jueves, 18 de noviembre de 2021

 
José Andrés Villalón Morales primero que Tuto Cocco Pastoriza; dos figuras a venerar
Noviembre 17 del 2021
uno-de-tres
 
 
A mi compañero Ángel Olivero, a quien le debía unas líneas parecidas; al inquieto Oscar Piña Soñé; y a ese gran puertoplateño Marlon Martínez, de cumpleaños en esta fecha
 
 
Varias veces he pedido a mis amigos que no me envíen nada relacionado a la historia del baloncesto dominicano. Aquello es un desparpajo, todo el mundo entra en una nebulosa pesada, hay poca investigación, mucho inmediatismo: copiar y pegar, repito: copiar y pegar; pasa con nuestra historia patria, imagínese con el deporte, campo abierto a las especulaciones de cualquier pelafustán. Si alguien se da por aludido: «a mí que me importa»… dice el estribillo de una canción.
 
Cuando República Dominicana se alzó inesperadamente con la medalla de oro en el Centro-Basket 1977, efectuado en Panamá, Tomas Casals Pastoriza (Tomás Melchor Casals Pastoriza; Ene.06.1920 en Santiago; Nov.21.2004 en Santiago), tenía una columna en el Listín Diario y escribió una crónica de un partido que se celebró en el Centro de Recreo de Santiago, para 1915, indicando que esa era la génesis del baloncesto local.
Salvador Cocco Pastoriza, Tuto 


Yo pasaba de los escritos de mi compueblano; pero el recorte me lo envió mi tío Julio Genaro Campillo Pérez, no sin antes apuntar que (Campillo Pérez) fue el autor de la primera columna de baloncesto que se publicó en el país, Pelotas al Cesto, que apareció en La Nación para 1939, cuando ya se había trasladado a Santo Domingo para cursar la carrera de derecho en la Universidad de Santo Domingo. Tomás Melchor era hijo de Pedro Casals Suárez, y Mercedes Pastoriza Valverde, por ahí debemos tener lazos consanguíneos.

Muchas veces asistí al Centro de Recreo, a media cuadra de la panadería de los Sarnelly, donde todos los sets bailables se iniciaban con un pasodoble, y la instalación tenía y tiene la amplitud, la altura, el espacio para cobijar un partido de la disciplina en el mismo centro de la ciudad corazón. Era obligación disfrazarse para los bailes de reyes y del carnaval, además de comprar vejigas de vacuno en el mercado de La Joya.

Aquello no fue un partido oficial, era un juego de exhibición, pura y simplemente, con la suerte de que llegó a la prensa de entonces. Recordemos que a El Generalísimo se le prohibió la entrada a ese perfumado recinto; imaginemos por un momento como pesaba esa sociedad. La misma que borró de nuestra historia a Gaspar Polanco, héroe de la Restauración de la República, y colocó a Gregorio Luperón, que no tiró dos tiros en esa gesta nacional; hay quienes lo consideran Padre de la Patria.

Mi mamá, que este pasado lunes (Nov.15.2021) hubiese cumplido 93 años, Dora Altagracia Gertrudis Campillo Pérez, vivió en ese mismo Centro de Recreo una situación casual con Trujillo Molina; en mitad de una fiesta pasó junto a mi tía María Elisa por el centro del salón; El Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva le preguntó a quién tenía a su vera: ¿y esas dos niñas?... él tipo, quien nunca supe quien fue, le respondió: «Jefe ahí no se meta, esas son nietas de don Genaro, para que no se le arme una guerra interminable; usted no pudo convencer a El Hombre del Cristo (mi tío abuelo Juan Bautista Victoriano [Jun.24.1883 en Santiago; Feb.13.1968 en San Cristóbal de La Laguna, provincia de Santa Cruz de Tenerife, en la isla de Tenerife, Canarias] para que le sirviera, sólo la Procuraduría General de la República se le ofreció en tres ocasiones… ¡vaya usted a saber si se mete con las nietas!».

