anuncios soltados a cuentagotas, distanciados, muchas veces altisonantes, pero siempre con el objetivo de tratar de sacar partida de todo. Si se nos olvida, el año pasado se especuló hasta el límite con las situaciones del propio Horford y del jugador Karl-Anthony Towns.

Horford
Horford estuvo por última vez con el seleccionado dominicana en Caracas en el año 2012. La presencia de Towns dependerá grandemente del equipo que lo seleccione en el sorteo de novatos de este verano. La inserción de ambos estará siempre condicionada a su participación en el máximo circuito profesional de los Estados Unidos y gradualmente será inversamente proporcional a los minutos que juego que ambos desarrollen, salvo una competición mayor (Juegos Olímpicos o Mundiales).

De todo este berenjenal en que todo el mundo se ha metido y nadie aporta nada nuevo, lo que mejor lo ha definido fueron las palabras de Calipari en la rueda de prensa de mayo del 2011 en el salón corporativo de la telefónica Claro: “he venido a República Dominicana a hacer negocios”. Desde entonces, es una maquina para hacer dinero; tantos son los ejercicios que no nos imaginamos los limites de los mismos. Tomemos de ejemplo al mismo Calipari, nunca se comió un arroz con habichuelas, ni unos chicharrones, pero salió rápido y veloz, en vuelo privado, a fichar a Towns, con la complicidad de todos.

Embarcarse en la contratación de “un pino nuevo” podría ser una sugerencia de Horford, como se ha
Pitino
comentado, pero también un asunto de economía. La presencia de Calipari fue onerosa en grado superlativo y aún se nos sigue mintiendo con la misma. El nombramiento de Orlando Antigua llegó porque nadie quería aceptar menos de 300 mil dólares por el mes de trabajo que tendría el equipo. Ese ha sido el tope de SouthGate en su desesperación por nombrar un dirigente de relumbrón.

Atkinson jugará de frente con nombres como Rick Pitino (Puerto Rico), Rubén Magnano (Brasil), Sergio Hernández (Argentina) Néstor García (Venezuela), Eddie Casiano (México) y posiblemente el regreso de Jay Triano (Canadá) curtidos en este tipo de eventos. Por lo que además deberá contarse con un buen grupo de asistentes, preferiblemente fuera de la orbita de la NBA, pero SouthGate ha sido tan sui generis que nada debería de sorprendernos. Con un “acepto el reto de llevar a República Dominicana al próximo nivel. He visto el respeto que sus jugadores se han ganado en los últimos campeonatos internacionales y me honra formar parte de eso. Agradezco la confianza depositada en mí y con sinceridad les digo que más entusiasmado no puedo estar”, se sirvió el dirigente.

Mercedes
La presencia de Mercedes en la selección que irá a Canadá vuelve a demostrar que los emprendimientos de SouthGate son caprichosos y que FEDOMBAL no tiene interés en desarrollar un verdadero equipo nacional. No hay continuidad en el trabajo, no hay programas, no hay perspectivas, no hay seguimiento, no hay mayor comodidad que unos pocos pesos.

Lo he dicho antes, tenemos selección pero no equipo. Me gusta la proposición del amigo Federico Borrás: “la selección de baloncesto es un negocio de temporada”.

Para Canadá se piensa llevar la camada que FEDOMBAL tiene en el baloncesto universitario de los Estados Unidos, donde se incluyen a Ángel Luis Delgado (Seton Hall), Brandone Francis (Florida),  Luis David Montero (South Florida), Nehemías Morillo (South Florida), Ángel Núñez (Gonzaga), Jon Horford (Florida), combinado con algunos veteranos, donde no se descarta al nacionalizado James Maye; mientras que para México se especulará hasta el final de los días con la posibilidad de James Feldeine, Charlie Villanueva o Bledsoe, Yack Michael Martínez, Eulis Báez, Edgar Sosa, Ronald Ramón, Manuel Fortuna, Víctor Liz, Eloy Vargas, Juan Coronado, Gerardo Suero, Edward Santana, Orlando Sánchez, Ronald Roberts, Gerardo Suero, la incorporación de Horford y el regreso de Francisco García.

Al primero, yo le incorporaría los dos mejores jugadores del equipo sub-19 de asistirá a Grecia, como premio al esfuerzo, en las posiciones 11 y 12; al segundo le aplicaría un profundo remozamiento, sabiendo que hay seis jugadores que pasan de los 30 años de edad cumplidos (Fortuna, Coronado, Báez, García, Martínez y Santana), dejando a sólo dos o tres de ellos. El relevo generacional del conjunto dominicano debió producirse hace ya mucho tiempo.

No puedo decir que siento una querencia profunda por la selección dominicana, que no deja de ser mi
selección, desde el 2011 a la fecha, porque pretenden que volvamos la vista para otro lado y avalar, por ventajas personales o comerciales inconsistentes, ese “modelo con toque de rey Midas incluido” unipersonal y excluyente sembrado por Najri y Uribe Vásquez, donde la aceptación de lo incorrecto es lo correcto, ello crea fragilidad, división y frustración.

El manejo ventajista, burocrático y corrupto, no hace más que seguir repitiendo nuestra eterna historia de rivalidades. Ahora nadie sigue a los ídolos que muchas veces no lo son, se siguen a un gerente general y a un presidente de la FEDOMBAL que lamentablemente no saben un carajo de la disciplina; lo que se quiere es ganancia de causa y cómplices que avalen toda esta podredumbre.

Nunca me han gustado las banderías, por eso nunca me he inscrito en un partido político, pero quizás ganas no me han faltado; siempre he creído que estoy en el bando que quiere y busca un baloncesto mejor, con aspiraciones a colocarse en una posición mundialista, pero hace apenas un año se logró lo mismo que hace 36 años, cuando no había comunicación y las distancias parecían insalvables, pero se trabajaba de forma incesante. Lo que veo y compruebo no es eso, sino habituales gestos populistas: engañar con palabras lo que en los hechos no se encuentra.

Qué lindas son las palabras que se leen y escuchan por la radio y la televisión afectos a SouthGate y FEDOMBAL; los productores de los mismos son tan descarados que no se tocan las narices cuando hablan; que todo es reluciente, de que el baloncesto en incluyente y de que todo marcha sobre ruedas. ¡Mentiras!


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