Agrios edulcorados…
Caso 160: El Técnico sabe y me
sorprendió
Mar.23.2016
Escuché esta mañana en el programa de Vian Araujo y
Ricardo Rodríguez a El Técnico.
No copié el nombre de El Técnico, solo retuve que se
llama Huáscar. Y que había estudiado en el Colegio Loyola, recinto por donde
pasaron mis tres hijos.
El tema me resultaba interesante y detuve mi búsqueda
en el dial; mi amigo y compañero Limbano Antonio Sánchez Dujarric siempre me ha
dicho que es difícil escuchar música conmigo. El Técnico hablaría del Torneo de
la NCAA.
Un tema desconocido para la mayoría de los amantes del
baloncesto en el país.
Un contenido espinoso, difícil, complejo, misterioso.
Aquí “los periodistas” conocen a los jugadores si
llegan a la NBA (Asociación Nacional de Baloncesto, por sus siglas en inglés). Siempre
he mantenido el concepto que para conocer a fondo la NBA hay que estar bien
empapado de la NCAA (Asociación Atlética Colegial Nacional de Colegios, por sus
siglas en ingles y sus vertientes (primera, segunda y hasta tercera división,
junior collage y algunas más; que en este caso son universidades… vainas de los
gringos que al salir de la secundaria van a “college” y de ahí salen como “bachelor”).
Llamee a mi hijo mayor y me dijo: “si es Huáscar y del
Loyola, lo más probable es que sea Huáscar Ramírez, que siempre le ha gustado
el baloncesto; es un poco mayor que yo, pero llegamos a jugar juntos en el
colegio y también en la universidad. Muy bien tipo”.
Pues, para no hacer más largo el cuento “El Técnico”
me sorprendió. Trató el tema como un verdadero profesional, con precisión y sin
dejar detalle de cada uno de los equipos.
Aquello me pareció la presentación de un periodista
acabado, limpio, diáfano, sereno, sin desperdicios pero sin estridencias.
La buena educación paga sus réditos.
De la NCAA en este país, por lo menos a los que he
conocido, uno podía sentarse a conversar con Leandro De La Cruz, Osiris
Duquela, Alejandro Tejeda, Sergio Abreu, Edgar De La Rosa, Rolando Guante, Odalis
Santiago, Hugo Molina, Eliseo Alba Damirón, Iván Brea Jiménez (+), y no muchos más.
Recordaré una anécdota simpática, estudiaba una noche
de domingo con mi amigo, compañero de colegio y de universidad Ramón Antonio
Soto Camasta, siempre muy ligado a la hípica, y sacó una de las tantas revistas
que tenía en toda mi casa y me dijo: a que no me dices seis jugadores de esta
universidad. Había tomado la guía de medios de Brigham Young University, debía
ser 1976 o 1977 y le señalé el equipo completo. Hasta ahí llegaba mi pasión en
esos años. Sólo de esas guías, folletos y revistas, de la NCAA, debo de tener más
de 20 mil en mi biblioteca.
De la nueva generación de cronistas deportivos
dominicanos, no creo que muchos estén a
caballo de las incidencias de ese
complejo mundo.
Rodríguez señaló a varios entendidos y ciertamente con
muy pocos me tomaría una taza de café.
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