Sin querer
queriendo, o quizás queriendo llegó una guadaña afilada
Junio
12 del 2018
Hace más de 20 años, creo que para aquel Pre-Mundial
que se definió en Neuquén y Tucumán (Argentina) en 1995, cuando Rolando Guante
me invitó a escribir para El Nacional (le
encargué unos alfajores Havanna al buen amigo Germán Liranzo y cumplió, aunque
me compró Cruz del Sur), publiqué unas líneas que sentí me quedaron de lujo; decía
que los encuentros de baloncesto entre República Dominicana y Puerto Rico tenían
un sabor diferente, encierran intangibles como clastos tienen las arenas de la
playa; ellos han sido nuestros maestros en este arte, el primer ejemplo a
imitar, nuestra escuela, y más allá de eso, al paso de tiempo también nos hemos
convertidos, con virtudes y defectos, en indispensables en la vecina isla.
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Dalmau |
Más que “mojaitos”
y “boricuas” crecemos como hermanos,
y 40 minutos sobre una duela no variarán aquello.
Porque antes de la difusión masiva de la NBA, y de los
ídolos rimbombantes de se fueron forjando a partir de los primeros años de la década
de 1980, eran Capitanes de Arecibo, Vaqueros de Bayamón, Criollos de Caguas, Gigantes de Carolina, Brujos de Guayama, Gallitos de Isabela, Leones de Ponce, Piratas de Quebradillas,
Cardenales de Río Piedras, Atléticos de San Germán, Santos de San Juan, Cangrejeros
de Santurce.
Las humanidades de Rubén Adorno (Santurce), Josean Báez (Ponce), Billy
Baum (Bayamón), Charlie Bermúdez (originalmente con Ponce), Sammy Betancourt
(San Juan), Héctor –El Mago- Blondet
(originalmente con Arecibo), Earl Brown (Río Piedras), Wilfredo –Chiqui- Burgos, Ricky Calzada (Caguas),
John Candelaria (Quebradillas, el mismo que después brillaría con los Piratas
de Pittsburgh), Micky Coll (Isabela), Frank Cortés (San Juan), Teo Cruz
(Santurce), Raymond Dalmau (Quebradillas), Jaime Frontera (Arecibo), Diego
Gomila (Guayama), Tomas –Guabina-Gutiérrez,
Joe Hatton.
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John Candelaria |
También Flor Meléndez (Carolina), Raymond Milligan
(San Juan), Rubén Montañéz (Bayamón), Wilson Oquendo (Río Piedras), Mariano –Tito- Ortiz (Bayamón), Joe Pacheco
(Ponce), José Paris (San Germán), Richie Pietri (San Germán), Raffy Rafols
(Isabela), Marcos –Pipo- Rivera
(Santurce), Neftalí Rivera (Quebradillas), Rubén Rodríguez (Bayamón), Osvaldo
Santos (Carolina), Néstor –El Diablillo-
Serrano, Jimmy Thordsen (Isabela), Julio Toro (San Juan), Michael Vicens
(Ponce), y Alberto Zamot (Bayamón).
Pretendimos que algunos fueran dominicanos, en
ocasiones a toda costa, como Josean Báez, Ángel –El Cachorro- Santiago, Roberto Vigil, y quizás algunos más que no
recuerdo, logramos atraer a varios por cuyas venas corrían sangre criolla, el
mangú y que por momento se alejaron del mofongo y las alcapurrias, de la bomba
y la plena, el arroz con jueyes, el pitorro, la lágrima del mangle, el pitrinche, el mamplé, el
ron cañita, como José De La Rosa, Conrado Pastrano, Carlitos Morales, y la lista se hace
interminable.
Después las mismas pasiones las hemos observado desatadas
en la Serie del Caribe y en el Clásico Mundial de Béisbol; pasa con “las reinas del Caribe”, las pruebas de
atletismo y hasta en los eventos de la hípica.
Frink |
En el 2010, Charlie Villanueva se enfocó en los
puertorriqueños, se destapó como una vedette
y en nuestro propio suelo nos propinaron un revés importante, 89-80
(Jul.12.2010), pese a que en la pausa larga el juego estaba de un solo lado, 47
a 39 (los parciales corrieron RD: 23–19, RD: 24–20,
RD: 17–24, RD: 16–26 y en complemento nos batieron por 17 unidades) en ese Centro-Basket 2010, para olvidar, más allá de lo sucedido en la
cancha. En el Centro-Basket sub-17 del año pasado Alanzo Frink cantó las mismas
arias, no era Nessun dorma, acto final de la ópera Turandot de
Giacomo Puccini (1858-1924), tampoco La donna è mobile (La mujer es voluble) de
la ópera Rigoletto de Giuseppe Verdi (1851), la canción que el Duque de Mantua
entona versos de Víctor Hugo en el tercer y último acto, mucho menos Una
furtiva lagrima, romanza para tenor incluida en la ópera L'elisir d'amore de
Gaetano Donizetti en 1832, que se canta durante la octava escena del segundo
acto, donde el ingenuo Nemorino ha comprado un supuesto elixir de amor a un
charlatán, el doctor Dulcamara, convencido de que al ingerirlo podría
conquistar el corazón de Adina, una bella y rica terrateniente, pero el ardid
parece no causar efecto, además porque el embaucador en vez del supuesto elixir
le vendió vino de Burdeos y Adina, por el contrario, anuncia su compromiso con
otro pretendiente, el sargento Belcore, pero salimos
victoriosos, pero la diferencia fue minima (81-80).
