martes, 14 de febrero de 2017

Agrios edulcorados…
Caso 322: Palos periodísticos y otras minucias
Feb.14.2017       

Escuché a una periodista (Feb.13.2017… programa matutino 107.7 FM) decir que ya los “palos periodísticos” no existen, y justificaba aquello por la existencia de las redes sociales, su difusión y alcance; que todo el mundo estaba pendiente a las redes y par de cosillas más. Si lo vemos así, ciertamente no hay palos periodísticos. Eso también puede llamarse conformidad, comodidad, falta en entereza, y haraganería, entre otras muchas acepciones.

Héctor Gómez
Más tarde me entero, mientras tomaba carretera desde Santo Domingo camino a La Romana, que Héctor Gómez de la Z-101 había llamado a Víctor Estrella a Quito (Ecuador), lo había localizado y aprovechó para entrevistarlo. ¿Y eso que es?... ¡un palo periodístico!

Independientemente de las limitaciones de los medios dominicanos y su pobreza, administrativa y gerencial, el periodista dominicano tiene un trabajo, no una pasión. A las redacciones se va a cumplir un horario, a cumplir con las asignaciones del día y poco más… muchos salen a la calle a buscársela. Algunos propietarios de medios admiten los bajos salarios porque “mis periodistas tienen que buscársela”.

Hay otro detalle, el periodista dominicano, por lo general es de muy pocos vuelos. No lee, no viaja, y le es suficiente con las informaciones y los chismes que se generan a su alrededor. Poca comprensión y menos análisis. Voy más lejos, ya existe una cultura de notas de prensa y muchos son tan desvergonzados que firman esas minutas.
Acosta Núñez, Johnny Naranjo y Freddy Mondesí

Había escrito unas cuartillas para Ultima Hora en 1977, la primera un análisis de una visita de la selección de baloncesto de Puerto Rico, la segunda la solicitud pública de un premio Jaycee para Juan Marichal, y paro de contar… poco tiempo después me llamó Félix Acosta Núñez, El As, editor deportivo del Listín Diario dándome una única instrucción: “quiero que todos los días me traigas una novedad, no lo que tradicionalmente vamos encontrar aquí o en El Caribe (que en ese entonces era nuestra única competencia) ”, por supuesto, con su particular forma de expresarse. De esa época recuerdo con mucho agrado al propio don Félix, Rafael Herrera, don Francisco Comarazamy, Guillermo Perallón, Hugo López Morrobel, Orlando Figueroa, Manuel Neftalí Martínez (Tafneli), Milciades Ubiera, José Romero (editor económico) y Miguel Franjul (aunque en los tiempos del peledeísmo cambió sus posturas), todos personajes inolvidables.

¿Palos periodísticos?... la receta es sencilla: innovación, imaginación, investigación, observación, percepción, intuición y comprensión.

López Morrobel
Por supuesto, hay gente que muy temprano se auto cercena su carrera periodística. También hay muchos buenos para nada metidos a periodistas o tratando de hacer opinión publica. Hace muchos años el país pasó de opinión pública a opinión publicada. Usted cree que yo voy a perder mi tiempo leyendo a Félix Ramón Bautista, Margarita María Cedeño Lizardo (¿por fin, es de Fernández o no, se divorció o sigue casada con el presidente Fernández Reyna?... en sus últimos mensajes como vice-presidente firma sólo Cedeño… por cierto, hace mucho que no se de su tío Bernardo Lizardo, uno de los seres más nobles y más desinteresados que jamás conocí), César Medina Abreu, Oscar Medina,  Aristofanes Urbaez, Marino Vinicio Castillo Rodríguez, Vinicio Castillo Semán, Alejandrina Germán Mejía, Franklin Almeyda Rancier, Ubi Rivas (vivía tomando notas en el Centro de Recreo de Santiago cuando “la era era era”… ¿para qué?... ¿quién o quienes eran los destinatarios de esas notas), José Manuel Guzmán Ibarra, Julio Martínez Pozo… ¡la gente tiene que respetarse!

Guante
Hoy, en la prensa nacional sigo a, y en primer lugar a Rolando Guante, brillante, acucioso, y aunque no nos vemos con mucha frecuencia, mi hermano de otros padres, quien por cierto, estará de cumpleaños en estos días. A Jacinto Díaz, un trabajador incansable, otro hermano de otros padres, por supuesto, a un guía y mentor como Roosevelt Comarazamy (hijo de don Frank), lasallista como yo… lo leía y escuchaba desde chiquitito. Después leo a Andy Dahuajare, mi compañero de toda una vida (con quien no siempre estoy de acuerdo, pero nobleza obliga), Osiris De León y Marisol Vicens (El Caribe), César Pérez, Bernardo Vega, Arturo Martínez Moya y Andrés L. Mateo (Hoy) e Inés Aizpun (Diario Libre). Tristemente el Listín Diario de mis amores, el favorito de mi papá, es para hojear y tirar. Hace falta, por ejemplo, Carlos Francisco Elías (Cuchi), y en lo particular me encantaba leer a Juan Carlos Espinal.

De los medios radiales y televisivos podría referirme en otro momento.


Carlos Francisco Elías
Los dominicanos, quizás no tenemos todo el conocimiento, ni las herramientas para exigir un mejor periodismo, pero si sus propietarios, administradores y gerentes podrían emprender una campaña para un trabajo más eficaz; hay momentos en que damos lastima. Hoy, donde faltan los palos periodísticos, hay demasiados demonios conjurados que impiden una real visión de las cosas, y por supuesto, su escritura en los medios.

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