CAUDO…
a buen recaudo
Es muy posible que mañana no nos recordemos de quien
en vida se llamó William Florián Ramírez, primer muerto visible del gobierno de
Danilo Medina Sánchez. Estudiante de medicina, a días de cumplir 22 años de
existencia, para más señas nativo de San Juan de la Maguana , precisamente la
provincia que también vio nacer al Presidente de la República. Abatido
en enfrentamientos entre estudiantes y la Policía Nacional
producidos en las inmediaciones de la Universidad Autónoma
de Santo Domingo (UASD), el 8 de noviembre del año 2012.
En
el ambiente frívolo de la inauguración del Torneo de Baloncesto Universitario,
organizado por la
Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) y el Consejo
Atlético Universitario Dominicano (CAUDO), al momento de que Rosendo Ledesma,
maestro de ceremonias del evento, pronunciara su nombre, aquello se cerró en
aplausos. Jamás esperé que aquellos muchachos y muchachas le rindieran un
emotivo homenaje.
Lo
más triste, siguiendo las palabras del propio Ledesma, ver como después de
impactado por dos proyectiles era transportado a un centro asistencial en un
carrito de supermercado. Por supuesto, más rápido que la prisa por llevar al
chico al hospital, el jefe de la Policía Nacional , José Armando Polanco Gómez, se
apresuró a decir lo mismo de siempre, que estaba entre los manifestantes, que
se investigaría el deceso, que se crearía una comisión y que se castigaría
ejemplarmente al responsable de la acción.
Al
final, la Policía
Nacional dará por terminado el caso sacrificando a otro
pendejo, esta vez, al raso Jairon Medrano Germosén. Entonces se abrirán las
mismas interrogantes de siempre, volveremos a solicitar por enésima vez la
depuración de los miembros del orden, repetiremos que ese cuerpo no tiene la
entereza y el equilibrio para cumplir con sus funciones, que sus actuaciones
son primarias, llenas de carencias, y cien y mil calificativos más.
¿Qué
normativas tiene la
Policía Nacional para garantizar que realiza un trabajo
apropiado, conveniente, satisfactorio, digno, congruente, puntual?, ¿cuales
pruebas psicotécnicas se destinan para evaluar las competitividades y rasgos de
personalidad de los aspirantes?, ¿cuál es la pericia de este grupo de jóvenes?,
¿qué disciplina reciben para el desempeño de sus labores?
Florián Ramírez ha sido el único que perdió, ¡de que
manera! Reposa en el cementerio de su pueblo natal desde el viernes 9 de
noviembre de este 2012; la sociedad perdió a un joven que pudo ser una gran
promesa.
Hay
un sector de la población dominicana que está buscando empoderarse de manera
urgente; han sido tantos los traumas recibidos que el dolor aflora sin piedad.
Leonel Fernández Reyna, quien se suponía sin contubernios, sin mayores
compromisos, salido de una depauperada Villa Juana, que pasó vicisitudes y
calamidades como cual otro muchacho, ha sido la mayor derrota emocional sufrida
por la juventud dominicana. Más temprano que tarde viró su rumbo para aliarse a
las peores causas nacionales.
No
bien finalizada la protesta en la
UASD y conocida la aprobación del paquetazo tributario que
Medina Sánchez, la muchacha hizo vigilia ante el local de la Fundación Global
de Economía y Desarrollo (FUNGLODE), la institución desde donde Fernández Reyna
se erige con el dios de los dominicanos. Pese a las amenazas y los insultos,
nadie se retiró. De nuevo llegó la Policía Nacional para intimidar y realizar
acusaciones desproporcionadas, con sus armas largas, sus balas vivas y sus
caras pintadas.
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Rafael Uribe |
El
evento organizado por CAUDO bajo la dirección técnica de FEDOMBAL es una buena
iniciativa que debería regularse y llegar a consideraciones mayores en un breve
lapso. En tiempos pretéritos nuestras instituciones universitarias se llenaban
de nuestros mejores atletas y en la rama del baloncesto, por ejemplo, APEC era
uno de los más fieros competidores; muchos de los miembros de la selección
nacional pasaron por ese recinto.
Desde
hace años el Circulo Deportivo Militar reúne a buena parte de nuestros mejores
exponentes, aunque tiene una competencia de béisbol que perdió lucidez, pero
propicia atletismo, boxeo, lucha olímpica, karate, judo, y otras tantas, están
bajo su mecenazgo, aunque sólo por rendimiento competitivo, ahí no corre la
validación académica.
El
deporte universitario debería ser parte fundamental de nuestro sistema, como es
en otras latitudes, pero hemos dejado el tiempo pasar y se nos hace creer en
las disciplinas deportivas tienen refugio en otras instancias. Los clubes
deportivos fueron instancias validas al caer la dictatura de Rafael L. Trujillo
Molina, pero se agotaron en el tiempo, por la falta de dedicación de muchos de
sus fundadores, la asiduidad a contado número de disciplinas, la falta de
ingenio administrativo, la nula formación de técnicos en diferentes vertientes
y la situación anti democrática que curiosamente ha existido en ellos.
Asociaciones
y federaciones son entidades a divulgar, propalar, incentivar y desarrollar la
práctica de las diferentes disciplinas, pero corren la misma suerte que las
instancias de base; además no brindan el relevo necesario para que nuestras
selecciones nacionales puedan contar siempre con material necesario para
convertirnos en mejores embajadores de nuestro país. Por ejemplo, en estos días
se ha hablado mucho del karateca Gabriel Mercedes, plata en los Juegos
Olímpicos del 2008, doble campeón en Juegos Panamericanos, pero nos olvidamos
que en la primera eliminatoria efectuada en el país cayó derrotado, su
federación y el propio Comité Olímpico Dominicano (COD) se empeñaron en que el
fuera nuestro representante en Londres. La historia de su lesión es de todos
conocida.
La
actividad deportiva a nivel máximo de la escolaridad debería fomentarse,
organizarse y desarrollarse. Es una esperanza que reconforta y ánima.
La
pasión que envuelve el baloncesto universitario en los Estados Unidos no deja a
nadie indiferente. Es que hace mucho tiempo el sistema de esa nación comprendió
que en la educación estaba la base del desarrollo. Así vemos como hay programas
deportivos con más de cien años de establecidos, amen de permitir la renovación
constante del espectáculo deportivo.

Carolina
del Norte ha tenido cerca de un centenar de jugadores en la NBA , lo mismo que Kansas,
Kentucky y la mundialmente renombrada UCLA. Pero hay programas de empuje, que
aportan con mucha lucidez como Duke, Louisville, Michigan State, Louisiana
State, Georgetown, Arizona, Ohio State, Florida, Stanford, Oklahoma State,
Indiana, Louisville, Wake Forest, Connecticut, para mencionar unos pocos. La Universidad de Sur de
California nos regaló, quizás sin saberlo, a nuestro más galardonado atleta, al
mejor de todos los tiempos, a Félix Sánchez.
Muy
pocos escapan a los recintos académicos, por eso desde el Atlántico al Pacifico
se entra la atención en los espectáculos deportivos y cada quien tiene sus banderías.
Hay
un espacio para pensar en el futuro, pienso que ha llegado el momento.
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