Alejandro Vásquez |
Más que lo emotivo lo que tiene que desplegarse sobre
una cancha es el buen hacer, tratar que los lineamientos fluyan, que la
eficacia en las acciones resulte incesante, que se exteriorice el talento
individual sin afectar al colectivo, y cuando el rival nos coloque en
situaciones apremiantes se imponga la buena dirección, el sentido común, los
pases precisos y la efectividad en los lanzamientos. Habrá
pasajes y espacios para las individualidades. Hay que poner la cara porque los
que estamos fuera de las líneas requerimos ese instante de lucha; el agacharse
para quitar las trampas de un enemigo que siempre será hábil, para que el
compañero no tropiece, ayudar a amamantar nuestros cachorros para que como
lobos o humildes guaraguaos vayan tras la presa, tener el pecho abierto, los
brazos extendidos y el alma transparente.
Es difícil ser casi perfectos, pero para ello
existimos. Los que trabajan en la base del baloncesto dominicano no tienen
buenos formadores, pero pretendemos estar en la cima del mundo, muchas veces condicionados
también a la construcción de una nueva cancha, no tenemos idoneidad, no estamos
a la vanguardia de la disciplina, no existen las exigencias educativas, de
trabajo o disciplinarias y ahí los resultados. Se desmotiva a los prospectos
locales, se tiene la sospecha que muchos “técnicos”
hacen trampas y negocios, y la calidad del
baloncesto dominicano sucumbe ante lo particular, lo comercial y lo anecdótico.
Se mira a territorio continental pata que los chicos que se recluten
resulten meramente piezas de recambio.
Quiñónes |
Dominicana saltó a la cancha del Meridian Center de St. Catherines en
Ontario, y cayó 108-94 (26/19, 27/21; 53/40 al momento de la pausa larga,
23/21, 32/33). Se desmoronó por segunda tanda corrida, es verdad que queda el
duelo contra Panamá, que se ha mostrado deslucido, pero habrá que remar muy
fuerte lo que queda del camino.
Lester Quiñónes colocó la imponente cifra de 31
puntos por la representación quisqueyana, la historia recogerá ese hito, pero
no hizo nada más para oxigenar a sus compañeros; bailó, comió, bebió, alcanzó
el éxtasis, quizás sabiendo que alguna reclutador estaba en las gradas, pero
también se embarró solo, sin ayuda de nadie. Poco contribuyó en las demás
facetas del juego, colocó cuatro asistencias, perdió cuatro balones, pero no colocó
nada en las casillas de rebotes, robos de balón, bloqueos.
Soriano |
No hubo nadie que le gritara aquellas letras de Porfi
Jiménez (Porfirio Antonio Jiménez Núñez, Feb.16.1928 en Hato mayor del Rey;
Jun.08.2010 en Caracas, cuñado de la exquisita dama Serafina Dominicana Reyes Castillo de Berroa, propietaria de la Farmacia San Judas Tadeo en Hato
Mayor, y pasada diputada al Congreso Nacional): “se hunde el barco mi querido capitán, se hunde
el barco no lo dejen naufragar, se hunde el barco si usted sabe navegar, se
hunde el barco usted nos tiene que salvar… capitán, capitán si sube la
marea… capitán, capitán vamos a naufragar”.
Los intangibles no tienen un departamento donde se
guardan, pero si se contabilizaran “arrasó
con to’”. Quiñónes resultó un repulsivo para las aspiraciones criollas, cercenó
muchas esperanzas, y barrió con el esfuerzo de sus compañeros. Señalé en una
pasada entrega que este chico me hacia evocar a Lionel Figueroa (6’06, 185, SG,
Mar.28.1998 en Lawrence, Massachusetts, estuvo en Odessa
College y se comprometió en Abr.21.2018 para agotar sus tres restantes años de
elegibilidad en St. John’s Red Storm), que José Mercedes Del Rosario, Maita (hoy no me salieron las ganas de
recordar las calificaciones de su mote), presentó en esta misma versión, sub-18
continental pero en Valdivia (Chile) en el 2016.
