Carta a Leo Corporan... editor de deportes El Nacional
Señor
D.
Leo Corporan
Editor
Deportivo
El
Nacional
Ave.
San Martín, 236
Santo
Domingo, D.N.
Muy
señor nuestro:
Con mucha tristeza he leído su
columna Te Enteraste de fecha 1 de
noviembre del cursante año donde aborda los incidentes que se suscitaron en el
Estadio Quisqueya después de partido correspondiente al 31 de octubre del
campeonato invernal de béisbol profesional. Una acción que pudo terminar en
situaciones mayúsculas, con pérdidas de vidas, y que jamás debió ser tratada
con tanto desparpajo, y tanta desfachatez.
De los servicios de seguridad siempre
se han abierto enormes interrogantes; hemos tenido la percepción de que ese cuerpo
no tiene la equidad para cumplir adecuadamente con sus labores. Las revisiones
que se producen en las puertas de los estadios son asquerosas; las acciones
dentro de las instalaciones muestran que actúan como simple horda, por demás
grosera y abusadora; y frente a un incidente mayor responden con una enorme
insuficiencia, insolvencia, incompetencia e impericia. Sólo el hecho de
disparar al aire, en un evento público muestra su incapacidad.
¿Qué protocolos se le exige a la
seguridad del béisbol dominicano para garantizarle al publico un trabajo
adecuado?, ¿qué pruebas psicotécnicas se aplican para evaluar las aptitudes y
rasgos de personalidad de los aspirantes?, ¿cuál es la idoneidad de este grupo
de jóvenes?, ¿qué adiestramiento reciben para el cumplimiento de sus labores?
Con la provocación del señor Sánchez
Caro, después de su criminal actitud, y la seguridad de LIDOM se ha adquirido
un perfil de mal relato, uno más de una larga cadena que en diferentes
oportunidades vivimos; como un abrir de esos libros que todos hemos leído
alguna vez, llenos de boberías, faceta que se cumple también en nuestros
diarios, solo deseando llegar al último párrafo.
El problema de eludir los temas y
faltar a la responsabilidad es pensar que todo es un cuento y la cadena suele
ser infinita hasta el mismo instante en que los hombres deciden, quizás ahora, quizás
aquí, ponerle fin.
Sin
más por el momento, aprovechamos para saludarle y quedar de usted,
Muy
atentamente,
Luis Rafael Madera
Campillo
Noviembre
6 del 2012
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