Agrios edulcorados…
Caso 365: Buen sábado para leer a Aníbal de
Castro
Ene.05.2019
Sábado… quinto día de este 2019 que pinta bueno… quedan 360 fechas para
hacer historia. Hoy es Convoión, Deogracias, Gerlaco, santa Sinclética, pero
nada importa, ya el presidente dominicano está en campaña para el 2020, el anunció
que daría a conocer si correría para un nuevo periodos en marzo; sería su
segunda reelección… a sus acólitos se les escapó un comercial donde se muestra
su empeño por seguir al frente de los destinos del país. ¡Nadie tenía dudas de que sería así!
santa Sinclética |
Por
si se me olvida o no salgo al aire, mañana estará de cumpleaños Oscar Reynaldo
Piña Soñé, El Boricuologo… ¡ayyyyyyyy!...
el hombre es como el embajador de Puerto Rico en República Dominicana en
materia deportiva, es de San Juan, si, de San Juan de la Maguana; intocable con
el son los temas de Carlos Arroyo, J.J. Barea, Francisco Lindor y Carlos Correa.
Allá en su campo brindaría triculí y clerén, pero seguro habrá pitorro y
morcillas.
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Catedral San Juan Bautista |
En
1493, Cristóbal Colon descubre lo que llamó Montecristi; en 1801, Toussaint
Loverture se apodera de San Juan de la Maguana, alegando la ejecución del
Tratado de Basilea, por el cual España cedió a Francia la parte española de la
isla a cambio de Cataluña y las provincias que forman el país vasco; en 1823, el
Gobierno del general haitiano Jean Pierre Boyer suspende la asignación a la
Catedral de Santo Domingo y prohíbe que los religiosos se sostengan de las
rentas eclesiásticas; en 1895, la ciudad de Santo Domingo enciende por primera
vez el alumbrado eléctrico. En 1946, falleció el barítono Eduardo Brito, cuyo verdadero
nombre era Eleuterio Aragonez, quien triunfó ampliamente en el teatro lírico
español y en cuya memoria se le ha dado su nombre al Teatro Nacional de Santo
Domingo. Para el 2006, Danilo Medina, entonces secretario de la Presidencia, revela
que problemas a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana y la
resistencia de las organizaciones aliadas, frustran una eventual alianza con el
Partido Reformista Social Cristiano; en el 2016, falleció Pachy Carrasco, a la
edad de 47 años el músico, cantante y compositor, excelente ser humano, de esos
que debería aún de estar entre nosotros.
La guadaña se llevó a Marko Marulić, poeta croata (1524); Catalina de Médici, esposa del rey Enrique II de Francia (1589); Calvin Coolidge, trigésimo presidente estadounidense (1933); Ramón María del Valle-Inclán, escritor español (1933); Max Born, físico alemán, premio nobel de física en 1954 (1970) , quien elaboró la interpretación probabilística de la mecánica cuántica y numerosos trabajos de física atómica y molecular; Charles Mingus, músico estadounidense (1979); Pete Maravich, baloncestista estadounidense (1988); Sonny Bono, cantante, actor y político estadounidense (1998); Malangatana Ngwenya, pintor, escultor y poeta mozambiqueño (2011); Nelson Ned D’Avila Pinto mejor conocido como Nelson Ned o " el pequeño gigante de la canción", bolerista brasileño (2014); y Pierre Boulez, compositor y conductor francés (2016).