Porfi Jiménez |
Figueroa,
también conocido como L.J, promedió 21.4
puntos por juego, ayudando a los Wranglers
a una temporada de 28-5. Convirtió el 55.5 por ciento de sus disparos de campo,
incluyendo un 48.2 por ciento desde las profundidades. Desde la línea marcó el
72.6 por ciento, grabó 5.5 rebotes y repartió 3.7 asistencias. Anotó para
cifras dobles en todos menos uno de los partidos en que vio acción, incluyendo
cuatro salidas sobre los 30 enteros. Recibió la distinción de contarse entre el
NJCAA Division I All-America First Team.
Originalmente fichó para New Mexico State, pero cuando el entrenador Paul Weir
dejó la posición para marcharse a su vecina New Mexico perdió el interés de
asistir a un programa mayor. También tenía ofertas para dirigirse a Florida, Louisville, Miami y Virginia Tech. En Valdivia,
Figueroa promedió 14.6 puntos, 5.2 rebotes y 1.8 asistencias en 22 minutos por
salida.
Cuando las acciones rompieron los
puertorriqueños empezaron a dar una master
class de buenos fundamentos, que es mucho pedir para unos chicos aún en
formación, rotación de la pelota, certeras decisiones a la
hora de encarar el aro (57.8 por ciento desde el campo y un relevante 54.5 por
ciento desde las profundidades) y poniendo empeño inteligente a la hora del
trabajo defensivo, pero eso les bastó para, como diría
El Mago, Simon Alfonso Pemberton,
dominar de punto a punta. Los dominicanos, que presumen de mayor amplitud física
y mejor colocación en los niveles de reclutamiento escolares, han sido parcos a
la hora de dejar el pellejo defensivamente y el arco de tres es la raya que
marca el hundimiento.
Puerto
Rico colocó pacientemente a siete jugadores en cifras dobles, todo
el mundo aportó, se repartieron
31 asistencias, sumaron 13 rebotes ofensivos para un total de 39, robaron 8
balones, con George Conditt (6’11, PF, Ago.22.2000 de
Chicago, Illinois; asistirá a Iowa State University) colgándose 18 enteros y 13
rebotes; igual aporte realizó Víctor Manuel Rosa Rolon (6’05, SF/SG, Ene.13.2011, Central Pointe Christian Academy en Kissimmee, Florida, y Richie Dalmau es su entrenador), aunque con sólo tres
rebotes; Alejandro Vásquez (6’03, SG, Oct.21.2000, St. Patrick’s High School en Flushing, New York, clase
2019) dibujó 17 con
3 rebotes y 3 asistencias.
Isaiah
Palermo (6’04, SF, Jun.13.2000, Osceola High School en Kissimmee, Florida, clase 2019) se anexó 14 con 4 rebotes y 8
asistencias; Giovanni Santiago (6’00, 160, PG, Ene.04.2000,
Hughes High School Big Red en Cincinnati,
Ohio) hizo 12 con 4 rebotes y 10 asistencias; Jorge Torres Vizcarrondo (6’05, PF, Abr.19.2000, Central High School en Springfield,
Massachusetts) marcó 12
con 5 rebotes y 2 asistencias; y cerró José Carlos Placer Díaz (6’01, PG, May.08.2000, The Master's Academy en Windermere, Florida, ya
reclutado para University of Maryland-Baltimore County Retrievers)con 10,
2 rebotes y 4 asistencias. Siete enteros tatuoo Dyondre
Dominguez (6’08, PF, Sep.08.2000, New Hampton School en New Hampton, New Hampshire).
José Placer |
Apenas
contaron minutos Adriel Linares (6’09, SF,
Ene.09.2000 en Miami, reside en San Antonio, Texas, juega para Sunnybrook Christian Academy) y Jatsiel Colón (6’08, PF/C, Sep.12.2000, Lima Senior en Lima, Ohio); Algenis Quintana (6’00, PG/SG, Dic.13.2000) y Gianfranco Grafals Jiménez
(6’03, SG, Jun.13.2000, asiste a Fleming Island
High School en Orange, Florida) no entraron a la duela.
Además de Quiñones aportaron a la causa
dominicana David Jones 18 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias; Alanzo Frink se retiró
con 18, 5 rebotes y 3 asistencias; Joel Soriano, 12 puntos y 5 rebotes.
Colectivamente se disparó para un 57.9 por ciento desde el campo (22-de-38),
36.7 por ciento desde más allá del arco (11-de-30) y 81.0 por ciento desde la línea
(17-de-21). Se atraparon 31 balones y se otorgaron 24 asistencias.
Los números
fríos, visto así, no son para el espanto, pero no hubo sacrificio ni pasión.