Mi mamá se llenaba la boca diciendo que a los 14 años se metía a repartir volantes de la Juventud Democrática, donde ningún contemporáneo varón se atrevía, «nunca le pasé factura al pueblo dominicano por ello; aquí hay muchos que hicieron menos que eso, unos viven del trujillismo, otros del anti-trujillismo, y eso nos sale carísimo».

Total, quizás yo no estuviera acá, contando esas aventuras, cuando mi abuelo Julio Ernesto Campillo De Hoyos y Hernández la apuntó en una institución en los Estados Unidos para cursar estudios profesionales, junto a María Elisa, en su pasaporte apareció un sello donde se leía claramente: «comunista». Con el dolor de ese desplante en las costillas se le apareció a Mamá Julia (Altagracia Julia Molina Chevalier, Ene.25.1865 en San Cristóbal; Abr.30.1964 en Miami, Florida) La Excelsa Matrona, Primera Madre Dominicana, Primera Dama de la República, en la amplia casona que permanece en la avenida Máximo Gómez a esquina avenida México, que ocupa la universidad APEC, y le apuntó: «si yo no puedo salir, si estoy tildada de comunista, por lo menos interfiera para que mi hermana María Elisa salga del país». Su deseo fue concedido; mi mamá nunca fue molestada.

Me decía: «yo, la más anti-trujillista de todos, juré que nunca le pondría Rafael a un hijo, además de un marido carpetoso, y llegaste el Oct.24, precisamente el día de San Rafael, el día del cumpleaños de El Jefe, fiesta nacional, y tuve que claudicar».

La Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) reconoce May.29 como fecha oficial de introducción del baloncesto en República Dominicana. Yo asiento, hasta prueba en contrario. Casals Pastoriza apuntó el marcador final, que no fue para nada abultado. ¿Quiénes más estuvieron ahí?... recuerdo dos muchachos de apellido Brugal, el resto casi todos puertoplateños, y para definir tendría que empezar a rebuscar en papeles.

Un error repetido indica que Salvador Augusto Cocco Pastoriza, Tuto (1892 en Puerto Plata; Ago.15.1994 en Santiago) fue la primera figura nacional que practicó el baloncesto organizado y quien lo introdujo al país. «Tras hacerse bachiller se fue a estudiar a los Estados Unidos y se enroló en la Universidad de Maryland. Allí, fue parte del equipo «varsity»  donde llegó a ser capitán del conjunto». Mi vecino tenía su residencia y consultorio profesional en la calle El Sol a esquina Mella; yo viví, en la General Cabrera al número 40, y después en la Mella con General Cabrera. Mis primeros estudios, siendo un crio, fueron en la Salvador Cucurullo, que estaba en El Sol, entre Mella y Sánchez; por ahí también pasó mi compañero Eduardo Loaces Grisolia. En la Sánchez entre El Sol y General Cabrera vivían Yoryi Morel (Jorge Octavio Morel Tavárez, Oct.25.1906 en Santiago; 1979), y también la familia de Winston Llenas (Winston Enriquillo Llenas Dávila, El Chilote, Sep.23.1943 en Santiago).


Salvador Augusto casó con María del Carmen Batlle Espaillat, mama Carmita (Sep.17.1890 en Santiago; Jun.07.1971), en Nueva York. Fue gobernador de la provincia de Santiago, Secretario de Estado y Administrador de la Corporación Dominicana de Electricidad. Instaló su consultorio en la calle El Sol en Santiago entre la calle Mella y la calle Sánchez. El matrimonio Cocco Batlle procreó tres hijos, Manuel Augusto, Tayuto (Dic.19.1918; Dic.23.1992 en Santo Domingo), Carmen Aura (1920-1984) y Salvador Augusto, Chichi (Jul.07.1928; Abr.02.2011).

Hijo de Tayuto fue Miguel Salvador Cocco Guerrero (Ago.21.1946 en Santiago; May.20.2009 en Santo Domingo), celebrado director general de Aduanas en época de Leonel Antonio Fernández Reyna, y aquí revelo: protector, y excesivamente protector de Tommy Alberto Galán Grullón (Abr.26.1967, se dice que en algún lugar de Puerto Rico), pasado senador por la provincia de San Cristóbal (2006 al 2020); la malas lenguas, que me encantan, dicen que tenía semanalmente un apoyo de 450 mil pesos… ¿para qué?... ¿a quién beneficiaba?...  Galán Grullón encartado en el caso Odebrecht, y sorpresivamente sin manchas.

