viernes, 24 de febrero de 2017

Caminos a ningún lugar

Mi papá tenia un amigo que respondía al nombre de Teodoro Ursino Reyes, lo conocí cuando ambos integraban la Liga de Softbol Apolo, originalmente formada por la comunidad del residencial Apolo que está próximo a la Lope de Vega… el más joven de esos jugadores era Iván Pérez, hijo de Elizardo Pérez Espinosa, fundador tiempo después de ELIPESA, industria dedicada al campo farmacéutico; se jugaba en los terrenos de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) los domingos a la mañana y concurrían Mario Ramis de Pinturas Popular, José Cardoza, que era contador, Darío Martínez (padrino de mi hermana menor), dueño de DAMARCO, también en el área farmacéutica, Melidito Marte, que debe ser el papá de Melido el de Remax y hermano de Cristóbal Marte Hoffiz; había también un ejecutivo de METALDOM que entonces vivía en el ensanche Ozama; esos son los que recuerdo.

Reyes tenía una fábrica de zapatos en la avenida San Martín a esquina Felipe Vicini Perdono; donde está hoy la industria de plásticos Nesplas. En los altos de la esquina nordeste de la intercepción había una clínica (hablo de finales de la década de 1960) que cada instante protestaba por los ruidos de las maquinarias. Para quien no lo sepa en la industria del calzado se usan unas maquinas de coser que despliegan un esfuerzo considerable, hay perforadoras, maquinas de estampación y otras tantas, algunas ensordecedoras.

Siempre quise saber si Teodoro Ursino Reyes, el político, miembro del pe-ele-de, actualmente gobernador de la provincia de La Romana, diputado en varios periodos, y el Teodoro Ursino Reyes de mis recuerdos eran padre e hijo. Hace poco tiempo supe que no.

Los romanenses han vivido muy disgustados con sus representantes en las cámaras legislativas y con aquellos que personifican al Poder Ejecutivo en la provincia. Escuché en una emisora de allí: “no han servido para nada, deberían hervir todos en una olla”. Ahora hay un muchacho llamado Pedro Botello, miembro del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) que ha salido muy travieso, sus repentinas ocurrencias están más cerca de un chimpancé que la de un diputado, y eso es mucho decir. Alguien me comentó en Villa Verde: “Botello hace sólo unos meses andaba encaramado de un motor, haciendo piruetas y atentando contra los peatones, como la jonda que lleva el diablo (a toda velocidad)”. Ya calificó de “dictadora y abusadora” a la presidente de la Cámara de Diputados, Lucia Medina Sánchez.


El perfil de Twitter de Botello nos dice: “profesor y abogado de ejercicio, magíster en Derecho Procesal Penal”. Por lo menos, en lo poquísimo que observé, no corre con faltas ortográficas.

Reyes es el presidente del Comité Organizador del Torneo de Baloncesto de La Romana que estará dedicado, en su trigésima cuarta versión, al ministro de Deportes, Danilo Díaz Vizcaíno. Ya vaticinó: “el reto que nos hemos propuesto es del montar un torneo que supere en calidad y organización todas las justas anteriores”. En el clásico intervendrán los equipos Máximo Gómez, Virgilio Castillo, Ramón Marrero Aristy, San Martín de Porres, la Tribu de Quisqueya y Juan Pablo Duarte.

No voy a entrar en consideraciones sobre el espectáculo que se puedan montar. Al igual que muchos clubes del país uno de los mayores problemas de estas instituciones es la falta de pago oportuno a entrenadores, asistentes, personal auxiliar, y jugadores. Las quejas deslucen los torneos. Muchas veces llegan las amenazas de que serán detenidos, ¡y se han detenido!

Hasta ahí, todo bien.

En el Distrito Nacional el Comité Organizador estará presidido por Johnny Jones Luciano, miembro del PRSC, director de la Liga Municipal Dominicana (LMD), un osado que varias veces se presentó como candidato a Presidente de la República en las primarias de su entelequia política y quien nunca ha pisado el Palacio de los Deportes en asuntos relativos al baloncesto. En la foto de familia que tiró la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA) le acompaña entre otros personajes su hermano Eddie Jones Luciano, cuyo paso por el San Carlos fue una verdadera calamidad.

En Santiago la Asociación de Baloncesto de allí (ABASACA) lleva como presidente del Comité Organizador a Ramón María Rodríguez, a quien todos conocemos como Monchy, miembro del Comité Central del pe-ele-de, ex-administrador de Molinos Dominicanos, ex-sub-director de Prensa de la Presidencia, ex-administrador de la Corporación de Fomento Industrial , ex-sub-administrador del Banco de Reservas, ex-sub-gerente del Banco Nacional de la Vivienda, ex-administrador de los Comedores Económicos del Estados, y también ex-candidato a alcalde de Santiago en las primarias de su partido.

