Agrios edulcorados…

Caso 382: El dia que mataron a El Chivo 

Mayo 30 del 2019

Por circunstancias de la vida, uno de los nombres más familiares de mi existir es Pedro Livio Cedeño Herrera, la avenida que se le dedicó está a una esquina de mi casa donde concurro todos los días, cuando uso los servicios del Metro de Santo Domingo la estación Pedro Livio Cedeño es mi destino o mi punto de partida, según la dirección que tome. Para un hombre gravemente herido, rodeado de esbirros, recién operado y torturado con saña y que se dispare con una frase tan inquietante y a la vez incómoda como: “miren coño lo matamos como a un perro y yo solamente quisiera que él volviera a vivir y yo también para matarlo otra vez”, hay que tener dos cojones del tamaño de la catedral de Santo Domingo.

Pedro Livio, como todos los llamamos, y los demás conjurados asesinaron a Rafael Leónidas Trujillo Molina la noche de May.30.1961, ¡mataron a El Chivo!, sí, pero por una o por otra lo que debió continuar no siguió su curso; Joaquín Balaguer Ricardo pasó a ocupar el lugar que siempre ambicionó, permitió a los Trujillo hacer lo que les viniera en gana hasta noviembre de ese mismo año cuando la OEA (Organización de los Estados Americanos) decidió jugársela.

Balaguer Ricardo continuó hasta el momento de su muerte siendo la principalísima figura del país, renació cuantas veces fueron necesarias, un camaleón como pocos, ni Gabriel García-Moreno y Morán de Butrón (Dic.24.1821 en Guayaquil; Ago.06.1975 en Quito), ni José Gaspar Rodríguez de Francia y Velasco (Ene.06.1766 en Asunción; Sep.20.1840 en Asunción), también conocido como el doctor Francia o para los paraguayos de su época como Karaí Guazú, sirvieron con tanto cinismo y tanto oportunismo; continuó con el trujillismo como si nada hubiera pasado, y entre uno y sembraron lo que en realidad somos, serviles, genuflexos, llenos de calamidades, sufrimos por obra y desgracia de ese aciago trujillismo nuestro de cada día, replicamos actitudes que llevamos hasta en el tuétano, pero todos queremos tapar el sol con un dedo.

Aunque no lo queramos admitir, ni balaguerismo, ni leonelismo, ni danilismo, ni ninguno de esos pseudo-movimientos que nos entretienen, excúseme, o como la canallada que alguna vez mencionó Fernández Reyna: “el vinchismo”; sin ideología y sin futuro más allá del saqueo de las arcas públicas en el instante fugaz que cada vez se pretende extender hasta el final de los tiempos, aquí prima el trujillismo. Nadie se ha encargado de empezar a borrarlo. Negar la existencia de Trujillo Molina es otra forma de acrecentar su figura en el tiempo de esa dominicanidad que no termina de fraguar.

Trujillo

Tengo un compañero que con muy justa razón repite: “los dominicanos nos equivocamos al matar físicamente a El Jefe, en lo que caímos después es en el lambonismo y el comemierdismo”. El Jefe, El Generalísimo, El Benefactor de la Patria, El Padre de la Patria Nueva, El Protector de la Iglesia Católica… ¡coñazo!... adáptelo al propio Balaguer Ricardo (1966-78; 1986-96), a Guzmán Fernández (1978-82), Majluta Azar (1982), Jorge Blanco (1982-86), Fernández Reyna (1996-2000; 2004-12) y Medina Sánchez (corriendo desde el 2012), nada cambió en 58 años… me olvidaba de Mejía Domínguez (2000-04), ¡ayyyyyyyyy!... ¿será mezquino este dizque “guapo de Gurabo”?

En el centésimo quincuagésimo día de ese 1961 acudieron a su cita con la historia, mientras en Sevilla se conmemoraba el Día de San Fernando III de Castilla, militar y rey español que reconquistó la península ibérica, restando otros 215 días que se convirtieron en muy amargos para todos, además de Pedro Livio, fueron actores de primera línea Luis Amiama Tió, Luis Manuel –Tunti- Cáceres Michel, Antonio De La Masa Vásquez, Juan Tomás Díaz Quezada, Modesto Díaz Quezada, Luis Salvador Estrella Sadhalá, Amado García Guerrero, Antonio Cosme Imbert Barrera, Roberto Rafael Pastoriza Neret, y Huáscar Antonio Tejeda Pimentel.

Escribió Juan Alberto Liranzo para Acento (Jul.13.2017): “con Pupo Román (mayor general José René –Pupo- Román Fernández, jefe del Ejército Nacional) no solo murió la persona misma, sino también el plan originalmente concebido, y como lo demuestra la historia, los héroes ajusticiadores, salvo escasa excepción, fueron perseguidos y asesinados por la maquinaria trujillista, lo que hizo de la hazaña del 30 de mayo un hito histórico, pero igualmente un fracasado intento que jamás se consumó”.

De lo que no debería existir ninguna duda es que muchos trujillistas y anti-trujillistas, se convirtieron desde entonces en una carga para el erario dominicano, y todos los presidentes anteriormente citados han mantenido esta falacia.

El tema es amplio, prometo continuar.

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