Un examen difícil, la homérica de
Uribe
Las
escuelas dominicanas celebran un acto con bastante carga emotiva, todos los
años. Al momento que los niños aprueban el primer grado de la educación
inicial, formalmente vestidos, reciben una medalla y se les coloca una banda
que dice: “ya se leer”. Al presidente
de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), Rafael Uribe Vásquez, si
pretende continuar haciendo vida pública e inmiscuido incluso en política
partidaria bien le convendría tomar enseñanzas para hablar en público, en la
prensa nacional se pueden encontrar “cursos de oratoria”.
El tipo
con un micrófono en las manos deja mucho que desear.
En el acto
de selección de los jugadores de nuevo ingreso a la Liga Nacional de Baloncesto
(LNB), hizo acto de presencia e inclusive se le permitió decir unas palabras. Antes
había sufrido el primer revés cuando me vio llegar; observó que me acercaba a
la puerta del salón del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano y más que
raudo cruzó la entrada para naufragar en el ancho salón.
Al subir
al escenario, cambió el discurso, desechó lo que había llevado escrito y trató
de improvisar; se volvió una melcocha, un algodón de azúcar coloreado, se le
empapó el saco de sudor y desdibujó cada palabra; sus miradas tenían una sola dirección,
mi rostro y el de mi vecino, Federico Borrás. Empezó a delirar, a hablar pamplinas,
se le saltaron las alharacas, se sintió afectado por las gazmoñerías, para
finalmente claudicar. “Nosotros trabajamos para formarle jugadores a la LNB”,
se le escuchó decir.
La
inversión psico-fonética tiene vuelo muy corto en el ingeniero Uribe Vásquez,
el nivel lingüístico, el horizonte psicolingüístico y el límite expresivo se le
esfumaron como humo de cigarrillo. Terminó con un: “el futuro es brillante”…
quizás buscando un patrocinio que no termina de llegar y olvidándose que la
competencia de Orange apoya a la
selección nacional en buena medida.
Las líneas
de trabajo del ingeniero Uribe Vásquez nadie las conoce, todo se improvisa
según su humor. Su único fin es la proyección de su figura y nada más. Le
sirvió que el año pasado tropezó con una medalla de oro en el baloncesto
juvenil que nadie esperaba, ni siquiera los más optimistas, y el país se
clasificó para el Mundial de España, después de 36 años de ausencia.
Encontré
una escueta frase que señala: “el hombre inteligente supera una derrota, el
tonto jamás puede liberarse del eclipse de un triunfo”. ¡Farmacia Mella!
“Va todo tan bien que es mejor no tener expectativas.
Lo que pasa con la FEDOMBAL es que no somos conscientes de que tuvimos éxito relativo,
queremos vivir esa borrachera y estamos más a dispuestos a cagarla. Pero
también de que sin FEDOMBAL todos los que estamos involucrados hubiéramos
tenido una vida de mierda, en el más obscuro anonimato. Somos gente muy
disfuncional”, podría decir sin tapujos el presidente de la entidad o una de
sus bocinas por encargo o mandarlo a escribir para un medio de circulación
nacional.
Después del orgullo viene la caída (Proverbios, 16:18).
La medallita
de los sub-17 ha sido más sazonada que el trofeo logrado en el Clásico Mundial
de Béisbol; sólo hay que revisar los diarios nacionales.
Parece que
Uribe Vásquez sabe agenciarse positivamente a los periodistas dominicanos, más
que lo que puede hacer Leonardo Matos Berrido, presidente de la Liga Dominicana
de Béisbol (LIDOM). Sus convocatorias a la prensa nacional asombran, y hasta lo
mucho, Dios lo ve.
La labor de la FEDOMBAL no es ni siquiera remotamente la de
formar jugadores para una determinada liga o evento, su verdadero trabajo
debería ser la difusión de la disciplina en todo el territorio nacional, de tal
forma que se perciba su impacto no sólo en el plano deportivo, sino también en
el cultural y en el social; articular relaciones de intercambio entre las
instituciones dedicadas a la promoción, gestión y coordinación del baloncesto y
la sociedad y, en especial, la participación conjunta e institucional en
actividades de interés general; fomentar, promover y difundir la cultura dominicana,
conectándola al desarrollo nacional e internacional del deporte de nuestra
preferencia; fomentar el interés por la cultura nacional de los practicantes del
basket en nuestro país: utilizar también la actividad para promover la
atención, ayuda y desarrollo de los colectivos y personas más desfavorecidas de
nuestra sociedad.
