miércoles, 26 de abril de 2017

Agrios edulcorados…
Caso 338: Nicolás, entre el jabón y el salchichón
Abr.26.2017      

Nunca he tenido mucha barba, pero cuando no tenía ni siquiera los pocos pelitos que adornan mi cara, ya había aprendido varios chistes subidos de color. ¡Los dominicanos somos así y así somos!

Por supuesto, en aquellos tempos no existían la diversa gama de estimulantes sexuales que hoy adornan las vitrinas de farmacias, colmados, supermercados y hasta vendedores ambulantes. El primer producto, en ventas del mercado farmacéutico dominicano, no es propiamente un medicamento: es un cosmético, justamente los estimulantes sexuales.

Escuchando a Nicolás Maduro Moros, el impresentable, cínico, rastrero, vulgar, ridículo y pretendido dictador de Venezuela, haciendo referencia al chico que el pasado día 20 (Abr.20.2017) se manifestó de manera peculiar en la autopista Francisco Fajardo, desnudo, pidiendo el cese de la represión.

Este Maduro Moros soltó por esa boca: “no tienen limite para el ridículo. Todos los días un show”. Agregó: “que cosa tan fea, una película de terror. Nada más queda reírnos”.


Entre risas disparó: “sólo faltó que se le cayera el jabón”. ¡Eso lo entendimos todos!

Nicolás, a quien se le caerá el jabón es a ti, y más temprano que tarde. Quizás mucho antes de lo que pienses.

Lo único que quiero es que cuando se te caiga el jabón, tengas a un cundango de esos que te gusta, con un miembro descomunal y le tengas que decir, como te pide el pueblo venezolano: “ya no más”… todos te responderemos: “mastícalo que es salchichón”.


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