Julio 15 del 2022
dos-de-cuatro
En la guagua, por lo menos en la salida del mediodía, cuando en el colegio existía la modalidad de semi-internado (un grupo de alumnos almorzaba en las instalaciones educativas), mi compañero de asiento era Eduardo D’Alessandro Lefeld (Guido Eduardo Martin D’Alessandro Lefeld… me apareció en las redes sociales), con quien tengo una lejana consanguinidad (lo supe después de yo contar con más de 50 años en las costillas, buscando veleidades genealógicas), y más de una vez nos lanzó esa broma, porque ahí sentados éramos dos parlanchines. “¡Hey… cabezas de chorlito hagan silencio o absténganse a los castigos que recibirán!
La última vez que recuerdo me encontré con Eduardo fue en el aeropuerto de Miami (año 2005), yo regresaba de Cincinnati, Ohio, de la graduación de la escuela secundaria de mi hijo mayor.
De Gina sólo diré, que en su incursión como cantante decide grabar un video-clip donde Cambumbo (Tony Echavarría, un dominicano con los cojones bien puestos, a pesar de ser un reconocido homosexual, personaje emblemático de la farándula vernácula en los años setenta y ochenta)… cuestionó a mi papá: «don Rafael, don Rafael… ¿usted conoce a Cambumbo?». Terminaron ambos en la calle Paraguay a esquina Juan José Duarte (antigua calle 27; frente a ese local vivía un jugador de baloncesto que después pensaba que había nacido en cuna de oro, y con la sangre transfundida a cerúleo), de mi querido ensanche La Fe. Después de aquello el viejo sólo me comentó: «ya no estoy para trotes nocturnos».
Obsérvese también, que los cibaeños abundamos con los nombres… Guido Eduardo Martin, Brenda Isabel Del Rosario; en mi casa, Luis Rafael Tomás Demetrio (un servidor), Dora Elisa del Santo Tomás, Francisco Manuel Bernardino; tengo un primo que responde al nombre de Juan Manuel Martin; mi mamá fue Dora Altagracia Gertrudis; mi tío abuelo, El Hombre del Cristo: Juan Bautista Victoriano… en su honor lo que llaman Parque Nacional de Valle Nuevo es correctamente Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier; un ancestro de nombre Pablo Tomás Rancier Valverde bautizó a su hija como Berminda de Jesús (nacida en Altamira, Puerto Plata, mediados del siglo XIX); y una compañera en las aulas universitarias, aún entre nosotros, responde a Zoila Santa Teresita del Niño Jesús.
Abro paréntesis, como decía José Francisco Peña Gómez (José Francisco Antonio Peña Gómez, Mar.06.1937 en Santa Cruz de Mao; May.10.1998 en Cambita Garabitos, provincia de San Cristóbal), el más grande líder de masas que jamás conocerá República Dominicana, gústele a quien le guste. Abro paréntesis, justo en este momento recibo una llamada desde España, para comentarme la gracia mohosa de que un policía de tránsito detuvo a Josetxu Aristeguguicorteneindiagirre de Urrutxomengasakaberria y Mendiagorrialbizu de Gurruichagagoitiaga… ¡errrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr pipo!... dirían en mi cibaeño campo; sólo dijo el Guardia Civil: «prosiga su camino, pero por favor, no se vuelva a saltar otra luz roja». Cierro paréntesis.
¿Cómo puedo usar más y mejor un cerebro con lagunas y deficiencias?...
¿indagar más?... ¿escudriñar más?... ¿de qué?... ¿para qué?... este país
castiga a quienes piensan y critican, «por
eso estamos como estamos… por eso nunca progresamos».cerebro con deficiencias
Estudié química, he vivido desde que tengo uso de razón de la industria farmacéutica, tengo una ligera vocación periodística, en esas mismas aulas lasallistas Manuel Quiterio Cedeño, que nos ofreció la materia de economía, aún activo en los medios de comunicación, proclamó: «aquí hay alguien que sabe redactar, y muy bien»… se refería a mí, a este cibaeño que aún viste y calza, con las hojas verdes detrás de las orejas; aunque no publique, escribo copiosamente todos los días, quizás por ello nunca he podido contar más de dos neuronas en mi cavidad craneal.
Lo que tengo clarísimo es que no soy fanático; me gustan muchísimas cosas, la mayoría sacrificables, hasta la refrescante, burbujeante y siempre sabrosa Coca-Cola; uno de mis tantísimos vicios; para la paz de los míos, y de mí mismo, ningún narcótico. «Nos faltó descaminar Madrid / desencallar el fin y reservar la fecha / y sobraron los cuatro disparos / que con tanto descaro nos dio el corazón / y sobraron los veinte puñales / y es que a veces la vida no atiende a razón / y entre sobras y sobras me faltas / y me faltan las sobras que tenía tu amor / y sobraron las quinientas veces que dijimos que no / nos faltaron un par de señales / unos cuantos rivales / y un trocito de adiós / nos faltó despertar con abrazos / nos faltó una deriva por dos / Y sobraron los cuatro finales / Que con tanto detalle nos dio el corazón / Y sobró lo de ser incapaces / Y es que a veces no afina ni rima el valor / Y entre sobras y sobras me faltas / Y me faltan las sobras que tenía tu amor», Orozco.
Tony Echavarría recreado por Franklin Soto
Los fanatismos no conducen a nada bueno; siempre superan la racionalidad, la ceguera que producen estos apasionamientos llevan a crímenes inconfesables. Si vamos a los entusiasmos religiosos exacerbados, de los más antiguos sobre la faz de la tierra, siempre muy controvertidos. En ellos no hay cuestionamientos, se transforman en practicantes ortodoxos, píos, y aceptan los dogmas a un punto extremadamente resbaladizo y peligroso.
Hoy en día las idolatrías religiosas son vistas como uno de los grandes males a los que debe enfrentarse la humanidad. En nuestro ardoroso credo judeo-cristianismo, copy & paste de Zoroastro, existe La Santa Inquisición, crímenes de lesa humanidad frente a gente que piensa diferente, amparándose en el simplismos de «supresión de la herejía». Estoy seguro que entre las tantas brujitas quemadas en la hoguera había chicas de muy buen ver, de esas con las que me hubiera gustado pecar. Entre 1266 y 1586 esa misma institución, casta, cumplidora, incólume, incorruptible, inalterable, íntegra, pundonorosa, recta, virtuosa (he colocado los adjetivos alfabéticamente), solo en Francia, llevo por lo menos sesenta juicios contra animales en los tribunales inquisitorios. ¡Nada más que decir, magistrado!
Quizás la única acción aplaudible en los tiempos que corren de esa vigentemente discreta Santa Inquisición haya sido la desaparición física de Józef Wesołowski (Jul.15.1948 en Nowy Targ, Voivodato de Polonia; Ago.27.2015 en Ciudad del Vaticano; nuncio apostólico en República Dominicana, Ene.24.2008 a Ago.21.2013)… que como todo cobarde huyó de Santo Domingo después que investigaciones revelaron abuso a menores de edad, siendo coincidencia que eran todos chicos desposeídos; los buscaba preferentemente entre los que viven en las cuevas del malecón de Santo Domingo… ¡un sucio pernicioso y perverso!
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