Hay reclutamientos que rompen con cualquier sistema, si los hubiera. República
Dominicana, que asisten con Nueva York, tiene una selección, pero no cuenta con
un equipo.
Verplancken |
¿Y
Carmen Gómez Del Villar?... flamante presidente de la Asociación Dominicana de
Baloncesto en Nueva York… ¡buchipluma na’
ma’!... permitir más de 100 tantos en dos encuentros consecutivos, con
Estados Unidos, donde los mismos que están ahí comparten escenarios, y con
Puerto Rico que en el imaginario de la FEDOMBAL se instaló como un rival que se
puede vencer, es una llamada de atención de
que la dirigencia y nuestros regentes no están haciendo bien las cosas.
En otros
partidos, Estados Unidos pasó la aplanadora frente a Panamá, 118 por 26; Canadá
se llevó sin contemplaciones a Ecuador, 115 por 75. Argentina sudó para vencer
a los chilenos, 76 por 66.
Los
parciales en el juego de Estados Unidos y Panamá corrieron: 43/0, 27/8, 29/9 y
19/8. Todos los norteamericanos anotaron, hecho que se ofrece por segundo día
consecutivo, con cinco nombres en cifras dobles: Armando Bacot (6’09, 227, PF, de
Richmond, Virginia, milita en Trinity Episcopal School, se
graduará en el 2019), 17; Cole Anthony (6’02,
170, PG, de Briarwood, New York, juega para Archbishop Molloy), 14; Ayo Dosunmu (6’03, 165, PG, de Chicago, Illinois, se graduó de Morgan
Park y asistirá a la Universidad de Illinois), 12; Tyrese Maxey (6’02, 180, PG,
de Dallas, Texas, asiste a la secundaria South Garland y concluirá en el 2019),
12; y Trayce Jackson-Davis (6’10, 228, PF, de Greenwood, Indiana, finalizará en
el 2018, asiste a la secundaria Center Grove), 12. Recolectaron 63 rebotes y
repartieron 38 asistencias.
Las escuadras de los Estados Unidos reúnen marca de
53-2 en los torneos FIBA Américas sub-18, y han alcanzado la
medalla de oro en las versiones de 1990, 1994, 1998, 2006, 2010, 2012, 2014 y
2016, con una plata en el 2008 y un bronce en el 2002.
Canadá
se anotó con cinco jóvenes en dos dígitos y como sus vecinos del norte atrapó
63 rebotes y repartió 32 asistencias. A.J. Lawson (6’06,
SG, May.17.2000 de Brampton, Ontario) y Addison Patterson, (6’06, SG,
Jun.09.2001 de Milton, Ontario) pusieron 20 cada uno; Emanuel Miller (6’07, SF,
Jun.19.2000 de Scarborough, Ontario) dejó su cuenta en 20; Andrew Nembhard
(6’04, PG, Ene.16.2000 de Toronto), dibujó 14; y Tyrese Samuel (6’07, SF,
Mar.10.2000 de LaSalle, Quebec) marcó 12.
Los chicos de Maximiliano Seigorman tuvieron que
disponer de una gran final, sobre todo en el plano defensivo para tumbar a un
convencido de Chile con pizarra de 76-66, contando con Francisco Caffaro que marcó
20 puntos y bajó 15 rebotes.
Argentina tuvo un muy flojo
segundo cuarto. Nunca le encontró la vuelta a la defensa en zona de Chile y le
costó mucho anotar. Además sufrió desconcentraciones, tomó malas decisiones y
no se lo vio confiado. Un doble de Kevin Rubio puso a los chilenos al frente
(32-31), por primera vez desde los pasajes iniciales del juego, y el conjunto
trasandino cerró mejor el primer tiempo para llevarse cinco puntos de luz
(38-33) al llegar al descanso largo.
Con enorme confianza, crecido
desde lo anímico, Chile comenzó mejor el segundo tiempo y llegó a ganar hasta
por 9 (48-39), gracias a una notable efectividad desde larga distancia.
Argentina pareció tocar fondo en ese momento. A partir de ahí, aun sin mostrar
un buen juego en conjunto, el equipo albiceleste reaccionó con actitud y un
mayor nivel de energía. Un parcial de 12-2, con buen protagonismo de Farabello
(6 puntos), volvió a poner al frente a Argentina.
En los primeros minutos del
último cuarto hubo mucha tensión y los equipos intercambiaron el control del
tanteador varias veces. De todas maneras, la actitud de Argentina fue otra. Con
confianza y determinación, los chicos de Seigorman pronto torcieron la
historia. Dos bombas consecutivas (Juan De La Fuente y Giodano) abrieron una
ventaja de 9 (69-60 con 4:26 por jugar), que a esa altura parecían una enormidad.
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