viernes, 30 de diciembre de 2016

Agrios edulcorados…
Caso 314: Los Indios abren la aljaba
Dic.30.2016        

Revisé el calendario y marcaba 30 de diciembre pero la noticia me pareció que era una broma por el día de los Santos Inocentes (Diciembre 28). Néstor David Díaz, el bien ponderado técnico del baloncesto dominicano, el campeón con los Leones de Santo Domingo en la Liga Nacional de Baloncesto (LNB), “el futuro de la dirigencia técnica en la disciplina”, desataba su compromiso con el equipo titular y firmaba contrato por tres temporadas con los Indios de San Francisco de Macorís.

Volvía al lar nativo, mientras todo era sonrisas; allí rubricaron Samir Risek, presidente de la franquicia; Luis Esmurdoc, vice-presidente de operaciones; Fabio Rojas, gerente general; y Edwin Espin, también del departamento de operaciones.

Hay que recordar que Díaz llevó a los Indios a una corona dentro de la LNB (2013), pero después de ahí todo ha sido desandar los pasos.

El año pasado se contrató a Melvyn López Guillen sólo para que le pusiera la guinda al postre, porque como es sabido, un nombre hecho a base de coronitas en los superiores del patio, que aprendió el oficio “porque pase dos meses en un high school de Miami”, según dijo meses atrás en el programa televisivo La Semana Deportiva, empujado por la actual administración de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL); el desenfreno en su versión imperiosa, terminante, infinita, pero que poco aporta, y que conste que estoy siendo muy generoso, en nada contribuye al desarrollo de la disciplina, no importa en que celofán se quiera envolver, aunque sea comprado en la mismísima Blanchisserie et Teinturerie de Thaon.
Díaz

Recuérdese que bajo su égida técnica y la tutela administrativa de Rafael Fernando Uribe Vásquez, también conocido por el mote de Rafelin, el baloncesto dominicano corre a pasos agigantados hacia la involución, no importa lo que se diga, ni lo que repitan los payoleros de nuevo cuño. Pocas lecciones positivas se pueden rescatar de “la nueva era”, por no decir ninguna.

La administración de los Indios ha corrido con muy pocos resultados y en los actuales momentos cuenta con muy escaso material nativo para salir del atolladero en lo inmediato, como haciendo un paralelismo con aquellos Potros del Nordeste que manejó Julio Hazim, en el béisbol profesional (Potros era el emblema de la franquicia que realmente recibía el nombre de Gigantes del Nordeste). En las últimas versiones del sorteo de jugadores de nuevo ingreso apostaron fuerte a la estatura con nombres como Jon Horford y Jonathan Araujo, pero de poco les sirvió. Hace dos años se emperraron con Ricardo Greer y los cuentos florecieron en la región del Jaya; fueron sus últimos cartuchazos como activo. Aún hay quienes encienden algunos velones para que Francisco García se enfunde la casaca regional.

López Guillen
Horford está fuera de orbita y dudosamente se vista con los colores de un equipo dominicano, si es que continua en la actividad.

El año pasado López Guillen hizo gastar una millonada a los ejecutivos del club en refuerzos inútiles, todos con la misma representación. Omar Reed, el más regular, hasta un impublicable Robert Upshaw, que arrastra infinidad de problemas; llegaron los prestamos a patadas, casi siempre del lado de los Leones; se retiró Richard Ortega, el alma de la escuadra, y así se tejió una campaña que pesó enormemente, sobre todo en los bolsillos de Risek. Encontré muy extraño que Máximo Martín Gómez Villanueva, a quien todos conocemos como Machoncito, cara visible de la administración, desapareciera como por arte de magia.

Imagino por su despliegue de prensa (Listín Diario, Dic.30.2016) que hay muchas cosas que se han puesto sobre el camino. Yo añadiría que Díaz debe ser sacado del país y ubicársele en la temporada muerta espacio detrás de un entrenador capaz de enseñarle los secretos del juego, lejos de esa guacherna que mantiene FEDOMBAL con López Guillén, Mercedes Del Rosario y Juan Matos, también conocido por el mote de Juancito, incapaces de realizar un trabajo honesto y ver más allá de sus narices.
Risek

Además, empezar a trabajar durante todo el año a su jugador franquicia, Araujo, para que aprenda a desenvolverse dentro de una cancha, mínimamente. Para muchos entre el y Ángel Luis Delgado, actualmente en Seton Hall University, está la versión dominicana de Dennis Rodman. Al muchacho le falta mucho por aprender aunque han tratado de venderlo más caro que oro en polvo.


Entre desconcentración y dosificación para los Indios de San Francisco de Macorís nada puede ser más negativo que lo vivido en los dos últimos años, pero después del desastre del 2016 les costará un buen tiempo volver a su temporada más gloriosa.

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