Actuar a favor de la integración social y deportiva de los
colectivos de inmigrantes en la sociedad dominicana, fomentando la lucha contra
el racismo, la violencia y la xenofobia. Igualmente, las personas con
minusvalías y que sufren maltratos sociales serán igualmente motivo de atención
y protección, todo ello a través de la práctica deportiva del baloncesto y de
su integración entre los colectivos de practicantes y aficionados
La cooperación
para el desarrollo de los países vecinos a través de la práctica de la
disciplina y del fomento de sus valores; la promoción de un voluntariado, que
contribuirá a desarrollar los fines propios de la entidad; la promoción de la
salud de todas las personas, en especial de los niños, mediante la implantación
de buenos hábitos, fomentando la práctica deportiva y una adecuada nutrición;
la orientación profesional durante la práctica de la carrera deportiva de los
jugadores y jugadoras de baloncesto, facilitando su incorporación al mundo
empresarial y laboral una vez que finalicen sus carreras deportivas; la investigación
y desarrollo (I+D) en el ámbito científico del deporte; la formación encaminada
a dar a conocer las técnicas y valores del baloncesto.
La elaboración
de programas deportivos y económicos que garanticen un adecuado aprovechamiento
de los
recursos económicos disponibles y que contribuyan a la difusión del baloncesto
dominicano; el diseño, la proyección y ejecución de obras e infraestructuras e
instalaciones deportivas capaces de albergar la práctica deportiva, así como
las mejoras, reformas, mantenimiento y gestión necesarias de las mismas; y la cooperación
internacional para el desarrollo de los países más desfavorecidos a través de
la práctica del baloncesto y fomento del deporte y sus valores, que deriven en
la difusión de la cultura de la solidaridad, puesta en marcha de proyectos
integrales de salud, atención social y educación, entre otros, y en proyectos
de ayuda humanitaria.
Ahí
circula una copia de los estatutos de la entidad que nadie parece haber leído; también
FEDOMBAL recibió de FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) un Manual de
Federaciones para hacer de sus gestiones un ejercicio adecuado a los tiempos.
El único plan estratégico que tiene
FEDOMBAL es la promoción de su presidente, como señalamos en líneas
precedentes, no importa el resto, el porvenir halagüeño de la actividad es un
sofisma, una tergiversación, una argucia, que utiliza para sus fines, y el
cumplimiento de los plazos algo que ya voló del seno de la entidad. Aunque haya
mucha gente diciendo lo contrario, ejercitamos algo así como un retroceso en
chancletas. Cuando Uribe Vásquez habla obscurece; obscurece y negros nubarrones
se ciernen sobre todo el baloncesto dominicano.
Acorralado
como está, porque supo que en este 2014 las cuentas no le cuadrarán, preso del
pánico, está al tris de contaminar el baloncesto con violencia. Toda asociación
que la considere ajena a su gestión sufrirá desgarradores embates. Tratará de deslegitimar,
derivar en agresiones físicas, porque las verbales todo el mundo las ha
recibido, excepto Eduardo Najri, ante quien esconde el rabito entre las
piernas. Todo aquel que no se vacíe en loas a su figura es considerado un
enemigo.
Enemiguito de los míos personales. ¡Palabra de uno que se cree Dios!
Ya las tomó contra un laborioso
club en la ciudad de Puerto Plata. Ya ha cerrado las puertas de sus oficinas
del Palacio de los Deportes a todo aquel que no vaya a rendirle pleitesías. Este
fin de semana pasado le negó información de las actividades de la entidad al
amigo Federico Borrás, acusándolo de grosero. Ya se ha prestado para el
trasiego irregular de jugadores y el rosario se amplia. Pretende ser un nuevo
Luis XIV: L'État,
c'est moi, pero le falta todo un tramo de formación tan grande como
la distancia hasta el nuevo planeta con posibilidades de albergar vida
terrestre que acaba de descubrir la NASA. Sus vuelos intelectuales muy cortos,
por decir que tiene algunos, y su imaginación es la de cualquier burócrata.
Recuerdo hace pocos años como Uribe
Vásquez se lanzó al ruedo utilizando el mini-baloncesto, regalando pelotas,
repartiendo folletines, estampando su nombre en el manual de FIBA en un acto
grosero de plagio, recorriendo el territorio nacional para darse a conocer,
como un político cualquiera, hoy esos programas con la especialidad han
desaparecido, hasta el mini-bus que se agenció, ante las autoridades de turno, se
pudre bajo agua, sol y sereno en uno de los parqueos del recinto del Club Mauricio
Báez.
Pero una cosa es tan transparente
como el agua, quien miente con toda consciencia a fin de conseguir el éxito
electoral, en cualquier ámbito, no pasa de ser un aspirante a tirano.
