Cinco
motivos (muy serios) para odiar a los Rolling Stones
Junio 21 del 2014
Son la mejor banda de
rock and roll de la historia. Han compuesto canciones que millones de personas
de tres generaciones no se cansan de escuchar. Sin los Rolling Stones,
las décadas de los sesenta y los setenta hubieran sido mucho más aburridas.
Afirmaciones como estas son ciertas, pero no son toda la verdad,
ya que el grupo también tiene un lado cuestionable, que abarca desde el enfoque
de algunas letras hasta su tremenda avaricia para exprimir cada euro de sus
seguidores. Proponemos un repaso a los argumentos en contra de Sus Satánicas
Majestades.
Tienen letras racistas
Siempre han sobrevolado
sobre el grupo acusaciones de racismo, recordemos aquel verso de 'Some
Girls' (1978) que dice "Las chicas blancas son bastante graciosas a
veces, me vuelven loco / las chicas negras solo quieren follar toda la noche /
pero no tengo tanto aguante". El activista Jesse Jackson se quejó en público del uso de este
estereotipo racista. Jagger contestó balbuceante que era "una broma",
para luego decir que era "una parodia de actitudes racistas", pero no
convenció a muchos.
Según Keith Richards, los
negros están aquí para guiarnos por los bajos fondos y dejar que nos acostemos
con sus novias Otro ejemplo elocuente es el clásico 'Brown Sugar' (1972),
donde explican la costumbre de los dueños de plantaciones de violar a sus esclavas cuando les
apetecía. El tono de la canción es claramente celebratorio y cómplice. La
mirada racial de Keith Richards quedó clara en 2010 con la publicación
de Vida (Península), su exitosa autobiografía. Por
ejemplo en estas líneas de la página 16: "Si querías aprender algo de
verdad bastaba con atravesar las vías del tren: los músicos negros nos cuidaban
muy bien cuando tocábamos con ellos. '¿Quieres echar un polvo esta noche? Ésa
estaría encantada. Seguro que no ha visto en su vida un tipo como tú'. Te ofrecían su hospitalidad, su
comida y su jodienda". Por lo visto, dentro del mapa
social del guitarra, los negros están aquí para guiarnos por los bajos fondos y
dejar que nos acostemos con sus novias.
Tienen letras machistas
Ante una pregunta del
periodista Jonathan Cott,
el propio Mick Jagger lo admitió en 1978: "Lo que tú estás diciendo es que
en mis canciones solo hay chicas angelicales o bien putas viciosas. Quizá hay
un par más, pero…, en fin…, tienes razón… En mis canciones
mandan esos dos tipos… Nunca lo había pensado hasta ahora…Veo
que no soy capaz de integrarlas como es debido".
Richards |
Ejemplos hay a patadas:
'Out Of Time' retrata a las mujeres como bienes con fecha de caducidad,
'Under My Thumb' las degrada a mascotas y
'Have you seen your mother, baby, standing in the shadows?' es de una
crueldad asombrosa. Un fragmento de letra: "Cuéntame una historia sobre
cómo me adoras / vive en la sombra, mira a través de la sombra / odia en la
sombra y ama tu vida sombría".
Que quede claro: ellos
son estrellas del rock y tú una pulga insignificante en su larga lista de
conquistas. De vez en cuando, para variar, escriben canciones de amor para
alguna dama etérea y misteriosa ('Lady Jane') o encendidos tributos a las
groupies ('Ruby Tuesday'). Los prestigiosos críticos Simon Reynolds y Joy Press,
autores del libro The Sex Revolts (1995),
lo tienen claro: 'Los Rolling Stones son el grupo más misógino de la historia'.
Antes de los Rolling
Stones no existían giras de rock patrocinadas. Ellos abrieron la puerta en
1981. Su primer mecenas fue la colonia Jovan Musk,
que les pagó medio millón de dólares de la época. Como el trato funcionó bien, Sprite y Budweiser soltaron
mucho más para que sus logos presidieran tours posteriores.
El grupo se dejó patrocinar en
2005 por Ameriquest, una empresa de hipotecas basura que resultó central en la
burbuja de las subprime.