Dejaré estos párrafos de Aníbal de Castro, periodista dominicano y actual embajador de República Dominicana en Bélgica y la Unión Europea, aparecido en esta fecha en Diario Libre, su artículo lo tituló El Macondo Nuestro de Cada Día: “así son nuestros héroes, de carne y hueso, destinados como cualquier otro humano a pasto de gusanos a menos que la ingratitud de sus generaciones y el fuego, no del infierno sino de la cremación, los releguen a cenizas. Nacieron, crecieron, vivieron y murieron bajo el signo de las contradicciones, hijos legítimos de un Macondo que persiste en el tiempo y que la modernidad y posmodernidad no han logrado borrar. Sirve de arquetipo ese Bolívar, apartado de la elegía oficial, reducido a su especificidad que al mismo tiempo es ficción, como en el texto de García Márquez. El Libertador, el portavoz de la libertad y democracia desde el norte al sur, del este al oeste de la América Latina, retrasó casi una semana la expedición militar que organizaba con la ayuda de Pétion, en Haití, a la espera de que llegaran las faldas ansiadas de Josefina –Pepita-- Machado, su amante de entonces. Los oficiales alemanes y británicos, soldados de fortuna que participaban en la aventura militar financiada por un Haití empobrecido a causa de su propia guerra de independencia, desconocían las pasiones macondianas de estos terrenos. Lo suyo era otra realidad, no menos dura, matizada por las guerras napoleónicas y el fracaso de la Gran Armada. Desconcertados, amenazaron con abandonar los barcos anclados y a Bolívar, anheloso de los favores de la mantuana caraqueña y desquiciado por el tiempo largo que mediaba desde el último ayuntamiento carnal”.
“De extravíos, torpezas, turbiedad y traiciones rebosa Macondo. Francisco Miranda podría ser definido como un verdadero patriota, y un aventurero también curtido en la revolución francesa, las guerras napoleónicas y contiendas en Crimea. Hasta aseguran que visitaba con asiduidad el lecho de la emperatriz rusa Catalina la Grande. En su casa en Londres, en el número 54 de Grafton Way, recibió a Bolívar cuando junto a otros venezolanos buscaba apoyo británico para la causa independentista. Guerrero en cuatro continentes, se adelantó al Libertador en la idea y el combate por una América unida, independiente. Contagiado del espíritu bolivariano, retornó a la patria, tomó las armas y enfrentó al ejército español, del que había sido ya un oficial destacado. Bolívar y un grupo de sus seguidores le tendieron una celada y lo entregaron a los realistas: todo un acto premeditado de traición. Miranda, el sobreviviente de mil batallas, tretas y alta y baja diplomacia, murió con un grillete al cuello en una cárcel en Cádiz. Su tumba en el Panteón Nacional de Venezuela está vacía porque sus restos, arrojados a una fosa común, nunca han sido recuperados”.
“En la mejor tradición macondiana, hemos ungido patriarcas con señas caribeñas. Substantividad cruel que empequeñece toda ficción, un abigeo, rescatado y encumbrado por las tropas norteamericanas de intervención en el 19l6, se convirtió en uno de los gobernantes más feroces. Hablaba el mismo idioma de Buendía, el doctor Francia, Boves, Páez o el Mariscal de Ayacucho: el dominicanísimo Rafael Leónidas Trujillo”.
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Aníbal de Castro |
“Juan Pablo Duarte, desterrado a perpetuidad por Santana, desapareció por años en Venezuela, en los llanos que eran el territorio natural de Boves. Vestigio ninguno de Ulises ni de La Odisea en esa travesía macondiana que marca la vida del Padre de la Patria dominicano y del que se sabe poco, excepto que ejercía como comerciante modesto en medio de poblaciones indígenas. Quedan como explicación unos síntomas de depresión extrema, de melancholia, para la que en aquel entonces no había Prozac ni los tantos barbitúricos que ahora elevan la heroicidad y también la paranoia o conductas propias de los páramos y recovecos mentales de Úrsula Iguarán”.
“Dejé a propósito para el final el descreimiento en el futuro y la convicción de que todo cambio es imposible —síntomas concretos de la depresión—, porque, como afirmó Bolívar cuando la tuberculosis había minado ya sus fuerzas de animal de galaxia y tenacidad ante las adversidades, arar en el mar es verdad y no ficción”.
Ya me voy: “el que quiera se puede ir conmigo en mi cohete de pan”. Cuando tú amas y sirves a los demás… la vida te ama y te sirve a ti. Pues, todo vuelve multiplicado.
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