El sofista
Gorgias consideró con cierta decepción antropológica que determinadas pericias
fraudulentas en la democracia podrían ser incluso peores que los actos de una
tiranía. Tanto en su deslumbrante Defensa
de Helena, como en su Palamedes, sostiene que la
persuasión mentirosa del político en una democracia es en sí misma, desde el
punto de vista político, exactamente igual que el ejercicio de la violencia de
la fuerza bruta por parte del autócrata para conseguir o arrancar algo de sus
súbditos.
Argumenta
Gorgias que el irresistible poder de la falaz persuasión forzó a Helena a
cometer acciones malas, y en ese sentido, la hermosa Helena es tan inocente de
sus vergonzosas acciones como si éstas se hubiesen realizado por haber sido
ella forzada y violada. La coacción o la coerción producidas por la seducción y
la manipulación de las creencias no son menores ni menos criminales que si la
fuerza bruta hubiera sido su instrumento.
Las masas
para Gorgias no participan de las fechorías y trastadas del político mentiroso,
sino que son instrumentos sin alma para la comisión de dichas alevosías.
Esclavos de una opinión pública formada por la propaganda, ya sólo pueden ser
siervos. La política se catequiza en la artesanía del encanto por la
persuasión; su encantamiento puede ser tan poderoso como el engaño de los
dioses (la atê de los griegos), y su
coacción es de índole interna. Las masas seducidas se transforman en un pueblo
abducido por los ilusorios argumentos que modelan sus gobernantes, verdaderos
maestros de la falacia retórica. El poder fascinador de la persuasión puede
causar -según el Palamedes de Gorgias- que los hombres actúen contra sus
propios intereses emborrachados por la propaganda política.
Dado que
el hombre sólo posee la apariencia de las cosas y que los dioses no quisieron
hacerlos omniscientes, sino olvidadizos, ignorantes y con deseos irrefrenables,
la hechicería política puede manipularlos hasta el punto de que piensen que lo
bueno es hacerse daño, que el criterio del que ejerce la persuasión embaucadora
lo sienta como el suyo propio.
Platón en su Filebo llegó a sostener que se puede caer en
la esclavitud no sólo por la fuerza y la violencia, sino también por la
seductora persuasión, y este género de esclavitud es el peor de todos pues se
funda en una conciencia alienada. Es por ello que permitir en una democracia
que los políticos mientan o engañen significa invalidar por completo su hermosa
utilidad protagórea, la que ayuda al hombre a desarrollar su humanidad al
máximo y a expresar su verdad más personal, su experiencia insustituible.
Dos mil
quinientos años después de Gorgias, su pensamiento sigue siendo clarificador
para entender cómo un desastre llamado Uribe Vásquez pudo ser elegido por sus compañeros
a la presidencia de la FEDOMBAL, padecedores de una “atê” no menor que la de Áyax Telamonio, cegado por su soberbia,
potenciada por Atenea, y desatento a las sensatas razones de su esposa Tecmesa.
Más aún,
la mentira y el argumento falaz, agigantados por el aparato mastodóntico de la
propaganda (advertising), hacen más
difícil que hoy el criterio personal de cada ciudadano no sea fagocitado por
los criterios partidistas.
Hoy la conciencia individual de
muchos dominicanos seguidores del baloncesto ha sido sustituida por las verdades sectarias, contrarias al sensus communis”, de ese nuevo lumen gentium en que se ha convertido Uribe
Vásquez. El mundo está en poder del maligno, del bilioso (1 Juan 5:19). The whole world lieth in the evil one.
Esperemos que la realidad de la
pobreza de la actividad en el país abra los ojos de los dominicanos.
Frente a esta espantosa crisis, Uribe
Vásquez, que no “sabe”, sólo sabe leer, impotente de imaginación, recetas
pasadas y caducas (más impuestos, más impuestos, más impuestos, todos
disfrazados en avales, en cobros compulsivos, distorsionando toda la realidad
del baloncesto, hasta llegar a la tasa del Bajo Imperio Romano), como dice el
líder conservador David Cameron, “we
cannot go on like this. This
is no time for business as usual. This is no time for more of the same”.
Para
Gorgias es más inhumano y cruel coaccionar a un ciudadano con la seducción y la
falaz persuasión que con la espada, pues la espada acobarda al cuerpo, pero el
espíritu puede seguir siendo libre.
“Un día como el de hoy, mi maestro
William Faullkner dijo en este lugar: "Me niego a admitir el fin del
hombre".
No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no
tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la
humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora
nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad
sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una
utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el
derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación
de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie
pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el
amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de
soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra” (Gabriel García Márquez, 1982, discurso ante la
Academia Sueca de Letras al recibir el Premio Nobel de Literatura).
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