Todos los presidentes de los comités organizadores son y serán políticos, por lo menos de momento. Así pasará con los demás eventos que desarrollaran las asociaciones afiliadas a la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), como queriendo asegurarse el patrocinio estatal en sus respectivos clásicos. Sin lugar a dudas la participación del Estado Dominicano es necesaria, pero aquí se ha convertido en única, vital e imprescindible, como si todos los “dueños”, porque hay que admitir que los clubes se han convertido en instituciones privadas y de un único propietario, se hayan convertidos en parásitos de la teta gubernamental; se vive en total complicidad con los políticos de turno, como una infestación con el Dracunculus medinensis (el gusano de guinea).

Hace años, muchos años, ha sido así desde hace por lo menos tres lustros, que los clubes dedicados a la practica o mejor dicho a la exhibición de equipos de baloncesto perdieron la capacidad de generar recursos (también de entrenar adecuadamente). Resulta increíble pensar que gente como Francisco –Chico- Pérez y Manuel –Cholo- Suero, para no hacer largos los ejemplos, con todas sus virtudes y defectos, quizás menos curtidos en las artes comerciales, quizás con menos contactos frente a los encargados de las promociones de las empresas, quizás hasta con menos facilidades, tenían más agallas que los encopetados propietarios de los clubes que una vez fueron populares.


La frase reciente, muy desfachatada, impúdica, desaseada, mordaz, indecente, de que: “las políticas económicas del gobierno marchan con buen viento pero el Fondo Monetario Internacional (FMI) nos recomienda una nueva reforma fiscal”, resulta lapidaria. El Gobierno Dominicano vive momentos muy difíciles, la cultura rentista que se ha vivido desde los tiempos de Salvador Jorge Blanco ha castrado mucho de nuestro potencial, las exportaciones disminuyen, y el deporte debe emprender nuevos vuelos, porque es imposible seguir chupando de una sola teta y mantener el parasitismo. Por supuesto, la empresa privada pedirá cuentas de sus inversiones, se ganará y se perderá, pero todos desearán ver sus marcas envueltas en mejores espectáculos… ¡y a eso se le teme!

Como diría Noam Chomsky, palabras más, palabras menos: “hemos fomentado el individualismo y el consumo, pero no la solidaridad. Hemos enseñado los dogmas de moda: la ganancia personal y el no involucrar a nadie que no sea un cómplice”. ¿Me fui muy lejos o podrá alguien discernir?... ¡dame luz Federico Borrás!... ¡dame luz Carlos Banks!

Dentro del conjunto infinito de circunstancias todos sabemos que estos seres llegan a tomarse la foto el día inaugural y nunca más se les ve la sombra, pero tampoco quieren cargar con las facturas que prometieron pagar. Promoción política momentánea… ¿cree usted que Monchy no sueña con aspirar nuevamente a la alcaldía de Santiago?... ¿qué Jones Luciano no le interesa mantener entre los seres iluminados del reformismo?... demasiadas acechanzas tiene el baloncesto… ¿qué ha aportado Andrés Terrero Alcántara en sus andanzas?... tantos atentados han dejado enormes huecos. De las palabras del ministro Díaz Vizcaíno en la rueda de prensa de ABADINA, ciertamente el evento de la ciudad capital fue semilla que germinó; no se equivocó, fue, del verbo que ya jamás se prenderá mientras no exista vocación para cambiar el cauce.


La barca que debería ser el hilo conductor del baloncesto en ciudades y pueblos está deteriorada, el timón no tiene capacidad para autocontrolarse y todos sabemos que se navega en un mar lleno de acechanzas, donde priman los deseos de ganar de los “dueños” de los clubes, nada de montar un espectáculo de calidad. Todo esto pudo ser previsto con el trabajo honesto en las categorías formativas pero la vida no es una ejecución perfecta de las obras de José de Jesús Ravelo Castro (Mar.21.1876 en Santo Domingo; Dic.02.1951 en Santo Domingo. Músico, compositor, director de orquestas, profesor de canto. Todas sus obras son de orientación ecléctica). Hoy podemos saber cuando una mariposa aletea en China, pero acá, desde hace años se ha elegido el camino fácil, para dejarnos en el medio del camino a ninguna parte.

El régimen imperante se aferra en acallar las voces criticas pretendiendo rodearse de “sabios” que siempre proponen las mejores salidas, las ganadoras, las que acomodan todas las circunstancias, para caer siempre en un “zugzwang” (aquí hago un paréntesis para reírme, porque habrá muchos corriendo al diccionario… ojo: la respuesta les será dada en español), porque cada vez estamos en posiciones más desventajosas. El error siempre ha consistido en ir más allá de lo posible, en pretender resultados sin trabajo, en la falta de regulaciones y en expendeduría sin techo.


Este decisionismo del baloncesto dominicano ya está teniendo gravosos réditos en el campo deportivo; recomponer esos deberes costará una enormidad. La gestión de Rafael Fernando Uribe Vásquez, también conocido por el mote de Rafelin, al frente de FEDOMBAL nos repite que corre sin equívocos, cada día esta más convencido de ello, nunca se ha detenido a pensar si todos sus pasos han sido encaminados en la dirección correcta, quizás por ignorancia pero no por perversidad; quizás el llegue a donde aspira, pero el baloncesto dominicano quedará quebrado.

Indigna su reiterado descaro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario