jueves, 18 de febrero de 2016

Agrios edulcorados…
Caso 147: A mover la colita
Feb.18.2016

Que nadie me espere por el Torneo de Baloncesto del Distrito Nacional. Lo he dicho un millón de veces y sus principales figuras me lo acaban de confirmar. Aquí nadie trabaja por el bien del baloncesto.


Los equipos presentaron sus nóminas de jugadores y aquello es una vergüenza. Para empezar “un listado de jugadores protegidos”… ¿a qué se refieren con el termino de protegidos?... ¿están bajo contratos esos chicos?... ¿FEDOMBAL realizó los contratos, según el anuncio de su presidente hace días?... ¿qué dice de esto el presidente de la Asociación  de Jugadores de Baloncesto o seguirá con la boca cerrada?

Si yo me llamara José –Boyón– Domínguez, Melvyn López Guillen, Leonardo de Jesús Heredia Castillo, Ruddy –Chaguito- Martínez del Mauricio Báez; Osvaldo Sing, Orlando Féliz, el mismito Rafael Fernando Uribe Vásquez, Miguel Ángel Marte, Julio Ernesto Florián, Altagracia Martínez, Mercedes María de Jesús Llano Soriano, Ramón Mazara, Paulo Rondón, Felipe Vicioso, Radhamés Paulino por San Lázaro; Freddy Sánchez, Osvaldo Rodríguez Suncar, Augusto Castro y Nelson –Palí- Román por BAMESO; Onésimo Acosta y Julio Diquela, por El Millón; Héctor –Junior– Gil, Raúl –Kobe- Peña, Juan Coronado, Johnny Marte, Víctor Hansen por Los Prados; Ramón González, el propio José Monegro y Teresa Durán por Huellas del Siglo; Yerkin Agustín Figuereo, Carlos Sena, Alberto Rodríguez Mella, Amaury Durán por el Rafael Barias; y Agustín Espinosa, Jorge Almanzar, Diego Pesqueira, Pedro Pablo Pérez, Eddie Jones, José Luis Padilla, Francisco Méndez, Julio César –Ayata- Javier; y muchos que se me escapan, me amarraría en la verja del Parque Independencia, a agua, sol y sereno, sin alimentos ni agua, por una semana y pediría que me busquen la reencarnación de un policía a quien apodaban Masambula para que cada seis horas me diera una pela con un pedazo de manguera con la punta “ripiaita” después de que me echaran dos cubetazos de agua, al tiempo que reclamaría perdón a los seguidores del deporte por no haber trabajo en lo más mínimo.


Mauricio Báez anuncia que aseguró la participación de Geraldo Suero, Brayan Martínez, Miguel Evangelista, Johansi Minaya (jugando en Santiago), Danilo Núñez, Rayner Moquete, Diego Moquete, Oscar Balbuena, Shamil Ballas y Jordan Pichardo. En el listado faltó Juan Miguel Suero que está lesionado y me ha extrañado la ausencia de Melvin Richardson. De este grupo, sólo Martínez tiene 6’08 de estatura o más. Le salva que es un equipo donde nadie alcanza los 30 años de edad.

San Lázaro cuenta con Erick Merán, Hansel Salvador, Omar Cordero, Joan Disla, Edwin Carela, Luis Duluc, Carlos Manuel Henríquez, Emmanuel Jones, Léster Procter e Israel Martínez. Nadie aquí puede jugar en las posiciones interiores. Ausente Michael –El Bebo- Jorge, y al menos 4 jugadores están sobre los 30 años de edad.

BAMESO presentó un listado de 12 nombres: Alberto Ozuna, Steven Mercedes, Gregor Esteban Montilla, Pedro Ariel Martínez, Miguel García, Willy Antonio Arias, Luis Javier Aquino, Jackson Galán, Juan Carlos Castillo, Shaquille Medina, Manuel Alejandro Campusano y Richard Batista. No se cuantos serán de sus categorías formativas, pero fuera del veterano Ozuna ninguno ha trascendido dentro de la actividad. El equipo del Mejoramiento Social se ha caracterizado por contar con pocos jugadores de sus fincas. Este año no contarán con sus “salvavidas” Edward Santana y Víctor Liz, ambos en Venezuela.


El Millón con la misma tónica: Manuel Guzmán, sigue siendo su buque insignia, y ahora cuentan con el incombustible Bobby Pandy; después, Alvin Abreu, Samuel Lara, Johan de los Ángeles, Eduardo Pereyra, Kelvin Ovalle, Mauricio Báez, Leandro José Cabrera y Wansy de los Santos. Nada nuevo bajo el sol.

Los Prados parecen haber rescatado del retiro al delantero Carlos Paniagua, Carlos Rivera, Yeikson Montero, Henry Lalane, Gregory Beltrán, José Acosta, Michael Mendoza, Elkin Ramos, Mario Guzmán y Kelvin Dixas. Paniagua, Lalane y Beltrán deben estar entrando a la categoría de abuelos.

Huellas del Siglo con Henry Valdez (jugando en La Romana), Smailin Encarnación, Kerwin Ramírez, Mauricio Arroyo, Carlos Sánchez, Gilbert Caba, Víctor Verdecia, Vicente Javier de Jesús, Rodys Ramírez y Danny Brito. Ramírez pudo ser un proyecto interesante como delantero fuerte, pero no hubo la decisión de trabajar con el.

Rafael Barias es un verdadero asilo, Joel Ramírez, Manuel Fortuna, José Fortuna, Juan Bautista Araujo, Claudio Calero, James Maye, Adam Beltré, David Zabala, Frank Tony Segura y Melvin Núñez. En ese listado hay al menos 7 (siete) jugadores con 30 años o más. Además vuelven a poner sobre las duelas a un impresentable Beltré, cuya conducta deja mucho que desear. Nadie parece poner el cascabel al gato.


San Carlos con Kelvin Valdez, Kevin Pérez, Erickson Sánchez, Roberto Tamárez, Dominick Mejía, Yeuri Belliard, Chayanne De la Cruz, Erick Gómez, Claudio Calero y Jorge Almanzar. La misma historia, ningún hombre alto para encarar el juego interior, excepto Belliard, que es un delantero que no alcanza los 6’05 de estatura y la última vez que se presentó en el Palacio de los Deportes parecía una inmensa bola de grasa. Al menos cinco jugadores sobre los 30 años… ¡nos salvamos que no aparece Otto Clemente!... Almanzar había declarado su retiro hace 3 años, jugó como refuerzo en Chile en un ya distante 2002 y en las últimas elecciones de la entidad resultó secretario de deportes.

Lo que observamos es que las organizaciones llamadas a hacer el espectáculo del baloncesto en el Distrito Nacional están ausentes, nadie ha traído una sola propuesta para innovar y mejorar. Vistas las cosas, los resultados jamás podrán ser positivos. Si revisamos los listados de las directivas, la juventud está ausente; los jóvenes tienen una perspectiva distinta de las relaciones con el mundo que los rodea, ello sin presentar reparos en decir lo que piensan y sienten.



El baloncesto superior del Distrito Nacional brillará por la falta de calidad. Todos han rehuido las miradas frescas, apasionadas, diferentes, creativas e innovadoras. La imaginación que debió vertirse sobre tan esperado evento fue condenada por la mediocridad.

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