Otros de los nietos de Tuto Cocco fue Coquito, no puedo precisar exactamente quién es, porque así se le llamaba en todas las reuniones a las que interrumpí en algún momento, siendo mi tío Julio director general de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (CORDE), y el uno de sus asistentes junto a Vicente Bengoa Albizu.

Los Cocco son un apellido italiano, derivan de Coccus, que en épocas medievales se usó como nombre personal, y también fue un apodo de derivación incierta. De Felice especula que puede derivarse de un término cariñoso, una variante regional del cucco "cuco", también "anciano", o del còcco "huevo" (o una variante regional como el kókku sardo). Alternativamente, puede ser del griego: kokkos "grano", "semilla", "pepita".

Italia nos brindó muchas familias desde tiempos inmemoriales, los que llegamos entrada la segunda década del siglo XIX, lo hicimos bajo la invasión de las tropas napoleónicas; en un amplio reportaje de Julio Amable González Hernández, nueve capítulos, resalta la gran afluencia de procedentes de Santa Domenica Talao, provincia de Cosenza, en la región de Calabria: Alterio, Anzelotti, Arzeno, Avellino, Barletta, Billini, Bloise, Bolonotto, Bona, Bonarelli, Bonnelli, apellido que mutó en Puerto Plata y pasó a ser Bonnelly; Bonetti, Bruno, Cámara, Cambiaso, Campagna, Campillo, registrándose en primer lugar a José Campillo Bit, nativo de Maret, Piamonte; Campis, Cantisano, Capano, Capobianco, Caputo, Cardona, Cestari, quien llegó por Sánchez; Chestaro, Ciccone, Copello, Cucurullo, D'Alessandro, Daneri, De Maio, el ramal dominicano de este apellido sufrió con el tiempo deformaciones y mutaciones a De Maio, Di Mayo, y Di Maggio; Demallistre, procedente de Piamonte; Demorizi, Di Carlo, Di Franco, Divanna, Filpo, Fiorinelly, Forestieri, Grimaldi, Grisolía, Guaschino, Ieromazzo, Languasco, y Longo.

También, Maggiolo, Marra, Marranzini, Masturzi, Mazara, del partido de Sesia, Piamonte, soldado veterano de la tercera compañía; Menicucci, Messina, Montesano, Noyer, Oliva, José Oliva Currari nació en 1870 en Santa Domenica Talao, Cosenza. Llegó a Santo Domingo después de haber estado en Cuba y Venezuela. Casó con Elisa García (1882; 1967). En 1928 inauguró el Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo, siendo su primer jefe; Paonessa, Pellerano, Pappaterra, Pardi, Patrone, Perotti, Perrone, Perrotta, Petito, Pezzotti, Piantini, Piola, Pittaluga, Porcella, Prandi, el héroe nacional Bienvenido Leal Prandy, La Chuta, es de origen portugués; Prota, Pugliese, Rainieri, Riggio, Romano, Rossi, Rotellini, Russo, Sangiovanni, Sarnelly, naturales de Bracigliano, Nápoles, llegaron por Puerto Plata los hermanos Vicente (fallecido en 1963) y Flor Sarnelli (fallecido en 1968), y luego pasaron a Santiago, ciudades donde fundaron panaderías; Scaroina, Schiffino , Spignolio, Stéfani, Sturla, Tolari, Vicini, siendo el primero de todos Juan Bautista Vicini Canepa (1847; 1900) nació en Zoagli, pueblo cercano a Génova. Procreó descendencia con María Burgos Brito. Casó en Santo Domingo en 1872 con Mercedes Laura Perdomo Santamaría; también llegó de Zoagli en 1894 Angiolino Vicini Trabucco (1880; 1960), sobrino del anterior. Casó en Santo Domingo con Dilia Ariza Lapuente, y un tercer Vicini, que llegó al país procedente del mismo pueblo fue Andrés Vicini Canepa; y Vittini, entre otros tantos.



1 comentario:

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