La metida de pata más gorda del grupo fue
dejarse patrocinar en 2005 por Ameriquest,
una empresa de hipotecas basura que resultó central en la burbuja de las subprime,
uno de los orígenes del batacazo financiero global de 2008. Los manejos de Ameriquest eran conocidos antes de
que aceptaran el patrocinio, pues los directivos de la empresa se habían visto
obligados a firmar un acuerdo extrajudicial por 325 millones de dólares para evitar un juicio múltiple por
cobrar "intereses predatorios" en 30 estados.
La empresa también cargaba comisiones abusivas,
que llegaban hasta el 12% del valor de la casa.
Mick Jagger, activista habitual contra el cambio climático y en favor del Amazonas, deja ahora que Jeep patrocine la gira europea de este año.
Mick Jagger, activista habitual contra el cambio climático y en favor del Amazonas, deja ahora que Jeep patrocine la gira europea de este año.
Mienten a sus seguidores
El argumento eterno de
los Stones es que son partidarios de los patrocinios porque ayudan a
mantener los precios de los conciertos en niveles razonables.
Los Rolling cobran las entradas más caras de la historia del rock
y los precios suben gira tras gira. La realidad es que cobran las entradas más caras de
la historia del rock y
los precios suben gira tras gira. Para el concierto del Bernabéu van desde
85 a 225 euros, gastos de gestión no incluidos. Por poner un ejemplo, las
entradas de 125 euros tienen unos gastos de gestión adicionales de catorce
euros. Ya explicamos en un artículo anterior cómo funciona el timo de los
gastos de gestión.
Bruce Springsteen y Neil Young, entre otros artistas, se las han arreglado para mantener precios más bajos sin recurrir nunca a patrocinios. Además, los conciertos de los Stones son una lotería. Lo mismo están pletóricos como en la gira Forty Licks (2003) que te encuentras a un Keith Richards errático que emborrona el impacto de las canciones de su show madrileño en 2007. "O le han quedado secuelas de la caída del cocotero o es que ha vuelto a las andadas", decía la crónica de Efe. Si vas a cobrar ese dineral a tu público, lo mínimo es ser profesional.
Bruce Springsteen y Neil Young, entre otros artistas, se las han arreglado para mantener precios más bajos sin recurrir nunca a patrocinios. Además, los conciertos de los Stones son una lotería. Lo mismo están pletóricos como en la gira Forty Licks (2003) que te encuentras a un Keith Richards errático que emborrona el impacto de las canciones de su show madrileño en 2007. "O le han quedado secuelas de la caída del cocotero o es que ha vuelto a las andadas", decía la crónica de Efe. Si vas a cobrar ese dineral a tu público, lo mínimo es ser profesional.
Keith Richards apoyó la
invasión de Iraq
Lo admitió en 2010 en
una entrevista con el periódico británico The Times. "Escribí una nota a Tony Blair diciendo
que era demasiado tarde para volverse atrás, que debía mantenerse firme en su
alianza EEUU. Me devolvió una nota dándome las gracias". ¿No hubiera sido brutal ver al
guitarra de los Stones en la foto de las Azores? La periodista que entrevistaba a
Richards era Caitlin Moran,
que luego cargó contra el culto al guitarrista en su libro superventas Cómo
ser mujer (Anagrama, 2013):
"Piensa en sus
días esnifando, fumando, pinchándose, bebiendo
y follando a todo lo que veía.
¡Todo el mundo le ama!
¿A Keef? ¿Tan pasado que no se enteró de que dos groupies, follando delante de
él, se prendían accidentalmente fuego al pelo? ¡Rock and roll! Para muchos esto
es lo mejor de los Stones. A pesar de que, se mire por donde se mire, debió de
ser una verdadera pesadilla estar cerca de él: paranóico, débil, poco fiable,
propenso al malhumor, obsesivo y casi siempre en un estado tal de inconsciencia
que la única forma de llevarle de un sitio a otro era agarrado por los
tobillos. Aún sentimos un ligero estremecimiento cultural -¡Uau… genial!-
cuando la gente recuerda esta mierda". ¿De verdad es un icono que merezca
adoración?
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